Traducido por Lugiia
Editado por Sakuya
—De acuerdo… detente.
Con el sonido de sus aplausos, detengo mis movimientos.
—Tu postura es muy buena, Mellice. ¿Será por tu entrenamiento militar?
En respuesta a las palabras de Aurelia-sama, sólo puedo sonreír mientras inclino mi cabeza dudosa. Porque, aunque me está haciendo una pregunta, desafortunadamente no tengo ninguna respuesta para ella.
—Sin embargo, tus movimientos son demasiado rápidos. Si ese tipo de movimientos fueran necesarios, entonces eso podría estar bien, pero… lo que la alta sociedad desea es elegancia. No es que cada movimiento en particular se interrumpa, sino que todos ellos se conecten entre sí como una corriente que fluye… de esta manera.
Después de decir eso, Aurelia-sama se pone de pie y sin moverse de su lugar, se inclina.
Se asemeja a lo que hice antes… pero a la vez no.
Aunque su vestimenta en estos momentos es relativamente menos elaborada comparada con la que usa en el salón durante el día, a mis ojos, Aurelia-sama parece estar vestida tan elegante como si estuviera en un salón de fiestas.
Después de mostrarme su ejemplo, vuelve a tomar asiento.
—Ahora bien, ¿puedes empezar nuevamente desde el principio?
Bajo la enseñanza de Aurelia-sama, una vez más siento una terrible angustia por el manejo del dobladillo de mi vestido.
A lo largo de la mañana estudiamos idiomas extranjeros… y luego de una pausa para almorzar, por la tarde toca lecciones de modales. Las enseñanzas no paran de llegar, y antes de darme cuenta, ya está atardeciendo.
Como he estado concentrándome, siento que el paso del tiempo es más rápido de lo esperado.
Honestamente hablando… ya que en un principio no estoy acostumbrada a estas lecciones, para cuando terminan, he acumulado bastante fatiga mental.
En comparación, quién hubiera pensado que, en estos momentos, mientras me concentro, ni siquiera notaría el paso del tiempo…
Supongo que significa que me estoy acostumbrando de manera inesperada a las lecciones de Aurelia-sama.
Mientras pienso en eso, coloca una taza llena de té en la mesa delante de mí.
—Eso es suficiente por hoy. Por favor, tómate un descanso.
—Sí, muchas gracias por lo de hoy también.
Lentamente, llevo el té que recibí a mi boca.
—Esto viene de tu casa… es un producto de Salbill de la zona sur del territorio Anderson.
Después de terminar las lecciones físicas, tenemos una fiesta de té como recompensa y es una oportunidad para repasar las lecciones del día. En esa fiesta, Aurelia-sama ciertamente continúa otorgándome sus enseñanzas libremente.
Dejando eso a un lado… aunque es el territorio que mi casa está administrando, esta es la primera vez que me entero que el territorio Anderson está produciendo hojas de té negro, así que me siento un poco avergonzada.
¿Qué he estado aprendiendo hasta ahora…? Artes militares, supongo.
Como concluyo eso yo misma, siento que no servirá de nada deprimirme por eso y levanto mi cabeza.
—Es muy delicioso. Aunque es vergonzoso admitirlo, es la primera vez que me entero de que nuestro territorio produce té negro.
— ¿Es así? Si no me equivoco, el territorio Anderson es famoso por producir miel y minerales, ¿correcto?
—Sí, eso es correcto.
—Este té negro es algo que se ha hecho popular recientemente en la Capital. Originalmente, me dijeron que fue cultivado con gran atención por una sola región. Se rumorea que va muy bien cuando se consume con la miel que venden las tiendas del territorio Anderson.
—Ya veo.
—La existencia de la alta sociedad también tiene como motivo crear tales tendencias, y es el deber de una esposa y una hija.
Dentro de los ojos de Aurelia-sama hay una fuerza que no puedes imaginarte con sólo ver su elegante figura.
—Por ejemplo, este té. Gracias a su popularidad, las plantaciones de té de la región que lo produce se han expandido, y han nacido nuevos empleos. Con la obtención de ingresos estables, el orden público de esa región mejoró, y de los beneficios de la misma, la inversión permitió crear una nueva industria… es un deber muy importante que debemos llevar a cabo para enriquecer las ventas de nuestro propio territorio.
— ¿Dices que… el orden público mejoró…?
Inconscientemente me enfrasco en esas palabras.
—Sí, ese es el caso. Para vivir, un ingreso estable es indispensable. Sin embargo, sin un trabajo para obtener ese ingreso, no se puede hacer nada. Ejemplos de lo que puede ocurrir en estos casos son el flujo de la población que se va a trabajar fuera de casa, o el aumento de la delincuencia debido a la gente que recurre al robo. Si es por el bien de la vida, conceptos como el bien o el mal se convierten en meros detalles, lo que conduce a un empeoramiento del orden público, provocando además que se malgaste el corazón de las personas… entonces, ese círculo vicioso continúa… por supuesto, esa no es la única causa, pero podría decirse que es una de las principales. Mantener el orden público es importante, pero cortar la raíz de la causa en sí misma… la persona que puede hacerlo es el señor del territorio, mientras que es el deber de su esposa ayudar en eso.
Cortar la raíz de la causa…
Siento que esa frase causa que algo encaje en su lugar dentro de mí.
Un camino que conectará mi deseo con Louis y con las palabras de mi Hermano Mayor.
—Por esa razón, uno debe ser susceptible a las tendencias actuales. Lo que se busca en el mercado, y lo que falta en él… saber todo eso es sólo el principio. Para ganar una batalla debes conocer a tu enemigo y conocerte a ti misma, ¿verdad? En otras palabras, es así.
— ¿Estaría bien si hago una sola pregunta…?
Ante mis palabras, Aurelia-sama simplemente sonríe en silencio.
Tomando eso como una respuesta afirmativa, abro mi boca para continuar mis palabras.
—Como sabrás, no he debutado en la alta sociedad. Mi madre ya ha fallecido, y mi padre es alguien que está bastante distanciado de las tendencias actuales. Está mi hermano mayor, pero él está en la Academia y probablemente no aparece mucho en la alta sociedad… Dijiste que recientemente ha ganado atención, pero ¿quién propagó este té?
La sonrisa de Aurelia-sama se profundiza ante mi pregunta.
—Mi esposo me lo pidió… Se preguntaba si había algo que pudiera servirte como material de enseñanza. Sucedió que algo que yo quería coincidía con el deseo del mercado.
Aurelia-sama no da una respuesta precisa sobre quién es.
Sin embargo, esas palabras por sí solas son suficientes.
— ¿Es así…? Muchas gracias por sus maravillosas enseñanzas.
Ante mis palabras, ella simplemente sonríe suavemente.
