Querida “amiga” – Capítulo 10: ¿No sabes quién soy?

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


—Como bien sabes, no soy cercana a Lady Dorothea —explicó. —No, técnicamente hablando, no nos llevamos tan bien…

No, espera. ¿Entonces, ella quiere llevarse bien conmigo? Parpadeé mis ojos con sorpresa. El trabajo original está siendo completamente destruido. Había planeado destrozar la historia y forjarla con mis propias manos, pero, nunca imaginé que comenzaría aquí.

—Por supuesto, puede que no me consideres alguien tan cercano a ti como lady Dorothea.

— ¡No! —Exclamé. Para ser sincera, no la odio; De hecho, me agrada mucho. — ¡Nunca pensé de esa manera, Lady Odelette! —Protesté. — ¡Tú también me agradas!

— ¿De verdad? —El rostro de Odelette se iluminó en un instante, y rápidamente asentí.

—Por supuesto. No mentiría sobre eso —respondí.

—Entonces… ¿podemos ser amigas a partir de hoy?

—Si eso es lo que deseas.

Eso era lo que significa tener un amigo. Eso no le importa a la gente como Dorothea. Odelette, de repente, me agarró la mano. Oye, ¿no estás yendo demasiado rápido?

— ¡Estoy tan feliz, Lady Mariestella!

—Oh, gracias, Lady Odelette. También estoy feliz.

Siempre pensé en lady Odelette como una belleza fría; quizás, debo desechar esa imagen.

♦ ♦ ♦

Algunos de los conocidos de lady Odelette se acercaron para conversar con ella, y pude escapar fácilmente. Ahora, tenía que encontrar a Dorothea y vigilarla. Me preocupa que Dorothea ya se haya reunido con el Príncipe Heredero, mientras hablaba con Odelette.

Eso fue más que una sorpresa, lady Odelette.  

Ni siquiera sabía que Odelette tuviera esa clase de sentimientos por Mariestella, era la primera vez que oía que había hecho esa clase de favor.

La novela es el problema de todos modos. El autor escribió la historia de una manera totalmente parcial.

Estaba caminando sola cuando, de repente, me topé con alguien. El banquete estaba lleno, así que me disculpé primero sin pensar en nada más.

—Oh, lo siento —dije automáticamente, luego, caminé hacia adelante. De repente, una voz me llamó desde atrás.

—Jovencita. Por favor, espera.

Me di vuelta y lo que vi me dejó sin aliento.

Se ve demasiado hermoso para ser real.

Podía soltar un juramento por lo guapo que es este joven. Él me estaba mirando. ¿tropecé con él? ¡Oh Dios mío!

Traté de relajar mi rostro rígido y tragué seco. Nunca he visto a un hombre así en mi vida. ¿Es realmente un rostro humano? Se parece más a una escultura griega antigua que cobró vida, a pesar de sonar tan cliché.

— ¿Qué…qué sucede? —Mi voz tembló por primera vez desde que llegué aquí. Pensé que nunca vería una cara así, pero hoy se destruyeron muchas de mis suposiciones.

—Esto se le ha caído —dijo el joven. Se acercó a mí y levantó algo frente a mi rostro. Mi corazón tembló en un baile frenético ante su cercanía. Aunque resultara imposible, se veía aún más guapo de cerca.

—Oh gracias —acepté el pequeño objeto que el hombre sostenía. Mirando de cerca, parece ser uno de los pequeños diamantes de mi hombro. Debe haberse caído cuando nos topamos accidentalmente.

El joven habló cortésmente.

—Creo que es de cuando nos cruzamos antes. Si quieres, te lo devolveré…

¿Me lo devuelves? Ver su agradable rostro de cerca es suficiente compensación, y me reí como si nada hubiera pasado.

—A-ah no. Bueno, podría ser…

Mis ojos se abrieron de repente, cuando noté una gran mancha roja, y señalé alarmada su chaqueta de color crema.

—Hay algo en tu chaqueta…

Al mismo tiempo, noté la copa de cóctel en su mano. No le quedaba mucho líquido, pero cualquiera podría saber qué fue lo que ocurrió…debe haberse derramado cuando nos encontramos. Una vez que me di cuenta de eso, mi cara se puso roja por una razón diferente.

— ¡Lo…lo siento! Por favor, perdóname.

—No, en absoluto, mi señora. Está bien —dijo el hombre con voz tranquilizadora, pero, desde mi punto de vista, esto no está para nada bien. Con lágrimas en los ojos, pensé que debía hacer, justo en ese momento, recordé el pañuelo que recibí de Odelette. ¡Oh, eso es todo! Rápidamente saqué el pañuelo e intenté limpiar su chaqueta.

— ¿Qué estás haciendo? —Preguntó el hombre con voz nerviosa, pero seguí limpiando la chaqueta del hombre sin preocuparme.

—Espera un momento —le dije, —lo sacare con mi pañuelo lo antes posible.

—Pero entonces, tu pañuelo se ensuciará. Es blanco, por lo que la mancha roja no se quitará fácilmente.

—Está bien, ¡es barato!

Caray, ¿qué pasa con Odelette y este tipo, inútilmente preocupados por los pañuelos?

Ignoré la voz perpleja del joven y seguí limpiando la chaqueta del hombre. Desafortunadamente, por mucho que frote la mancha, se negó a salir. Ignoré los ruidos desconcertados del hombre y continué limpiándolo lo mejor que pude, pero la chaqueta no volvió a su estado original a pesar de mis mejores esfuerzos.

—Lo siento, buen señor. He cometido un gran error —No podía creer que le hubiera hecho esto a un hombre guapo. Seguí arrepentida. —Lo siento mucho. Esa chaqueta parece cara. Te lo compensaré.

No sabía mucho sobre la riqueza de Bellefleur, pero debería poder compensar esta chaqueta, ¿verdad? El hombre asintió, luciendo aún más perplejo que yo.

—Está bien, mi señora. No debe preocuparse demasiado —dijo en tono tranquilizador.

—Pero, tu ropa está completamente manchada.

—Estoy bien. Estoy más preocupado por tu pañuelo…

—Realmente, ¡no es nada! —Lloré —así que no te preocupes demasiado por eso.

—Entonces, si no te importa, me gustaría darle un regalo.

— ¿Eh? —Esa fue una ganancia inesperada. Parpadeé aturdida y el hombre fijó su mirada en mí.

— ¿Puedo preguntarte cuál es tu nombre?

—Uh… —estaba demasiado aturdida para responder de inmediato. Sin embargo, no pensé que hubiera alguna razón para no decirle. —Mi nombre es Mariestella Janice La Bellefleur —pensé que sería grosera sino preguntaba lo mismo, y así lo hice. — ¿Cuál es tu nombre?

—Ah —las cejas del hombre se levantaron hacia mí. — ¿No sabes mi nombre?

— ¿Qué? — ¿cómo podría saber su nombre? Esta es la primera vez que lo veo. Sacudí mi cabeza, y el joven parecía aún más confundido por mi respuesta.

—Oh. Puede que no lo sepas —murmuró. —Me llamo…

— ¡Marie!

La última voz que quería escuchar estalló en este momento. Giré la cabeza hacia un lado y vi a Dorothea mirándome con una expresión oscura. ¿Por qué estaba aquí de repente?

— ¿Dorothea? —Pregunté con una expresión perpleja.

—Marie, ¿cuál es el significado de esto? —La voz de Dorothea tembló cuando se me acercó con una expresión de incredulidad.

— ¿Qué pasa, Dorothea?

— ¿Qué sucede contigo? —Dorothea respondió con frialdad. — ¿Cómo te atreves a estar con el Príncipe Heredero?

¿Qué?

— ¿El Príncipe Heredero?

¡No, de ninguna manera! ¡No puede ser! Miré al hombre frente a mí sorprendida. La cara del hombre permanecía sin expresión por la emoción y no dijo nada, pero me di cuenta tan pronto como vi su rostro.

Realmente, hay varias sorpresas hoy.

Parece que la persona cuyo cóctel derribé accidentalmente es el protagonista masculino de la novela, el Príncipe Heredero Xavier. Nunca consideré esta posibilidad. Lo miré aturdida por un momento y confirmé mi respuesta. Sí, estaba en lo cierto.

Cabello plateado que se asemeja a la luna llena y ojos azules que se asemejan a las profundidades del mar.

¿Por qué no lo miré con más cuidado antes? Me sonrojé de vergüenza. Bueno, es de sentido común que una dama que asiste a varias fiestas reconociera al Príncipe Heredero, entonces, ¿qué excusa podría dar? No, ¿alguien lo creería? Esto fue aún más vergonzoso que cuando Odelette me preguntó por qué me junto con Dorothea.

Miré a Xavier con una mirada desconcertada, mientras él miraba hacia atrás con la misma cara sin emociones. ¿Estaba enojado porque no lo reconocí? ¿O pensó que estaba bromeando? El silencio se prolongó y solo aumentó mi ansiedad.

—Marie.

Dorothea me llamo, pero continué sin responder.

— ¡Marie! —ella gritó — ¿Cómo te atreves a estar con el Príncipe Heredero?

— ¿Qué? —Espera un minuto. ¿qué es lo que ella acaba de decir? La miré con una expresión más tonta que antes.

¿Atreverse a? ¿Atreverse a?

Estaba asombrada. ¿Por qué diría eso cuando estoy con el Príncipe Heredero? Mariestella es una noble, ¿no? Dorothea también lo es, y nuestros padres son dos condes, ¿verdad? En esta situación, no estaba siendo insolente, ¿verdad?

Estaba a punto de responder a Dorothea, pero alguien habló antes que yo.

—Mi lady —era la voz de Xavier. Me volví hacia él y parecía bastante aturdido. Sin embargo, sus ojos estaban fijos en Dorothea, no en mí. Rápidamente, resumí la situación. Si este joven realmente es el Príncipe Heredero del imperio…entonces…

¡Estoy en una situación en la que la protagonista femenina y el protagonista masculino originales se encuentran!

¡No! Grité por dentro. La situación que quería evitar se estaba desarrollando frente a mí en este momento.

7 respuestas a “Querida “amiga” – Capítulo 10: ¿No sabes quién soy?”

  1. Jaja!!!! Que horror, justo lo que ella quería evitar termina pasando 🤣🤣🤣 Igual, una completa desubicada esa Dorothea, por otro lado pensé que se iba a chocar con el Duque.

  2. No pude aguantar la risa con esa situación xD Dorothea toda encabronada, y yo imaginando a Marie como el meme de la mujer haciendo cálculos en su cabeza de lo insolente que había sido su “amiguis” frente al príncipe Lol

    Gracias por los caps, aquí sigo leyendo fielmente este pequeño maratón 😉

Responder a Ellie Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido