Prevenir un Harem – Capítulo 30: El príncipe frío y su esposa tsundere

Traducido por Shiro

Editado por Sakuya


El jardín volvió a quedar en silencio, pero esta vez debido a la aparición repentina del joven. Junto con la multitud se encontraba Ye Zhizhou, que estaba asustado hasta el punto de empezar a llorar.

— ¿No quieres? —El muchacho retiró su mano lentamente e inclinó su cabeza levemente, su cabello negro azabache caía sobre sus hombros y bajaba en cascada sobre la túnica negra con bordados dorados. —De An, empújame hacia adelante.

El eunuco de rostro ordinario asintió respetuosamente, desplazando la silla hacia Ye Zhizhou.

Anteriormente, al joven lo cubría un paisaje de flores y árboles, ocultando su semblante. Pero a medida que se acercó, la sensación de peligro aumentó… su espalda se tensó instintivamente. Apretaba fuertemente y soltaba sus manos inconscientemente, haciendo que el tambor sonajero[1] emitiera un sonido sordo.

La mirada del adolescente, de túnica negra, se dirigió al mismo. La mano se alzó nuevamente, esta vez en dirección al sonido. La ancha manga se deslizó hacia abajo, exponiendo una muñeca delgada y pálida, dijo:

—Este tambor… —Sus estilizados y blancos dedos agarraron la parte posterior de la mano de Ye Zhizhou, aplicando ligeramente fuerza en el proceso. — ¿Me lo das?

La mano se sentía fría; no pudo evitar querer moverse, sólo logrando suprimir su deseo en el último instante. Al notar la corona de oro y la pretina dorada, sintió cómo su sangre se helaba.

— ¿Octavo Príncipe? —dijo en voz baja.

— ¿No es eso un hecho? —El joven retiró la mano por segunda vez, mirando al otro fijamente. De pronto, ambas manos agarraron los apoyabrazos de la silla de ruedas, y trató de ponerse de pie; un rojo mórbido invadió su exquisito rostro debido al esfuerzo. — ¿Por qué no te acercas?

Casi cae inconsciente del susto que este excéntrico joven le dio. Obviamente era primavera, y el paisaje era grandioso; incluso el aire era cálido. Sin embargo, los ojos y el tono de voz de la persona frente a él lo hicieron sentir como si estuviera en un lago congelado durante el frío invierno.

El muchacho que se levantó, se volvió más llamativo; y a pesar de que obviamente sólo era una túnica que se mantenía en su lugar gracias al cinturón dorado, emitía una sensación de vulnerabilidad. Un paso tras otro, caminó lentamente hacia él; esos ojos negros que lo miraban fijamente. El joven apoyó sus manos en sus hombros, y lentamente se inclinó hacia donde su corazón se encontraba, cerrando los ojos y dijo:

—Te atrapé, ahora eres mío.

¡Qué demonios!

Podía adivinar la identidad del otro, pero Ye Zhizhou no se atrevió a meterse con él; se mantuvo firme debido a la fuerza espiritual que comenzó a circular alrededor de su cuerpo.

—Esto… ¿Quieres este tambor sonajero? Retrocede un poco y te lo daré —El otro era apenas un adolescente media cabeza más bajo que él; sin embargo, su extraña majestuosidad emitía una presión inmensa, haciéndolo sentir débil. ¡Qué vergüenza! ¡Demasiado vergonzoso!

La presión en su hombro se incrementó ligeramente y luego empezó a desplazarse hacia su cuello.

¡Agarrándolo aún más fuerte! Un leve olor medicinal provenía del joven, la cálida brisa de su portador. Ye Zhizhou levantó su cabeza nerviosamente mirando al eunuco de mediana edad que seguía de pie junto a la silla de ruedas y dijo:

—Eunuco De An, Su Alteza está… —De repente sintió un ligero hormigueo en el cuello. Luego, su cuerpo se relajó, y la fuerza espiritual que rodeaba su cuerpo gradualmente se estancó. —Tú… —estaba estupefacto. Su cuerpo, incapaz de soportar su propio peso, se desplomó, y lo último que vio fueron los ojos negros impasibles y siniestros del Octavo Príncipe.

Los otros jóvenes en el jardín observaron la escena sin comprender, viendo cómo Ye Zhizhou fue de repente abrazado por el adolescente de negro y forzado a sentarse en la enorme silla de ruedas. Luego, fueron empujados por el eunuco a lo largo del sendero de las flores.

— ¡Ah~ Ah~ Ah! ¡A An Chengle se lo llevó el demonio! —Liu Gongzi, quien había sido previamente ridiculizado por una persona involucrada, de pronto exclamó lleno de miedo. El grito repentino resquebrajó la extraña calma en el jardín, y los otros jóvenes se miraron los unos a los otros. Un pánico abrumador se extendió, todos ellos cayendo en desesperación.

Un eunuco anciano del palacio apareció súbitamente con un grupo de guardias imperiales anunciando:

—La pequeña celebración de hoy ha finalizado. Pedimos a los talentos se marchen con los guardias imperiales. Su Majestad, el Emperador, ha otorgado recompensas a las residencias de todos los presentes. Recuerden, no deben decir nada con respecto a lo ocurrido el día de hoy, de lo contrario…

Los jóvenes, inexpertos en los caminos de la vida, se asustaron debido a esta manera profunda de hablar y su sonrisa extraña. Ellos simplemente inclinaron sus cabezas y piaron como codornices, antes de esconderse en su nido.

El eunuco sonrió satisfecho, haciendo una seña con la mano a los guardias detrás de él, quienes dieron la vuelta para escoltar a la multitud.

⧫ ⧫ ⧫

Cuando Ye Zhizhou despertó, se encontró en su casa, la madre biológica del huésped ocupa la cabecera de la cama, llorando en silencio. Había un hombre alto de pie a unos pasos de distancia de la cama, pero las cortinas le impedían ver sus rasgos faciales.

—Yan’er, no soy desalmado pero el edicto imperial ya ha sido decretado. Tu esposo es incapaz de hacer algo al respecto.

— ¿De verdad no hay otra opción? —preguntó Lou Yanqi, la señora de Zhenguo Gong mientras limpiaba sus lágrimas, el rostro pálido por el miedo. —Le’er pronto entrará en el palacio, y una vez lo haga…

—Realmente no es posible… —Zhenguo Gong, An Wenhua, se giró hacia su esposa, observando sus ojos hinchados y nariz roja. Suspirando, se acercó a ella, acariciando su espalda. —Mañana iré a preguntarle a Su Majestad, el Emperador, si puede cambiar los candidatos. Como Chengjie es mejor que Le’er en términos de talento literario, no debería ser imposible…

¿Ah? ¡¿Cambiar los candidatos?!

— ¡No! —habló muy rápido y terminó ahogándose con su propia saliva. Se sentó ansiosamente. — ¡Estoy dispuesto a ser el compañero de estudio del Octavo Príncipe! ¡Padre no debe desobedecer el edicto imperial por mí! — ¡Bajo ninguna circunstancia debes permitir que el protagonista vaya al Palacio del Séptimo Príncipe!

— ¿Qué está diciendo este niño? —preguntó mientras lo asistía a pesar de su propia aflicción, escucharlo decir eso la hizo preocuparse y sentirse ansiosa y continuó — ¿Qué hay de bueno en ser un compañero de estudio? ¡Hasta tienes que vivir en el palacio! Basándonos en tu temperamento, hoy podrás querer, pero en el futuro… —No pudo terminar la oración porque se ahogó en sus sollozos, lágrimas bajando por sus mejillas.

—Madre, —sosteniendo su mano con una expresión seria, continuó hablando con sensatez. —El Octavo Príncipe tiene un temperamento excéntrico, si solicitamos apresuradamente un cambio en los candidatos, es seguro que se sienta descontento. El Emperador le está prestando demasiada atención en este momento, si nos oponemos al hijo más querido de Su Majestad… Padre, madre, el examen imperial es después del Festival Primaveral; ¡no quiero ser un lastre para mi hermano mayor!

Lou Yanqi escuchó lo que dijo y su expresión se volvió circunspecta. An Wenhua miró con sorpresa a su segundo hijo, su expresión seria se suavizó y levantó una mano para acariciar la frente del joven, suspirando profundamente y diciendo:

—Le’er ha crecido, ahora piensa a su familia. Pero realmente no será fácil ser el compañero de estudio del Octavo Príncipe, ¿no puedes reconsiderarlo?

—Ya lo he pensado mucho y prometo hacer mi mejor esfuerzo —Ye Zhizhou miró a Lou Yanqi, tirando de su mano levemente. —Madre, puedes depender de mí…

—Niño tonto… —dijo mientras se inclinaba y lo abrazaba, sintiéndose más triste que antes.

Finalmente, había convencido a su madre en llanto y a su severo padre. Se quedó acostado en la cama, limpiando su rostro con sus mangas y girando a un lado para quedar sobre su costado.

¿Cielo?

Una bolsa negra con bordados dorados cayó de pronto sobre su almohada. Mirando inexpresivamente, alcanzó el objeto y lo abrió. Vio a Cielo yaciendo dentro, junto a una pequeña nota; el olor de la tinta mezclado con un olor medicinal. Él arrugó sus cejas, y sacó el papelito.

~Cuando despierte, tú también debes hacerlo – Mingyong~

Yan Mingyong era el menor de los ocho hijos del emperador, siendo su madre Hui Jieyu. A la edad de once años, accidentalmente bebió el veneno que habían destinado los rebeldes para el emperador. A pesar de que salvó una vida imperial, se convirtió en un inválido; lo suficientemente frágil como para que se lo lleve un soplo de viento. El emperador, sintiéndose extremadamente apenado, prácticamente le concedió a su octavo hijo todo lo que pedía. Dentro del Palacio, ¡Yan Mingyong era una de las personas a las que nunca se debía ofender!

Un inválido que podía ser derribado por el viento disponía de agentes tan hábiles e incapacitantes[2], ¡ah!

—Yan. Ming. Yong. —apretó los dientes, y presionó una mano sobre la herida punzante en su cuello. Un frío brillo pasó por sus ojos. —Trece años, pero osando vestirse como si tuviera treinta y tres; asustando a las personas. Ya verás, ¡este abuelo[3] te enseñará la realidad!

⧫ ⧫ ⧫

Adelantando rápidamente la fecha hasta el momento en el que An Chengsheng regresó a casa, Ye Zhizhou pudo ver a su hermano cruzando el patio apresuradamente. Al ver a los sirvientes empacar el equipaje, dijo furiosamente:

— ¡Yo, An Chensheng, no necesito que la vida de mi hermano menor sea cambiada por mi futuro! ¡Detengan esto!

Aprovechó la oportunidad y evaluó a este apuesto y refinado, pero miserable, hermano mayor de él. Realmente no lograba imaginar que este hombre preocupado se convirtiera en un hermano desalmado a quien no le importara el destino de su persona con tal de apoyar al protagonista.

—Hermano mayor —hizo una seña para que Chang Shun y Chang Fu salieran de la habitación, luego dio un paso hacia adelante. An Chensheng, quien portaba una mirada fulminante y llena de ira, fue empujado a una silla. —No hay alternativas en esta situación, debo convertirme en el compañero de estudio del Octavo Príncipe. Hermano mayor debería calmarse.

— ¡Todavía esperas que me calme! —dijo y golpeó la mesa con el puño, el rostro lleno de angustia. —No eres consciente, Le Le, pero este Octavo Príncipe, Yan Mingyong, no es nada simple. Antes, rara vez aparecía en público, pero no era porque su cuerpo estaba enfermo hasta el punto de no poder salir de la cama; sino porque-

La puerta se abrió de golpe, y el joven de negro en cuestión miró directamente a An Chensheng, sus ojos llenos de una emoción indiscernible.

— ¿Por qué, An Shizi?[4]

El rostro de éste cambió repentinamente, y agarró a Ye Zhizhou por el hombro para llevarlo detrás de él. El aura refinada del adolescente desapareció y fue reemplazada por una feroz.

—Su Alteza, el Octavo Príncipe, espera que esté bien.

—Al igual que yo —Yan Mingyong se agarró del apoyabrazo de la silla de ruedas y se puso de pie, una sonrisa pintada en su hermoso rostro. —El caso del fraude del sur de Jiangnan, el caso privado de sal[5] de Huainan, Fang Tong del Ministerio de Justicia, Wen Qian del Ministerio de Nombramientos, Yan Chunyi del Ministerio de Hacienda, Yang Youcai del Ejército Zuoying del Oeste… ¿Es esto suficiente para ti?

El cuerpo de An Chensheng se congeló de la conmoción, mirando al joven con horror. Estaba tenso de los pies a la cabeza, y sus palmas cerradas en puños, una delgada capa de sudor formándose en su frente. ¡¿Cómo había hecho para saber de los asuntos secretos de varios ministerios?! ¡¿No me digas que hay un traidor de nuestro lado?!

— ¿De qué están hablando? —dijo dando un paso al frente y frunciendo el ceño ligeramente. Estaba cada vez más confundido. — ¿Qué caso de fraude o privado de sal? —Él no recordaba que nada de esto hubiese sido mencionado en la data que le proveyó el sistema. No me digas que Cielo está fallando otra vez.

[Por favor, confíe en el sistema.]

Ignoró la notificación y miró a Yan Mingyong, quien se encontraba afuera de la habitación.

—Su Majestad, el Octavo Príncipe, ¿ha escuchado esta historia? —le dijo Ye Zhizhou de manera íntima y sonriendo maliciosamente.

Los ojos de Yan Mingyong destellaron al ver esa sonrisa. Avanzando lentamente hacia adelante, no había dado ni siquiera dos pasos cuando tuvo que parar y agacharse para toser. Luego, con una mano sobre su boca y con la otra agarrándose del marco de la puerta, se derrumbó al suelo.

La sonrisa de Ye Zhizhou se volvió rígida. Al ver al joven a punto de partir al oeste[6], las campanas de alarma comenzaron a sonar en su cabeza. Corrió rápidamente a su lado, agachándose para darle apoyo al frágil cuerpo del príncipe imperial.

— ¿Qué te pasa? ¿Te duele algo? —Bajo ninguna circunstancia podía morir ahora, ¡ah! De morir aquí, el emperador acabaría con el Zhenguo Gong Fu[7], ¡ah!

Respirando superficialmente, Yan Mingyong tomó su mano y se agarró de su brazo, inclinándose hacia adelante como la última vez. Su boca estaba llena de sangre, pero su sonrisa era de satisfacción.

—Te atrapé de nuevo… Eres mío, mío.

El aroma medicinal volvió a inundar sus sentidos. Miró las manchas de sangre en sus mangas, y luego el rostro pálido del joven. Frunció el ceño. ¿Qué hacer? ¡El Octavo Príncipe es un enfermo mental! ¿Está todavía a tiempo para retractarse el volverse su compañero de estudio?


Notas:

[1] El tambor sonajero es uno de los juguetes más antiguos y tradicionales de China. 

[2] De incapacitar, es decir, podría dejar inválido a quien se le oponga.

[3] Se refiere a sí mismo como abuelo por la diferencia generacional.

[4] Shizi es un título comúnmente usado para los hijos de aristócratas o altos funcionarios. A diferencia de Zhenguo Gong, este no es un título oficial. *Nota de la traductora al inglés.

[5] Un caso privado de sal, en la antigua China, se refiere al tráfico de sal; que era muy común debido a los altos costos de la misma. Era una práctica común tanto para los ladrones como para los funcionarios. *Nota de la traductora al inglés.

[6] La traductora al inglés dice que “Retornar al Oeste” es un término Daoista para referirse a la muerte. Yo lo que pude encontrar es que cuando Lao Tze se encontraba con vida, se creía que el paraíso se encontraba al oeste.

[7] El Zhenguo Gong Fu es el puesto o feudo del que está a cargo Zhenguo Gong. *Nota de la traductora al inglés.

Shiro
Ahora nuestro ML es un príncipe caprichoso pero que no los engañe su corta edad, es de mucho cuidado. 😉

Capítulo 31 ya disponible en la edición 32 de Kovel Times

2 respuestas a “Prevenir un Harem – Capítulo 30: El príncipe frío y su esposa tsundere”

  1. Me encanta! Lo había leído en vuestra revista pero volverlo a leer ME SIGUE EMOCIONANDO
    Sin lugar a dudas, una historia realmente buena~

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