Juego otome yandere – Vol 3 – Capítulo 21 (POV de Lily)

Traducido por Devany

Editado por Sakuya

Corregido por YukiroSaori


[Lily]

Era un lugar muy pacífico.

Sin escuchar ni ver a nadie, no había quién me molestara. Aquí nadie podía lastimarme. Pero, cuando ella gritó mi nombre, me di cuenta de que también era increíblemente solitario.

Cuando tomé su mano, noté por primera vez lo sola que había estado. Sentí calidez. Cuando vi sus ojos pasar de una mirada de preocupación a una llena de felicidad, me percaté de que nada de lo que había ahí dentro llegó a tocar mi corazón como ella lo hizo.

Cuando logré despertar, sorprendentemente, habían pasado varios días, así que mi reacción inicial fue una ola de inquietud y ansiedad. Después de escuchar lo que sucedió mientras dormía, pude deducir que, aunque sabían quién era el principal culpable, no había nada que pudieran hacer.

Por eso, la propuesta del duque de Lilia fue una verdadera bendición para mí. Él apareció de pronto, después de que por fin pudiera calmarme y detuviera el alboroto que estaba armando al despertarme, confundida, en el consultorio médico.

Detrás suyo estaba el director de la institución, al que solo había visto el primer día que llegué aquí. Estaba aterrada, pensando que habían venido a condenarme por mis pecados pero, contra todo pronóstico, el duque de Lilia quería proponerme un trato. Primero el duque se presentó, dijo que estaba aquí de parte de su majestad el rey. Entonces, al verme temblar de miedo por lo dicho, su tono de voz se volvió más suave buscando calmarme.

—Eres una estudiante bajo la protección de la escuela, con todo lo que está pasando, muchos de nosotros creemos que en verdad eres solo una víctima. Ahora, lo que voy a decirte es solo una propuesta, no una orden. Tienes todo el derecho de negarte, así que necesito que te tranquilices y pienses sobre esto detenidamente. ¿Está bien?

A pesar de eso, mi cuerpo no podía calmarse.

—Esta bien… No negaré que hiciste algo malo, pero hacerse responsable de los errores de un niño es el deber de un adulto.

De repente, me di cuenta de que la persona que estaba delante de mí era sin duda el padre de Lycoris. Con eso en mente, como un hechizo, mi miedo se desvaneció. Asentí repetidas veces, esta vez, decidida a no perderme ni una sola palabra de lo que él tuviera que decirme.

En primer lugar, me explicaron que cuando reviví a Gift con mi magia, no estaba bajo libre albedrío. Sin embargo, el haber mantenido en secreto mis reuniones con él después de eso sí agravaba la situación, aunque no se consideraba un delito.

Por último, me explicó que debido a ciertos eventos, se me consideraba un peligro para la escuela y, en consecuencia, para el país y la asociación. Me contó todo esto a la vez que trataba de darme a entender qué era la organización, incluyendo el montaje de cómo funciona bajo las contribuciones del país.

¿El por qué se me consideraba un peligro? Por supuesto, fue debido a que sospechaban que era alguien que conspiraba en secreto con Gift. Y por la posibilidad de que pudiera causar esta situación de nuevo en el futuro debido a mi magia.

—Sé que parece que actualmente todo está yendo en tu contra. Por eso quiero hacerte una propuesta. ¿Aceptarías la misión de regresar al sótano dentro de la residencia y sellar a Gift una vez más? De esa manera, toda sospecha de tu posible complicidad será borrada, además de que demostrarías tu utilidad a la organización. Por supuesto, no lo harías sola, estaríamos apoyándote en todo lo que podamos.

Me tomó un poco de tiempo darme cuenta a qué se refería. No sabía ni el apellido de Gift, y nunca se me ocurrió que su simple presencia podría provocar todo esto, sin embargo…

—¿Me estás diciendo… que está bien que selle a Gift? ¿No necesito matarlo?

—¡Así es!

No conozco las verdaderas intenciones del duque, pero la decisión debió ser la conclusión a la que llegaron tanto el país como la escuela, por no decir menos.

—Pero, ¿de verdad se puede volver a sellar a Gift?

—Hay una manera. Y tú eres la más calificada para hacerlo.

Una vez que el duque terminó de explicar el método, respondí decidida.

—Está bien. Yo… lo haré.

Esperar era más peligroso que ir directamente. Aún sin saber lo que Gift tenía reservado para nosotros, era mejor actuar. Así que después de pasar por una mínima cantidad de preparativos, nos dirigimos al sótano.

Mientras más nos adentrábamos en aquel lugar, más profundo y oscuro se volvía. Era evidente que nos dirigíamos hacia un lugar frío y húmedo, pero no quita que el viaje fue de lo más desagradable.

La primera vez que vine aquí, ni siquiera tuve el lujo de pensar en nada, solo había perseguido con determinación al pajarito.

La segunda vez, atravesé el lugar bajo la guía del animal. La primera vez que vi a Gift, era solo un chico que se había visto obligado a vivir en la miseria a causa de su propio poder. Habiendo pasado por lo mismo, en cierto modo, lo vi como un “camarada”, así que estaba encantada.

Puede que en estos momentos suene como una excusa, pero tal vez sus sospechas eran certeras y había estado, ya desde ese momento, bajo la magia de Gift. Después de todo, jamás consideré que este viaje al abismo fuera aterrador, y ahora que todo llegó a su fin, es desconcertante que nunca se me ocurriera informar de su existencia.

Y ahora, bajo la guía de los maestros más antiguos de la escuela, anduve con mucho cuidado con mis pies temblorosos, tratando de no perder el equilibrio en aquellas escaleras.

Fue bastante inesperado, pero el duque de Lilia, quien se convirtió en mi compañero de viaje, era quien estaba cuidando de mí para evitar que cayera. Los maestros de la escuela, protegiendo el frente y la retaguardia, habían procedido con lámparas mágicas en mano mientras vigilaban el área.

Ya que ni en mis más locos sueños imaginé que el mismísimo duque sería quien me acompañaría, al principio estaba muy tensa. Irónicamente, aun siendo parte del grupo que enfrentaría a Gift, él parecía ser el más calmado. Incluso cuando aquel lugar, que debido a su inmensa oscuridad, causaba una ilusión óptica que hacía pensar que aquellas escaleras no tenían fin, ni se inmutaba.

Poco después, conseguimos llegar a las profundidades del sótano y fuimos recibidos por Gift. No había rastro de la niebla negra que había envuelto el lugar antes; en cambio, cuando abrimos la puerta, nos encontramos con la figura fantasmagórica de Gift. Su cuerpo real estaba contenido dentro de una caja parecida a un ataúd, y él se encontraba semitransparente a lado de este. Esa era la forma habitual que usaba cuando nos encontrábamos.

Me miró en silencio, notando que había traído a varios compañeros en mi viaje. Creo que entendía a lo que veníamos, pero, aun así, nunca apartó su mirada.

Sospecho que la adoración que sentía por esa mirada fue un efecto colateral de la magia de manipulación. Aunque lo que más me atrajo de sus rasgos no fue su mirada dominante y directa, sino su vivido cabello azul y aquellos ojos de un verde profundo que parecían proyectar la oscuridad misma.

Sin embargo, Gif nunca mostró una respuesta hostil. Aún cuando me acerqué hacia él, rodeada de un hechizo de protección lanzado por los maestros, solo me miraba. Ya no cuenta con ese poder, pensé. Aunque no puedo pecar de negligente, la fantasmagórica figura de Gift era mucho más tenue que antes, y no pude evitar pensar que no sería sorprendente si desaparecía en cualquier momento.

—¿Por qué los estás ayudando? ¿Es por esa mujer? —me habló, como siempre, con una voz que no salía de su garganta. No le contesté, pero convencido de mis sentimientos, él continuó—: ¿Por qué confías en alguien que es tan diferente a ti? ¿No la odias? Esa mujer tiene todo lo que siempre has deseado. Un amante, una familia, una posición asegurada, todo lo que has querido y anhelado tan desesperadamente, ella lo tiene como si fuera un hecho.

Gift conocía mi corazón en detalle. Conocía mis debilidades, y sabía de mis celos y envidia.

Pero, ahora lo entiendo. Sus palabras nunca fueron mías, al final, no eran más que su propia opinión personal. Era cierto, él y yo teníamos muchas similitudes, pero había algo que nos hacía crucialmente diferentes.

—Nunca intentaste tomar la mano que te ofrecían, ¿verdad?

—¿Qué?

—Esa es la gran diferencia entre tú y yo. Ahora conozco la calidez de esa mano. Por eso, en lugar de rechazarla, en lugar de estar celosa, no quiero perderla, solo quiero aferrarme a ella.

Gift intentó satisfacer mi sed insaciable. De hecho, eso fue algo que anhelé alguna vez. La inseguridad de que algún día sería abandonada permaneció en mi interior. Al igual que mi madre y mis amigos me habían abandonado, empecé a pensar que todos se distanciarían y me dejarían. Y, mientras pensaba eso, me vería forzada a vivir sin sin nadie con quien hablar. Sentí esa sensación intensamente tortuosa de aislamiento.

Quería estar tan ocupada que no tendría tiempo para sufrir por mi inseguridad. Quería ser fuerte para que nadie pudiera controlarme, para ser libre. Por eso, no me importaba si terminaba perdiéndome a mí misma. O al menos eso era lo que pensaba, pero…

Tomando una decisión, agarré el colgante de mi pecho y saqué una daga de mi bolsillo. La empuñadura no estaba decorada, y su delgada hoja era la mitad de larga que mi brazo. Con esa daga indescriptible, era poco probable que representara una amenaza real para el Gift fantasmagórico. Pero cuando lo infundí con magia, un patrón se extendió poco a poco en la hoja cristalina.

Sintiendo una crisis inminente, Gift se distanció de mí, pero desde un principio, nunca tuve la intención de apuñalar a alguien con esto. Levantando la daga con mi mano derecha, empecé a invocar magia.

—Esto es…

No sé de qué forma o porqué, pero podía distinguirlo con claridad. Algo invisible estaba desapareciendo gradualmente del cuerpo de Gift. Estaba poniendo en práctica la única magia que conocía: la magia curativa. Y la herramienta mágica que tenía a mano era un tesoro de la familia real dotado con el poder de regresión. [1]

El duque, quien me prestó esto, estaba observando a Gift con cautela. Los maestros expandieron una barrera preparándose para su resistencia final.

Pero Gift, como si solo estuviera confundido, me miró fijamente a los ojos, y tal vez, en ese momento, reconoció mi firme rechazo.

—¿Incluso tú me estás rechazando?

No es como si no sintiera nada cuando escuché sus palabras, cargadas de abatimiento y desesperación. Pero, he tomado una decisión.

—No me importa, aún si me culpas por ser desleal. Pero te lo advertí. Si lastimabas a Lycoris, jamás te lo perdonaría. —Con mi mano izquierda, sujeté el colgante de mi pecho por segunda vez.

Lo tenía desde joven. El colgante había pasado de mi abuela a mi madre, y luego, a mí. Era la prueba de que definitivamente fui amada, antes de obtener mi poder.

Cada vez que sostenía este colgante con fuerza, podía rememorar la cara de mi madre cuando me lo regaló. Podía verla con una expresión amable, aún si en mis recuerdos tenía un rostro más joven, podía verla con una mirada vívida y brillante. Solía imaginar cómo me veía con amor en sus ojos.

Pero ahora, cuando agarré el colgante, una cara diferente flotaba en mi mente: unos ojos humedecidos por las lágrimas, mirándome. Tocando el collar ahora, todo lo que veo es el rostro de Lycoris.

Esa persona, sin saber quién era yo antes de revelar mis habilidades, desde el principio fue diferente a mí, no solo en términos de posición social. Aun así… ella creía en el hermoso sueño del que le hablé.

Se preocupó por mí. Incluso cuando estuvo involucrada en cosas aterradoras por mi culpa, se alegró por mi recuperación. Me tendió su mano.

En el momento en que Gift intentó hacerle daño, me decidí. La elegí a ella antes que a él. Cuando le dije que no lo perdonaría, hablaba rn serio. No permitiré que Gift vuelva a hacerle daño.

—Adiós… No volveré a buscarte más. Y está bien. Así es como quiero que sea.

Justo antes de que desapareciera por completo entre la niebla, movió sus labios y dijo algo. ¿Tal vez fue una despedida? ¿Las palabras de una maldición? ¿O, tal vez, una declaración de amor? Fuese lo que fuese, se disolvió en el aire, entre las oscuras profundidades de aquel lugar.

Y así, dejé a los maestros reparando la barrera, y regresé primero a la escuela.

Cuando salí de aquel horrible sótano encerrado en las penumbras, notando el brillo de las estrellas que empezaba a vislumbrarse, lo primero que hicieron mis pies fue llevarme a la habitación de Lycoris. Ya era bastante tarde y el toque de queda había pasado hace mucho, por lo que los pasillos del dormitorio femenino estaban silenciosos como una tumba. Sin embargo, era posible que los estudiantes de último año y los prefectos tengan su propio ritmo, y no sigan al pie de la letra lo dictado. ¿Estará aún despierta? Toqué con delicadeza la puerta. No perdía nada con intentar, y si ella no contestaba podría volver mañana o en otro momento.

—Sí… pase.

Aunque el sonido fue débil, pude escuchar su inmediata respuesta. Mi corazón palpitó de nervios y anticipación.

—Entonces… con permiso.

Descubriendo que el visitante era yo, la expresión de Lycoris se iluminó con entusiasmo. Volvió a ser la Lycoris que conocía. Me pregunto cómo esa simple expresión conseguía animarme tanto.

—Lily, ¿cómo estás?

—Yo debería ser quien pregunte eso, Lycoris. ¿Estarás bien incluso sin dormir? No me digas que sigues…

—No es eso… En todo caso, no tengo sueño, ya que dormí mucho en casa.

—Entonces… ¿está bien si platicamos un poco?

—Por supuesto.

Con Lycoris instándome feliz, entré en su habitación.

Era la primera vez que entraba aquí. Como había una ley no escrita entre los estudiantes de primer año que no permitía visitar imprudentemente las habitaciones de los jefes de dormitorio, aquellos que habían logrado entrar debido a algún recado se jactaban de solo verla desde afuera.

Me pregunto cómo reaccionarían esos estudiantes si supieran lo que estoy haciendo ahora mismo. Tengo un poco de miedo, pero también quiero molestarlos un poco.

Fue sorprendente que Lycoris pudiera tener una estantería tan grande en aquella habitación pero, fuera de los grandes muebles, la habitación de la jefa de dormitorio no era muy diferente de la de un estudiante común. Bueno, tal vez desentonaba un poco el marco del espejo montado en la pared, pues a simple vista podías distinguir la complicada corona de flores que lo rodeaba. También había un futón en la parte superior de la cama que parecía haber sido bordado delicadamente. Bueno, la habitación tenía un aspecto antiguo, era… elegante, o al menos eso fue lo que pensé en un inicio.

—Lycoris, ¿fue un regalo de alguien?

La razón por la que terminé notándolo y yendo tan lejos como para preguntarlo, fue porque era demasiado llamativo.

—Sí, por alguna razón, lo recibí de una chica que dejó la escuela el año pasado. Es muy hábil. Está bien hecho, ¿verdad?

Ciertamente, se podría decir que estaba bien hecho. Incluso las costuras fueron minuciosas, y los toques finales fueron meticulosos. Pero… ¿por qué le regalaron a Lycoris un edredón de retazos tan infantil, por así decirlo? Y… ¿por qué Lycoris lo usaba como funda de almohada sin dudarlo?

Mientras pensaba en ello, inspeccioné la habitación con mucho cuidado y vi cosas que probablemente no eran de su preferencia aquí y allá. Pero, podría decirse, era tan propio de ella tener una habitación llena de estas cosas.

Tenía un gran corazón. Ya que es una persona que aceptaba varias cosas, tal vez por eso había gente que era un poco estrafalaria a su lado.

Cuando la miré con intensidad, ella inclinó su cabeza ligeramente hacia mí como preguntándose sí pasaba algo malo. De un vistazo, sus ojos almendrados y el lunar bajo el ojo, la convirtieron en una sensual belleza. La verdad de que estaba llena de aperturas estaba escondida bajo la fachada de que siempre estaba en guardia, si no me hubiera acercado a ella, no me habría dado cuenta de su encanto.

Sentí como si el peso sobre mis hombros se hubiera levantado.

Todavía necesitaba un poco de coraje para hablar de mi pasado. Pero, algún día, me gustaría que ella lo escuchara. Primero… Tenía que disculparme por arrastrarla a ella y a su prometido a esto, por poner a toda la escuela en peligro.

Entonces, le diré lo que pasó hoy. Probablemente cuando le cuente que sellamos a Gift se sorprenderá. El duque de Lilia fue muy gentil y lleno de buen humor, aún cuando se disculpó por no ser muy útil. Me pregunto qué me diría si le dijera lo mucho que se parecen.

Y luego, si puedo, quiero hablar con ella sobre el futuro. Incluso después de esto, ¿está bien que me quede a su lado?

[1] Supongo que ella está revirtiendo la magia curativa que usó previamente con él.

Devany
Me encanta la actitud de Lily, fue cómo: Puede haber dicho algo sincero antes de desaparecer... Oh bien, es hora de volver a visitar a Lycoris~. Siento que Lily es más yandere que Wolf. No lo nieguen, la mayoría de aquí sospechaba de la preciosa Lily xD Pues ya ven, ella en verdad siempre apreció a Lycoris. De hecho, ¿no sintieron a Lily muy yandere xD? Pero parece yandere en el buen sentido (?

Una respuesta en “Juego otome yandere – Vol 3 – Capítulo 21 (POV de Lily)”

  1. Es verdad, incluso yo empece a sospechar de Lily como una yandere desde que se hizo amiga de Lycoris, pero aun así me parecian tan lindas y puras sus interacciones y su amistad

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