Solo soy la hija “normal” de un duque – Capítulo 52: Los caballeros, la bestia sagrada, Jendo y yo

Traducido por Lugiia

Editado por Yonile


Después de terminar de cepillar a Jendo y a la bestia sagrada, este último me dice:

Oh, por cierto, hoy es el día en que los caballeros tienen simulacros de batallas. Dirk me pidió que no llegara tarde.

—¡Eh, quiero verlo! ¡Quiero ver a un Dirk genial en batalla!

Ah~

Jendo tira de mi mano, sugiriendo que fuéramos.

En ese caso, vamos a apresurarnos —comenta la bestia sagrada y se transforma a su forma hombre-bestia, colocándonos a Jendo y a mí sobre sus hombros. No puedo evitar tener un mal presentimiento sobre esto.

♦ ♦ ♦

—¡Ahhh!

Ah~

Aunque mis gritos son a causa del terror, Jendo parece divertirse. A pesar de que suele tener miedo, parece estar bien con las cosas que normalmente le hacen gritar.

En este momento, estamos cayendo desde un tercer piso. El campo de entrenamiento de los caballeros está en el primer piso, así que la bestia sagrada debe haber saltado al pensar en ello como un atajo.

Cuando llegamos al campo de entrenamiento, me siento bastante cansada, pero…

Oh, ese es Dirk, ¿verdad?

Revivo en ese instante ante las palabras de la bestia sagrada.

—¡Ahhh! ¡¡Dirk, eres maravilloso~!!

La bestia sagrada se asombra ante la rapidez de mi cambio de humor; Jendo solo un poco.

En ese instante, Dirk lanza lejos a su oponente sin desperdiciar ningún movimiento. Simplemente magnífico.

—Oye~ ¿qué tal si se une a nosotros de vez en cuando, señorita?

El señor Rudolf hace una invitación inesperada cuando se percata de nosotros.

—Eh, ¿en serio?

Ante su invitación, los caballeros comienzan a susurrar entre ellos. Por otro lado, Rosalia se encuentra supermotivada. Una batalla real con los caballeros, eh… No, no, no puedo dejar a Jendo solo con adultos que no reconoce.

¿Eh? La bestia sagrada cuidará de él. Si es así, ¿puedo ir? Casi se me salen las lágrimas por la consideración de la bestia sagrada.

Jendo…, ¿me estás diciendo que vaya con esos gestos? Ya veo.

Siendo así… he decidido unirme.

Como era de esperar, llevar un vestido a una batalla sería… algo imposible, ¡así que me cambio al atuendo de entrenamiento de los caballeros!

—Ah, señor Rudolf, tengo una pregunta. ¿Puedo usar magia?

—Sí, necesitamos experiencia de batalla contra oponentes que utilizan esencialmente solo magia. Sin embargo, no se exceda…

—¡Entendido, señor! ¡Los lastimaré hasta un punto en el que no morirán!

Los caballeros a mi alrededor tiemblan ante mis palabras… ¿Quién fue el que dijo que la Reina Bruja es supertemible? No sabía que aún existían personas que dijeran esas palabras.

El primer combate es contra el hijo del marqués Rosweyde.

—Vamos a tener un buen combate.

—No me contendré.

—Justo lo que quería.

Enfrentados, expusimos nuestras armas como es la conducta correcta de los caballeros. Mis armas son espadas dobles que enfatizan la rapidez, mientras que el arma del hijo del marqués Rosweyde es una espada larga.

—¡Preparados…! ¡Comiencen!

Antes de que termine sus palabras, Rosalia ya había tomado control sobre mi cuerpo. Al mismo momento en que comenzó el combate, acelero mi cuerpo con magia. Rosalia cierra instantáneamente la distancia y clava las empuñaduras de las espadas duales en el hijo del marqués.

—Ha, ha…

Él cae al suelo mientras sujeta su estómago y deja de moverse.

—¿Eh?

—E-El ganador es la señorita Rosarin.

¿Gané? Ah, lo lamento. Duele, ¿verdad? Usaré magia curativa en ti.

Cuando termino de curarlo, él me grita:

—¡Normalmente emplearías magia!

¿Eh? ¿Está enfadado por eso?

—La utilicé.

—¿Qué?

—Usé aceleración.

—Ya veo… —comenta mientras baja la cabeza—. ¡No perderé la próxima vez!

Aunque dijo eso, creo que no desea que haya una próxima vez.

Es conocido por ser bastante fuerte entre la orden de caballeros, así que hice que Rosalia utilizara tácticas de ataque sorpresa.

—Ohhh, ¡como se esperaba de la señorita! Ese tipo es bastante hábil, ¡pero no pensé que ni siquiera necesitaría usar magia!

El señor Rudolf golpea mi hombro sin contenerse. ¡Oye, eso duele!

—Pero sí usé magia.

—¿Eh? Pero no hubo ningún cántico, ¿verdad?

—Aprendí de un gran sabio que es inútil emplear magia en una batalla de verdad. Si no hay vanguardia, la regla básica es no usar cánticos.

Es cierto que existen maneras de ganar distancias a través de varios sistemas; aun así, hacer un cántico ante una distancia tan corta como la de hace un momento sería un suicidio. No usar cánticos en medio de una batalla es una de las pocas cosas que el sabio accedió a enseñarme.

—Wow~ ¿La señorita se ha convertido en una discípula de un sabio? Como se esperaba de usted.

Parece haber sido persuadido por eso. Como se esperaba del sabio, un miembro bueno para nada de la sociedad. Quizás le lleve dulces de camino a casa.

♦ ♦ ♦

La segunda batalla es contra el comandante de la unidad de hombres bestia, mitad león y mitad humano: el señor Leonid. ¿Por qué parece que solo la gente fuerte me desafía?

¿Eh? ¿Solo quedan los fuertes porque yo entré en medio del combate…? Bueno, si es así, puedo aceptarlo.

Esta vez, también nos decidimos por usar una estrategia de antemano. Ahora bien, saldrá bien o no…

—¡Preparados…! ¡Comiencen!

En ese momento, empleo la técnica que preparé de antemano. No obstante, antes de activarla, coloco una barrera a prueba de sonido para que Dirk y Jendo no sean afectados.

—¡¡Ugh!!

¡El efecto fue magnífico! ¡Su sufrimiento es extremo!

Lo que hice fue tomar ventaja de la gran capacidad auditiva que tienen los hombres bestia; debido a ello, son sensibles. Por lo tanto, si los golpeo con una voz muy desagradable a un volumen elevado… resulta de esta manera.

El joven Leonid termina sufriendo tanto que no puede seguir luchando. Por cierto, el ruido desagradable era aquel de arañar una ventana. Practiqué este método con magia de viento. Hay otras variaciones también, pero Dirk dijo que esta era la más desagradable.

Parece que soy la única a quien se le puede ocurrir una idea tan estúpida que incluso el sabio estaba sorprendido ante esta magia de intimidación…

—¡Ha!

Coloco mi espada contra el cuello del joven Leonid, quien ya no podía luchar…

Huh, el referí… está en cuclillas con los ojos llorosos también. Lo siento.

Cuando disipo la magia, comienzan a revivir. Rosalia ganó, pero no obtuvo el resultado deseado, así que se quejó. Lo siento.

—¡La ganadora es la señorita Rosarin!

—Señorita.

—¿Sí?

—Esa magia está prohibida, ¿de acuerdo?

Como pensé, el señor Rudolf me prohibió usar esta desagradable magia. De todos modos, también Rosalia estaba molesta conmigo, así que decidí no volver a utilizarla.

—Sí~

—Sin embargo, era una magia muy extraña.

—Es original, ¿sabe?

—Soy muy consciente que usted está fuera de la norma, señorita…

Debido a que ingresé a mitad de la competencia, al parecer la siguiente son las semifinales. ¡Mi oponente es Curtis Blanc, por lo que no tengo ninguna queja! ¡Le mostraré mis contramedidas contra la superintuición!

De repente, me encontraba motivada… Mejor dicho, ¡voy a matarlo!

—¡Preparados…! ¡Comiencen!

—Me rindo.

—¿Qué?

—Curtis Blanc…, ¿se retira? —pregunta el referí, confirmando sus palabras.

—¡Tengo un muy mal presentimiento! ¡Me retiro!

—¡Deja de decir tonterías, Curtis! ¿Qué debo hacer ahora con toda esta motivación?

—¡Tengo miedo! ¡Olvídate de la motivación, sentí que estabas a punto de matarme! ¡¡Mi seguridad está primero!! ¡Por favor, déjame rendirme!

Al final, la persona misma no tenía voluntad de luchar, así que lo acepté. ¡Será mejor que tengas cuidado después, Curtis! ¡Definitivamente experimentaré contigo!

Ahora bien, mi oponente en la final es Dirk.

—¿Qué sucede si me rindo también…?

—No te hablaré por un tiempo.

—Haré lo que pueda…

—Muy bien.

El referí comienza a arrastrar una silla… No, si miro de cerca, ¿no es Curtis? Te golpearé.

—¡C-Comiencen…!

En ese instante, las chispas comienzan a dispersarse. Dirk y yo somos personas que abruman a sus oponentes con la velocidad. Sin embargo, ya que el físico de Dirk aumenta también, su velocidad y peso se combinan. Su arma actual es una lanza. Para ser sincera, no hay aberturas en su postura.

Siendo así, es mi turno. Por lo general, solo fortalecería mi cuerpo con magia porque ambos estamos usando armas, pero hoy es diferente. Por cierto, el récord actual es de cincuenta derrotas, cuarenta y ocho victorias y dos empates. Tengo más derrotas que victorias, ya que Dirk es muy fuerte.

Sin embargo, siempre lo he estado observando; estoy familiarizada con sus hábitos.

—¡¿Eh?!

En el momento en que piso el pie derecho de Dirk y rompo su centro de gravedad, activo una magia de trampa en el suelo. No hay manera en que Rosalia pierda contra su oponente cuando este ha perdido el equilibrio.

—¡Haa!

Bloqueando la lanza, me deslizo en el pecho de mi oponente, y sostengo una espada contra su garganta.

—¡La ganadora es la señorita Rosarin!

—Ha…, perdí.

Las orejas y la cola de Dirk caen. Me dirijo hacia los asientos del público para recoger a Jendo, pero me detuve a consolar a Dirk porque se sentía deprimido.

—No se puede evitar. Después de todo, era dos contra uno.

—Hmm~

Cuando acaricio al desanimado Dirk, su humor comienza a recuperarse y su cola se enrosca en mi pierna.

—Qué pelea tan espléndida. Por favor, únase a nosotros si tiene tiempo la próxima vez.

El señor Leonid aparece detrás de mí antes de que me dé cuenta y me revuelve el cabello. ¡No sentí su presencia! ¡Y puso demasiada fuerza en ello…!

—Lo siento, no pensé que sería tan efectivo…

—Una derrota es una derrota. No perderé la próxima vez.

Ohh, qué hombre tan varonil.

—Sí, yo tampoco perderé.

—Por cierto, ¿por qué no dejan sus coqueteos para cuando estén solos…?

—Ahh…

—¿Qué? Lo siento mucho, Rosarin.

Dirk se arrodilla una vez que nota su cola. Está bien. Esta vez solo fue mi pierna, ¡así que estás a salvo!

—Bueno, es lo de siempre. Realmente puedo experimentar ser amada.

—Ja, ja. Bien por ti, Dirk. Tener una esposa comprensiva.

—Ugh~ sí. Aunque todavía es solo mi prometida.

Todavía es joven, pero me parece que un Dirk llorón es un ángel.

Ah, ah~

Jendo se acerca con la bestia sagrada.

¿Eh? ¿Le brillan los ojos? ¿Qué sucedió?

“Mi hermana es tan genial”. Es lo que dijo.

Gracias por la interpretación, Kou.

—Señor Leonid…, ¿cree que a los hombres bestia les gusten las personas fuertes?

—¿Hmm? Bueno, fuerte es igual a encantador. Tanto los hombres como las mujeres tienden a preferir a los fuertes. Especialmente los hombres mitad lobo, tal y como este niño. ¿Quizás, debido a las batallas, le reconoció como un jefe o una persona con un rango muy alto?

—Oh… Por favor, dime que no es eso, Jendo.

Oh~

—Parece que es así.

—¡¿En serio?! ¡No! Recibiré un daño mental muy diferente dependiendo de si me considera su superior o un jefe, ¿sabe?

—¿Eh? Rosarin, ¿qué pasa con ese chico? ¿Se cansó por fin del pelaje de Dirk?

Curtis y otros caballeros vienen uno tras otro, rodeándonos en un abrir y cerrar de ojos.

¡Ah…! ¡Ahhh!

Como nos rodean, Jendo se asusta y grita de pánico. Los caballeros también… ¿Eh? ¿Están sorprendidos?

—¡No te preocupes, todo está bien! ¡Después de todo, tu hermana es fuerte! ¡No hay necesidad de tener miedo!

Trato desesperadamente de persuadirlo, pero fue en vano; Jendo está tan asustado que se orina encima de la bestia sagrada.

—De verdad, lo lamento.

Me disculpo usando el método transmitido por los antiguos japoneses: dogeza. No puedo creer que lo dejara orinar sobre el maravilloso pelaje de la bestia sagrada…

La bestia sagrada termina siendo lavada por los caballeros y yo recupero su esponjosidad mientras lo seco. No, todavía queda la purificación, pero ahora estoy emocionalmente delicada.

Por cierto, el sudoroso Dirk llevó a Jendo a bañarse. Jendo parece estar bien con los hombres bestia, así que se lo dejé a él.

No se puede evitar… Mi consideración también fue insuficiente. Todavía debe sentir miedo por la intimidación que sufrió.

—Sí…

No te preocupes. No estoy enfadado.

—Muchas gracias.

Hmm.

Realmente amo tu gentileza, bestia sagrada. Me deja hacer mofumofu con él cuando quiero. Sin embargo, ha estado ausente recientemente, así que no puedo pedírselo en público. Pensé que se había rendido a ello, pero estoy feliz de que no fuera así.

Cuando estaba disfrutando del mofumofu, Jendo entra corriendo.

¡Ah~! ¡Ah! ¡Ah!

No estoy enfadado. Los hombres no deberían llorar.

Probablemente, Jendo se estaba disculpando entre sus lloriqueos. La bestia sagrada lame sus lágrimas con suavidad.

Ah~

Jendo asiente y deja de llorar.

Hmm. Buen chico.

La bestia sagrada se frota contra Jendo. Qué envidia… Bueno, voy a leer el estado de ánimo aquí.

—Señorita Rosarin.

El señor Leonid se acerca a mí con una expresión delicada.

—Ese niño… Jendo, me han contado lo que le ha sucedido. Parece que fue sometido a un trato bastante duro.

—Sí…

—¿Qué piensa hacer con él?

—Por ahora, se quedará con nosotros en casa. Mi madre estará allí para él, pero depende de mi familia. Ya que ahora me involucré, lo protegeré. Después de todo, se lo prometí.

—Hmm. Señorita Rosarin, es usted fascinante.

—¿Eh…?

—Esa compasión y fuerza suya es muy bonita. Es muy agradable para los hombres bestia.

—Sí…

—Yo tampoco sería capaz de dejarle sola si tuviera unos años menos…

¿No está el señor Leonid soltando algunas feromonas extrañas? ¡Dirk! ¡Ayuda! No parece tener mala intención, ¡así que es difícil para mí pincharlo! Nooo, ¡deja de levantarme la barbilla!

—¿Qué estás haciendo…?

¡Ah, Dirk! Me has salvado y me siento descaradamente aliviada. Sin embargo, me puse rígida al ver a Dirk. ¡¡Su rostro en estos momentos es aterrador!!

—Si tengo que decirlo,  estaba coqueteando con ella.

¡Dirk, tu sed de sangre es dolorosa! ¡No se puede evitar! ¡Ahora solo puedo sacrificarme y hacer un ataque suicida!

—¡Dirk!

Sacudiendo al señor Leonid, abrazo a Dirk, frotando mi cuerpo contra el suyo.

—¿De quién soy…?

—Eres mía…

—Correcto. Siendo así, señor Leonid, por favor, deje de tocarme innecesariamente. Haré que lo tachen socialmente como un pedófilo.

—Pedof…

—Haré que se extiendan rumores de que usted es un pedófilo, un pervertido que acosa sexualmente a los niños. Este tipo de rumores son los favoritos de las mujeres, así que se extenderá rápidamente y será observado con ojos absolutamente fríos por todo el castillo.

—¡L-Lo siento, señorita…!

El señor Leonid agacha la cabeza. Dirk también parece retirarse un poco. No quiero tener más problemas.

—Ustedes dos se llevan bien, como siempre. ¿Cómo fue la última noche?

—¿Eh? Ah…

Curtis suelta una bomba dentro del delicado estado de ánimo que acababa de empezar a mejorar. La cara de Dirk cambia de color.

—L-Lo disfruté~ —respondo.

—Preguntaré solo para asegurarme, pero ¿en qué sentido…? —pregunta Curtis.

Por la reacción de Dirk, seguramente no en ese sentido, ¿verdad?

—No puedo decir eso en un lugar como este… —contesto, sonrojándome con una mano sobre la boca. Curtis y el de hijo del marqués Rosweyde, quien apareció detrás de Curtis, se acercan a Dirk antes de que me dé cuenta.

—¿Qué has hecho?

—¡Rosarin! No exageres el malentendido a propósito.

¿No dije que no se puede decir en un lugar como este?

—¿Malentendido? ¿A pesar de que fuiste tan… apasionado? ¿Has olvidado todo eso?

El beso fue muy intenso. Dirk se pone rígido y deja de moverse. Bueno, la persona misma tiene vagos recuerdos de ese incidente, así que le ofreceré mi ayuda.

—Los recuerdos de Dirk son borrosos debido al alcohol, así que creo que no lo entendería aunque se lo recordara.

—¿Todo terminó bien…?

El hijo del marqués Rosweyde parecía realmente preocupado, así que le di una respuesta que no fuera tan directa.

—No me hizo nada doloroso…

—En general lo entiendo…

Como se esperaba de su superintuición, Curtis lee con precisión los matices en mis palabras y los transmite al hijo del marqués Rosweyde.

—Dirk, me gustaría tener una charla más tarde…

Sí, una charla. No se puede evitar. Sigamos con esto.

—Umm, hubo partes que fueron causadas por mi descuido y me aseguré de burlarme de él para vengarme por la mañana, así que por favor no lo regañes, ¿de acuerdo?

—Eso depende de lo que haya hecho…

—Se quedó dormido en medio de todo.

—¿De verdad…?

—De verdad.

Curtis se echa a reír. El hijo del marqués Rosweyde parecía confundido, pero luego estalla en risas.

—¡Lo hiciste sonar diferente!

—Lo siento, he bromeado demasiado.

—No, señorita, ¿realmente no está falsificando tu edad? Lo has hecho a propósito, ¿no? —dice el señor Leonid, impactado.

—Ja, ja, la beneficiaria en mí es una adulta, así que soy mentalmente mayor.

—Rosarin…

El cansado Dirk se apoya en mí. Lo siento, he jugado demasiado.

—De todos modos, mi cuerpo y mi alma son de Dirk, así que te convendría no entrometerte innecesariamente en nuestra relación. —Una sonrisa malvada  aparece en mi rostro—. A menos que quiera ser borrado socialmente.

—Qué desafortunado. No se encuentra a menudo una buena mujer como usted, pero supongo que no se puede evitar ser rechazado.

El joven Leonid se va con una sonrisa irónica. Dirk me abraza con fuerza.

—El joven Leonid es genial, ¿verdad?

—¿Eh? Sí, lo es.

—Es varonil, ¿no…?

—¿Sí? Rosarin, ¿es esa… tu preferencia?

—No. Mis preferencias son un sedoso cabello negro, con músculos bien definidos en su cuerpo, lindo, fácil de molestar, y genial. Las orejas de animal y la cola son imprescindibles, y ser capaz de cambiar entre hombre y bestia es una gran ventaja.

—Así que estás diciendo…

—Mi tipo ideal eres tú, Dirk.

—Rosarin…

—Entonces, ¿qué tamaño de senos prefieres, Dirk?

—¡¿Por qué siempre terminas preguntando eso?!

Los celos de Dirk me alegraron y me avergonzaron, así que no le diré la razón detrás de mi pregunta.

Cuando el estómago de Dirk comienza a sonar, decidimos ir a comer. Ya que, durante la batalla, había potenciado su físico, el sonido proveniente de su estómago también se intensificó, haciendo que Dirk se sintiera avergonzado por ello.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido