Un día me convertí en una princesa – Capítulo 121

Traducido por Tsunai

Editado por Sakuya


¿Qué? ¿No estabas de luto por tu antiguo maestro? ¿Estabas esperando a que muriera? Cincuentón codicioso.

—Pero desde que estás aquí, nos han sucedido muchas cosas buenas.

—Jejeje…  —me rio, evitando su contacto visual.

—Sinceramente, Su Majestad es como un bebé recién nacido para nosotros, los bichos raros de la torre. Verá, he estado trabajando en la Torre incluso antes de que naciera Su Majestad, y si alguna vez me hubiera casado, también habría tenido una nieta de su edad.

Me detuve después de lo que dijo.

La forma en que me miró fue verdadera, como si un abuelo estuviera mirando a su nieta.

Rápidamente me di cuenta de que no era tan joven como parecía en el exterior.

—Por lo tanto, me siento más que aliviado de que hayas regresado sana y salva al palacio y estoy agradecido por revitalizar este palacio estéril. —Se inclinó, mostrando su sincera gratitud.

Verlo inclinarse hacia mí me hizo sentir gradualmente incómoda.

Apenas hablé después de ver su cabello trenzado llegar hasta el suelo en silencio.

—No… no. No seas así. Soy yo quien debería ser…

—No, su alteza. Usted es el verdadero tesoro de Su Alteza y por tanto de Obelia.

—Uh…

—Con el objetivo de ser una cosa preciada, ¿podría darme una gota de sangre?

—Por favor, vete.

Le dije inmediatamente cuando intentó estafarme.

—¡Argh, qué embaucador! Creando la atmósfera y todo…

—Jejeje. Finalmente me has hecho salir fuera de la Torre donde resido habitualmente. La visitaré de nuevo, su alteza.

—¡Por favor no lo hagas! ¡De todos modos no conseguirás lo que quieres!

—Jejeje. Si ese es el caso, manténgase a salvo. Jejejeje…

¡No me puedo creer que el director sea un bicho más raro que el propio Lucas! ¡Boo-hoo! ¡Quiero recuperar mis fantasías!

♦ ♦ ♦

—Son unos cincuentones locos.

Los comentarios de Claude sobre el director también fueron duros.

Durante la hora del té, me recordaba constantemente que no volviera a acercarme al loco cincuentón y que informara de todas las “actividades” que realiza el director.

Lo observé divagar sobre el director y luego le lancé una pregunta.

—Mmm. El director y tú debéis ser amigos, ¿verdad?

—¿Estás loca?

Frunció el ceño como si dudara de lo que había escuchado, pero yo ya había controlado la situación.

No lo sabía porque nunca había oído a Claude hablar sobre el director, pero lo que me dijo en el Palacio Esmeralda no parece una broma… Y la forma en que Claude lo trata tanto física como verbalmente era extrañamente indescriptible.

¿Podría ser… que algo circula entre ellos por el hecho de que no son simplemente personas comunes y corrientes?

Entonces, es por eso por lo que tiene conexiones con el director… Empecé a sentir curiosidad.

Pero Claude parecía como si realmente estuviera considerando mis comentarios como una tontería.

Poco después, le expliqué mis planes mientras comía un pastel con él.

—Voy a organizar una fiesta de cumpleaños.

—¿Qué?

Me mostró una mirada de sorpresa cuando revelé mis planes.

—No en mi cumpleaños real, sino unos días después.

—¿Qué tipo de fiesta?

—Al mediodía, estoy pensando en una simple fiesta de té con la gente en el Palacio Esmeralda y por la noche, invitar a algunos niños nobles y hacer un baile de máscaras. Suena divertido, ¿verdad?

A juzgar por la expresión de su rostro, sintió lástima por lo que acababa de decir.

Eso hizo que me riera un poco, recordándome que aunque haya perdido la memoria, la personalidad que había dentro de él, no cambiaba.

¿No me odiaba Claude por salir del palacio e invitar a la gente a entrar? ¿Y no odiaba que invitara a niños a palacio? Por eso todas las personas que han venido a mis fiestas de té han sido chicas.

Pero, ¿qué sentido tiene “deshacer” mis planes si, para empezar, no voy a celebrar la fiesta? Simplemente sonreí para disipar la lástima de Claude.

—Pensándolo bien, nunca he celebrado una fiesta en mi palacio. Entonces pensé, ¿por qué no invitar a gente nueva?

Me estaba volviendo loca con este tipo. ¡Jejeje! ¡Pero se siente tan bien volverse loca! ¡Si hubiera conocido este sentimiento, me habría vuelto loca hace meses!

Bueno, era bastante normal que los invitados no aceptaran la invitación debido a algunas de las cosas que Claude me había hecho delante de otras personas durante el último banquete de cumpleaños.

Pero se rumorea que Claude asustó muchísimo a algunos nobles durante la fiesta mientras yo no estaba y que le hablaron de mí a la ligera.

No sé qué le dijeron a Claude sobre mí, pero después de eso, nadie se atrevió a considerarme una verdadera princesa.

Prácticamente estaba jugando con fuego en una mano y con agua en la otra, pero considerando que es mi culpa, Claude perdió la memoria y estuvo preocupado todo el tiempo que estuve fuera…

Y ayer Claude y yo incluso aparecimos en la terraza tomados de la mano, combinado con el incidente que aniquiló la mitad de la Torre Negra en respuesta a que el director intentó usarme como sujeto de prueba, los rumores sobre nuestra relación se desvanecieron instantáneamente.

Además, gracias a que Claude mostró sus terribles esfuerzos por encontrarme mientras estaba desaparecida, ahora la gente piensa en nuestro pasado como nada más que una discusión entre padres e hijos.

Fue un poco demasiado feroz para ser una discusión ordinaria… Pero la gente pareció creerlo ya que estaba “discutiendo” nada menos que con Claude.

Entonces, a medida que se difundió la noticia de que había regresado, más y más personas siguieron enviándome invitaciones y regalos.

Así que pensé que si los invitaba a mi cumpleaños, probablemente asistirán al menos para comprobar si Claude y yo realmente habíamos superado nuestro feo pasado.

Pero, Claude me miró con frialdad y no estuvo de acuerdo con mi propuesta de fiesta.

—Está bien tener una fiesta con la gente del palacio y los sirvientes, pero ¿un baile de disfraces? Ese tipo de fiestas complicadas no son…

—Bueno, no te voy a invitar de todos modos. Estoy bastante segura de que no habrá demasiado ruido en el Palacio Garnet.

Las manos de Claude, que sostenían la taza de té, se detuvieron instantáneamente. Luego me preguntó, dudando de lo que le acabo de decir.

—¿Qué…?

—Vamos, papá. ¿De qué te sorprendes?

Le dije a Claude con indiferencia mientras él me daba una temblorosa mirada.

—De todos modos, no viniste a verme en ninguno de mis cumpleaños. ¿No vas a quedarte en el Palacio Garnet por días esta vez también?

Sob… Bien. Soy estrecha de miras y lo recuerdo todo. Aunque sé que fue por Diana que no vino a mi cumpleaños, todavía me entristece. Si no estuviera en la segunda fase de mi vida y todavía hubiera sido una niña débil, definitivamente habría quedado marcada de por vida.

Pero Claude no era capaz de decir palabra, como si se sintiera halagado de oírme decir eso tan directamente. Sus pupilas estaban fijas. Comencé a sentirme un poquito extraña al verlo tan desconcertado frente a mí.

Un momento después, Claude habló con relativa calma mientras dejaba la taza de té sobre la mesa.

—¿Lo hice?

Tenía la frase “Umm, no lo sé” escrita en toda su cara.

Sí, seguro. Te olvidaste de todo, incluidos mis cumpleaños. Obviamente no recuerdas ni siquiera haber intentado verme en mi cumpleaños.

—¿Sabes qué? Haz lo que quieras.

Seguí tocando la taza de té que había a mi lado. Luego la cogí y, mientras le sonreía, le dije a Claude, como si nada, lo que pasaba por mi mente.

—De hecho, me he divertido mucho en mis cumpleaños. Esta vez con una fiesta, será muy divertido. Me aseguraré de hacer poco ruido.

Que nunca lo regañé para que viniera, fue la última falta de respeto hacia él.

Y pedirle a Claude que viniera a rascarse su ya adolorida herida, fue puramente por codicia y simplemente me reí como si nada hubiera sido otra molestia.

—¿Quieres un poco más de té, papá?

Permaneció en silencio, pero de todos modos llené su taza de té vacía.

—No te saciarás con tu primera copa de vino, no debería haberlo deseado todo al mismo tiempo.

Tsunai
Proverbio coreano sobre humildad

Por un lado, me sentí aliviada de haber dicho algo que siempre quise, pero por otro lado, me arrepentí de haber dicho algo que era un favor demasiado grande. Contuve un suspiro mientras le daba un mordisco a un bollo frente a mí.

Hablando de fiestas, mi cumpleaños está a la vuelta de la esquina. Dios, el tiempo vuela.

Claude, sin palabras, me miró a la cara durante algún tiempo. Luego, momentos después…

—Voy a estar ahí. —Soltó en voz baja—. No llegaré tarde a este cumpleaños.

Levanté la cabeza, después de mirar eternamente la sombra del árbol proyectada sobre la hierba. La barbilla apoyada en la palma de la mano se levantó sutilmente.

Poco a poco abrí la boca.

—¿En serio…?

—Sí.

—No estás bromeando, ¿verdad?

—No lo estoy.

—Uh… en realidad, estoy de acuerdo con que no vengas. Te acabo de preguntar…

—No, estoy bien.

Esta vez, Claude levantó su taza de té. Ahora, su voz era notablemente más clara.

—Me asegurare de ir.

Sería una total mentira si dijera que no esperaba nada de Claude. Pero ahora que obtuve la respuesta que quería, mi corazón empezó a hormiguear un poco.

Tal vez sea por mis evidentes molestias que llegó a esta conclusión.

Pero, aun así, estaba feliz.

—Je, je.

Mientras me reía con deleite, me miró con una cara “Je. Niña tonta.” Pero ¿cómo podría no ser feliz? ¡Va a ser el primer cumpleaños que pasaré con papá!

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