Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 65: El origen del amor entre mis padres

Traducido por Lugiia

Editado por Sakuya


Y entonces, unos días después, me dirijo al estudio de mi Padre, ya que no lo he visto en un tiempo.

Últimamente parece estar muy ocupado, y no hemos tenido muchas oportunidades de vernos, ya que visito casi todos los días la Casa Ducal Armelia.

Hoy también tuve clases con Aurelia-sama, pero mi Padre tuvo el día libre, lo cual es extraño.

Toco la puerta de su estudio y la abro.

—Padre… ¿Estás libre ahora? —pregunto, asomando mi cabeza.

Normalmente, debo enviar un anuncio antes de visitarlo, aun si somos familia… Es una cuestión de educación, pero nuestra casa siempre ha trabajado de esta manera.

Para un padre que suele pasar mucho tiempo en el ejército, enviar un anuncio previo es una pérdida de tiempo.

Es cierto que, durante la guerra, donde la situación puede cambiar por horas, esperar constantemente que se envíe tal anuncio previo para dar un informe, puede causar que la inteligencia militar llegue tarde.

Se ha acostumbrado completamente a eso, así que antes de darnos cuenta, incluso dejamos de hacerlo en la casa.

Siempre he hecho las cosas de esta manera, y no lo noté hasta que tomé las lecciones de modales de Aurelia-sama.

Por cierto, la Casa Armelia tampoco envía esos anuncios cuando sucede en el interior de la casa.

Es para que cada generación de líderes de familia, que están constantemente presionados debido a sus deberes oficiales, utilice de forma más eficiente su tiempo.

—Puedes entrar…

—Por favor, discúlpeme.

Cuando entro en la habitación, la vista de mi Padre rodeado en documentos es inusual.

Ya que es su escritorio habitual, deben ser informes del territorio o documentos sobre el ejército.

— ¿Qué sucede, Melly?

—Tengo una pregunta.

Diciendo eso, se levanta de su asiento y se dirige al que está frente a mí.

— ¿Por qué… insistías tanto en promover el compromiso con la Casa Ducal Armelia?

—Esto es inesperado.

—Siempre me he sentido curiosa por eso, ya que estabas forzando a que las cosas siguieran adelante. No eres el tipo de persona que las hace por el bien de la Casa sin darte cuenta.

— ¿Cómo puedes estar tan segura? Sigo siendo un aristócrata, ¿sabes?

—Aunque digas eso, Padre… no puedo imaginarte con tal comportamiento. Estoy segura de que tus acciones tenían una causa.

—No existe tal cosa. Sólo creí que podía entregarte al hijo de Romeru… es todo.

— ¿De verdad…?

—Estás siendo persistente. ¿Estás insatisfecha con tu compromiso con Louis-dono?

— ¡No es eso! Estoy esperando ansiosamente casarme con él.

Ante mis palabras, mi Padre suspira aliviado y abre la boca.

—Entonces, ¿no está bien? Sin importar cuál haya sido el detonante, el hombre responsable por la cara que estás haciendo en este momento, se convertirá en tu pareja.

¿Qué quiere decir con por la cara que estás haciendo?

Cuando surge la duda en mi mente, toco completamente mi cara.

Sin embargo, no sólo debo tocarla… tengo que mirarme al espejo o no sabré qué tipo de expresión estoy haciendo.

—Ahora que lo pienso, Padre… Estaré entrenando nuevamente.

— ¿Qué estás diciendo? Eso es…

—Louis lo aprobó. Dijo… que estaba bien ser yo misma. Como tal, voy a entrenar nuevamente como Mel por primera vez en mucho tiempo.

—No puedo vencer a Louis-dono. El único que aprobaría algo así sería él, ¿sabes?

—Eso probablemente es cierto…

Una chica de clase superior empuñando una espada, no he oído hablar de nadie más que de mí.

Dejando a un lado la Casa del Marqués Anderson que valora las artes militares, no puedo imaginar que se permita en la Casa Ducal Armelia.

— ¿Puede ser que anticipaste eso y por ello recomendaste el compromiso con Louis?

— ¿Todavía sigues con eso? La respuesta es no. Para empezar, no sabía lo de Louis. Ahora que lo pienso, ¿cuándo lo conociste, Melly? Parecías haberlo conocido mucho antes.

—Lo conocí cuando llegué a la capital. Ya sabes, en el momento…  en que estaba deprimida ya que seguía perdiendo mis combates de práctica, y los resultados de mi entrenamiento no eran muy buenos. En esa época, exploté después de perder contra Donaldy… y salí corriendo de la casa a la ciudad. Lo conocí en ese momento.

—Oh… ¿entonces llegó a conocerte como Mel?

—Bueno, sí.

—Ya veo… estoy seguro de que Romeru estaba consciente de eso. Ese tipo es malvado…

Aunque habla mal de él, mi Padre ríe alegremente.

—Sobre el entrenamiento, si Louis-dono lo ha permitido, entonces está bien. No obstante, Aurelia-sama se está esforzando mucho en enseñarte. De ninguna manera debes descuidar sus enseñanzas.

—Lo entiendo.

—Bueno… si eres tú, entonces debería estar bien. Ya que eres alguien que ha heredado la mitad de la sangre de Meliruda.

Sus ojos parecen un poco solitarios al decirlo.

— ¿Cómo conociste a mi Madre, Padre?

— ¿Qué te sucede hoy? Haciendo todas estas preguntas inútiles…

— ¿No está bien? Con mi propio compromiso ya decidido, tengo curiosidad por la historia que no he oído sobre cómo se conocieron ustedes.

—Está bien… Mi primer encuentro con Meliruda fue durante el campo de batalla. Me ocupaba de la tramitación de las secuelas de la guerra, y la que ayudaba a los heridos en ese territorio era ella.

— ¿La hija de un barón estaba ayudando a los heridos?

—Sí… aunque no había estudiado medicina. Aun así, ayudaba con el cambio de vendajes, la preparación de comidas y todo tipo de tareas. Ir a la escena en sí y ayudar, era algo que ella misma había decidido. Sin preocuparse por maquillarse, atendía seriamente a los heridos, y sin que nadie se lo dijera, se quedaba al lado de los que tenían pesadillas. Antes de darme cuenta, siempre la estaba mirando. En aquellos días, no tenía un título tan exagerado como General y a menudo, iba a visitar a los miembros heridos de mi grupo como jefe de escuadrón. Terminé hablando muchas cosas con ella. Incluso entre los miembros de mi grupo, había unos pocos interesados en Meliruda.

— ¿Entonces te confesaste?

—No, no confesé, le propuse matrimonio.

— ¡Vaya, qué firmeza…!

—A fin de cuentas, sólo podía pensar en Meliruda. Ella aceptó, y nos comprometimos… Sin embargo, cuando regresé, me nombraron oficialmente General, y hubo conversaciones sobre mi sucesión en la Casa del Marqués Anderson, así que comenzaron a aparecer algunas personas que trataban de interferir en mi matrimonio con ella y todo fue un desastre. La oposición de esta casa fue la más intensa. Bueno, en ese momento la Casa del Marqués Anderson tenía un conflicto interno bastante brutal.

Aunque mi Padre habla muy tranquilo sobre eso, el tema es realmente pesado.

—Para ella… el nombre Anderson eran un par de grilletes, y la Casa del Marqués era como una prisión. Su vida había sido relajada y libre, y terminé arrastrándola a tal mundo… Pero, aun así, eligió caminar por ese camino conmigo. Y para callarlos a todos, trabajó duro para no convertirse en una vergüenza como la marquesa.

Acaricia suavemente mi cabeza.

Su mano es amable, y su sonrisa emana tristeza.

—Posees la mitad de la sangre de esa Meliruda. Tienes un deseo irrazonablemente fuerte de no perder, que me cautivó, y la mitad de la sangre de esa amable y hermosa mujer… por eso, todo estará bien. De aquí en adelante, no importa cuán difíciles se pongan las cosas, si eres tú, entonces podrás superarlas. Estoy seguro.

—Muchas gracias, Padre.

Al final… no logré preguntar lo que realmente quiero saber, pero, aun así, estoy satisfecha de escuchar un poco sobre una historia de mi Madre que no conocía.

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