Traducido por Moux
Editado por Ayanami
En el patio Rui Lin, los respetables Lao Tai Jun y Chu Wang rememoraron el tiempo en el que Xi Chu estuvo en guerra.
Jiang Mu Chen se sintió insatisfecho al ver que Chu Fei Yang salía del salón en silencio. De igual manera, buscó una excusa para salir del patio Rui Lin. Se dirigió al patio delantero, pero no había rastro de Chu Fei Yang. A su lado, un grupo de oficiales se le amontonaron, lo que le provocó un dolor de cabeza.
—¡Chen Wang! Ante lo sucedido hoy, le ruego que haga una resolución para este asunto banal.
Entre esos oficiales, también estaba Su Yuan, el hermano de Su Qing. Aunque había sido castigado, no se tomó la reflexión en serio. En su lugar, decidió esperar a Jiang Mu Chen en el Fu Guo Gong Fu para pedirle que le suplicara a Yu Qian Di en su nombre.
Después de todo, era normal que un emperador regañara a los oficiales. Pero, debido a que favorecía a Lao Tai Jun, Yu Qian Di le quitó la oportunidad de que su hija entrara al palacio. ¿Cómo podía, Su Yuan, tragarse su enojo? Es por eso que esperó a Chen Wang en el patio delantero para pedirle que intercediera por él.
Pero en ese momento, ¿Cómo podía importarle algo tan insignificante? Los fríos ojos de Jiang Mu Chen observaban a su alrededor. Al no encontrar a Chu Fei Yang entre las personas, su expresión se volvió desagradable. Su Yuan se apresuró a continuar, cuando le respondió sin ningún reparo:
—Una palabra del Emperador vale más que nueve trípodes sagrados[1]. El que vaya y alegue ¿no sería lo mismo que ir y abofetear la cara del Emperador?
Ante aquellas palabras, el rostro de Su Yuan palideció como las cenizas. Toda la energía de su cuerpo parecía haber sido drenada como el agua, por lo tanto, no mostró oposición.
Jian Mu Chen se disgustó al ver que Su Yuan se había encontrado con él por algo tan pequeño que ni siquiera quiso seguir discutiendo, estaba cansado. No obstante, la posición del ministro de justicia aún tenía lugar en la corte, así que, con un tono mitigado, habló.
—¿Por qué actúa así, ministro Su? Aún si es incapaz de entrar al palacio, hay muchas buenas familias en Xi Chu. ¿O es que no es suficiente para usted?
Cuando Su Yuan lo escuchó, sus ojos se iluminaron. Se apresuró en agradecerle a Chen Wang. El sentimiento de derrota anterior había desaparecido.
Jiang Mu Chen aprovechó la oportunidad para deshacerse de los funcionarios. Y en base a su anterior visita al Fu Guo Gong Fu, se dirigió al jardín.
♦ ♦ ♦
En el jardín, Yun Qian Meng pasó un largo tiempo meditando. Se inclinó y recogió la botella azul, poniéndola dentro de sus mangas. Suspiró profundamente y luego dejó de lado sus frustraciones. Acababa de enviar a su doncella con Qu Fei Qing para que la ayudara, por lo que no había nadie acompañándola. De inmediato, comenzó a dirigirse al patio Ting Yu Xuan para evitar problemas innecesarios.
—¿De verdad no viste que alguien viniera después? Sé que la señorita Yun y la señorita del Fuo Guo Gong Fu son inseparables. Si me descubren, es probable que…
En ese momento, fuera del jardín del Fu Guo Gong Fu deambulaban tres figuras sinuosas. Entre ellas, estaba Yuan Qing Zhou del Han Guo Gong Fu. En ese momento, les preguntaba un tanto inseguro a ambas sirvientas.
Yuan Qing Zhou vestía una brillante túnica de seda. Tenía la cara sonrojada y ojos nublados. Se podía percibir el aroma del alcohol cada vez que hablaba. Además, su falta de equilibrio hacía que tuviera que recargarse un poco en la pared. Con solo mirarlo, era claro que se había embriagado con el vino.
—No se preocupe, joven maestro ¿Cómo es que usted, siendo un hombre que incluso es capaz de sostener el cielo y la tierra, tenga tan poco valor? Acabamos de ver a la señorita Qu irse al patio de enfrente, por lo que solo permanece la señorita Yun. Si sigue dudando y no se decide, ese pato que casi está en su boca se irá volando[2].
Una sirvienta con un vestido verde miraba a Yuan Qing Zhou con disgusto. Al sentir la peste del alcohol, sus ojos brillaron con desagrado. Pero, por la felicidad de su señorita, no podía interferir con su plan al no llevarlo.
Yuan Qing Zhou salió de su estado de sorpresa ante las palabras de la sirvienta. De inmediato, se puso serio y sacudió la cabeza. Sacó su pecho y la timidez en su rostro desapareció. En un instante, se enderezó para dirigirse aún tambaleante hacia el jardín. Un vestido morado apareció cruzando el pasillo, lo que confundió el corazón de Yuan Qing Zhou, quiso seguir a aquella figura, pero fue detenido por las sirvientas.
—¿Qué hacen? No me bloqueen el paso… ¡es mejor que tengan cuidado o las golpearé!
Yuan Qing Zhou se enfureció al haber sido interrumpido mientras iba tras aquella belleza, perdiéndola de vista. Eructó y le gritó a la sirvienta de verde que estaba frente a él, estiró la mano para apartarla; no obstante, ella era más rápida. Antes de que lograra tocar su cuerpo, se apartó de inmediato, evitando ser tocada.
La sirvienta vestida de verde no se intimidó ante la brutalidad de Yuan Qing Zhou. En su lugar, se burló mientras lo ridiculizaba. Lo miró con desagrado y le susurró con rapidez:
—Joven maestro, ¿no cree que asustará a la señorita si va allí con tanto descaro? Venga y sígame.
Mientras hablaba, ambas se voltearon y caminaron en la dirección contraria. Yuan Qing Zhou seguía muy molesto, cuando volteó y no vio más la figura de morado, no hizo más que dar un pisotón, pasó la mano por su rostro ebrio y siguió a las sirvientas…
—Mire, joven maestro ¿no es la señorita Yun? Escóndase ahí. Cuando pase por esa roca, abrácela y llévela tras ella. Incluso si hace algo, nadie los verá.
Los ojos de Yuan Qing Zhou brillaron al ver que la sirvienta lo llevó por un atajo, a pesar de que Yun Qian Meng se había adelantado. Justo cuando puso una pierna tras la roca, volteó la cabeza con dificultad para ordenarle a la sirvienta.
—Tú, vigila por mí. No dejes que nadie nos descubra.
Mientras hablaba, Yuan Qing Zhou comenzó a llenarse de ilusión. La sirvienta gruñó con frialdad por dentro. Su sonrisa se volvió más dulce al responderle amablemente.
—No se preocupe, ya que fui yo quien lo trajo, lo haré, joven maestro.
Luego de esas palabras, se escondió en el atajo junto con la otra sirvienta de vestido amarillo. Ambas se ocultaron tras la baja y gruesa pared, con sus ojos fijos al exterior.
Para entonces, Yuan Qing Zhou no tenía tiempo de preocuparse por unas sirvientas que aparecieron de la nada frente a él y del por qué querían arreglar un encuentro entre Yun Qian Meng y él. En ese punto, ya no pensaba con su cerebro. Al ver que todo estaba resuelto, se agachó tras la roca. Su cuerpo estaba recargado contra la pared de piedra. Sus ojos llenos de placer se fijaron en Yun Qian Meng, quien se iba acercando cada vez más.
Yun Qian Meng había atravesado los pasillos y volvió al patio. En ese patio, sopló el viento. La suave y cálida brisa trajo consigo el aroma natural de las flores y un intenso olor a alcohol mezclado con un perfume de flores. Sus ojos observaron con detalle cada rincón. Sintió que el camino entre el jardín y el patio tenía algo particularmente extraño, era como si hubiera una trampa preparada para ella.
Ellos veían con impaciencia como Yun Qian Meng dudaba. No tenían idea de si ella los había descubierto.
Entonces, el viento sopló aún más fuerte. Los distintos olores que trajo se volvieron más claros, al igual que su sospecha. Su expresión se volvió fría. Se quedó allí sin moverse. Sus fríos ojos recorrieron las cuatro direcciones, queriendo saber quién se atrevía a conspirar contra ella en el Fu Guo Gong Fu.
Pero al no moverse, hizo que los demás se pusieran ansiosos. La sirvienta que vestía de verde le susurró algunas cosas en el oído a la de amarillo. La expresión de la sirvienta, quien solo quería observar el espectáculo, se oscureció. Quiso negarse, pero su brazo le dolió de pronto. Había sido a causa de la sirvienta de verde, quien le había pellizcado su delicada piel. Al mismo tiempo, la mirada de la sirvienta de verde era tan oscura que aterró a la sirvienta de amarillo, por lo que aceptó de inmediato. Solo entonces, la soltó.
La sirvienta de amarillo se sentía tan intimidada por la de verde que ni siquiera se atrevió a demorarse. De inmediato, se enderezó y corrió hacia la entrada. En cuanto vio a Yun Qian Meng, ignoró el dolor en su brazo y sonrió. Caminó con prisa hacia ella y, con una reverencia, le dijo con delicadeza:
—¡Señorita, la he estado buscando desde hace un rato!
Al ver que la sirvienta de amarillo estaba hablando con Yun Qian Meng, la de verde se volteó y se dirigió al frente del patio.
Al mismo tiempo, Yun Qian Meng reconoció a Feng’er, quien era la segunda sirvienta personal de Yun Ruo Xue. Ella no estaba junto a su hermana, sino que había venido a buscarla al patio trasero del Fu Guo Gong Fu.
Le pareció muy sospechoso. Sin mencionar el cómo Feng’er podía tener libre acceso a ese lugar a pesar de su identidad, con solo mirar la entrada del lugar por el que salió, ya lo hacía ver muy extraño; puesto que, si alguien no estaba familiarizado con el Fu Guo Gong Fu, nunca habrían descubierto ese atajo. Antes, era Yun Ruo Xue quien siempre asistía a los banquetes en el Fu Guo Gong Fu en lugar de Yun Qian Meng, así que estaba claro que ella conocía el terreno. El que Feng’er se le apareciera de casualidad, era suficiente para explicar lo que sucedía. Al parecer, Yun Ruo Xue tenía que ver con la extraña atmósfera del lugar.
Yun Qian Meng sonrió con calma, preguntándole suavemente:
—¿Por qué no estás sirviendo a mi hermana pequeña? ¿A qué has venido?
Feng’er vio que la expresión de Yun Qian Meng era la misma de siempre, pero no pudo evitar pensar en que la señorita ya había descubierto que había gente escondiéndose por ahí. Sonrió y le respondió:
—En respuesta a la señorita, la segunda señorita me ha pedido que viniera a servirle. Debido a que la segunda señorita vio que la prima de la señorita fue al frente con su sirvienta, temía que usted se sintiera inquieta al no tener a alguien acompañándola. Es por eso que la he estado buscando por todo el jardín y al fin la he encontrado. Aquí hay mucho viento. Aunque dicen que el clima de marzo es más cálido, el aire sigue siendo frío. Deje que la lleve junto con la señorita Qu al patio Ting Yu Xuan.
Yun Qian Meng escuchó a Feng’er mientras sonreía. Ella hablaba un poco rápido y sus ojos miraban hacia detrás de la roca con frecuencia. Así pudo entender con claridad lo que estaba sucediendo. Fingió no saber y frunció levemente el ceño.
—El paisaje es muy bonito. Además, la brisa primaveral de marzo soplando en la cara, es como la seda. No tengo prisa en volver bajo estas deleitables condiciones. Asimismo, creo que mi prima volverá pronto, así que la esperaré aquí. Tú le sirves a mi hermana, así que a ella también le serás útil. No tienes que quedarte conmigo, es mejor que vuelvas.
Yun Qian Meng se volteó en dirección al jardín. La mirada ansiosa de Feng’er se dirigió a la no tan alta pared. Sin dudarlo, corrió hacia Yun Qian Meng y se paró frente a ella, bloqueándole el paso.
—Señorita, debería volver al patio Ting Yu Xuan.
La sonrisa de Yun Qian Meng fue desapareciendo al ver como la sirvienta, llena de angustia, le estaba obstruyendo el camino. Su boca se formó en una línea:
—¿¡Quién eres para atreverte a bloquearme el camino!? —Le gritó de pronto —¿Acaso tengo que ser restringida acerca de a donde quiero ir? ¿Quién es la que te ha enseñado eso? ¿De verdad te atreves a ser tan irrespetuosa? La residencia de un primer ministro no puede aceptar una sirvienta que no entienda de los modales ¡Cuando regresemos, le diré a la concubina Liu que busque a un comerciante para que te venda!
Feng’er había estado a lado de Yun Ruo Xue desde que era pequeña. Ella había sido testigo del reciente cambio de Yun Qian Meng, incluyendo todas las pérdidas de Su Qing en sus manos; es por eso que había sido más cuidadosa al tratarla. Pero Yun Qian Meng continuaba encontrándole errores.
Sintió miedo al ver cómo le dirigía una mirada fría y una expresión seria. Sobre todo, cuando mencionó al comerciante a quien todos los esclavos le temen. Recordó sobre como Hong Xiang había sido llevada por él al haberse opuesto a la señorita mayor, eso siempre asustó a la astuta Feng’er.
Se arrodilló de inmediato frente a Yun Qian Meng y dijo:
—Señorita mayor, es culpa de esta esclava. Le pido que por favor no hagan que me lleven. Mis padres aún necesitan de cuidados, ¡por favor tenga piedad de esta esclava!
Mientras hablaba, Feng’er seguía tocando el suelo con su frente. Su boca imploraba sin cesar.
Al verla así, no era como si Yun Qian Meng no entendiera el sufrimiento de ser una sirvienta, pero, a veces, algunas personas se convierten en cómplices del tigre. Feng’er era una sirvienta que le había servido a Yun Ruo Xue desde que era una niña. Era visible su lealtad hacia ella ¿Cómo podía asustarse con sus palabras? Sin mencionar que, en ese momento, solo estaban ellas dos presentes. Incluso si regresaban y hubiese querido echarla de la residencia, Yun Ruo Xue, en definitiva, no la dejaría ir.
Al pensar en eso, la boca de Yun Qian Meng mostró una pequeña sonrisa fría. Se sintió más disgustada por el comportamiento de Feng’er. Algo impaciente, observó a la sirvienta, quien seguía tocando el suelo con su cabeza.
—Eres la sirvienta de mi hermana menor. No es mi derecho el castigarte. Pero, recuerda bien esto, incluso si solo le sirves a mi hermana, los otros maestros de la residencia del primer ministro también son tus maestros. No creas que porque alguien tenga poder, puedes ser arrogante y volverte el zorro que se aprovecha del poder del tigre[3].
Mientras hablaba, Yun Qian Meng no siguió molestándose con ella a sus pies y continuó caminando por el jardín.
Feng’er no pensó que Yun Qian Meng seguiría caminando después de su interrupción. Su cuerpo fue derrumbándose hasta el suelo sin saber qué hacer. Estaba pensando en solo olvidarlo, pero al pensar en lo aterradora que era la segunda señorita, todo su cuerpo tembló. Se levantó y corrió hacia Yun Qian Meng.
—Señorita mayor, la segunda señorita dijo que iría a buscarla al patio Ting Yu Xuan ¿No podría ir ahí primero? Si la segunda señorita no la ve, culpará a esta esclava.
Yun Qian Meng escuchó en silencio la explicación de Feng’er, pero no se apresuró a hablar.
El corazón se Feng’er se sintió muy ansioso y al ver que ella no decía nada, dijo:
—La señorita mayor tiene un corazón como el de Buda. Le pido que se compadezca de esta esclava.
Después de hablar, el cuerpo de Feng’er parecía pegarse al suelo mientras le suplicaba a Yun Qian Meng.
El corazón de Yun Qian Meng se volvió más frío al verla así. Si se compadecía hoy de esa sirvienta, era probable que nadie lo hiciera por ella misma. Pero ya que Feng’er se atrevió a planear algo en su contra, por supuesto que tenía que responderle, así no desperdiciaría sus esfuerzos.
Feng’er escuchó el ligero suspiro de Yun Qian Meng y, poco después, se oyó una gentil voz.
—Olvídalo, de igual forma estoy un poco cansada. Ven conmigo al patio Ting Yu Xuan.
Feng’er se sintió feliz al ver que había logrado su cometido. Se levantó de inmediato y se paró detrás de Yun Qian Meng con una sonrisa apropiada. Luego de que Yun Qian Meng se volteara, caminó por el lado izquierdo de ella y la acompañó con cuidado en dirección al patio Ting Yu Xuan.
Solo que la caminata de Yun Qian Meng no era muy rápida, sino que cada paso era firme, como si temiera resbalarse.
Feng’er se estaba impacientando por su lentitud, pero ya que Yun Qian Meng había aceptado ir al patio Ting Yu Xuan con gran dificultad, no podía decirle algo que pudiera hacerla dudar. Aun así, Feng’er se veía inquieta. Sus ojos estaban fijos en los adoquines bajo sus pies. Parecía estar buscando una oportunidad.
—Señorita, tenga cuidado mientras camina. Este camino de adoquín se ve bonito, pero algunas de las piedras pueden ser muy rasposas. Si no tiene cuidado, se resbalará ¡Ay!
Hace un instante, Feng’er le aconsejaba a Yun Qian Meng que tuviera cuidado y luego había sido ella quien resbaló y cayó en dirección a la roca.
Debido a que había sucedido de repente, las manos que ayudaban a Yun Qian Meng, habían tirado de sus mangas de pronto. Junto a ella, cayó hacia la roca…
[1]Son vasijas o copas (también llamado Jue) en donde se sirve o calienta el vino. Es considerado un símbolo de prestigio, ya que se utilizaban en ceremonias o rituales chinos.
[2]No hay un significado como tal, pero por lo que he entendido, significa que si no va a donde está Yun Qian Meng, ella podría irse.
[3]Se refiere a que usa conexiones muy poderosas para intimidar a las personas.