Reina Villana – Capítulo 19: Suave como una pluma

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


 —Todavía se siente raro —jadeó bastante, mientras luchaba por hablar, su sonido se contraía —el aire se está volviendo… —jadeó —más pesado.

Kasser, que todavía la sostenía, la tranquilizó diciendo.

—Eso es normal. Lo estás haciendo bien —susurró, sus dedos recorrían sus mechones de cabello, tranquilizándola con cada toque.

—Te acostumbrarás pronto, entonces ya no tendrás que preocuparte más —continuó —Piensa en controlar esta energía como algo similar a montar a caballo —ella lo miró, pidiendo más explicaciones —Con la práctica, aprenderás, y cuando lo hagas, siempre te acompañará.

Mientras el rey le hablaba con tanta confianza, Eugene no pudo evitar mirarlo con la boca ligeramente abierta. Al escucharlo hablar, sintió escalofríos subiendo y bajando por su columna vertebral, especialmente de esa manera anticuada, que solo escuchó que se hablaba en dramas históricos.

En su estado de fascinación, no pudo evitar decirlo en voz alta…

—La forma en que hablas es muy diferente… —murmuró en voz baja, las cejas de Kasser se fruncieron en confusión.

— ¿Diferente? Siempre he hablado así —pensó para sí mismo, antes de sacudir la cabeza divertido. Eugene podía sentir los ruidos de su pecho, mientras se reía en voz baja de ella.

—Ahora lo creo. Realmente, has perdido la memoria.

Luego, miró a Eugene en silencio, contemplándolo, su mirada recorrió su rostro, observando cada pliegue y cada línea suave en su rostro…

Esta última, también mantuvo contacto visual con él. Y, a medida que pasaba el tiempo, su dolor comenzó a desaparecer, comenzó a tomar nota de su posición actual; ella había apoyado la cabeza contra su pecho, y él había colocado sus grandes y cálidos brazos apoyando su espalda, extendiendo su calor a través de la fina tela de su ropa, que era lo único que separaba su piel.

Sabía que el rey sólo había tenido la intención de ayudarla a calmarse, y eso la llenó de una repentina oleada de cariño, por lo que hizo por ella, pero ya no sentía ningún dolor. Estaba empezando a recuperar sus sentidos y, lentamente, pero con cuidado, comenzó a desenredarse de sus brazos, colocando la mayor distancia respetuosa posible, entre ellos.

—Nunca hemos estado tan cerca antes. Incluso si ella realmente perdió su memoria, ¿es posible que una persona cambie por completo? —Kasser pensó para sí mismo.

Decidida a poner la mayor distancia posible entre ellos, Eugene, naturalmente, lo empujó suavemente y se retiró de su alcance. Pero, de repente, mientras ella se concentraba intensamente en retirarse del abrazo, su mano en la parte baja de su espalda la atrajo hacia él.

Eugene dejó escapar un grito de sorpresa; sus ojos volvieron rápidamente a sus agudos orbes azules. Luego, comenzó a parpadear hacia él confundida.

—En otras circunstancias, ciertamente, pensaría en ti como alguien más —él comenzó a decirle, y ella no pudo evitar jadear en respuesta.

—El es fuerte. Pero, si afirmará ser otra persona, él pensará que estoy loca —ella reflexionó secamente.

—Pero, me da miedo decir que sigo creyendo que la razón por la que escapaste del castillo fue porque planeabas no cumplir tu palabra conmigo —expresó, mirándola de la misma manera que antes. Incluso al mencionar la posible traición, su voz no falló ni un poco. Kasser conocía la naturaleza de la reina. Pero, lo que no entendió fue por qué ella eligió vagar por el desierto.

Tan vil como era Jin Anika, sin duda era más sabia que malvada.

—Bien, quizás —Eugene se encogió de hombros, esperando que un acuerdo poco entusiasta lo impulsara a dejarla ir.

Aun así, ella misma hizo el personaje, sabía lo astuta que podía ser Jin Anika. Anika no dudaría, un instante, en tirar cualquier grado de honor solo para lograr su propósito u objetivo en mente.

Cuando comenzó a asentir inconscientemente para sí misma, en respuesta a sus reflexiones, comenzó a sentirse bastante desanimada. Pero, cuando la expresión de Kasser se transformó en algo parecido a la sospecha, ella rápidamente se retractó de sus palabras.

—No me refiero a sí, sino que es una duda razonable —ella se defendió y aun así él le dedico una mirada entrecerrada.

 — ¿Eso significa que lo admites? —Le pregunta a ella.

— ¿Admitir qué? —Eugene preguntó de nuevo, fingiendo ignorancia, y entrecerró la mirada aún más. Había una advertencia tácita en sus ojos.

— ¿Estabas pensando en escaparte?

—Dije que no me acuerdo.

—Entonces, no puedo evitarlo —dijo el rey con resignación. Mientras lo decía, el agarre de su cintura se aflojó y Eugene tropezó ligeramente hacia atrás.

—Nunca me permitiste tocarte antes. Siempre me he preguntado por qué elegiste someter tal condición en nuestro contrato. Pero, ahora que afirmas haber perdido la memoria, parece que nunca lo descubriré.

Cansada de todo, Eugene espetó con frustración.

—Ni siquiera conozco la naturaleza de mis planes —Luego, sonrió maliciosamente, — ¿Quizás porque Su Alteza no sabe cómo hacer un bebé?

Al instante, Kasser puso una cara más sombría, si eso fuera posible.

Estas observaciones suyas, aparecieron como una provocación superficial para él. Pero, aun así, estaba secretamente molesto al escucharlo.

Nunca había sido influido por el encanto de la reina. Objetivamente, él sabía que su belleza era innegablemente notable, sin embargo, era tan intocable e insensible como una joya exhibida en una caja de vidrio. Se sentía fundamentalmente fuera de sincronía con ella.

Pero, cada vez que ve a la reina, quien afirma haber perdido la memoria, se siente extraño. Ella despertó su interés en el mismo momento en que hizo una expresión que no era como ella habitualmente. Era la primera vez que sabía que su voz, que no tenía rastros del orgullo habitual, era agradable a los oídos.

Se las arregló para calmar la parte de su cuerpo que respondió, mientras la sostenía y la calmaba hace un momento, pero mientras continuaban conversando ahora, su cuerpo comenzó a reaccionar nuevamente ante ella.

Por lo tanto, explicando que su mitad inferior estaba rígida, y que comenzó a ser doloroso.

Su fuego ya estaba medio atascado y estallaría en una enorme llama indomable si se alimentaba más. Este deseo, que estaba en contra de su voluntad, lo irritó sin fin.

Él, entrecerró los ojos, frunciendo el ceño y frunciendo los labios con frustración.

—Dudas de mi habilidad. Es un comentario muy peligroso, Anika.

El que un hombre decidiera mostrar sus capacidades, estaba mucho más allá de su comprensión, por lo tanto, esta repentina situación, en la que Eugene lo puso, finalmente, la hizo entender que él es un hombre orgulloso, después de todo, por lo que no podía tolerar palabras que lo hicieran sentir menos. Entonces, él agarró su muñeca…y presionó su palma contra la parte baja de su abdomen.

Con su muñeca envuelta por sus cálidas manos, y su atención atrapada por el rostro sombrío del hombre ante ella, Eugene se dio cuenta, tardíamente, de lo que era el objeto duro y caliente que estaba tocando.

— ¡Kyahh!

Eugene retrocedió con un breve grito. La atmósfera que los rodeaba se llenó de tensión de inmediato.

Ella estudió su rostro con firmeza, mientras él, por otro lado, solo se veía agraviado, con un aire excesivo de indiferencia. Por instinto, ella acunó su mano molestada y le lanzó una mirada acusadora.

— ¿Qué pasa con esa mirada? —Preguntó.

Al mirarlo a los ojos, Eugene pudo sentir que no estaba ni cerca de la calma. Su atisbo de deseo, era visible en este momento.

Toda la cámara estaba cubierta de oscuridad, por lo que Eugene no podía ver exactamente sus ojos, no podía detenerse en sus profundidades… ¿Cómo son esos fríos ojos azules ahora?

—No puedes culparme por pensar de esta manera. Hemos estado juntos en la cama durante tres años —afirmó de hecho, frotando sal en la herida.

El hombre, que nunca esperó enfrentarse a este desafío de su virilidad, reaccionó indecorosamente. Esto hizo que una idea pasara por la mente de Eugene.

Jin Anika tenía una razón para mantener su virginidad. Presumiblemente, había una conexión importante entre su pureza y su plan para perseguir el poder de Mara.

Eugene citó situaciones en varios casos. ¿Qué pasa si el alma de Anika no se ha ido por completo, sino que simplemente está dormida dentro de ella? ¿Qué pasa si ella trata de tomar el control de este cuerpo otra vez?

Si el propietario original exige regresar a su cuerpo, Anika tendría todo el derecho de hacerlo, pero no hay garantía de que Eugene regrese a su cuerpo original. Sin mencionar que la posibilidad de que ella regrese a su mundo original es escasa.

Si Jin Anika muere, también se encontraría con su final. Nadie desea desaparecer así. Por lo tanto, debe encontrar formas de prevenir lo peor y sobrevivir.

Tener intimidad con el rey, podría romper los planes de Anika y torcer la historia.

—Piensa de manera realista. Hay un contrato sobre tus hombros y no tienes salida. Y si te acuestas con este hombre, hay muchas posibilidades de que Anika no cumpla sus objetivos, de los cuales, el más definitivo, es adquirir el poder de Mara.

Sin embargo, todavía existe el problema de un posible embarazo. Eugene no puede imaginarse convirtiéndose en madre. Pero, tiene que hacer lo que crea que es correcto. Una vez que Jin Anika cumpla sus oscuros planes, será demasiado tarde para la gente de Mahar.

En este momento, ella debe arriesgarse.

Eugene se acercó a él. Mantuvo la cabeza recta, ignorando su inconfundible erección debajo.

—Dijiste que todavía tenemos quince días… —ella comenzó vacilante, sus manos temblando a sus lados. Aun así, sus ojos transmitían pura determinación —No voy a esperar la muerte, por dejar que la trama siga su curso.

—Lo hice.

—Bueno, tal vez esta noche…uhm…

Aun así, no podía escoger las palabras correctas. Sin nada que decir, se cubrió su cara ardiente con las manos. ¡Qué ridículo es para una mujer invitar a un hombre a su cama!

En este breve momento, ella cambió de opinión.

—Nada. Deberíamos volver a dormir. Se acerca el amanecer.

Ella retrocedió tímidamente. Pero, tan pronto como giró la cabeza en un suspiro, una fuerte fuerza la agarró del brazo.

Lo siguiente que sintió fue el toque de unos suaves labios contra los suyos…Kasser capturó su rostro sin esfuerzo y, hábilmente, le dio un beso en su boca húmeda y acogedora.

No fue del todo amable…

Cuando la brecha entre ellos desapareció por completo, el deseo de Kasser aumentó. Él inclinó su cabeza para obtener un mayor acceso. Su lengua húmeda se deslizó entre sus labios, chupando y lamiendo como si no pudiera tener suficiente de ella. Tenía la cabeza inclinada hacia atrás, con una mano fuerte apoyando su cuello.

Luego, lentamente, sintió que la bajaba a la cama debajo de ellos…cuando el centro de gravedad se movió peligrosamente, Eugene lo agarró inconscientemente. Y, en una fracción de segundo, sintió el suave colchón contra su espalda.

Su lengua acarició sus labios una vez más, antes de que Kasser rompiera el beso. Eugene tiró de sus mangas, lo que lo distrajo de sus acciones.

En este momento, Eugene se encontró acostada en la cama con el rey encima de ella. Su cabello estaba desordenado alrededor de su cabeza, y sus ojos reflejaban la poca luz de la luna que había traspasado los huecos de las cortinas de la ventana.

—Parece que cuando perdiste la memoria, ganaste un nuevo talento para hacer que la gente…realmente se enoje —La voz, profundamente arraigada del hombre, perforó sus oídos de manera intimidante.

— ¿Qué pasa con los quince días? ¿Seguiremos…? —Ella tragó saliva nerviosamente. Le ardían las orejas de vergüenza.

Kasser entendió lo que Eugene estaba tratando de decir. Ella no quiere una repetición de esto.

—Sí, no te visitaré en los quince días si no lo deseas —por cada segundo que pasa, él se sentía más impaciente.

Apenas conocía al hombre: describió al rey en su novela precipitadamente, sin detalles. Por lo tanto, sería mejor que ella estableciera límites tan pronto como ahora.

Además, el propósito de este hombre con la consumación, era que su matrimonio no fuera anulado y que él viera a su sucesor a través de Anika.

Aun así, Eugene no quería un sexo animal. Era su primera experiencia; ella no quería que fuera una pesadilla.

—Sé amable o de lo contrario…

— ¿Sí no?

— ¡Les diré a todos que eres terrible! —A petición de ella y una vana amenaza, él sonrió como un niño.

—Lo haré lo mejor que pueda.

Sus labios se tocaron una vez más. Al principio, era suave, agradable y gentil. Sus labios se rozaron entre sí, suaves como una pluma.

De alguna manera, el peso del hombre sobre ella se sentía bien.

Eugene se sentía en una ilusión, ahora más que cuando abrió los ojos por primera vez en medio del desierto. No podía creer que estaba haciendo este acto tan íntimo con el hombre que conoció hace sólo unos días. Lo que es, aún más sorprendente, fue que no se sentía desagradable en absoluto.

—Ah…

Una lengua gruesa entró en su boca y frotó el interior. Las puntas de sus dedos hormiguearon en el momento en que su lengua comenzó a moverse más intrusivamente.

El primer beso de Eugene fue hace mucho tiempo, el recuerdo era difuso, a diferencia de este. Esta fue la primera vez que participó en un beso profundo, con un deseo descarado de hacer más que esto.

Ella no sabía que la lengua era un órgano sensorial, de una manera sexual, eso es…la sensación de su lengua deslizándose contra la de ella se volvió más salvaje.

El aire se volvió ardiente, mientras una batalla comenzaba silenciosamente.


Kiara
Vaya ahora sí, estamos avanzando al punto en que nos gusta, ya vimos un ligero coqueteo, esto va por buen camino

5 respuestas a “Reina Villana – Capítulo 19: Suave como una pluma”

  1. OMG… ¿y la pregunta del millón?
    ¿Al fin lo harán?
    Veamos que nos trae el otro capítulo ..

    Muchas gracias por el capítulo 💜🌸💜

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