Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 82: La madre de mi prometido y mi debut en la alta sociedad

Traducido por Lugiia

Editado por Sakuya


—Aprobaste, Mellice —dice Aurelia-sama, de repente.

Han pasado los días, y ahora me encuentro a un año de inscribirme en la academia.

Dicho esto, ya que los preparativos fueron hechos con antelación, no necesito hacer nada en particular para mi inscripción, así que estoy atendiendo mis lecciones como de costumbre.

—Aurelia-sama… Por aprobar se refiere… —respondo, inclinando ligeramente mi cabeza.

—Oh Dios… Mellice. Desde luego, me refiero a los frutos de tus lecciones —continúa, sonriendo satisfecha. Siento que es la primera vez que la he visto sonreír así—. Tus modales como dama ya son lo suficientemente perfectos para que no te avergüences sin importar a donde vayas… Realmente has trabajado duro.

Debido a su sonrisa que exuda bondad, también siento una formarse naturalmente en mi rostro.

—Muchas gracias, Aurelia-sama.

—No hay necesidad de dar las gracias. Es por el bien de mi futura hija política… Y por sobre todo, fue posible gracias a tus esfuerzos. Lo diré una vez más, pero realmente has trabajado duro.

—Es porque tuve su orientación, Aurelia-sama… Y también porque Louis estuvo a mi lado.

—Oh Dios… De verdad tienen una relación armoniosa —dice, sonriendo—. ¿Están yendo bien tus preparativos para inscribirte en la academia?

—Ya han sido completados.

—¿Es así? Si ese es el caso… Entonces no debería haber ningún obstáculo que te impida concentrarte en los preparativos de tu debut.

—Mi debut, ¿verdad?

Por fin ha llegado, pienso mientras mi corazón se vuelve un poco pesado.

El momento para el debut en la alta sociedad lo decide cada casa, pero generalmente ocurre entre los 12 y 18 años.

La mayoría de las personas suelen debutar alrededor de los 14 o 15 años, así que esa es la edad estándar.

—Si aceleras tus preparativos ahora, entonces deberías poder hacerlo justo antes de inscribirte en la academia. Primero, ya he llamado a un sastre, así que comencemos a tomarte las medidas y a preparar tu vestido.

—¿Eh? ¿Ahora mismo?

Más bien, por cómo van las cosas, parece que la Casa Ducal Armelia acabará haciendo todos los preparativos por mí.

Como mi familia sólo tiene hombres… Estaría muy agradecida de tener a Aurelia-sama supervisando todo.

—Sí, por supuesto —responde ella, aplaudiendo.

Poco después, Alf abre la puerta y una mujer entra en la habitación.

—Esta señora de aquí es Madame Créjour. Es una sastre con la que estoy familiarizada.

Después de la presentación de Aurelia-sama, Créjour baja la cabeza.

—Entonces, Créjour. Por favor, tómale las medidas.

Siguiendo sus palabras, Créjour se coloca junto a mí y comienza a tomar mis medidas.

Gracias a sus hábiles manos, terminamos más rápido de lo que esperaba.

—Aurelia-sama. ¿Tiene algún deseo en particular con respecto al diseño del vestido?

—Veamos… ¿Qué color crees que le convendría, Créjour?

—Eso es difícil… Su tez es muy blanca, así que parece ser capaz de manejar cualquier color. Sin embargo, ya que es su debut después de todo, ¿qué tal si aprovecha su juventud y usa un color claro? —Al decir eso, Créjour saca varias muestras de tela.

Después de presionarme para que me levante, coloca la tela a lo largo de mi hombro. Como hay varios colores, intercala las telas en mi hombro para evaluarlas.

—Oh Dios… Todas ellas se ven encantadoras. Mellice, ¿tienes algún color preferido?

Reflexiono en mi mente ante la pregunta de Aurelia-sama. Ya que los colores son diversos, honestamente me es bastante difícil diferenciar entre ellos.

—Madam Créjour, ¿qué es eso?

Mientras observo las telas desdobladas, siento curiosidad por una de las que no ha sido mostrada y la señalo con mi dedo.

—Ahh… Este es el producto antes de ser teñido. Lo traje accidentalmente conmigo.

Una tela puramente blanca, que, de un modo extraño, ha tocado mis sentimientos.

—Esa tela es buena.

—¿Lo es?

Luciendo un poco desconcertada, Créjour la coloca en mi hombro.

—Si es así, ¿qué tal si la superponemos con una fina seda azul claro en la espalda? Y, si lo apretásemos ahí con esa tela… —le instruye Aurelia-sama a Créjour.

Ella sigue fielmente sus instrucciones.

—¡Oh Dios! Qué hermoso.

Mientras comienza a tomar forma, Créjour revela una expresión de alegría.

—Si ese es el caso, Aurelia-sama, ¿qué tal si bordamos las mangas con un hilo plateado? Le coseré algunos pequeños diamantes.

—Eso estaría bien.

—Entonces, en cambio, podemos hacer blanca la seda delgada y superponerla… Para que cuando ella se mueva, la tela blanca pueda ser vista tenuemente… Algo así.

—Oh Dios, hacerlo de esa manera sería fantástico. Si también hacemos la faja blanca… Exacto, así.

Entonces… Después de la acalorada discusión entre Créjour y Aurelia-sama, se decide mi vestido.

—Muy bien, empezaré la costura. Por favor, cuide de mí en el futuro también.

Con el vestido decidido, Créjour se va con la cara satisfecha.

En cuanto a mí… Al finalizar la conversación, abrumada por el inusual entusiasmo de Aurelia-sama, me encuentro un poco cansada y me siento en una silla.

Aunque estoy agotada, naturalmente no permito que mi buena postura se pierda.

—Te debo una disculpa, Mellice. Quería intentar elegir un vestido con mi hija. Así que, inconscientemente, terminé divirtiéndome —dice Aurelia-sama, revelando una sonrisa irónica.

—No. Con su supervisión, Aurelia-sama, podré estar tranquila mientras se acerca mi debut. Muchas gracias.

—Estoy feliz de escuchar eso. Todo lo que queda son tus accesorios, pero… Vamos a emparejarlos con el vestido después de que los preparativos para el avancen un poco más.

—Sí, hagamos eso.

—Fufufu, estoy impaciente por el futuro. Este será el debut de mi linda hija… No sólo eso, sino de la discípula que he educado personalmente.

Sus ojos se entrecierran mientras sonríe. Parece muy feliz.

—No soy digna de esas palabras, Aurelia-sama —respondo, sintiendo una sensación de calor fluyendo a través de mi pecho.

Es por el hecho de que Aurelia-sama me considera su propia hija. Al mismo tiempo, la imagen de mi difunta madre y la de Aurelia-sama se superponen.

Si mi madre siguiera viva… Me pregunto si estaría como Aurelia-sama, preparándose para mi debut de una forma muy animada.

Estoy segura de que eso es lo que habría pasado.

Aurelia-sama parece haber leído mis pensamientos, ya que su sonrisa se profundiza más, aparentemente concordando conmigo.

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