Traducido por Selena
Editado por Ayanami
Yun Qian Meng sintió que el aire volvía a su concentración anterior. No pudo evitar respirar profundamente. Estaba a punto de incorporarse cuando descubrió que sus brazos estaban entumecidos. En su espalda había una fina capa de sudor. No pudo evitar fruncir el ceño. Su corazón sentía aún más que Chu Fei Yang era realmente difícil de entender.
Ella sólo estuvo con él un momento y él vio a través de sus pensamientos, pero en cuanto al siguiente paso de Chu Fei Yang, era incapaz de adivinarlo. Esta falta de certeza hizo que la ira recorriera el corazón de Yun Qian Meng. Esto despertó su espíritu de lucha y ya no tenía miedo de enfrentarse directamente a él. No obstante, ¿Chu Fei Yang sólo vino a comprobar su lesión? Pensó en su murmullo (cuando se preguntó por qué se había detenido) en Fu Guo Gong Fu hace unos días, lo que hizo que Yun Qian Meng se perdiera en sus pensamientos.
♦ ♦ ♦
En este momento, Han Guo Gong Fu está bien vigilado. Después de que Yuan Qing Zhou fuera enviado de vuelta por Jiang Mu Chen hace unos días, ha sido puesto bajo arresto domiciliario por Chen wang. Aparte de ir a presentar sus respetos a la pareja de Lin Lao Tai Jun y Han Guo Gong Fu cada día, no se le permite salir de su patio ni siquiera medio paso. Esto realmente aburría mucho a Yuan Qing Zhou, a quien siempre le gustaba visitar el barrio rojo y divertirse. Varias veces, le pidió a Lin Lao Tai Jun quien lo quiere mucho y a su madre, pero fue rechazado severamente por las dos.
A la hora de la cena, después de que Yuan Qing Zhou oyera la noticia de que Yun Qian Meng se había lesionado, no pudo seguir comiendo. Era como una hormiga ansiosa, se paseaba de un lado a otro en su estudio. Pensaba en cómo atravesar la impenetrable guardia de su primo y dirigirse en secreto a la residencia del ministro Yun para visitar a Yun Qian Meng. Sin embargo, cuando usó su identidad como el joven maestro de Han Guo Gong Fu al frente para presionar a esos guardias, ellos no lo tomaron en cuenta. En su lugar, pusieron el nombre de Chen Wang en el frente para abrumarlo.
Yuan Qing Zhou volvió a entrar en su estudio pisando fuertemente. Con las cejas fruncidas pensó en otras formas para salir.
—Maestro, puede fingir que está enfermo y pedir que lo vea un médico. Seguro que Lao Tai Jun no querrá que la gente sepa que su nieto está con arresto domiciliario. Seguramente hará que Chen Wang retire a sus guardias.
Ming Xing vio que su maestro estaba preocupado, así que le dio un consejo.
Pero acababa de terminar cuando, Yuan Qing Zhou le dio una severa palmada en la cabeza. Yuan Qing Zhou lo regañó: —¡Idiota! ¿Cómo va a utilizar nuestra residencia un médico de afuera? Esos médicos son mantenidos por Han Guo Gong Fu. Son nuestros esclavos. Si me ponen en arresto domiciliario, todo Han Guo Gong Fu lo sabe, ¿cómo no lo van a saber? Para entonces, si vinieran a tomarme el pulso, Lao Tai Jun y el primo hermano sabrán sin duda que estaba fingiendo. Para entonces, estaré sufriendo más por mi primo hermano.
Yuan Qing Zhou miró ferozmente a Ming Xing y luego siguió paseando de un lado a otro del estudio.
Cuando pasó inadvertidamente por encima de la espalda de Ming Xing, se le dibujó una sonrisa en los labios. Le hizo una seña a Ming Xing y le comunicó su decisión.
—¡No lo haga, joven maestro! Si hace esto, Chu Wang ciertamente cortará a este esclavo en pedazos. Lao Tai Jun no dejará escapar a este sirviente. Joven maestro, por favor sea bueno y deje que vaya a preguntar. Este esclavo le asegura que descubrirá todo sobre la señorita Yun y se lo contará todos los días. Es mejor que no salga del patio Sing Lu. ¡Este esclavo se lo ruega!
Mientras hablaba, Ming Xing se arrodilló en el suelo y empezó a pedir clemencia.
Pero Yuan Qing Zhou ya había tomado una decisión. Tiró del afligido Ming Xing que se negaba a levantarse. Luego comenzó a quitarle su abrigo. Al mismo tiempo, lo amenaza constantemente.
—¡Date prisa y desvístete! Si estropeas mi plan, ten cuidado de que este maestro le cuente a Lao Tai Jun cómo me incitaste a fingir estar enfermo. Para entonces, si te acusan de engañar al maestro, no hace falta que te lo diga, hasta tu vieja madre estará implicada. Puedes averiguarlo tú mismo. ¡A este maestro no le gusta forzar a la gente!
Ming Xing quería pedir clemencia, pero escuchó las palabras despiadadas de su amo y también vio la crueldad en los ojos de Yuan Qing Zhou, de repente no sabía qué hacer. Sólo pudo desatar su camisa exterior y ponérsela cuidadosamente a Yuan Qing Zhou. Entonces, también lo ayudó a quitarse la diadema dorada antes de retirarse a un lado.
En ese momento, en la mente de Yuan Qing Zhou sólo estaba el delicado y encantador rostro de Yun Qian Meng sufriendo, ¿dónde tendría tiempo para preocuparse por el estado de ánimo de Ming Xing? Muy satisfecho, acarició el hombro de su sirviente. Copió la forma de caminar de Ming Xing y salió del estudio.
Aunque, esa noche la luz de la luna era brillante, en algunos momentos las nubes se desplazaban y cubrían la luz de la luna. Yuan Qing Zhou esperó ese momento. Cuando la luz de la luna era tenue, llegó a la puerta del patio Song Lu. Bajó la cabeza y salió por la puerta. Los guardias vieron que la persona llevaba ropa de sirviente, pensaron que era el asistente de Yuan Qing Zhou, Ming Xing. Además, la luna estaba oscura y no pudieron ver su rostro, así que se quedaron tranquilos. Después de todo, ahora eran las tres de la mañana. El Yuan Qing Zhou que estuvo molestando toda la noche debe estar cansado. Debe estar durmiendo profundamente. Por lo que imaginaron, dejaron ir a Yuan Qing Zhou.
Yuan Qing Zhou caminó a paso normal fuera de la vista de aquellos guardias. De repente se detuvo y corrió hacia la puerta lateral de Han Guo Gong Fu…
El guardia que custodiaba la puerta vio que alguien estaba cerca, inmediatamente abrió sus ojos soñolientos y preguntó. Pero Yuan Qing Zhou fue un paso más rápido, sacó algo de dinero de sus mangas y lo puso en la mano de los sirvientes. Susurrando: —Soy Ming Xing. El joven maestro me envía a hacer algo. Abre rápido la puerta.
El guardia vio que, aunque la persona mantenía la cabeza baja, la ropa de su cuerpo era la de un esclavo de primera clase y era tan generoso. Además, no dejaba entrar a la gente en la residencia, así que no preguntó más. Se dio la vuelta y abrió la puerta.
Yuan Qing Zhou no creía que todo fuera a salir tan bien. Al verse fuera de Han Guo Gong Fu, su corazón no pudo evitar saltar de alegría. Realmente quería gritar unas cuantas veces para mostrar su estado de ánimo.
—¡Hey! Ver, en medio de la noche, al joven maestro Yuan vistiéndose como un esclavo de pie frente a su propia casa, ¿qué significado tiene esto?
En ese momento, una oscura sombra se alzó sobre Yuan Qing Zhou. Entonces, una voz extremadamente perezosa y lenta sonó detrás de él.
La sonrisa en el rostro de Yuan Qing Zhou aún no había desaparecido, cuando se asustó por la persona que estaba detrás de él. Se giró de inmediato, levantó la cabeza, miró y vio a Chu Fei Yang con brillantes ropas negras sobre un alto y poderoso caballo negro, que pateaba su pata delantera. De vez en cuando siseaba por la nariz, haciendo que Yuan Qing Zhou se asustara y retrocediera unos pasos.
Cuando volvió a mirar a Chu Fei Yang, vio que el otro lo estaba mirando con ojos llenos de diversión y risa. Pero la risa en esos ojos era tan fría como la luz de la luna. Yuan Qing Zhou sólo sintió que la sangre de todo su cuerpo parecía haber sido congelada por esa mirada fría e indiferente. En su corazón estaba asustado por Chu Fei Yang.
—¿Es posible que el joven maestro Yuan no pueda encontrar la puerta principal para entrar en la residencia?
Chu Fei Yang vio que Yuan Qing Zhou era tímido como un ratón. También recordó el día en que este tipo quiso faltarle al respeto a Yun Qian Meng, sus ojos se estrecharon ligeramente. De repente, sus manos apretaron las riendas. Su caballo parecía conocer la mente de su amo. Se acercó repentinamente a Yuan Qing Zhou con pasos pesados.
En ese momento, en la tranquila calle se escuchó el sonido de los cascos. A ese caballo también parecía no gustarle a Yuan Qing Zhou, luego estiró el cuello, y relinchó contra la ya aterrorizada cara de Yuan Qing Zhou, haciendo que éste se asustara tanto que se sentara en el suelo.
Las manos de Yuan Qing Zhou estaban a los costados de su cuerpo. Las piedras azules del pavimento parecían estar extremadamente frías. Pero en este momento, comparado con los ojos de Chu Fei Yang, Yuan Qing Zhou preferiría vivir su vida sosteniendo esas piedras azules.
Después de todo, en ese momento Chu Fei Yang era realmente aterrador. No tenía su sonrisa habitual. Por el contrario, parecía el rey del infierno. Su rostro era extremadamente frío y su cuerpo era cubierto por una intensa aura de muerte. Por no hablar de Yuan Qing Zhou, que sólo sabía mirar las flores y disfrutar de la luna, tenía tanto miedo que temblaba, incluso los funcionarios que asistieron a la corte durante muchos años no serían la excepción.
En ese momento, el caballo levantó la cabeza y relinchó hacia el cielo. Parecía estar contento porque acababa de asustar a Yuan Qing Zhou.
Pero Yuan Qing Zhou estaba tan asustado que su cuerpo se encogió en una bolita. Enterró su cabeza en sus rodillas y tenía mucho miedo de mirar al hombre del caballo.
Al ver la apariencia cobarde de Yuan Qing Zhou, los ojos de Chu Fei Yang mostraron un profundo desprecio. Este tipo ni siquiera era comparable con Yun Qian Meng. Asustarse tan fácilmente hará que la gente lo desprecie.
En ese momento, la entrada principal de Han Guo Gong Fu se abrió repentinamente debido al ruido del exterior. Una hilera de sirvientes salió al trote con linternas. Después de que todo el mundo se detuviera, Jiang Mu Chen y Lin Lao Tai Jun salieron de Han Guo Gong Fu.
Cuando Lin Lao Tai Jun vio que su amado nieto estaba sentado acurrucado en la calle, su expresión se desfiguró. Inmediatamente gritó hacia alguna sirvienta mayor: —¡Rápido, ve a ayudar al joven maestro a levantarse y envíalo al patio Song Lu!
Al oír la ira en la voz de Lin Lao Tai Jun, las mamas no se atrevieron a demorarse. Caminaron hacia Yuan Qing Zhou y, cuidadosamente, lo ayudaron a levantarse. Escoltaron a Yuan Qing Zhou, cuyo cuerpo entero estaba temblando, hacia Han Guo Gong Fu.
—No sé qué hace el ministro Chu en medio de la noche en la puerta de mi Han Guo Gong Fu.
Al ver que Yuan Qing Zhou entraba en la residencia, los agudos ojos de Lin Lao Tai Jun se dirigieron inmediatamente a Chu Fei Yang en el caballo. Su tono era muy infeliz.
Al mismo tiempo, los ojos extremadamente fríos de Jiang Mu Chen también se dirigieron a Chu Fei Yang. La frialdad de sus ojos era suficiente para hacer que el cuerpo de Chu Fei Yang se convirtiera en hielo.
Chu Fei Yang vio que Han Guo Gong Fu estaba extendiendo su voz ampliamente, sus ojos tranquilos mostraron un destello de burla. ¿Sólo con unos pocos sirvientes querían suprimir su poder? ¿Esta anciana Lin Lao Tai Jun está confundida debido a su avanzada edad o no puede ver la situación con claridad?
Jiang Mu Chen no podía permitir que Chu Fei Yang guardara silencio. Con una voz tan fría como la nieve dijo: —Los deberes del ministro Chu no parecen comprender la defensa de Jingdu. Me temo que esto de la vigilancia nocturna no es algo que deba hacer el ministro Chu.
Al oír eso, Chu Fei Yang en el caballo sonrió. A pesar de darle la luz de la luna, todo el mundo sintió que esa sonrisa hacía que la luz de la luna perdiera su brillo.
Aunque Chu Fei Yang estaba vestido completamente de negro, los espectadores sintieron que era como un inmortal que descendía de la luna.
—Lo que hace este ministro, ¿requiere ser explicado a los señores de Han Guo Gong Fu? —Chu Fei Yang los enfrentó y con un orgullo único abrió la boca.
Pero esas palabras enfurecieron a Jiang Mu Chen. Él era un Wang de Xi Chu pero había sufrido repetidamente pérdidas a manos de Chu Fei Yang. En este momento, están frente a tantos sirvientes. Jiang Mu Chen, que siempre tiene un buen autocontrol, mostró una expresión como el hielo. Sus ojos también se volvieron muy fríos.
—¿El ministro Chu va en contra de Han Guo Gong Fu deliberadamente? Nunca pensé que Chu Wang, que ha sido leal a la familia real durante toda su vida, tendría en su familia una persona como el ministro Chu.
Las palabras de Jiang Mu Chen eran realmente crueles. En la superficie elogió a Chu Wang por ser leal, pero lo llamó un perro fiel en secreto.
Aunque Chu Fei Yang nunca parpadeó sobre cómo lo evaluaban los demás, en este momento Jiang Mu Chen había tocado su línea de fondo. Los ojos de Chu Fei Yang se volvieron fríos y su boca tenía una sonrisa siniestra.
—Este ministro nunca pensó que Han Guo Gong Fu, la residencia de un marqués tan digno tendría a alguien como el joven maestro Yuan. En medio de la noche, todavía está pensando en salir a escondidas de la residencia e ir a disfrutar de las hermosas mujeres en los burdeles.
Chu Fei Yang le devolvió intactas las palabras a Jiang Mu Chen. La primera parte elogiaba a Han Guo Gong Fu por su alta posición, pero en la siguiente se burlaba de que una familia tan noble criara a un bastardo tan lujurioso como Yuan Qing Zhou.
Además, las palabras de Chu Fei Yang tenían un significado oculto. Nadie que esté aquí, aparte de Jiang Mu Chen, podrá entenderlo. Ese día en Fu Guo Gong Fu, Lao Tai Jun todavía estaba celebrando su cumpleaños, pero Yuan Qing Zhou, aprovechando que había bebido unas cuantas copas de vino, quiso faltarle al respeto a la nieta de Lao Tai Jun. Tal comportamiento era como el de una bestia.
Aunque Jiang Mu Chen comprendió el significado y también se dio cuenta de la maldición secreta de Chu Fei Yang, él no podía exponer este asunto.
Aunque en el pasado, rompió el compromiso porque odiaba a Yun Qian Meng, la razón principal no era realmente por ella. Y debido a este compromiso roto, se ha convertido en una broma en Xi Chu. No sabe por qué, pero en este momento, Jiang Mu Chen, subconscientemente, no quiere que la reputación de la joven vuelva a sufrir daños una vez más. Así que, aunque Chu Fei Yang se burla de Yuan Qing Zhou en secreto, se lo traga y no habla.
Lin Lao Tai Jun vio que Chen Wang permanecía en silencio, sus ojos brillaron en confusión. Aunque no sabe lo que sucede entre Chen Wang y Chu Fei Yang, en este momento Chu Fei Yang se burló de su Han Guo Gong Fu. ¿Cómo puede Lin Lao Tai Jun tragarse esto?
Su Han Guo Gong Fu nunca se cruzó con la residencia Chu. Hoy, cada palabra de Chu Fei Yang tenía espinas. Obviamente, estaba en contra de Han Guo Gong Fu. Aunque Lin Lao Tai Jun no quiere otro enemigo, si Chu Fei Yang se pasa de la raya, tampoco le importarán las sensibilidades.
Lin Lao Tai Jun enderezó su espalda y dio un ligero paso hacia adelante. Su aura majestuosa mostraba su posición en la mansión. En este momento, su pesada complexión mostraba su disgusto. Preguntó a Chu Fei Yang: —El Ministro Chu presumiblemente tiene algún malentendido contra Han Guo Gong Fu. ¿Por qué cada palabra va dirigida en contra de Han Guo Gong Fu y también asusta a mi nieto aquí?
Al oír eso, Chu Fei Yang se rió con fuerza. Luego dijo seriamente: —¿No está Lao Tai Jun pensando demasiado en este nieto? Este ministro piensa que lo mejor que puede hacer Lao Tai Jun en este momento es renovar, echando a la gente inútil y colocando a gente nueva dentro de la residencia, para evitar que en medio de la noche haya una persona más o una menos.
Después de decir eso, el pie de Chu Fei Yang palmeó el costado del caballo. Ya no le importaba la gente de Han Guo Gong Fu y en un abrir y cerrar de ojos desapareció de la vista…
—¡¿Quién estaba de guardia hoy y dejó escapar al joven maestro?!
Detrás de Chu Fei Yang llegó la furia de Lin Lao Tai Jun.
Un sirviente fue atado tras las palabras de Lin Lao Tai Jun. Lo presionaron para que se arrodillara delante de Lin Lao Tai Jun y Chen Wang. Su cuerpo temblaba y no se atrevía a hablar.
—¡Arrodíllate, golpeenlo hasta la muerte!
Lin Lao Tai Jun no tuvo el deseo de escuchar su explicación y dió directamente una orden. El cuerpo de aquel sirviente se volvió blando. Inmediatamente cayó sobre el frío camino de piedra azul.
Pero esta lamentable apariencia no obtuvo la más mínima piedad de Lin Lao Tai Jun. Ella y Chen Wang se giraron y entraron en Han Guo Gong Fu.
En comparación con Chen Wang, que no tenía expresión, la mirada de Lin Lao Tai Jun lo recorrió una vez. Entonces, su expresión se volvió más seria. Sin un atisbo de indagación, preguntó: —¿Por qué Chen Wang no acepta la sugerencia de la consorte viuda?
Al escuchar la pregunta de Lin Lao Tai Jun, la expresión de Jiang Mu Chen se volvió aún más fría. En su corazón, negó la sugerencia de moral de la consorte viuda Yuan sin dudarlo. Además, aquella vez en el palacio de la emperatriz viuda, también se negó rotundamente. Ahora Lao Tai Jun lo estaba insinuando de nuevo, debe ser a causa de Chu Fei Yang. Debe tener miedo de que Han Guo Gong Fu se enemiste con la residencia Chu de tan alto estatus. Sería mejor pedir prestado el matrimonio y ganar apoyo.
Desafortunadamente, la persona que la madre consorte sugirió no podía entrar en sus ojos. Incluso Lin Lao Tai Jun debe estar decepcionada.
—Ya que a Lao Tai Jun le gusta, ¿por qué no planear un buen matrimonio para la prima menor?
Chen Wang miraba al frente. Su cuerpo no se conmovió en lo más mínimo. Fríamente dijo esa frase. En el fondo del corazón de Lin Lao Tai Jun cruzó un rastro de disgusto. Si la otra parte puede encapricharse de Zhou’er, ¿por qué se tomaría tantas molestias en dejar que la consorte viuda Yuan persuadiera a Chen Wang?