Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 3 – Capítulo 3

Traducido por Shiro

Editado por Meli


Padre e hijo de la familia Shen no solo regresaron a casa ilesos, Shen Yi Bin recibió el decreto del emperador, el cual decía que, una vez terminada la investigación, debía participar en el examen del palacio. Parecía que si no obtenía el primer lugar, no podría convertirse en funcionario en el futuro.

Esto mostraba las altas expectativas que el emperador Tian Chen tenía hacia Shen Yi Bin. Mientras que obtuviera la puntuación máxima en el examen imperial, sería fácil alcanzar éxito estratosférico y ocupar las posiciones más altas para funcionarios en el futuro.

Su madre dio varias vueltas alrededor de su hijo, diciendo con alegría:

—Sabía que mi hijo era el más inteligente del mundo. Desde pequeño, siempre fue muy inteligente.

Shen Hui recordó cuán inteligente era su hijo de pequeño y también suspiró. Había pensado que su hijo era un Zhong Yong lamentable, ¿cómo podía haber imaginado que, en realidad, se había ocultado de forma deliberada? Pensando en ello, no sabía si reír o enfurecerse.

Shiro
Esto se mencionó en un capítulo previo. Zhong Yong fue un niño prodigio que dejó de serlo por no haber asistido a la escuela y pulir sus habilidades. Lo que lo convirtió en una persona de las más comunes en términos intelectuales, incluso por debajo de alguien regular que se esforzó en la escuela.

—Yi Bin, tu padre ha reflexionado, y pienso que tienes razón. El séptimo príncipe es demasiado injusto. Como tu hermana ya no es amada, deberíamos cambiar nuestra alianza por otro príncipe. —Shen Hui se acarició la barba y suspiró.

—Pero si no ayudamos al séptimo príncipe, ¿no sería la vida de Qiao Dan aún más difícil? —Los ojos de su madre estaban enrojecidos, llenos de preocupación.

—Madre, no has comprendido. Mientras que la familia Shen no caiga, el séptimo príncipe no se atreverá a maltratar a mi hermana. Además, este hijo escuchó que el séptimo príncipe solo mima a la concubina Xie-shi, las otras mujeres son tratadas como si fueran aire. Si apoyamos al séptimo príncipe, quien obtendrá el mayor beneficio no será mi hermana, sino la mimada Xie-shi. Así que, ¿por qué habríamos de hacer algo tan ingrato? —Zhou Yun Sheng le dio a su madre palmadas en el dorso de la mano para aplacarla.

Ella, entonces, pensó por un momento y encontró razonables sus palabras. También pensó en cómo el séptimo príncipe se negó a ayudarlos y que incluso denunció y confinó a su hija. Siendo que estaban aprovechando un momento de debilidad de la familia Shen para pisotearlos, ya no se opuso.

♦ ♦ ♦

Como el eunuco del palacio robó las preguntas del examen escritas a mano por el emperador, este purgó el palacio interno sin reparos. Se deshizo de todos los espías que habían plantado en cada facción, lo que hizo que el séptimo príncipe desconociera aún que la política fiscal trascendental fue en realidad escrita por el anodino Shen Yi Bin.

Xie Yu Rou había renacido, y largo tiempo había transcurrido desde que se hizo amiga de los talentosos ministros que apoyaron al séptimo príncipe en su vida pasada. Uno de ellos fue Lin Wenjie, quien se hizo famoso en todo el mundo debido a la cantidad de ensayos sustitutos que escribió para candidatos del examen imperial.

Por lo que, cuando ella se enteró que el emperador tenía en mano el ensayo de una política extremadamente maravillosa, y estaba buscando al autor en Beijing, le mencionó el nombre Lin Wenjie al séptimo príncipe, diciendo solo que había encontrado una persona muy talentosa por accidente, incitándolo a que investigara.

El séptimo príncipe estaba buscando complacer a su padre imperial, pero también estaba intentando reclutar un individuo talentoso, por lo que buscó a Lin Wenjie personalmente.

Lin Wenjie era el hijo de una concubina, y era bastante oprimido por la primera esposa. Quería participar en este examen imperial, pero la primera esposa se negó a buscarle un garante, y también ordenó a los sirvientes que quemaran su correspondencia para que no tuviera salida.

Llevaba una vida miserable y no le quedó opción salvo escribir poesía para ganar dinero. Con el tiempo, su nombre se extendió por todos lados, y a medida que el examen imperial se acercaba, la gente acudió a su puerta en busca de ensayos, todos bajo el tema del «zu yong diao». En repetidas ocasiones le advirtieron que no divulgara el asunto y que nunca escribiera el mismo ensayo en un contexto público. Los precios que le ofrecieron eran muchas decenas de miles y algunos miles.

Este joven era muy inteligente, discerniendo con rapidez los puntos claves. De este modo, se dedicó a estudiar durante unos días y escribió un ensayo maravilloso y lo vendió de manera simultánea a muchos candidatos del examen. Esto lo hizo para agravar la situación, para que así el emperador Tian Chen lo notara.

Así que, cuando el séptimo príncipe llegó a su puerta, él ya estaba vestido con su mejor túnica académica, dándole una cálida bienvenida.

El séptimo príncipe discutió con él los clásicos, sintiendo que de verdad era un joven muy educado, y solo entonces explicó el propósito de su visita. El ensayo de Lin Wenjie se había primero propagado entre los examinadores, y luego en la Corte Imperial. Sin embargo, el ensayo de Zhou Yun Sheng lo había recopilado con suma cautela el emperador, y además le había advertido al examinador que se había topado con el examen que no lo divulgara, para evitar que las personas con motivos ocultos se aprovecharan de esta situación. Como resultado, el séptimo príncipe solo sabía acerca de la política del ensayo que Lin Wenjie había escrito, no sabía que había uno muy superior a este.

Entonces, los dos hombres compararon el ensayo y Lin Wenjie fingió tener miedo.

—El ensayo original del zu yong diao fue, en realidad, escrito aquí. Este humilde civil es ignorante. ¡Este humilde civil merece la muerte!

El séptimo príncipe pronto lo ayudó a levantarse, explicándole que su padre imperial no lo culpaba, sino que, en realidad, lo estaba buscando porque quería ordenarle que sirviera con eficiencia en la Corte. Lin Wenjie, satisfecho, sonreía con suficiencia en su corazón, pero fingió declinar unas cuantas veces antes de seguir al otro al palacio.

En el salón del Palacio Qin Zheng, el emperador estaba en silencio, estudiando a Lin Wenjie con ojos sombríos.

—Ya que dices que escribiste el ensayo, ¿puedes recitármelo?

Lin Wenjie, que sudaba como una casada, se compuso y comenzó a recitar el ensayo después de un: «Como su majestad imperial lo ordene».

La expresión fría del emperador Tian Chen se convirtió en desdén, y luego en algo de lástima. Si un ensayo tan excepcional como el de Zhou Yun Sheng no existiera, él habría escogido este como el mejor y más brillante ensayo. Ahora, cabe mencionar que como había sentido curiosidad por el escritor del otro ensayo, había incluso considerado otorgarle una posición importante si tenía buen carácter. Sin embargo, esta persona escuchó que había un ensayo sobresaliente en el examen de la provincia y corrió al palacio a reclamarlo. Cualquiera podía ver que tenía un gran deseo de fama y fortuna, y que pensaba muy bien de sí mismo. En comparación a Shen Yi Bien —libre y relajado, puro y natural— era desagradable.

—Suficiente. Este ensayo es bueno, pero no lo suficientemente bueno como para impresionarme. Has estudiado bien, pero todavía tu visión hacia el futuro es poca y apresurada. —El emperador sacó de la mesa el ensayo usado de tanta lectura y se lo entregó a un asistente cercano—. Para obtener conocimiento se requiere humildad. Déjenle ver esto, para que entienda dónde falló.

El joven sabía que algo había salido mal. Luchó contra su miedo de leer el examen y lo tomó. Después de un rato, palideció.

—Séptimo príncipe, tú también mira. —El emperador agitó las mangas.

Zhu Zi Qing hizo como le ordenó, después de leer, quedó muy conmocionado.

—Expresivo, brillante, elegante. Un trabajo tan excepcional, ¿puedo preguntarle a padre imperial qué sabio académico lo escribió? —El séptimo príncipe se inclinó con sinceridad.

—¿No fue tu cuñado? —El emperador rio con ganas y dijo—: Quería más tiempo para jugar y se comportó tontamente frente al funcionario Shen por algunos años. Si no hubiese sido forzado a una situación desesperada, no sé cuánto tiempo habría permanecido escondido.

El corazón del séptimo príncipe saltó con ferocidad y, atónito, levantó la cabeza hacia el trono imperial.

El emperador tenía pereza de explicarle y lo despidió:

—Estoy cansado, puedes irte. Cuando estudies, no olvides cultivar tu corazón. Recuerda siempre que hay personas de personas, y cielos sobre cielos.

Lin Wenjie estaba mortalmente avergonzado, se postró repetidamente y luego se retiró cubriendo su rostro. El séptimo príncipe ordenó a alguien que lo llevara a casa, ya sin intenciones de reclutarlo. Entonces, sentado en el carruaje, recordó con cuidado la política del ensayo.

Un ensayo tan hermoso fue, en realidad, escrito por Shen Yi Bin. Incluso si lo golpearan hasta la muerte, no se lo habría imaginado. Sin embargo, su padre imperial era sabio, brillante y muy decidido. Si él lo decía, ciertamente no estaba equivocado.

Acto seguido, pensó en la situación bochornosa que acababa de suceder debido a su deseo de recibir los elogios de su padre imperial; pensó en la gran estima de su padre hacia Shen Yi Bin, en el trato frío que le dado a Shen Qiao Dan y en cómo no movió un dedo para ayudar a la familia Shen.

Ahora, la familia Shen debía haberlo erradicado de sus corazones. Las mejillas del séptimo príncipe se enrojecieron como si hubiese recibido docenas de bofetadas despiadadas, incluso sintiendo un leve dolor.

Shen Yi Bin recibiría una posición alta, y Shen Hui era un funcionario talentoso de primera clase en DaZhou. Perder el apoyo del padre e hijo de la familia Shen no era diferente a perder a dos asistentes capaces. El arrepentimiento del séptimo príncipe era insuperable, y también odiaba a Xie Yu Rou, quien lo había engañado. Después de regresar al palacio, la reprendió.

Ella había pensado que había arruinado la carrera de Shen Hui, ¿cómo podía anticipar que Shen Yi Bin resultaría, inesperadamente, incluso más capaz que su padre? Xie Yu Rou recordó con cuidado la vida pasada de Shen Yi Bin. En su memoria, era un total petimetre, sin el más mínimo talento para aprender.

En la vida pasada, la posición de Shen Hui se mantuvo inalterada, y Shen Yi Bin, a quien le encantaba jugar, pudo llevar su vida en libertad y sin preocupaciones. En esta vida, en cambio, lo llevó hasta un callejón sin salida, por lo que sacó a relucir sus habilidades.

¿Podría ser que mi comportamiento condujo a esta mutación? Entonces, ¿en el futuro podrían ocurrir más eventos imprevistos? Sin el apoyo de la familia Shen, ¿podrá el séptimo príncipe ascender al trono sin problemas?

Pensando en todo esto, Xie Yu Rou entró en pánico, y se maldijo a sí misma por haber sido tan imprudente. Sus acciones terminaron siendo el equivalente de levantar una piedra solo para aplastar su propio pie. Sin embargo, en ese momento recordó la ruta de escape que había creado con el príncipe heredero tanto tiempo atrás y que, debido a ello, sin importar cuántos cortesanos lo apoyaran, tarde o temprano cavaría su propia tumba. Ante esto, recuperó su tranquilidad.

♦ ♦ ♦

La verdad acerca del caso del fraude por fin salió a la luz, y un gran número de subordinados del príncipe heredero fueron destituidos. Además, el emperador Tian Chen también reprendió con severidad a su hijo frente a numerosos funcionarios de la corte, haciéndolo pasar una gran vergüenza.

Después de dos días de reorganización y descanso, el emperador emitió un edicto imperial que ordenaba que el examen de la provincia fuese reabierto en el patio de tributos.

Zhou Yun Sheng consiguió el primer lugar sin suspenso alguno, calificando tranquilamente para el examen del palacio. Esta vez, el tema del examen era muy sencillo, solo tres palabras: las cuatro clases. El contenido tan complejo, el concepto abstracto y la dificultad de establecer el tema hizo que muchos estudiantes fruncieron el ceño con preocupación, y durante mucho tiempo, no se atrevieron a escribir nada.

Shiro
Parece que fue una una estructura jerárquica de clases sociales desarrollada en la antigua China por eruditos confucianos o legalistas desde finales de la dinastía Zhou, y considerada una parte central de la estructura social del feudalismo. Las cuatro ocupaciones de la antigua China eran: académicos, agricultores, artesanos y comerciantes.

Zhou Yun Sheng cerró sus ojos un momento y cuando los abrió de nuevo, su escritura fluyó como el agua, terminando de una vez:

Las cuatro categorías de personas, los pilares del país… Por lo tanto, los hombres no deberían tener más de un cargo oficial y tampoco deberían redoblar el trabajo. Además, siendo diferente el campo de la provincia, la elocuencia agrícola le pertenece a los agricultores, las palabras y hechos intelectuales a los académicos, la habilidad manual a los artesanos, la destreza del lenguaje a los comerciantes…

Abandonó la opinión popular que establecía: los terratenientes son nobles y los comerciantes son humildes; y expuso de manera integral la contribución que hacía cada ocupación respecto al progreso social, enfocándose en el importante papel que jugó el desarrollo empresarial en el ascenso del país, y así demostrando sus habilidades a través de sus palabras.

La mayoría de los ensayos escritos durante el examen del palacio le daban mucha importancia a la estabilidad, decantándose por la moderación en lugar de tocar los puntos sensibles del emperador. Sin embargo, el análisis que Zhou Yun Sheng realizó con la ayuda de 007 enfatizaba la razón por la que el emperador Tian Chen quería reformar el sistema fiscal: reabrir el comercio marítimo para prepararse para el comercio exterior. De este modo, el ensayo no solo tocaba sus puntos sensibles, sino que estimulaba su ambición.

Efectivamente, cuando el emperador llegó a su mesa, solo necesitó leer las dos primeras líneas antes de quedar absorto, esperando con ansias hasta que completó el texto en su totalidad. En ese momento, no pudo evitar aplaudir.

Los demás candidatos los miraron; ya podían imaginar quién obtendría el primer lugar.

Cuando el examen del palacio apenas finalizó, el emperador, impaciente, convocó a Zhou Yun Sheng. Tuvieron un debate en el salón del Palacio Qin Zheng hasta el anochecer, y solo entonces, renuente, lo dejó ir.

Tres días después, un edicto fue emitido y, como se esperaba, Shen Yi Bin obtuvo el primer lugar. Además, le fue asignada la posición de académico en la Academia Imperial de Hanlin. Era solo el primer paso de su carrera, pero ya se había convertido en un ministro de quinto rango del círculo interno y apenas tenía dieciocho años, y a través de la experiencia durante algunos años, se convertiría en primer ministro.

Shen Yi Bin se convirtió en la figura más popular en Beijing, y la gente que se acercó para proponer matrimonio casi acabó con el umbral de la familia Shen.

Por su parte, Zhou Yun Sheng usó la excusa de «carrera primero, familia después» para rechazarlas todas, y como sus padres ahora querían mimarlo hasta la muerte, aceptarían cualquier cosa que dijera.

♦ ♦ ♦

En la residencia del séptimo príncipe, este miraba la lista de regalos de Shen Qiao Dan, la cual sintió inapropiada y le añadió un treinta por ciento.

—Luego que Yi Bin se una a la academia imperial, no podrá evitar comunicarse con otros —dijo con calidez—. Como su hermana, deberías preparar más cosas que lo puedan ayudar a socializar.

—Esta concubina entiende. Esta concubina irá a mirar el tesoro una vez más. —Shen Qiao Dan sonrió con dulzura, pero sus ojos ya no contenían ni un poco de camaradería.

Sabía que la habían esterilizado con drogas, y desde hacía tiempo había perdido la voluntad de luchar por el favor del príncipe. Sin embargo, mientras su familia fuese influyente, su estatus no se vería afectado, por lo que sería mejor cultivar el afecto entre ella y su hermano. Eso era algo en lo que podría confiar toda la vida.

Shen Qiao Dan salió del salón principal y se encontró con Xie Yu Rou, y viendo su rostro demacrado, no pudo evitar sonreír con desprecio.

¿Y qué si eres la favorita? ¡Mientras la familia Shen no caiga, no podrás superarme! ¡Todas tus maquinaciones pasadas, tarde o temprano, te las pagaré de vuelta!

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