Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 4 – Capítulo 4

Traducido por Shiro

Editado por Meli


La puerta de la sala de conferencias se abrió y Yu Mei Lian, impaciente por saber el resultado, se acercó hasta él. Wu Tao y Boa tampoco se habían marchado; esperando no muy lejos de allí.

—¿Qué tal te fue?

—Lo conseguí. Tengo que filmar el anuncio en tres días. Yu-jie, ayúdeme a negociar un buen precio. Necesito fondos con urgencia —le solicitó mientras doblaba el pañuelo manchado con el jugo de las rosas y lo guardaba en su bolsillo.

—No te preocupes, aunque seas un novato, AYA tiene mucho dinero. No te estafarán —le aseguró Yu Mei Lian.

—Entonces, le dejaré los detalles a Yu-jie —le dijo con una palmadita en el hombro a su agente—. Tengo que ir a clase, hasta luego. —Pasó junto a Wu Tao, cuya expresión era complicada, y Boa, quien aún tenía los ojos rojos, asintió ligeramente en su dirección y les dedicó una hermosa sonrisa.

Tres días pronto pasaron, durante los cuales Yu Mei Lian lo llamó y le informó que por la publicidad obtendría quinientos mil yuan. Para un principiante, ese era un precio astronómico, por lo que ella accedió sin consultárselo.

Los honorarios de un novato, por un anuncio, oscilaban entre decenas o pocos cientos de miles. Solo una superestrella podía tener un pago de millones por un anuncio. Zhou Yun Sheng conocía el mercado, y le expresó su sincero agradecimiento a Yu Mei Lian por sus esfuerzos.

Esa mañana, se levantó muy temprano. Salió de la habitación y caminó hasta el comedor mientras se ponía una camisa.

Su piel, blanca y cremosa como la leche, brillaba bajo los rayos luminosos anaranjados. El cabello desordenado, solo peinado con los dedos, lo hacía lucir sexi. Mientras que su par de ojos seductores tenían una capa acuosa porque acababa de despertarse; se veía puro y lindo.

Su figura era muy delgada, o tal vez no tanto, porque a través de su camisa parcialmente abierta podía verse una porción de su cintura —flexible y poderosa—, junto con una serie de músculos abdominales. Más hacia arriba, había una clavícula delicada y elegante.

Zhou Yun Sheng bostezó, y dos lágrimas emergieron y se aferraron a sus espesas pestañas. Cuando llegó a la mesa del comedor, se sentó y apoyó su mejilla sobre su mano derecha mientras que con la mano izquierda movía erráticamente la sopa de arroz caliente. El vapor blanco flotaba en el aire, desdibujando sus rasgos faciales y haciendo aún más atractivo su perezoso porte.

Un repiqueteo, estruendoso en ese silencio, interrumpió su momento de tranquilidad. Frunció el ceño y levantó la mirada, se encontró con el rostro ruborizado de Ji Han Yu mientras evadía la sopa de arroz derramada sobre la mesa.

—No te muevas, ya voy. ¿Cómo puede un hombre tan grande dejar caer su cuenco? ¿Qué te tiene tan distraído? —Fang You Ran salió corriendo de la cocina con un trapo para limpiar.

—E-Estaba pensando en mi familia —tartamudeó Ji Han Yu, al tiempo que le dedicaba una mirada fugaz a Lin Cheng Ze, quien estaba concentrado en su sopa de arroz.

Aunque lo detestara, tenía que admitir que la apariencia del chico era perfecta. Había dejado de verlo tan solo un par de días, pero sus rasgos faciales parecían haber madurado un poco. Sus movimientos carecían de su anterior frivolidad y libertinaje, habiendo sido reemplazados por elegancia y delicadeza. Como un gato persa descansando a la luz del sol con los ojos entornados. Esa imagen hizo que una comezón incontrolable se apoderara de su corazón; deseaba estirar la mano y acariciarlo.

Fang You Ran, se percató de ello y sintió un dolor en el corazón. En silencio, recogió los fragmentos rotos de porcelana, limpió la sopa derramada y le sirvió otro cuenco.

—Trata de no pensar en los asuntos de tu familia. Ya eres un sénior, tus estudios son más importantes —dijo con gentileza.

Ji Han Yu asintió con la cabeza y, al ver que Lin Cheng Ze no le ofreció palabras de confort, su momentáneo enamoramiento se disipó siendo reemplazado por desprecio e ira.

—Ayúdame a pedir unos días de permiso; estoy ocupado —solicitó Lin Cheng Ze, mientras terminaba su sopa de arroz, ignorando la atmósfera ambigua de los protagonistas.

—¿Con qué te ocupaste esta vez? ¿Qué estás haciendo? No olvides que los exámenes de ingreso a la universidad son en junio. —Ji Han Yu lo cuestionó como nunca lo había hecho.

—Si dije que estoy ocupado, estoy ocupado. Deja de fastidiar tanto. —Arrojó la cuchara y se limpió la boca. Acto seguido, escuchó su móvil repicar, contestó y salió del apartamento sin despedirse.

Ji Han Yu caminó hasta la ventana y miró hacia abajo, burlándose en su interior en cuanto lo vio subirse a un Audi Q7: Una perra será siempre una perra. Cuanto más hermosos, más baratos son.

Entonces, miró a Fang You Ran limpiando diligentemente la mesa y su caos mental recobró la calma.

♦ ♦ ♦

Zhou Yun Sheng y Yu Mei Lina llegaron a la sucursal de AYA. El personal ya tenía el estudio preparado, luces y cámaras en su lugar, esperando solo que comenzara el rodaje.

—Señor Orlando, ¿olvidó enviarnos el guión? —Yu Mei Lian arrastró al extranjero rubio que corría por el estudio hasta donde se encontraba Lin Cheng Ze.

—¡Oh! Mi pequeña hada finalmente llegó. De prisa, vístete rápido. —Orlando ignoró a Yu Mei Lian, sus ojos y corazón eran ocupados únicamente por el adolescente sonriente bajo las luces.

¡Tu hermana es una pequeña hada!, maldijo Zhou Yun Sheng en su corazón, pero en su rostro, su hermosa sonrisa no flaqueó en ningún momento. Asintió con la cabeza y siguió al estilista.

Shiro
«Pequeña hada» puede significar también «mujerzuela». Es natural que ZYS se haya enfurecido. Démosle a Orlando el beneficio de la duda por ser extranjero. xD Por último, los chinos usan los miembros de la familia de la persona a quien maldicen.

Para llamar su atención, Yu Mei Lian tiró con fuerza de Orlando, quien parecía embriagado.

—Señor Orlando, olvidó enviarnos el guión. ¿Cómo podemos filmar si no hay guión?

—Ah, olvidé decirles. Este anuncio no tiene guión. Cuando regrese la pequeña hada, comenzaremos de inmediato. —Levantó una mano y aplacó el caótico cabello de su frente. Fue entonces cuando vio a una alta figura entrar, tras lo que fue deprisa a saludarlo.

Yu Mei Lian, quien también se volvió para ver quién era, sintió sus nervios ya tensos romperse en pedazos mientras pensaba: ¿Qué rayos? Es Cao Mo Kun, famoso por su crueldad; el gran tiburón blanco del océano de los negocios. El hombre que puede aplastar a una familia de primera clase con solo agitar su mano, ¡ah!

¡¿Qué está haciendo aquí?!

Era conocido por todos los del medio que ese hombre era un infame amante de la belleza. Siempre que le gustaran, utilizaría cualquier medio para obtenerlos daba igual si era un hombre o una mujer.

¿Qué pasaría si viera a Ling Chen Ze?, se preguntó Yu Mei Lian, apartando la mirada con expresión sombría.

La mayoría de los agentes, de una manera u otra, se prestaban para el proxenetismo. Aunque no estuvieran dispuestos, el entorno lo dictaba. Si se quería ser famoso, un precio que la mayoría de la gente común no podía imaginar debía pagarse. Sin embargo, Lin Cheng Ze era un huérfano menor de edad; no podía endurecer su corazón y prestarse para eso.

Por su mente jamás pasó que Cao Mo Kun desdeñara a Li Cheng Ze. Para ella, era una ridiculez que alguien pudiera rechazarlo. Solo un ciego podría no apreciar su belleza.

Ella ignoraba la existencia de Ji Han Yu, un ciego, que en ese momento estaba siendo ridiculizado sin siquiera saberlo.

Zhou Yun Shen, ajeno al dilema sin precedentes en el que se encontraba Yu Me Lian; estaba ocupado intentando subirse el cierre de los vaqueros.

—¿Esto no está muy ajustado? Apenas puedo caminar. —Respiró hondo y metió el estómago.

—Claro que no, no lo está. Está lo suficientemente ajustado —dijo el estilista mirando los músculos abdominales del joven, el cinturón de Adonis, el trasero firme y las piernas esbeltas; tras lo que se limpió la saliva en cuanto terminó de hablar.

—¿Y mi camisa? —preguntó Zhou Yun Sheng con una sonrisa.

—Sin camisa. Tu torso estará desnudo.

—¿Zapatos? —Se miró los pies desnudos.

—Tampoco —contestó el estilista, luchando por apartar la mirada, y lo empujó fuera—. El tiempo casi ha terminado. Es mejor que salgas, Orlando tiene mal genio. Comienza a maldecir a las personas si espera por mucho tiempo.

—¡Oh, dios mío! Bebé, eres como un trozo de panna cotta recién horneada espolvoreada con azúcar en polvo que se derrite con rapidez. ¡Te quiero comer! —exclamó Orlando con una expresión codiciosa.

El personal presente le dirigió miradas ardientes y, oculta entre ellas, había una aguda y penetrante.

De manera instintiva, Zhou Yun Sheng buscó esa intensa mirada, sus ojos destellaron. Junto al director se encontraba un hombre de físico fuerte y muy alto, de al menos 1,90 m, vistiendo un costoso traje a la medida. Su cabello estaba peinado hacia atrás, dejando al descubierto un hermoso rostro cincelado. Sus alargados y estrechos ojos estaban entornados y sus labios finos y gráciles estaban ligeramente levantados; su expresión pensativa revelaba perversidad.

¿Cao Mo Kun?

Zhou Yun Sheng buscó la identidad del hombre entre los recuerdos de Ling Cheng Ze y, con indiferencia, desplazó la mirada hacia Orlando.

—Disculpe, ¿cómo debo filmar el anuncio? Yu-jie dijo que no le entregó un guión.

—Ah, no hay guión. Solo te filmaremos a ti. Cada uno de tus ángulos, cada una de tus acciones, todas tus expresiones. Luego, escogeremos las tomas más hermosas y sexis para sintetizar un anuncio tan vivaz y colorido que podrás olerlo. Bebé, solo tienes que actuar desinhibidamente. Ve, ve. —Empujó al chico hacia el estudio lleno de pétalos.

Meli
Ahora entiendo por qué nunca comprendo los comerciales de perfumes, son tan surrealistas

Zhou Yun Sheng miró algo sorprendido la densa capa de pétalos bajo sus pies. Modelar de verdad era una ocupación que se valía únicamente de la venta del atractivo sexual.

En principio, Cao Mo Kun pensó que el joven se le acercaría a adularlo sin vergüenza alguna como lo había hecho con anterioridad, nunca esperó que este le dedicara una mirada fugaz para luego enfocarse en otro lado como si no lo conociera.

¿Jugaremos al gato y al ratón?, se preguntó al tiempo que sacaba un puro de su bolsillo, tras lo que lo cortó y encendió.

—¿Podría darme una botella de vino tinto? —preguntó Zhou Yun Sheng a Orlando luego de dar unas cuantas vueltas sobre los pétalos—. Quiero buscar inspiración a través del alcohol.

—Una belleza, vino tinto, rosas, perfume… ¡Esta combinación es maravillosa! —Orlando aplaudió con expresión deleitada y su asistente trajo una botella de vino tinto.

Zhou Yun Sheng bebió un gran trago, sintió que no era suficiente y bebió dos más. El líquido rojo brillante se deslizó por su delicado mentón, bajando por su esbelto cuello, alcanzando su sexi clavícula y continuando por su blanco pecho… Entonces, bajó la botella de vino; sus mejillas estaban ruborizadas y sus seductores ojos confusos y brillantes.

En el silencioso estudio, el sonido de gente tragando se hizo bastante notorio. Orlando se llevó la botella y agitó la mano.

—¿Entraste en papel? Si es así, comencemos a filmar. —Cuando se volvió, le dio a la boca de la botella un beso indirecto.

Al ver esta escena, la expresión de Cao Mo Kun se ensombreció y resopló con frialdad.

—Jefe… —Tosió su asistente y le sugirió—: Por favor, siéntese ahora que todos están concentrados en Lin Cheng Ze…

De lo contrario, cuando todos reaccionen, ¡pasará una vergüenza!

Aunque no se atrevió a decir la última parte, miró de manera significativa el miembro erguido de su jefe.

Sin embargo, Cao Mo Kun no lo encontró embarazoso. Caminó hasta el director y pidió una silla, se sentó y clavó su mirada en el cuerpo del joven.

Sintiéndose ya algo ebrio, Zhou Yun Sheng le dedicó a la cámara una sonrisa, se veía distraído. Se acostó sobre los pétalos y bostezó con pereza. El vino sabía bastante bien, y lo hizo sentir somnoliento, su cuerpo se enfrío, por lo que cubrió su pecho con los pétalos. Solo quería dormir, pero recordó que estaba filmando un anuncio y abrió los ojos con renuencia, giró su cuerpo para quedar frente a la cámara, apoyó la mejilla sobre su mano y sonrió deslumbrantemente; su mirada era embriagadora.

—Fantástico. Esta sonrisa es genial, ¡tenemos que conservarla! —La cara de Orlando estaba enrojecida.

Una respuesta en “Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 4 – Capítulo 4”

  1. Estos arcos me llaman mucho la atención, lo que si tengo duda es si se volverá a reencontrar con su primera pareja y cuando enfrentará al que lo obligó a resucitar varias veces como villano

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