Traducido por Dalia
Editado por Sakuya
—¿Cuántas veces he de repetirte que no planeo quitarte la vida para que finalmente lo creas?
Arrugó ligeramente su expresión, como si aún sospechara que yo desconfiaba de sus palabras.
—Si llegara a perder la razón una vez más y mi intención es asesinarte…
Del mismo modo, soltó con cuidado la taza de té que tenía entre sus manos y declaró con el ceño fruncido.
—Entonces es mejor que escapes.
Dejé escapar una pequeña carcajada ante esas palabras.
—Pensé que ibas a matarme si trataba de escapar.
—Indudablemente, incluso si debo perseguirte hasta los confines del mundo, te encontraré nuevamente.
¿Acaso esto no es más que una contradicción absoluta?
No obstante, frente a las palabras que vinieron después, no pude evitar desear tomar la mano de mi padre a quien tenía delante.
—Aunque quizás eso sea preferible. En lugar de que mueras en mis manos.
—Lo que dices es… raro
—Lo sé.
Frunció el ceño, como si pensara que había pronunciado algo fuera de lugar nuevamente, y bebió el té que le ofrecí.
El trino de las aves resonó en el silencio que se había creado en la habitación.
Al escuchar el canto de un ave desconocida desde las alturas, reí intentando evitar derramar alguna lágrima por mi querido e ingenuo padre.
♦ ♦ ♦
—¡Oye!
En medio de la noche me desperté de repente y abrí los ojos en una habitación sumida en la oscuridad. Reinaba una completa incertidumbre en mi entorno y solo el sonido de mi respiración acelerada resonaba a mi alrededor.
¿Qué sucedió? Creo que acabo de tener una pesadilla.
Siento que he tenido un sueño verdaderamente aterrador, pero al despertar, no podía recordar nada. Sin embargo, la extraña sensación que experimenté en mi sueño aún persistía.
Permanecí inmóvil en la cama y después en un arrebato me levanté impulsivamente.
—Vaya. Princesa, ¿por qué te encuentras aquí a estas horas? ¿No puede conciliar el sueño?
No mucho tiempo después de salir del cuarto, me crucé con Lily en el pasillo mientras sostenía una bandeja con tazas. A pesar de la hora, ella no parecía haberse retirado a dormir aún.
—Voy a ver a papá.
—¿En serio?
Los ojos de Lily se ensancharon ante mi repentino comentario. No añadí nada más y retomé mi camino.
—Princesa, ¿por qué de repente…?
Lily me siguió con prisa, observando mi rostro y, por alguna razón, manteniendo sus labios cerrados.
—El aire nocturno está fresco, deberías ponerte esto al menos.
Lily dejó la bandeja que llevaba consigo y envolvió el chal que portaba alrededor de mis hombros.
—Vaya. Princesa, ¿qué estás tramando?
—¿A dónde te diriges en este momento…?
Los empleados que aún estaban despiertos me cuestionaron cuando salí tarde en la noche.
—La princesa simplemente va a visitar a su Majestad.
Sin embargo, al escuchar las palabras de Lily, las chicas inclinaron la cabeza como si comprendieran sin necesidad de decir nada, y luego prosiguieron con sus respectivas labores.
Dejé atrás el Palacio Esmeralda y me dirigí hacia el Palacio Granate. A mis espaldas, los caballeros que Claude había posicionado como protección frente al palacio nos empezaron a seguir.
Insistí en que Claude eliminara el peligroso encantamiento anti-magia lanzado en el perímetro del palacio, pero se negó, en caso de yo decidiera volver a desaparecer. Por lo tanto, no pude emplear el encantamiento de teletransportación para llegar más rápido hasta Claude.
Afortunadamente, Claude no estaba durmiendo.
—¿Qué te trae aquí a estas horas de la noche?
Claude, quien estaba inmerso en la lectura de documentos en su despacho, levantó una ceja ante mi abrupta entrada. Mi presencia repentina a tan altas horas de la noche debió resultar extraña para él.
Ahora que estaba cuidando su alimentación y su insomnio estaba mostrando signos de mejora gradual, su semblante había mejorado notoriamente en comparación con un tiempo atrás.
Tras asegurarme de que Claude se encontraba bien, la tensión en mi corazón empezó a disiparse lentamente.
—Bueno… Desperté en medio de la noche y simplemente quería verte.
Le expliqué la verdadera razón por la que llevaba a cabo esta insensatez.
Sin embargo, por alguna razón, el rostro de Claude ante mí comenzó a adquirir gradualmente una expresión extraña. Parecía estar encontrando cierta diversión en mi visita inesperada, pero dado que de todas maneras había alcanzado mi objetivo, giré sobre mis talones para abandonar su despacho.
—Y ya que te he visto, me retiraré ahora.
—Espera un momento.
Oí un tenue sonido tras de mí, y repentinamente una sombra se proyectó alzándose sobre la mía. Claude, ahora significativamente más cerca que antes, me observaba desde esa proximidad.
—Tú…
Sin embargo, como si de pronto hubiera quedado sin palabras, su voz se extinguió y sus labios se cerraron.
—Athanasia.
Tras un tiempo de silencio, una suave voz llegó a mis oídos. El nombre que pronunció resonó en mi ser y luego se disipó en el aire. Un sonido contenido, tal vez un suspiro, flotó a mi alrededor por un momento antes de desvanecerse
—Tú… estás viva, sigues creciendo y sigues realizando todo tipo de cosas raras.
Me sorprendí cuando Claude me levantó en un abrazo repentino, mientras mis ojos seguían parpadeando como un reflejo ante la incredulidad.
—¿Cu-cuándo te pedí que hicieras esto?
—Quizá también me he contagiado con tu comportamiento extraño.
Es decir, fui yo quien irrumpió en su oficina a esta hora de la noche, así que no tenía nada con qué refutar su argumento. Al alzar la mirada, noté que Claude tenía una expresión de molestia en su rostro, lo que provocó un nudo en mi garganta.
Pero esto es un tanto embarazoso. Claude nunca me había llevado así en brazos desde que era una niña lo suficientemente pequeña como para caber en sus brazos. ¡Y, además, soy una princesa!
Claude hizo que los demás parados junto a la puerta se apartaran de su camino y luego procedió a caminar por el pasillo conmigo en sus brazos. Era realmente vergonzoso, pero pedirle que me bajara habría generado una situación demasiado incómoda, así que simplemente me quedé en sus brazos.
—Esta noche cuidare de ti, así que duerme tranquila.
Cuando Claude llegó a la cama, me colocó en el colchón y me cubrió con una manta. La manera arrogante y con aires de superioridad en que habló, me irritó.
—¿Crees que soy una niña pequeña que sufre pesadillas y no puede dormir por su cuenta?
Sí, es cierto que había venido aquí después de una pesadilla, pero mi orgullo me impedía admitirlo. Sin embargo, Claude aplastó mi orgullo con un resoplido
—¿Y tú crees que no lo eres?
¡Ugh, cómo detesto su actitud!
Claude hizo un chasquido con la lengua cuando me envolví en la manta y temblé por la ira.
—No pienses en nada más, sólo vuelve a dormir.
Repentinamente, sentí un toque en mi cabeza y me quedé quieta. Mientras una mano torpe pero cariñosa acariciaba mi cabello, la tensión comenzó a disiparse gradualmente de mi cuerpo. Al parecer, Claude tenía la intención de quedarse a mi lado hasta que me quedara dormida.
—…Quiero…
Luego, en un instante, un pequeño deseo escapó de mis labios.
—Quiero ver a mamá.
De repente, la mano que acariciaba mi cabello se detuvo. En silencio, cerré los ojos y dejé que el silencio de ese momento me envolviera.
Después de un tiempo, la calidez que había permanecido sobre mi cabeza comenzó a moverse lentamente una vez más.
Claude no me respondió. En la habitación oscura, solo los sonidos de su respiración y la mía resonaban. La luz de la luna que se filtraba por la ventana bañaba con su brillo una parte del rostro de Claude.
Finalmente, tras el tiempo suficiente para que me quedara dormida, una voz tenue impregnó el aire nocturno.
—Yo también.
Esa noche, ni él ni yo pudimos conciliar un sueño tranquilo.
♦ ♦ ♦
—¿Mmm?
El canto de un pájaro fuera de la ventana me despertó de repente y abrí los ojos.
No obstante, por alguna razón, la visión borrosa del paisaje de la habitación me resultó desconocida por un momento. Parpadeé con mis ojos desenfocados antes de finalmente recordar lo que había ocurrido la noche anterior.
Correcto. Había dormido en el Palacio Granate. La cama era más cómoda de lo que imaginé, así que parece que había descansado profundamente sin darme cuenta.
Extendí la sabana y me levanté sin mucho afán. La luz brillante del sol se filtraba en la habitación a través de la ventana. Normalmente, Lily me despierta a la misma hora todos los días, pero hoy parece que no lo hizo, así que no tengo idea de qué hora es.
Pero, ¿dónde está Claude? ¿Habrá ido a su oficina otra vez a trabajar? Ayer, realmente se quedó a mi lado hasta que me dormí. Tal vez haya regresado a su despacho para continuar con lo que estaba haciendo. Parecía como si lo hubiera interrumpido mientras trabajaba con mi repentina intrusión nocturna.
No obstante, permanecí sentada en la cama sin expresión, observando a mi alrededor sin un objetivo claro, hasta que noté el cabello dorado que reconocía a lo lejos, descansando sobre el sofá.
¡Oh, no fue a la oficina!
Me deshice totalmente de la sabana y deslicé mis pies hacia el suelo. Después de moderar mis pasos, me aproximé silenciosamente al sofá donde se encontraba Claude.
Él yacía dormido junto a la ventana, los rayos del sol bañando todo su cuerpo. A juzgar por su semblante, parecía estar en un sueño profundo.
Solo el canto de las aves en el exterior era audible
Me incliné hacia adelante ante el sofá, fijando mi mirada en Claude, quien dormía profundamente.
Parece que ahora su belleza ha regresado. No hace mucho, cada vez que lo veía, me preocupaba porque su rostro lucía cansado, como el de alguien que estaba padeciendo una enfermedad terminal. Pero incluso entonces irradiaba un encanto atractivo y fatal a su manera…
A pesar de todo, su piel ha recuperado su color y ha recuperado peso, volviéndose considerablemente más humano en su aspecto. Para ser sincera, antes solía describirlo como un guapo zombi bien vestido.
No obstante, ¿por qué su rostro tiene una piel tan tersa? ¿Cuál es su edad? ¿Qué tan mayor será? Pero, aun así… ¡Mira estas mejillas brillantes, como un macaron recién horneado!
Aprovechando su momento de sueño, examiné su rostro bañado por el sol.
Finalmente, después de un rato, sintiendo que era momento de despertarlo, pellizqué su mejilla suavemente con mi dedo, justo entre sus ojos.
Vaya, esta textura es parecida a la de tocar un suave macaron.
Hmm, en vez de ser totalmente suave, tiene una especie de elasticidad que hasta me hace pensar que puede ser masticable, como la goma de mascar…
Pero, ¡¡¿por qué estoy examinando la piel de Claude con tanto detalle…?!!
Después de un rato, su frente fruncida se contrajo y su ceño se acentuó. ¡Oh! ¡Debo pellizcarlo una vez más antes de que se despierte completamente! ¡Debo! ¡Pellizcar! ¡Más!
Observé mientras Claude abría lentamente los ojos y finalmente separaba los labios cuando su mirada se encontró con la mía.
—¡Buenos días, papá!
Sus pupilas destellaban con colores, reflejando mi imagen y la luz del sol. Poco a poco, su enfoque se posó en mí con esos ojos deslumbrantes que albergaban los cuentos más hermosos y misteriosos del mundo.
Claude, que había estado observándome fijamente por un momento como si el tiempo hubiera parado, pronto movió sus labios levemente.
—…Sí, querida. Buenos días.
El sol sonrió junto a nosotros en lo alto del cielo.