Traducido por Nidhogg
Editado por Ayanami
Corregido por YukiroSaori
—Así que has venido por mi hermano menor, ¿no es así? Puede que te hayamos perturbado con las extrañas ideas de nuestra madre. Ella ha sido influenciada, en gran medida, por las fábulas de reinos extranjeros. No puede ser detenida, ni por nuestro padre. Es lamentable.
—Venir aquí no ha sido un problema en lo absoluto, su alteza. Le agradezco, junto a mi padre, por haberme invitado.
—Tu padre… el barón Dalton, ¿cierto? Siempre es una persona tan alegre, pero el otro día, cuando vino de visita… lo noté, particularmente, taciturno. ¿Será que está preocupado por su hija?
—Y-Yo creo que fue por su temperamento ansioso…
—Él debe quererte mucho. Uno se entristece cuando “alguien se va de casa”, pero el desear la, pronta, boda de su hija puede también es parte del cariño paternal.
—Oh, ¿es verdad? S… sí… puede que sea por tal razón, seguramente…
Una heroína como Peko, siempre creará mucho revuelo. No es extraño que sus palabras acerca de nuestro encuentro llamarán la atención de su alteza. Era un poco lamentable… ¿no?
—Theresa, ¿tienes hermanos mayores?
—Tengo una hermana, ella es un año mayor que yo.
—Te envidio. Tengo un hermano, pero él no jugó mucho conmigo, porque es diez años mayor…
Mientras le sonreía a su rostro enfurruñado, que me decía “te envidio”, eché un vistazo al monstruo, de mirada glacial, que estaba prestando atención a Peko…
—Una vez que termine el mes, cuando regrese con mi padre a casa, intentaré no preocuparlo.
“Regresar”, ¡podrías intentar sentir algo de certeza en esa palabra!
En ese punto, no parecía que fuera una mentira… por ejemplo, incluso si hubiese sido la verdad, no había nada más que decir al respecto.
Lo sorprendente de cuando conocí a Peko, fue que ella no tenía ambición ni interés en nada que no fuera necesario.
No debería ser un problema encontrar una candidata a novia tímida que pudiera ser el sustituto de Tou.
—Espera… ¿Qué? ¿Quieres regresar a casa? ¿No te gusta su alteza Ikuta?
—¡Oh, no! ¡No es así! Es solo que… bueno… he estado hablando con las otras chicas… y las considero más adecuadas para su alteza. Y… bueno… ya tengo veinte…
—Eso es lo mismo para m-
Ella estuvo a punto de mencionar la diferencia de edad que tenía con su alteza Atoren. Recordando cuando ella dijo “como el hermano menor”, dejó de hablar. ¡Qué cerca has estado, Peko! ¡Él no te habría perdonado si hubieras hablado acerca de la diferencia de edad!
—Peko, deja que Ikuta decida acerca de su novia. ¡Nadie debería entrometerse en esto!
—Está bien… tienes razón. Estoy de acuerdo. No lo mencionaré de nuevo.
Su alteza, fácilmente, obtuvo obediencia con solo mirarla con ojos brillantes, ¿cuán dócil es esta mujer? Inclinando su cabeza con tal nobleza.
No podía dejar de preguntarme por qué su alteza dijo que le dejará escoger, dudaba que le diera información sobre mi. Si alguien le dijera que soy la sustituta, no necesitaría arreglarme…
—Por cierto, Peko, recuerdo que me comentaste, que necesitabas ir al baño hace un buen rato.
—¿Qué? E he, he…
La pobre chica se congeló bajo la mirada fría de su alteza real. Después del repetitivo juego de tira y afloja, el monstruo, finalmente, enseñó sus dientes…
Peko se giró hacia mí, pidiendo ayuda con ojos incómodos…
¡Debo encontrar una distracción!… ¡Oh, mira! Una mariposa volando… ¡¡¡Woooooow!!!
Miré hacia otro lado, sin que lo notaran y, respetando los buenos modales, corrí a paso acelerado. Peko parecía haber aprendido el cómo se sentía una persona congelada… ¡Entendí que su alteza real era capaz de ambas, congelarte y hechizarte!
El amor verdadero no tiene límites, ¿verdad? Lo mejor era comportarse como una buena amiga y pretender no haber escuchado el sonido de su beso.
♦ ♦ ♦
Una vez que regresé al jardín de hierbas medicinales, su alteza Ikuta estaba descansando en el banco.
No se si tenía un mandado. Pero parece que no podía ir y aparecer, ya que se estaba produciendo una entusiasta escena de amor. Puede ser que él le haya dicho a su hermano mayor donde podía encontrar a Peko.
Cuando intenté hacer una reverencia y obtener una recompensa, su alteza movió, ligeramente, su mano en un gesto de desdén.
—No necesitas usar saludos pomposos.
—Su alteza… me sentiría apenada si me dice algo tan imprudente…
—Ni siquiera necesitas usar un lenguaje formal. Hablas con normalidad con mi cuñada, ¿cierto? Tengo que hacer un encargo para mi hermano, necesitará tiempo. Si pudieras, por favor…
Hubiera querido rechazarlo con todas mis fuerzas, pero no pude. Me senté de mala gana.
—¿Por qué te sientas tan lejos?
—¿Por qué debería hacerlo más cerca?
¡Mantén la calma, y no acortes la distancia…!
¡Sus ojos azules mirándome, silenciosamente, me dejaron conmocionada!
Con una dulce sonrisa, me susurró.
—Ese sombrero luce bien en ti.
—Oh… ehm… ¿p-puedes ver lo maravilloso que se ve con todos esos dibujos y colores? Es un regalo de Peko, mi amiga… oh, no, no… ¡podría parecer arrogante usar esa palabra!
—Tranquila. Ella nos dijo a mi y a mi hermano que tiene una nueva amiga. Si lo niegas, ella estará triste.
“Amigas”, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que use tal palabra. También tuve amigos cuando no había una brecha entre hombres y mujeres. Cuando era una niña, no me interesaban los pasatiempos femeninos, así que pasé mi infancia entre los chicos.
No estaba interesada en coleccionar insectos. Pero dar un paseo por el bosque y familiarizarme con cada tipo de planta que me topaba me intrigaba.
Las quejas de mi padre acerca de mi falta de femineidad iniciaron cuando comencé a actuar como un hombre en un intento por ser aceptada en su grupo. Mientras más crecía, más enfocaban sus atenciones en mi hermana y, una vez que noté, que mostraban interés en mí solo para acercarse a ella, me alejé de ellos.
Estaría mintiendo si dijera que no me dolió, pero me encontré entre las plantas, que no tenían malicia ni falsedad, y eran mucho más reconfortantes.
—Esto… esto me hace realmente feliz porque nunca antes recibí un regalo de nadie…
—¡Qué sorpresa! ¡Pensé que habrías recibido muchos regalos, no solo de tus amigas, sino también de hombres!
No sabía cómo interpretar eso. Es que acaso se estaba burlando de mí porque sabía que soy la sustituta, o era solo mi imaginación, no podía detener mi línea de pensamiento.
Usualmente, mi sociable hermana recibía regalos de los chicos. Mientras que yo, me refugiaba en el jardín, con los únicos amigos que conocía, mientras trabajaba en él. Los regalos acostumbrados para mí, eran las semillas de plantas y los dulces que me daban los hombres mayores, mejor dicho, los ancianos junto con los que tomaba el té. Por eso me complació tanto el recibir el sombrero que me dio Peko.
—No estoy realmente apegada a esas cosas. ¡Compréndame, por todos los cielos! ¡No estoy casada a esta edad!
Él guardó silencio, tal vez porque no podía encontrar las palabras para una mujer tan desafortunada, pero su mirada era realmente elocuente.
—¿De verdad? —dijo, con una mirada, esperando una confirmación.
Dirigí mi atención a otra parte, bajando mi cabeza; ¡la fuerza de su mirada al observarme, de la cabeza a los pies, hizo que se me erizara la piel como si tuviera algún poder físico! Una inoportuna vergüenza me hizo sonrojar. ¡Ohhh, diablos! ¿Acaso su madre, la reina, no le ha enseñado que no es bueno escrutar a una persona de esta manera?
Como no podía soportarlo más, lo miré directamente. Sus ojos azules miraron hacia otro lado y, al momento siguiente se iluminaron bruscamente.
—Dices que nunca antes has estado involucrada con alguien más, ¿verdad?
—Sí, nunca.
—No es porque no pudieras, es solo porque estabas tratando de evitarlo, ¿verdad?
—E-Esto… ¡no se trata de mí!
Sus palabras me molestaron, pero me di cuenta de que era porque tenía la razón. No era falta de feminidad, era la falta de voluntad en pulirla. ¿Puedo decir, sin vergüenza, que he hecho todo lo posible para volverme más bonita? ¿Alguna vez, traté de mejorar mi encanto y parecer más atractiva para los hombres?
Tal vez, siempre he evitado esto pensando, inconscientemente, que no habría estado a la altura de la tarea.
Empecé a estar más inmersa en la jardinería, porque pensé que los hombres me estaban evitando, ¡pero yo era la que los evitaba!
El resultado de mi pereza fue la soledad.
—Si, tiene razón. No hice ningún esfuerzo y busqué la razón en otro lugar…
Ya no puedo preguntar más “¿Qué flor florecerá en una planta llamada amor?” Me olvidé completamente de eso, debido al lío de mi hermana escapando por amor, pero ahora, ella está desaparecida y, el apellido Dalton se extinguirá si no me caso con él. Aquí está el novio. ¡El novio!
—Le agradezco, mi señor. ¡He abierto los ojos gracias a usted! Trataré de mejorar, para encontrar a alguien cuando regrese a casa.
La niebla que cubría mi corazón se desvaneció, tal vez sea solo yo, pero todo se veía tan claro. ¡Fue como un amanecer! Debo orar…
Tan pronto como le agradecí, el chico con el ceño fruncido levantó su mano y dijo:
—Espera, por favor… —No estaba segura de sí estaba teniendo una jaqueca, mientras suspiraba, masajeaba su sien—. Eres una persona realmente extraña —dijo.
—Esta es la manera en que me siento. ¡No me di cuenta de mi estupidez hasta que hizo que lo notara!
—Errr… eso no es, exactamente, lo que quise decir… pero… pero todavía no comprendo el significado de tus palabras…
—¡Le ruego me perdone! Y-Yo tenía la intención de agradecerle… ¿Le ha molestado?
—Eso no sería suficiente para ti… ¡No puedo entenderte! Primero, me sorprendes con ese extraño vestido, después, te comportas como una chica noble… también parecieras tener una inusual naturaleza dócil… —Si no fuera por los cumplidos, parecería que se está burlando de mí, sus ojos estaban agitados, como si reflejaran mi vergüenza—. ¡¿Por qué decidiste venir aquí?! ¡Podrías haber rechazado la invitación que no consideraste interesante!
Es cierto que me podría haber rehusado, dado que no habrían querido separar a dos amantes, la invitación del palacio real podría haber sido rechazada si hubieran estado comprometidos. Pero, ¡espera! Es como un suicidio para un pobre noble el rehusarse a la invitación de la familia real. ¡Su alteza misma podría matarte con una sierra!
Probablemente, mi padre lo hizo estando seguro de que nadie podría negarse, pero mi hermana lo arruinó.
—Yo… yo no dije que no esté interesada…
—Dime, ¿Qué parte de este palacio real captó tu interés? ¿El palacio en sí? ¿Su gente? ¿Yo? ¿ESTE jardín? No eres alguien que pueda ocultar algo.
“Este jardín” ¡Es inevitable estar fascinada por el! Intenté asentir cuando él habló de sí mismo, ¡pero no pude al recordar paraíso floral!
—No cuidas de mí, incluso si eres una de mis pretendientes. Sonríes solo cuando escuchas acerca de plantas.
Después de darme un vistazo, cruzó los brazos con frialdad.
No pude entender muy bien porque su malhumor. Tenía un comportamiento ambiguo, esperando por mi respuesta, continuó sentado en el banco. Lo habría abrazado si hubiera sido mi hermana… ¡pero no sería gracioso que me condenaran a muerte por injuria a la corona!
—Muchas mujeres pueden cuidar de usted.
—¡De nuevo! ¡Chica tonta! ¡Debes tener más cuidado con lo que dices!
Tal vez me escuchó pensando acerca de él eligiendo entre algunas de esas hermosas chicas como la señorita Miranda, la señorita Cecil, la señorita Yuliana y muchas más… ¡temo a esta persona de la realeza!
—No hay diferencia en que digas que no estás interesada en mí.
Yo, siendo tonta, finalmente lo comprendí. Estaba totalmente mal, el que una pretendiente le diga que busque a otra mujer, mientras le declara al mismo tiempo que estaba lista para buscar novio. Parecía que estaba tan acabada.
Estaba rezando a mi madre cuando su alteza se puso de pie. Instantáneamente, me aterroricé, pero él se dirigió al jardín. Volvió de inmediato con una flor de un azul claro en su mano. Una flor de Lirott, de doce pétalos.
—Quiero cuidar de ti, quizás porque tú no cuidas de mí. ¿Qué tal para decorar tu sombrero? La vívida Lirott azul se verá bien en tu sombrero color crema.
Se sentía como si me criticara, como una especie de “inspección de moda”, pero me sentí aliviada de que no estuviera molesto. Si, lo sé, él estaba siendo un poco mezquino, pero no le daría una flor a alguien que no le gustara.
La flor que puso en mi mano emitió un dulce y fresco perfume.
—¡Qué agradable fragancia! ¡Gracias, el Lirott es mi flor favorita!
Al ver mi sonrisa de agradecimiento, se sentó pesadamente en el banco.
—Me sigues sorprendiendo. Las mujeres no suelen apreciar las hierbas silvestres.
Él me dejó sin palabras.
El Lirott es una muy importante flor que crece en todas partes de Rionia. No es una planta que tengas en casa, pero no necesita la atención que necesita una rosa, es extraño verla en un jardín real… pero, ¡tal vez estaba aquí a causa de su perfume!
—¡¿Me la está dando como una broma?!
—No, solo pensé que combinaría con tus ojos.
Me giré, y él volvió su cabeza sonrojado… No sabía si tomar sus palabras como un cumplido. Estaba confundida, carecía de feminidad, ¡¿¿Qué podría hacer??!
Sin embargo, realmente lo aprecié y le agradecí de nuevo.
Quiero que confiese su secreto a Peko para que tenga un pequeño refugio del lío en el que veo que se va a meter.
Kyaaaaaaaaaaaaaaa kyaaaaaaaaaaaaaaa su alteza Ikuta tendrá q esforzarse más para q esta densa chica se de cuenta de usted 🤣🤣🤣🤣
Gracias por la droga 😆😆😆
Jajajajajajaja amo a esta chica es tan tierna, ya hasta se adecue a su personaje, tanto así que hasta en su mente se llama a si misma Teresa. Quisiera ver cuando el príncipe se encuentre con la hermana cómo respondería.