Traducido por Akatsuki
Editado por Ayanami
Han pasado diez días desde que Leonard-sama se fue. Me pregunto cuándo volverá.
Estaba en la sala de estar, bebiendo té junto con Jill. Supongo que Jill también se preocupa por él ya que me preguntó nerviosa: —Okaa-san, ¿Cuándo volverá Otou-san a casa?
—Me estaba preguntando lo mismo. Me pregunto cuando…
Además de lavar su ropa, desde que se fue no le había preparado nada para que comiese. ¿Estará comiendo bien?
—Quiero ver a Otou-san. ¿Me acariciara la cabeza cuando sepa que puedo comer pimientos morrones?
—Estoy segura de que te elogiará.
Desde que cociné napolitano hace dos días, Jill ha estado tratando de comerse los pimientos morrones. Esta vez se las arregló para comerlos junto con la sopa que preparé, por lo que, probablemente, esté ansiosa de contárselo a Leonard-sama.
—Lily, Jill-chan. ¿Las molesto?
—Oh, Milis. ¿Qué pasa?
—Amdo acaba de ponerse en contacto conmigo.
Ah, eso me recuerda. Amdo-san estuvo acompañando a Leonard-sama estos días.
—Parece que el Maestro regresará a casa esta noche.
—¿De verdad? ¿Otou-san va a volver a casa?
—Sip. Parece que volverá hoy.
—¡Hurra!
Han pasado diez días desde que Leonard-sama se fue. Entiendo completamente la alegría de Jill. La sola idea de volver a verlo después de tanto tiempo también me hace feliz.
—¿Que debería cocinar para la cena de esta noche?
Antes de que regrese quiero preparar algo extravagante, pero probablemente no le guste.
—¿Debería preparar pot-au-feu de nuevo?
Además de ser fácil de recalentar, no habrá problemas al momento de que Leonard-sama llegue.
—Está decidido entonces. Prepare pot-au-feu[1] esta noche acompañado con una ensalada de salmón ahumado.
—¿Pot-au-feu? ¿Es el primer plato que Okaa-san cocino? ¡Me gusta!
—¿Ah? ¿Lo has probado, Jill?
—Lo hizo. Fue el primer plato que preparé cuando vine por primera vez. Es muy fácil de hacer, así que estoy segura de que tú también puedes hacerlo, Milis.
Básicamente hablando, la receta solo requiere que cortes los ingredientes y los cocines. Sin embargo, si quitas o no la espuma del estofado, su sabor cambiará. Es un plato delicioso bastante simple de hacer.
—Oh, eso me recuerda. Los espíritus, técnicamente, no necesitan comida. ¿Verdad? Sid-san siempre parece aprovechar la oportunidad para comer, pero ¿y tú, Milis?
—Es algo que el maestro deseaba. Dijo que comer solo era solitario.
—Ah, eso es cierto. Definitivamente, es mejor comer acompañado que comer solo.
—Aunque Amdo no estaba cerca gran parte del tiempo, cuando yo tenía tiempo libre me unía a ellos. La mayoría de las veces, Sid preparaba las comidas y luego se burlaba de mí sin descanso, diciendo que solo era buena para comer.
—Pero los platos que prepara son deliciosos.
—Es por eso que me siento molesta. ¡Algún día cocinaré mejor que él!
Oh, querida. Parece que avive el fuego. Milis tiene un serio complejo sobre su incapacidad para cocinar.
Últimamente, me ha estado ayudando en la cocina, por lo que sus habilidades han mejorado enormemente en comparación con antes.
—¡Yo también ayudaré!
Quizás, queriendo unirse a nuestra conversación, Jill intervino abruptamente.
—¡Yo también quiero ayudar! ¡Quiero sorprender a Otou-san!
—¡Muy bien!
—¡Hurra!
Mientras Jill sonreía alegremente, intercambie una sonrisa con Milis. Jill es tan inocente y preciosa. Si Leonard-sama supiera que Jill quería sorprender a su padre, seguramente sonreiría encantadoramente.
Justo cuando aquel pensamiento cruzó por mi mente…
—¿Sid?
Tan pronto como Milis murmuró su nombre, el suelo bajo mis pies se volvió oscuro. Eh, ¿Qué está pasando? ¿Por qué hay una sombra bajo mis pies?
—Milis, ¿Qué es esto?
—Es el poder de Sid, pero por qué…
—El maestro quiere que Lily venga.
Con una voz exhausta, Sid-san salió de la sombra bajo mis pies. ¿¡Sid-san!? Al verlo, me apresure a sujetar mi falda, le fruncí el ceño temblando.
—¿No crees que salir por ahí es un poco molesto?
—¿Eh?
Después de todo, desde ese ángulo, significa que pudo ver el interior de mi falda. Cuando lo dije con leves lágrimas en los ojos, Sid-san se puso notablemente nervioso.
—¡Ah! Uh… Lo siento.
—Por favor, no lo vuelvas hacer la próxima vez.
De hecho, sería mejor si nunca lo vuelve hacer. La sensación que tuve bajo mis pies era inmensamente aterradora.
—Entonces, ¿Leonard-sama me convocó?
—Ah, sí. Parece que hay hombres peleando por ti.
—¿Qué?
No tengo la menor idea de lo que puede estar pasando. Sin prestar atención a mi confusión, Sid-san me sujetó del brazo.
—El Príncipe Heredero te permitió volver al castillo, así que vamos primero.
—¡Espera un minuto Sid-san! Primero, explícame lo que está pasando. Además, ¿Que hay de Jill?
—Amdo cuidara de ella. Realmente, no puedo llevarla al castillo. ¿Podrías esperar?
—… Si Otou-san necesita de a Okaa-san, esperare.
¿Por qué estás de acuerdo con esto? Pero aun así, eres muy linda.
—Está bien, te compraré algunos dulces. Amdo, la dejo en tus manos.
—¡Eh, espera un minuto! En ese caso, puedo cuidar de-
—También solicitó tu presencia, Milis. De todos modos, vamos.
—¡Te dije que esperaras!
Caray, en serio. ¿Por qué no escuchas nada? ¡Sid-san, idiota!
♦ ♦ ♦
Poco después Sid-san me abrazó con fuerza mientras éramos absorbidos en un mundo donde todo parecía ser oscuro. Cerré los ojos con fuerza, por el miedo a la extraña sensación, hasta que mis oídos captaron el sonido de dos voces familiares: eran de Sid-san y Leonard-sama.
—Maestro, la traje.
—Gracias, Sid.
Cuando abrí los ojos, observé a Leonard-sama sentado detrás de una mesa, rodeado de documentos.
Mirando fijamente alrededor de la sala, ¿No era esta la sala de espera que estaba afuera de la oficina del Príncipe Heredero? Lo recordaba claramente, ya que en el pasado lo había visitado con mucha frecuencia.
—Lamento haberte llamado tan de repente, pero no podía quedarme quieto y esperar a que lo aceptes.
Dejando su bolígrafo a un lado, Leonard-sama me miró fijamente a los ojos. Como si me suplicara, mis ojos se llenaron de inquietud cuando se levantó de su asiento, se acercó a mí y tomó mi mano.
—Lily, quiero que te quedes conmigo a partir de ahora.
—¿Leonard-sama?
—Lily. Me gustaría tener un contrato formal contigo. Por favor, se exclusivamente mía.
Me quedé asombrada ante la inesperada oferta. En otras palabras, básicamente, quiere que deje de servir al Príncipe Heredero y a la Princesa como su sirvienta. Varias cosas pasaron por mi mente, como la reducción de mis ingresos, la pérdida de los privilegios que venían con el puesto pero…
—No puedes simplemente devolverme después, pero si estás de acuerdo con eso…
—¿De verdad?
—Sí. No tendría que alejarme de Jill por otro trabajo, además ha llegado a gustarme trabajar para usted. En cualquier caso, no estoy muy apegada al título de ‘Doncella real’.
—Eso es genial.
Wow ¿Qué pasa con esa expresión? ¿Está tan feliz por mi respuesta? Estoy empezando a sentirme muy avergonzada.
—¿Van a volver?
—Probablemente va nevar. De todos modos, ya no me sorprende.
¡Sid-san, Milis! ¡No actúen de esa manera tan furtivamente! ¡Puedo escucharlos!
—Ahora bien, Milis y yo haremos nuestro trabajo. Vamos.
—¡Oye, espérame!
Sid-san y Milis desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Me preguntaba por qué había traído a Milis, al parecer, tenía trabajo que hacer.
—Luego, iré a informar sobre esto y finalizará el papeleo.
—¿Eso fue rápido?
—El Príncipe Heredero me dijo antes que, eventualmente, te llamaría de regreso, ya que solo te envió a trabajar para mí.
Cuando Leonard-sama frunció el ceño, capte la indirecta.
—Entonces, ¿querías que le dijera yo misma que voy a renunciar?
—Porque dijo que si la idea no me gustaba, tengo que demostrarle que tú también sientes lo mismo.
—No deje que lo incite con palabras tan infantiles.
Aunque estoy feliz de que me quiera tanto.
—Habrá muchos problemas con mi entrada al castillo con este atuendo. Al menos, dame tiempo para cambiarme de ropa.
—Whoops.
Esa voz… me gire y vi a un hombre entrar por la puerta contigua de la oficina.
—Estás animada como siempre, Lily.
¿Cómo pudo hacer acto de presencia el Príncipe Heredero? Eh, al menos, anuncia tu presencia antes de entrar en la habitación.
El Príncipe Heredero, cuyos ojos azules parecían un cielo despejado con una luz alegre, sonrió fascinado. Había pasado un tiempo desde que vi su rostro pero, uh-huh, ciertamente es un adonis. No solo su rostro, sino también su cuerpo era perfecto.
Atado detrás de su cuello estaba su brillante y sedoso cabello castaño. Aunque no era tan llamativo como Leonard-sama, la característica más atractiva del Príncipe Heredero era su carisma.
Aunque tenga varias quejas en su contra, estoy agradecida y en deuda con él por dejarme estar al lado de Ojou-sama cuando entró al castillo.
Sin embargo, cada vez que se pelea con Ojou-sama, estoy bien informada de la gran decepción en que se ha convertido y, a veces, me arrepiento de su elección.
—¿Por qué estás aquí?
—Alguien provocó a mi empleador y luego me convocó a venir con mi ropa de todos los días.
Deliberadamente, mostré una dulce sonrisa que el Príncipe Heredero me devolvió. Desafortunadamente, para él, su sonrisa era bastante rígida.
—Eso es bastante alarmante ya que no recuerdo haberte convocado aquí.
—¿No dije que mi ‘empleador’ me convocó?
En mis palabras estaba implícita mi intención de separarme. Probablemente, tardó en comprender mis palabras, ya que la sonrisa en su rostro desapareció.
—Eres la doncella de la familia real. Lily Ruzsa.
—Yo misma decidiré con quién trabajó. Como hice antes.
A pesar de que tengo el título de ‘Doncella Real’, la realidad es que solo trabaje para la realeza porque originalmente era una sirvienta que acompañaba a Ojou-sama. Y, debido a eso, se decidió que sería la sirvienta personal de la pareja real.
Esto también se debió porque, en el pasado, la Reina se negó a reconocer a la Princesa Heredera que vino de otro país. Ella estuvo muy involucrada en intimidar a la joven novia. Incluso si fue por orden del Rey, no sería castigada por ignorarlo si voy en contra de las intenciones del Príncipe Heredero.
—Sirvienta real ni siquiera es una posición para empezar. Ese título no es legalmente vinculante. ¿Estoy en lo cierto?
Cuando lo expresé de esa manera, el Príncipe Heredero chasqueo su lengua como si lo hubieran provocado. Nunca se le ocurrió que me iría por mi propia iniciativa; la expresión extremadamente hosca mientras luchaba por encontrar algo que decir, me hizo sonreír levemente.
—¿Por qué pones esa mirada?
—Es solo una mirada común. ¿Qué hay con eso?
—No lo parece…
—En primer lugar, esta situación solo ocurre por lo hablador que era. Como culpable, asuma la responsabilidad de sus acciones. Termine viniendo al palacio vestida así, lo cual ciertamente no quería.
—¿No lo hiciste?
Leonard-sama habló después de haber permanecido en silencio durante la conversación. Volviéndome hacia él, vi que estaba un poco incómodo. Ah, en serio. Alguien que ponga algo de sentido en este mago, por favor.
—Yo no… si alguien en el palacio real me viera vestida así, lo más seguro es que sería el objetivo de burlas e insultos. Al no vestirme adecuadamente, otros aprovecharán la situación. En el futuro, por favor, deme algo de tiempo para vestirme apropiadamente.
En el Palacio Real, hay un código de vestimenta tácito. En mi caso, debería llevar puesto el uniforme de sirvienta real.
—… Lo siento…
Leonard-sama bajó la cabeza abatido. A pesar de ser más alto que yo, es un misterio como parece ser tan pequeño frente a mí. Solo podía imaginar a un cachorro mirándome repetidamente.
—… Parece que lo tienes difícil.
—Es difícil, pero mientras explique cuál es el problema, no volverá a suceder. Es solo una prueba de mi paciencia. Además, disfruto mucho el trabajar para Leonard-sama.
Sin resentimientos, quiero decir que no tienes que mirarme con tanta simpatía.
Esta fue la primera vez que el Príncipe Heredero ha simpatizado conmigo. Normalmente, tan pronto como se da cuenta de un defecto, me molestaba demasiado. Ahora es tan diferente.
—Bueno, de todos modos, buena suerte.
—Gracias.
El Príncipe Heredero tosió un poco y volvió a su apariencia anterior.
—Entonces, Leonard. Te lo preguntaré de nuevo. ¿Todavía la quieres?
—Sí. Quiero que me transfieras el contrato de Lily.
—Lily es la doncella de la Princesa. No puedo, simplemente, entregársela así.
En respuesta del Príncipe Heredero, Leonard-sama respondió con una voz fría.
—Estoy preparado para dejar de servir a este país.
—¿En serio? ¿Por qué estás obsesionado con esta sirvienta?
—No lo estoy. Estoy obsesionado con la madre de mi hija.
—¿Oh?
Mirándome fugazmente, con una expresión de desconcierto, el Príncipe Heredero se rió levemente.
Ah, tengo un mal presentimiento sobre esto.
—No es necesario que sea Lily. ¿Qué tal si te presento a alguien más adecuada para ser la madre?
Leonard-sama sonrió provocativamente al escuchar eso.
No, Leonard-sama, incluso si fuera una broma, tu oponente es el Príncipe Heredero. No tienes que ir tan lejos… no importa.
Es probable que suceda algo más ridículo si interfiero. Hasta que no se calmen, solo miraré como un espectador.
—No necesito a otra mujer. Solo necesito a Lily.
—Admito que Lily es una excelente sirvienta y sería una gran madre. Pero, ¿Eso la haría feliz? Imponerse en su vida no es bueno, Leonard.
—Le devuelvo sus palabras, Príncipe Heredero. ¿Por qué está decidiendo qué haría feliz a Lily?
Bueno, eso es seguro. No está en otros decidir mi felicidad. Si lo fuera, estaría muy preocupada.
—En ese caso te lo preguntaré, Lily Ruzsa. ¿Dónde está tu felicidad?
—Como lo dije antes, al lado de Leonard-sama. Tengo la intención de quedarme a su lado todo el tiempo que sea necesario.
—¿Oh?
—Por lo tanto, deseo hacerle un anuncio. Dejaré mi trabajo como sirvienta real.
—¿Estás preparada?
El Príncipe Heredero me sonrió con malicia. Realmente, lo está disfrutando, ¿no?
—¿Serás la sirvienta de Leonard? No solo se reducirá tu salario, sino que no podrás aprovechar al máximo tus talentos.
—No, Su Alteza. Ahí es donde reside mi felicidad… la felicidad que había deseado encontrar.
Ante mis palabras, el Príncipe Heredero me miró con una expresión agria y dejó escapar un pequeño suspiro.
—… Muy bien. Pero antes debes obtener el permiso de tu señora, Lily.
—Gracias, Su Alteza.
Muy bien, ya tengo su consentimiento. Sin embargo, parece ser bastante problemático cambiar de contrato.
[1]El pot-au-feu es un plato tradicional y típico de la cocina francesa, compuesto de carne de buey que se cuece en un caldo aromatizado por hortalizas y un bouquet garni. Según algunos autores españoles, esté cocido sería influencia de la olla podrida típica de la cocina española del siglo XVII