¡No quiero ser princesa! – Capítulo 45: Ella y el ninja (1)

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


Como no he hecho ningún arreglo especial con la señora Delris, caminé al costado de la calle sin prisa. Al pasar por la puerta del centro, avancé por la calle principal.

A veces, pasan carros ruidosos, esporádicamente, también veo carruajes que parecen pertenecer a familias nobles. Deje de prestarles atención después de revisar sus insignias. Desde los puestos alineados frente a las tiendas, los comerciantes gritan para atraer clientes.

—Es pacífico

A pesar de que Freed está luchando en la lejana frontera norte, la gente de aquí no tiene preocupaciones, pero el pensar en que están haciendo todo lo posible para proteger esta paz, me llena de un profundo respeto.

Mientras camino tranquilamente hacia mi destino, voy mirando los puestos. Hay mucha gente alrededor de esta área, está llena de vivacidad. Pero, entre ellos, escuché una voz aguda y familiar.

—Vamos a esa tienda. ¡Realmente eres un tonto! ¡Mira, date prisa!

—Lo siento, señorita, le acompañaré.

Una mujer y un hombre, que parecen ser una pareja de maestro y sirviente, entraron en mi línea de visión. Son extrañamente visibles, ya que los ciudadanos parecen evitarlos e incluso los que pasan a su lado se mantienen a un margen de distancia.

No reconozco la cara del hombre, pero recuerdo a la mujer.

Ella es…por un momento, busqué en mi memoria. Ciertamente, es la hija de un marqués, Mari Von Shanoire.

El día de la ceremonia de mi compromiso, ella fue una de las seguidoras expulsadas por Freed. En ese momento, llevaba un vestido rosa chillón y hoy, nuevamente, usa un vistoso color azul.

Ciertamente, por su actitud tan vivaz, le queda bien, pero…analicemos un poco más.

Todo se sentía, increíblemente, fuera de lugar. Su cabello está bellamente rizado y su maquillaje fue aplicado perfectamente.

Mis mejillas temblaron ante su apariencia, que sería la adecuada para visitar el castillo. Obviamente, es alguien de gran prestigio, pero ni siquiera se ha dado cuenta de que los demás, a su alrededor, se mantienen alejados de ella.

—Aunque deseaba relajarme en mi visita a la ciudad, todo se arruinó por un insignificante sirviente como tú. ¡Tú, alcornoque!

—Lo siento mucho, señorita.

Sin resistirse a que ella lo molestara y gritara, el sincero asistente se inclinó profundamente.

Cómo debería decirlo, esto se siente ¿mal? No puedo soportar verlo más, así que aparté la mirada.

Los residentes de la ciudad, que esperaban ver lo que sucedía desde la distancia, comprendieron que solo se trataba del egoísmo de un noble, por lo que, pronto, perdieron interés y se dispersaron.

La respuesta correcta es no involucrarse. Estoy totalmente de acuerdo con eso. Tal como están las cosas, no puedo pasar junto a ella.

Pensando que sería algo desagradable, tomé un desvío.

El desvío me llevó a lo largo de un río. Hoy, vi algo realmente desagradable. Sin embargo, qué tipo de actitud es esa. A una dama así no se le debe permitir salir a la ciudad. Seguramente, ella dijo que era para relajarse.

Aah.

Una vez más, recordé que Freed la rechazó con dureza.

Tal vez, fue regañada por su padre después. Y, tal vez, ella fue a la ciudad para despejar su tristeza. Ciertamente, su padre, el marqués Shanoire es un hombre extremadamente débil, con respeto a la influencia sobre el país.

Una vez, por casualidad, lo vi mientras se unía a mi padre, que es el duque y ayudante del rey de más alto rango. Es fácil conjeturar que, probablemente, él personalmente encontró fallas en su hija, que se había irritado y sido reprendida por el Príncipe Heredero, quien es el poder absoluto.

Es un hombre de un espléndido pero pequeño calibre.

Al encontrar el suceso cada vez más desagradable, decidí olvidarlo y caminar por la orilla del río. Y, desde la dirección a la que me dirigía, vi a un hombre asombroso.

Todo su cuerpo se encuentra cubierto por un atuendo marrón cercano al negro, la mitad inferior de su rostro está oculta. Cómo está mirando hacia abajo, no puedo ver su expresión. De pie, lleva algo parecido a los calcetines japoneses. En su cintura, se ve algo parecido a una katana.

Aunque no parece fuera de lugar, quería gritar sorprendida por su apariencia.

¡¡Ninja!! ¡¡Un ninja japonés!!

Lo juro. Su apariencia es como imagino que sería un shinobi de la era Iga o Kouka[1]. No se puede evitar que yo pensara eso.

Si fuera normal, al ver algo tan sospechoso fingiría no verlo y huir, pero esto era diferente.

Me detuve y lo miré fijamente. Es, realmente, de verdad. Por supuesto, soy consciente de que no hay tal cosa como ninjas en este mundo.

Pero, no pude evitar sentirme así, Un disfraz de aspecto antiguo con una impresión gastada. La katana en su cintura tampoco parece ser nueva. Su apariencia, de hecho, es perfecta.

Si, perfecta. Mira su apariencia excepcionalmente realista.

Aunque su apariencia podría causar disturbios entre la gente del pueblo, la orilla del río está lejos del centro de la ciudad, o más bien, no hay mucha gente aquí.

A pesar de que es una persona sospechosa, ya que solo está ahí, todos a su alrededor, fingen no ver nada.

He estado observando al hombre con entusiasmo, pero la otra parte no me ha notado. Se tambaleó junto a mí, en silencio.

En ese momento, escuché una respiración agitada y sentí el olor de la sangre, así que, involuntariamente, me di la vuelta.

— ¿Eh?

Sin reaccionar a mi voz, el hombre simplemente siguió caminando. Lo miré más fijamente y note que estaba arrastrando un poco la pierna.

No hay razón para pensar más, está herido.

Esto no está bien.

No puedo ignorar a una persona herida.

Pensando así, intenté correr tras él cuando, de repente, escuché el grito de una mujer.

Esta voz es…

Miré hacia ahí con una desagradable premonición y, como pensé, parece ser la señorita Mari de hace un momento y el hombre chocó con ella.

Al parecer, la golpeó ligeramente, ya que ella solo se tambaleo un poco, pero no fue lo mismo para el hombre, supongo que estar de pie era su límite.

En el momento en que chocó con ella, inmediatamente, se desplomó en el suelo.

—Hey…esto es malo…

Ya era demasiado tarde cuando murmuré eso.

La señorita Mari, con quien se topó, comenzó a hacer un alboroto mirando su vestido.

— ¡¡Dios mío!! ¡Mira que sucio está mi vestido nuevo! ¿No estás viendo que soy la hija de un marqués, qué demonios fue eso?

El hombre no respondió. No podía.

Mientras yacía en el suelo, se levantó con el codo y respiró con dificultad. Parecía ser todo lo que podía manejar.

— ¡¿Por qué no dices nada? ¡¡Que Descortés!! ¡Levántate y arrodíllate rápidamente!

— ¡Date prisa! ¡De lo contrario, te obligare a arrodillarte!

Irrazonable.

Cada vez que ella levanta la voz, una expresión de molestia aparece en mi rostro. ¿Ella no entiende que este no es el momento de decir eso?

Si vas a ordenarle algo a alguien, al menos, verifica su estado, pensé, pero ella no comparte mi punto de vista. Me sorprende que una dama de tal nivel tenga un sentido común tan bajo.

No se puede dejar actuar a esta mujer a sus anchas.

Se mostraba cada vez más impaciente con el pobre hombre, y le ordenó a su asistente que lo levantara. Sintiendo que pronto lo golpearían, alcé la voz en pánico.

No hay forma de que deje que eso suceda.

— ¡Basta!

—Qué… ¿qué?

Supongo que no esperaba que alguien la llamara.

Al escucharme levantar la voz para detenerlos, no solo ella, sino también su asistente, se sorprendieron y se detuvieron. Aprovechando la oportunidad, me acerqué a ella. Me abrí paso y me paré frente al hombre para protegerlo.

—Aunque no conozco toda la historia, ¿es algo que se supone que debe hacer la hija de un marqués? ¡¡No puedes notarlo con solo mirarlo, está tan herido que no puede moverse!!

Enfurecida por mis palabras, ella respondió.

— ¡¡Y qué!! ¡Los forasteros no deberían interferir! ¡Gracias a este hombre, mi vestido nuevo está manchando!

¿Vestido? ¿Esta mujer es tan estúpida?

Me di cuenta de que mis emociones se estaban enfriando al escuchar sus palabras.

—No hay nada más importante que la vida. ¿Cómo es posible que no entiendas una cosa tan simple?

Cuando lo dije en voz baja, ella levantó los ojos. Parece que todavía no es capaz de reconocer quién soy.

Pensando que una plebeya la despreciaba, me miró furiosamente.

— ¡Aunque eres una plebeya te atreves a ser grosera…!

Al escuchar esas palabras, las comisuras de mi boca se curvaron.

Después de todo, ella es ese tipo de persona.

En ese caso, la enfrentaré.

Ojo por ojo. Un diente por diente. Estatus social por estatus social.

Fijé mi mirada en ella y di un paso adelante.

—Me pregunto si solo puedes juzgar a las personas por su apariencia. No me digas, ¿tan pronto has olvidado mi rostro?

—Eh…


[1] Shinobi de la era Iga o Kouka (Kōka): En la historia de Japón, los ninja (忍者 ninja)​ o shinobi (忍び) eran un grupo de mercenarios entrenados especialmente en formas no ortodoxas de hacer la guerra, en las que se incluía el asesinato,​ espionaje, sabotaje,​ reconocimiento y guerra de guerrillas, con el afán de desestabilizar al ejército enemigo, obtener información vital de la posición de sus tropas o lograr una ventaja importante que pudiera ser decisiva en el campo de batalla. Los pueblos ninja más famosos del país se encontraban en Iga (en el noroeste de la prefectura de Mie) y Kōka (en el sur de la prefectura de Shiga; más conocido como Kōga), dos zonas con montañas en el centro, separadas por solo 20 o 30 kilómetros; en medio día se podía cubrir andando la distancia entre ellas.

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