¡No quiero ser princesa! – Historia Paralela 3: La Melancolía del Primer Ministro

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


—Quería que mi hija tuviera un buen matrimonio.

Esto es lo que normalmente los padres desean para sus hijos, por lo que también pienso de esa manera.

Para mi adorable hija Lidi, empecé a buscarle un novio desde una edad temprana. Dependiendo de la posición social del hombre, la vida de una mujer estaría decidida.

Por el bien de mi hija y para que en el futuro no tuviera ningún tipo de problema, quería prepararle la mejor pareja.

Pensando de esa manera, naturalmente, hice una lista de posibles parejas. Sólo con una diferencia de un año de edad, más o menos. Si es posible, su estado debe ser igual o mayor que el de nuestra familia.

Cuanto más enumeraba las condiciones para su pareja, sólo daba como resultado un nombre.

El príncipe heredero Frederick.

Es tres años mayor que mi hija, no hay fallas en su carácter, tiene una actitud suave y su aspecto es bastante, excelente.

Terminó rápidamente sus estudios sobre el imperialismo y cuando llegó la guerra, dejó atrás un excelente registro como comandante y soldado.

Tal vez en un futuro próximo, reinará como un emperador sabio.

Si eso es cierto, es el hombre adecuado para mi hija. Así, siempre que tuve la oportunidad de hablar con Su Majestad, le di algunas pistas acerca del compromiso.

Nunca me olvide de organizar una reunión entre mi hija y su Alteza.

Hubo una vez en el jardín, el día de la fiesta del té, en que había preparado varios encuentros, pero, lamentablemente, todo terminó en fracaso.

De una manera u otra mi querida hija se negaba a ir.

En ocasiones, pensé que era mi culpa o que el momento no había sido el adecuado.

Sin embargo, llegó a un punto en el que estaba cien por ciento seguro de que mi hija parecía odiar un matrimonio con su alteza.

Simplemente, no pude entender por qué, pero estoy hablando de mi hermosa hija, es imposible encontrar un candidato más adecuado que él.

Como su padre, quiero organizar el mejor prometido para ella.

Mi retoño, todavía es muy joven, sus pensamientos cambiaran más adelante. Aunque no entendí las circunstancias involucradas, continué avanzando con los planes.

Contrario a mis expectativas, ella empezó a encontrar medios para pasar por alto todas las fiestas nocturnas en las que Su Alteza, probablemente, participaría.

Mirando el estado en que se encontraba, había un malestar desconocido en mi interior.

Si lo dejo como está, ¿es ella quien está tratando de arruinar estas oportunidades?

Aunque lo pensé no tiene sentido tomar acción hacia mi hija. En la peor situación, podría haber encontrado, de manera egoísta, un amante sin que yo lo supiera, si llegaba a tal punto, entonces no habría vuelta atrás.

Me estremecí ante mi imaginación, luego le di una instrucción detallada a mi esposa, para no enseñarle a mi hija la “Etiqueta de un hombre y una mujer”.

Una vez que le enseñe esas lecciones, ¿Es como si le diera vía libre para que un hombre se aprovechara rápidamente de eso no? Estaba muy preocupado. Sin su virginidad, Su Alteza no podía hacer de ella su princesa.

Hablábamos de mi hija. Y ese fue mí peor movimiento.

Mi hija era tan inusual, que haría ese tipo de cosas, sin ninguna vacilación.

Pensando que el gato aún estaba dentro de la bolsa, hice la vista  gorda, ante los actos de mi hija.

Si no era consciente de la etiqueta, entonces no sería capaz de atrapar a un hombre, especialmente, para una dama con un extraño sentido común, no debería pensar en tratar de tener un compañero.

Sería bueno enseñarle la etiqueta, solo el día antes del matrimonio. Hasta entonces, esto debe ser guardado como un secreto, sería bueno para los dos.

Aunque ella estaba ausente de las fiestas nocturnas, aún espero la confirmación del compromiso y, una vez que las circunstancias sean satisfactorias, lo aprobaría con gusto.

No quiero que vea a un hombre, lo aplastaría si fuera necesario, aunque fuese algo trivial.

Así que, si no quiere salir por ahora, está bien.

Preferiblemente, hasta que Su Alteza tome su decisión final acerca del compromiso, ella puede permanecer dentro de la casa.

Mientras observaba, constantemente, el comportamiento de mi hija, ella estaba planeando algo a mis espaldas, así que continué caminando sobre hielo delgado.

Necesitaba que el compromiso fuera confirmado lo antes posible.

Como, desde el principio, sólo estaba enfocado en Su Alteza, otros candidatos potenciales, aparte de él, ya tenían prometidas, en este punto, no podía volver atrás.

Pero, aun así no fue fácil para Su Majestad conceder su aprobación al compromiso con Su Alteza.

Incluso si tratara de hablar personalmente con Su Alteza, no recibiría una respuesta agradable.

Mientras lo hacía, mi hija no iba a las fiestas nocturnas, y antes de que lo supiera, ella fue referida con el título de Princesa Fantasma.

El tiempo pasó tan rápido, que mi querida hija Lidi, cumplió 18 años.


Ayanami
me presento soy la nueva editora auxiliar de esta hermosa novela y Kiara es la nueva traductora en lo que las que se encuentran a cargo de la misma se desocupan de sus actividades diarias, bueno espero que continúen con nosotras y veremos si logramos ponerla al día con la versión inglesa, aunque no les prometemos nada, ya que también contamos con nuestros propios proyectos, en especial Kiara, hasta el siguiente.

10 respuestas a “¡No quiero ser princesa! – Historia Paralela 3: La Melancolía del Primer Ministro”

  1. Siento algo de frustración. Hasta ahora todos piensan y deciden por ella y para sí mismos sin importarles un pepino lo que ella quiere, todo bajo el pretexto de “es que la amo” , si en verdad la.amaran. Que triste vida la de Lidi.

    1. De acuerdo, todos actúan pensando en “como es por amor” no importa el resto. ¿Y la opinión de Lidi? Por eso me alegra que tome sus propias decisiones

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