Traducido por Shiro
Editado por Meli
Luego de la cena, Fang You Ran regresó a la cocina para lavar los platos y Ji Han Yu se echó en el sofá a ver televisión.
—Si estás corto de dinero, ¿por qué no se lo pides a tu tío? La familia Cao es muy rica —preguntó Zhou Yun Sheng en voz baja, sentado junto a él.
Escuchar que la palabra «dinero» saliera de su boca hizo que Ji Han Yu se sintiera muy disgustado.
—Dinero que no es mío —contestó con algo de impaciencia—, es de mi tío. Además, ¿no lo sabes, ma? Aunque el apellido de mi madre es Cao, es solo una hija ilegítima. Cada vez que visitábamos la casa materna de mi familia, mi abuela casi sufría un ataque al corazón de la ira. Sería extraño que mi tío nos ayudara.
—No puede ser. Él parece tenerte afecto, ¿no te invita siempre a comer? —insistió Zhou Yun Sheng.
—¿Cuándo disfrutar de las expresiones miserables de mi mamá y yo se convirtió en «invitarme a comer»? El colapso de la familia Ji es trabajo suyo. Si no temiera ofenderlo, ¿crees que aceptaría sus invitaciones? Suficiente, ¡no preguntes más! Es fastidioso —concluyó, dirigiéndole una mirada cortante.
Zhou Yun Sheng regresó a su habitación en silencio. Aunque Ji Han Yu era el novio de Li Cheng Ze en título, como este último era bien versado en el arte de la seducción, no habían tenido sexo aún.
Originalmente, Ji Han Yu se había mudado con él para follárselo, pero se enamoró del angelical Fang You Ran en el proceso. Desde entonces, siempre había tomado la iniciativa de dormir en el sofá.
Para Zhou Yun Sheng, esta era una bendición disfrazada. Ji Han Yu, ese adolescente rebelde en la última etapa del síndrome de octavo grado no era para nada su tipo.
Retornando a su problema financiero, con solo doscientos yuanes en su haber, Li Cheng Ze y Ji Han Yu, en realidad, estaban dependiendo económicamente de Fang You Ran. Y Zhou Yun Sheng, como villano mal acostumbrado a vivir entre lujos y de manera extravagante, le era insoportable no tener dinero para gastar como le placiera.
—Bien. Necesito encontrar un trabajo rápido y lucrativo —murmuró mientras encendía su computador.
Entonces, las yemas de sus dedos comenzaron a bailar sobre el teclado, filtrando información útil. Li Cheng Ze no tenía título ni experiencia, por lo que encontrar un trabajo con altos requerimientos estaba fuera de discusión. Por fortuna, era hermoso, por lo que siempre podría vender una sonrisa o algo similar.
Mientras dejaba su imaginación volar, Zhou Yun Sheng se dedicó a invadir el sitio web oficial de todas las compañías principales de entretenimiento; sus dedos deteniéndose cuando encontró algo sustancial.
La pantalla que parpadeaba a la velocidad del rayo se congeló, mostrando un anuncio de contratación publicado en el sitio web oficial de AYA. Esta era la compañía de artículos de lujo más grande del mundo, entre sus ventas estaban incluidos bolsos de marca, relojes, ropa hecha a la medida, perfumes, autos sofisticados y otros productos de vanguardia.
Poseer un artículo AYA era un símbolo de identidad y estatus. Cada vez que ellos lanzaban un producto al mercado, el mundo de la moda vibraba.
En esa oportunidad, AYA estaba lanzando un perfume para apoderarse de ese mercado en el País C. Y necesitaban un modelo nacional para filmar una serie de anuncios. Los requerimientos para el modelo eran bastante únicos:
- Ser hermoso al punto de ser capaz de causar la caída de una ciudad o estado. Hombres y mujeres son bienvenidos.
- Ser joven: preferiblemente entre 15 y 18 años; altura mínima requerida 1,75 m.
- Tener una piel excelente. Abstenerse de participar si no es blanca y lustrosa como el jade.
- Poseer un temperamento puro y tierno y, al mismo tiempo, maduro y encantador.
Con estas cuatro condiciones, del 80 al 90 por ciento de la industria del entretenimiento quedaría descartado.
Revisándolos uno a uno con detenimiento, las comisuras de los labios de Zhou Yun Sheng se fueron elevando. Lin Cheng Ze era una belleza certificada; primer punto: verificado. Tenía diecisiete años; segundo punto: verificado. Además, medía 1,76 m. En cuanto a la piel, ya había ajustado los datos del dueño original a la condición óptima. Así que, ya fuese apariencia, constitución o piel, Li Cheng Ze era perfecto; tercer punto: verificado.
Por último, en relación al cuarto punto, para otros sería un embrollo, pero para Zhou Yun Sheng, ese espíritu maligno que había reencarnado durante miles de años, era pan comido. Maduro, encantador, puro, tierno, gentil, despiadado, malévolo, íntegro… Solo existían cualidades por imaginar, no cualidades que antes no hubiese representado.
Como cumplía con todas las condiciones, tomaría ese trabajo. Zhou Yun Sheng se acarició la barbilla mientras pensaba cómo haría para infiltrarse en la audición.
Accedió de forma ilícita al sitio web oficial de una compañía de entretenimiento al azar y, luego, usó sus excelentes habilidades de piratería para crearse una identidad como artista y, al mismo tiempo, vincularla con un agente. Como necesitaba participar en los exámenes de ingreso de la universidad en junio del siguiente año, firmó un contrato que vencía en abril del año próximo. Entonces, accedió ilegalmente el sitio web oficial de AYA y añadió su nombre a la lista de candidatos.
Después de todo eso, tomó el móvil para contactar a su nuevo agente.
—Hola, soy Yu Mei Lian, ¿quién habla? —preguntó de manera casual la mujer ingeniosa mientras encendía el cigarrillo que pendía de sus labios.
—Yu-jie, hola. Soy Lin Cheng Ze. Era uno de los artistas de Simón, pero ahora estoy bajo su cuidado. Fui transferido hace algo de tiempo, pero apenas la estoy contactando, me disculpo. —La voz de Lin Cheng Ze era clara y melodiosa; muy agradable de escuchar.
Las cejas ligeramente fruncidas de Yu Mei Lian se relajaron y comenzó a recordar los artistas que gestionaba Simon.
¿Cómo es que no recuerdo a ningún Lin Cheng Ze?
Simon había fallecido unos meses atrás en un accidente automovilístico, y ella y los otros agentes se habían repartido sus artistas más prometedores.
Pues dado que no tengo impresión de él, debe ser bastante mediocre, pensó con desinterés.
¿De qué sirve tener una voz agradable? También debes lucir bien, ah.
La industria del entretenimiento era un mundo de pura apariencia. Estaba a punto de decir algunas palabras frívolas, cuando la persona al otro lado le dio noticias explosivas:
—Yu-jie, fui seleccionado para atender la entrevista de AYA mañana, ¿podría pasar a recogerme?
Atónita, el cigarrillo de Yu Mei Lian se cayó de su boca, casi haciéndole un agujero a su falda, tras lo que dio un respingo y, dándose palmaditas, preguntó apresuradamente:
—Espera, espera. ¿Estás seguro de que es AYA?
De las marcas de lujo, AYA era la marca de más prestigio. Los portavoces de sus productos eran las superestrellas internacionales más influyentes. Aunque buscaban a un novato, seguí siendo excepcional, por lo que todas las compañías de entretenimiento codiciaban participar en esa entrevista.
Yu Mei Lian había hecho todo lo que estuvo a su alcance para que uno de sus artistas fuera incluido, pero al final fue rechazado. Por otro lado, su rival había tenido la suerte de poder participar. Entonces, mientras se ocupaba en enfurruñarse, ese joven le cayó del cielo.
—¿Cómo conseguiste un lugar en esta entrevista? —preguntó con tono solemne mientras agarraba con fuerza el móvil—. ¿A quién le pagaste?
—No le pagué a nadie. Iba caminando por la calle cuando me topé con un extranjero llamado Bonnie. Me dio su tarjeta de presentación y me dijo que tenía que participar en la entrevista de AYA. Al principio no lo creí, pero acabo de ver la lista de candidatos que anunció AYA, por eso la estoy llamando.
Se podía percibir el nerviosismo en la voz de Zhou Yun Sheng, pero la expresión de su rostro mientras enrollaba y desenrollaba un mechón de cabello de su frente era calmada y perezosa.
—Espera un momento. Daré un vistazo —dijo Yu Mei Lian, intentando calmar su trémulo corazón.
Cuando abrió la página web oficial de AYA, en efecto, el nombre de Lin Cheng Ze estaba en la lista. Su corazón dio un vuelco. Luego, se dispuso a acceder al modo administrador de la página de la compañía para ver su perfil de artista.
La foto deslumbrante de Lin Cheng Ze saltó a la vista, dejándola pasmada en su asiento.
¡Qué rayos! Qué belleza. ¿Por qué no me fijé en él antes? ¿Acaso mis ojos estaban bloqueados con heces?
Por fortuna, los artistas que no fueron seleccionados al inicio fueron asignados de forma aleatoria por la compañía, y él dio la casualidad de quedar bajo su cargo. De verdad, cuando su suerte finalmente llegó, era incontenible. Si Li Cheng Ze no podía volverse famoso, pues era indigno del rostro que dios le había dado.
Yu Mei Lian respiró profundo un par de veces, y solo entonces su voz recobró la calma.
—Ah, ya vi. En efecto, estás en la lista. ¿Dónde vives? Te recogeré mañana a las ocho y media.
Después de que Zhou Yun Sheng le dio su dirección, colgó, se enrolló en su colcha y se quedó dormido, aliviado.
♦ ♦ ♦
Al día siguiente, Zhou Yun Sheng desayunaba mientras le explicaba a Ji Han Yu:
—No asistiré a clases por un tiempo. Pide un permiso para poder ausentarme.
A Ji Han Yu no podía importarle menos lo que hiciera, asintió con la cabeza.
—No te preocupes —contestó con tono gentil, mirándolo—. Aunque la familia Ji esté en quiebra, pensaremos en una salida con toda seguridad. El cielo nunca bloquea el camino.
Mientras hablaba, Ji Han Yu ni siquiera le dedicó una mirada, soltando a modo de respuesta:
—Ah.
Sin embargo, en su corazón, ridiculizó la farsa de Li Cheng Ze. Aunque resultaba obvio que lo despreciaba a muerte, no rompía con él.
¿No es con mis amigos que te encaprichaste y ahora quieres usarme de puente? Mientras te atrevas a poner pie en este puente, te haré caer a tu completa devastación!
La noche anterior, Ji Han Yu había besado a Fang You Ran a la fuerza de nuevo, por lo que, esa mañana, estaba algo distraído. No se atrevió a hablarle a su mejor amigo, y tampoco cuestionó su anuncio.
Después del desayuno, los dos chicos se fueron a la escuela juntos y Zhou Yun Sheng regresó a su habitación para ponerse una camisa blanca y unos vaqueros celestes. Estaba empujando el móvil en su bolsillo cuando sonó. Era Yu Mei Lian.
—Estoy aquí, baja. Audi negro placa…
Zhou Yun Sheng le dio las gracias y tomó el ascensor hasta la planta baja. Cuando se subió al auto, Yu Mei Lian lo evaluó de pies a cabeza; sus ojos revelando lo complacida que estaba, como si hubiese encontrado un tesoro.
—Estira tu mano para sentir tu piel. Si no está a la altura, ni siquiera nos tomaremos la molestia de presentarnos.
—Bonnie también me tocó. En ese momento, pensé que era un pervertido. —Las mejillas de Zhou Yun Sheng se enrojecieron ligeramente y su hermoso rostro se volvió más cautivador.
Yu Mei Lian se rio y preguntó mientras conducía:
—¿En qué año vas?
—Último año de secundaria. Tomaré el examen de ingreso a la universidad el año próximo.
—¿Y qué piensas hacer luego? Tus padres murieron, por lo que debes encontrar un trabajo para mantenerte. ¿No es así? Leí tu contrato; expirará al final de abril del próximo año. Dios te dio ese rostro, si no lo aprovechas para ganarte la vida, sería un desperdicio. Mientras estés dispuesto a renovar el contrato conmigo, te prometo que te convertiré en una estrella internacional. Mírate ahora. No tienes título, tampoco experiencia laboral y eres muy joven. ¡Otras compañías no te querrán, ah! Sin mencionar que el dinero que harás será mucho menor… —Yu Mei Lian no escatimó esfuerzos en presionarlo, temiendo perder el tesoro que había caído en sus manos.
—Discutamos esto después que termine de filmar el comercial, ba. Mis padres siempre aspiraron que estudiara en una prestigiosa universidad. Quiero cumplir sus últimos deseos.
Por un momento, Yu Mei Lian guardó silencio, tras lo que se burló:
—¿Qué cosas dices? ¿Cómo que después de filmar el comercial? ¿Acaso piensas que sin duda te seleccionarán, ah?
Zhou Yun Sheng la miró con los ojos entornados y con las comisuras de los labios ligeramente elevadas.
Esos ojos confiados, combinados con esa expresión electrizante, eran tan potentes que Yu Mei Lian no le pudo sostener la mirada. Avergonzada, vio hacia el frente, pero sonrió con satisfacción.