Traducido por Shiro
Editado por Meli
El enorme estudio estaba decorado con cuatro estilos diferentes de escenas, dos en el interior y dos en el exterior. Afuera había una piscina y algunas sombrillas y sillas de playa. Además, también había un jardín lleno de flores de colores, pequeñas mesas redondas y sillas de ratán, columpios, cestas de picnic y alfombras de cachemira. Todo lo que debía tener un jardín lujoso estaba allí.
En el interior, las dos escenas estaban dispuestas en los extremos opuestos del estudio. Una era una sala de estar muy moderna y sencilla con todos los muebles blancos y negros, iluminada a raudales por la luz brillante del sol que entraba por una ventana cristalina. Al sofá de cuero blanco puro lo rodeaba una capa de luz dorada, lo cual transmitía una sensación de calidez.
En el otro extremo, había una preciosa y elegante sala de estar de estilo barroco. Los muebles decorados con encajes de color dorado, mientras que el techo y las columnas estaban talladas con magníficos diseños y el suelo estaba cubierto con una suave alfombra de terciopelo rojo con dibujos de flores. Cada rincón de la habitación exudaba un aire antiguo y pesado.
Con estas cuatro escenas, se garantizaba la variedad al momento de elegir el estilo de la sesión fotográfica que los participantes desearan, sin mencionar que dejaba en evidencia el esfuerzo que el equipo del programa había puesto para ese desafío.
Bonnie le pidió a los concursantes que se acercaran uno a uno a sacar una tirada de suerte para determinar el orden de sus sesiones de fotos. Les dio tiempo para considerar qué escena, estilo, poses y pareja elegir. Debían reflexionar con claridad y luego, hacerle saber sus planes para así dejar constancia de ello porque, por muy brillante que fuera lo que se les pudiera ocurrir, después no podrían hacer cambios. Era lo justo para todos.
Ya fuera que eligieran de manera sabia o tonta, Bonnie y el señor Atchison no interferirían. Necesitaban comprobar que cada participante poseyera el sentido de la moda de un supermodelo.
Zhou Yunsheng obtuvo el quinto lugar, lo cual no era bueno ni malo. Sus ojos se movieron de un lado a otro entre Bonnie y Gustav. Al final, se detuvieron en el hermoso y refinado rostro de ella.
Dicen que para reducir el cansancio, empareja a un hombre y a una mujer para que trabajen juntos.
Aunque él era gay y eso no se aplicaba a su caso, un hombre y una mujer hermosos en una sesión de fotos siempre multiplicaría el atractivo. Decidido, comenzó a seleccionar la vestimenta y poses de Bonnie en su mente, así como el lugar para la sesión fotográfica. Él estaba seguro de que para ambos, algo de estilo clásico era la mejor opción, siendo la magnificencia, la moda y la elegancia los temas principales.
Bueno, está decidido, asintió con la cabeza y se apartó un mechón de cabello de la frente.
Los dos que estaban preocupados en silencio por la decisión del chico notaron su asentimiento y Bonnie se rio entre dientes con schadenfreude.
—Parece que minino me ha elegido a mí. Lo siento, jefe.
La sonrisa de Gustav seguía siendo gentil y elegante, pero se sentía miserable. Quería acercarse y hablar con el gatito para convencerlo de ser su compañero, pero eso llamaría demasiado la atención y haría que los demás concursantes se tornaran hostiles hacia él.
Dios misericordioso, por favor, dime, ¿qué debo hacer? Si en tus manos está, dame la oportunidad de acercarme a él.
Después de orar, de repente se dio cuenta de que Dios estaría muy disgustado con su homosexualidad, por lo que probablemente de él no recibiría ayuda.
Entonces… le pediré ayuda al diablo. Si él puede hacer realidad mi deseo, le daré mi alma a cambio.
Gustav se frotó la cara y trató de mantener oculta su frustración y pensamientos oscuros.
Mientras el hombre tenía una crisis de fe, Ivanna se acercó y tocó la cintura de Romeo.
—Oye, ¿a quién vas a elegir?
—Elegí a Bonnie. Las fotos que nos tomaremos quedarán geniales —contestó con lápiz en mano mientras dibujaba una diapositiva rápida.
La escena que solo existía en su mente fue plasmada en el papel con sus magníficas habilidades de dibujo, especialmente Bonnie, que llevaba puesto un vestido de noche de palacio. Era muy realista.
John apuntó durante largo rato al cuaderno de dibujo, maravillándose en secreto con el polifacetismo del joven. Aunque era profano en el tema, saltaba a la vista que para que alguien pudiese dibujar con tal realismo y algo tan complejo y hermosa en tan poco tiempo, era necesario poseer una sólida formación y excelentes habilidades para dibujar.
El joven era como una mina de diamantes; cuanto más cavaba, más gemas encontraba.
La audiencia quedará fascinada con él después de este episodio.
Ivanna tomó el cuaderno de bocetos y lo admiró mientras emitía un sonido de aprobación. Luego, arrancó el dibujo y lo guardó en su mochila.
—No puedes escoger a Bonnie, ella es mía —dijo con firmeza—. ¿Por qué tienes que elegir a una mujer como compañera? Puedes conseguir el estilo que buscas también con un hombre. Elige al señor Atchison, de ese modo ni nos compararán ni elegirán al mejor de los dos por haber escogido trabajar con la misma persona.
De hecho, no importaba a quien Zhou Yunsheng eligiera, al final, la industria del modelaje no representaba un desafío para él. Reajustó la escena en su mente y luego asintió:
—De acuerdo, elegiré al señor Atchison.
—Excelente decisión, cariño —dijo Ivanna con tono exagerado y abrazándolo de todo corazón.
Al ver esta escena, Bonnie sacudió la cabeza con pesar.
—Ay… —suspiró—. Creo que Ivanna lo convenció para que cambiara de parecer. Minino es tuyo.
Gustav se apresuró a presionar con la mano las comisuras de sus labios para no sonreír como un tonto.
Ivanna es una magnífica amiga y una influencia positiva para el minino. Quizás debería dejarla hasta el final.
Media hora más tarde, Bonnie miró el reloj, se levantó y aplaudió.
—Bueno, se acabó el tiempo. Ahora, de acuerdo con el orden de las sesiones fotográficas, vengan conmigo para discutir sus planes. Recuerden, una vez que hayan escogido con quien trabajarán y un tema, no podrán cambiarlos.
Los participantes contestaron afirmativamente al unísono, y luego se acercaron a Bonnie con sus notas para hablar con ella. Gustav se sentó tranquilamente en una silla de cuero sin hacer comentario alguno.
Como era de esperar, todos los hombres eligieron a Bonnie (excepto Romeo, ese bicho raro) y todas las mujeres al señor Atchison (excepto Ivanna, otro bicho raro). Una vez decidido todo, Bonnie y Gustav se pusieron de pie y comenzaron a cooperar con los concursantes paralelamente, ahorrando mucho tiempo.
Zhou Yunsheng había obtenido el quinto lugar, pero pasó a ser el segundo tras elegir su pareja. El tiempo apremiaba un poco, sin embargo, eso no afectó su confianza. Ya había elegido su ropa e instruido al estilista respecto a cómo debían peinarlo a él y a Gustav.
Si erraban al elegir la ropa, el peinado y la escena para la sesión; las fotos ya habrían quedado arruinadas en un cincuenta por ciento. Por lo tanto, ese desafío, más que centrarse en la calidad de las fotos, se trataba más bien del gusto de la moda de cada uno. Para seleccionar al mejor de esos potenciales modelos, el equipo del programa había hecho un enorme esfuerzo.
Gustav, de un humor espantoso, trabajó con una concursante, posando junto a la piscina. Para captar la atención del magnate de la moda, la mayoría de ellas había optado por usar bikinis porque sabían que un cuerpo atractivo era la mejor arma para seducir a un hombre.
No obstante, la verdad era diametralmente opuesta a lo que habían imaginado; Gustav no estaba interesado en ellas en absoluto. Pero siendo uno de los mejores modelos del mundo, nadie podía detectar su impaciencia. De forma profesional cooperaba, ejecutando a la perfección toda solicitud que la persona hiciera, tanto en movimiento como en expresión. Pero, de hecho, lo que deseaba era tener una máquina con la que pudiera ajustar el flujo del tiempo, así podría saltarse a todas esas personas y luego congelar por siempre el momento cuando estuviese con su minino.
Debido a lo nerviosa que estaba, el desempeño de la concursante dejó que desear y el fotógrafo tuvo que hacer un gran esfuerzo para guiarla. Gustav apenas podía suprimir su ansiedad. Todas las mujeres que participaban se acercaron para ver, pero el minino se rehusó a hacer lo mismo. Eso le hizo sentir que escoger, deliberadamente, el sensual bañador que llevaba puesto había sido en vano.
Treinta disparos después, se envolvió con una toalla y se dirigió al interior, justo para ser recibido por el adolescente que trotaba hacia él, sus rizos rubio platino revoloteando de forma muy mona.
—Romeo, ¿ya escogiste el vestuario y el estilo? —preguntó con gentileza, luego de tomar una respiración profunda.
—Todo listo, por favor, ven conmigo —contestó Zhou Yunsheng, mostrando nerviosismo en el momento indicado.
—No te pongas nervioso. Trátame como a un amigo nuevo. —Gustav, de manera natural, le rodeó los hombros con el brazo, y aunque sonreía con amabilidad, su corazón latía con fuerza, a punto de salirse por su garganta.
—Está bien —asintió Zhou Yunsheng, obediente.
Entonces, de camino al camerino, Gustav preguntó casualmente mientras se cambiaba de ropa:
—Escuché que al inicio no pensabas elegirme como tu compañero, ¿por qué?
Si no contestas bien esta pregunta, es probable que ofendas a una persona clave que puede influenciar el resultado de este programa. Por lo tanto, los halagos son obligatorios, pero se deben hacer de forma sincera y sin dejar rastro.
Zhou Yunsheng miró hacia el suelo para evitar la mirada intensa del hombre.
—Porque… Porque si trabajo con el señor Atchison seguro que me pondré muy nervioso, tanto que no sabré siquiera dónde poner las manos ni los pies.
Luego de decir esto, lanzó una mirada rápida al hombre, evidenciando el rubor en su rostro.
¿Es tímido? ¡Qué lindo! ¡¿Cómo puede ser tan mono?! ¡Soy yo el que no sabe dónde poner las manos ni los pies!, se lamentó Gustav para sus adentros.
Su anhelo se estaba saliendo de control, y si no conseguía hacer algo para agradarle al joven, todo esto se iría acumulando hasta ahogarle.
Muero de ganas por tenerlo en mis brazos y besarlo con tanta ferocidad que de sus ojos azules se desborden lágrimas lujuriosas.
Sin importar cuán obscenos fueran sus pensamientos, la apariencia de Gustav se mantuvo gentil y elegante, y en cuanto terminó de vestirse, frotó de manera íntima la cabeza del joven, consolándolo:
—No necesitas estar tenso conmigo. Soy como tú, una persona común y corriente. Mido un metro con noventa y tres, peso setenta y ocho kilogramos y este año cumplo veintiocho. No tengo malos hábitos, mi deporte preferido es el billar, mi color favorito es el gris y me gusta comer bistec… —Se presentó en detalle y estiró su mano en su dirección—: Ahora me conoces lo suficiente como para tratarme como a un amigo en lugar de a un ídolo distante.
Zhou Yunsheng no esperaba que Gustav Atchison fuera tan accesible. Por un momento, quedó algo aturdido, tras lo que tomó la mano del otro y le dedicó una tímida sonrisa.
—También deberías presentarse, esto incrementará nuestro nivel de comprensión y familiaridad, que es la mejor manera de aportar armonía a una sesión fotográfica —declaró Gustav sin pensárselo dos veces. Emocionado por aprovechar la oportunidad de generar una amistad.