Una generación de militares – Capítulo 19: Encontrando trabajo (2)

Traducido por Ichigo

Editado por Sharon


Afuera de la Mansión del General, con las jóvenes élites vigilando su entrada, aunque la gente común y corriente pasara fuera, no se atrevían a hablar en voz alta. Todo el mundo sabía que no había mujeres dentro de la Casa del General. Los tres Generales no eran muy fáciles de tratar. Aunque el personal de la tienda Jin Yu Liang Yu había entrado en muchas casas nobles, incluyendo la de la realeza, nunca había entrado en esa Mansión.

Los dos miembros de la tienda se miraron el uno al otro. Respirando hondo, tomaron el maletín y entraron en la prestigiosa casa.

—¿Qué están haciendo? —les espetaron los guardias en cuanto los vieron entrar.

Los dos se detuvieron rápido. Uno de ellos levantó el maletín y respondió con respeto.

—Este humilde señor es el personal de Jin Yu Liang Yuan. La señorita de la Mansión del General nos pidió que la enviáramos aquí.

—¿Señorita?

El guardia dudó por un momento, y no respondió por un tiempo.

—¿La señorita Qing? ¿Necesitamos preguntarle al tío Ming? —susurró un pequeño soldado a su lado.

Esta mañana, la señorita Qing había salido. Era probable que fueran sus cosas, porque no había otra mujer en la mansión aparte de ella.

—Sí —asintió el guardia con la cabeza, frente a los dos miembros del personal—. Esperen afuera primero.

—Sí.

Inmediatamente se retiraron. En ese momento, una figura alta y grande atravesó la puerta, y casi se estrellaron. Por fortuna, el hombre que venía se hizo a un lado con rapidez.

El pequeño soldado miró al hombre que venía y rápido se puso derecho.

—¡General!

Viendo al General, los trabajadores rápidamente bajaron la mirada. No se atrevieron ni siquiera a mirar la cara de Su Liang.

El hombre frunció el ceño.

—¿Quiénes son?

Viendo su rostro infeliz, el soldado informó rápido.

—Informando. Son el personal de Jin Yu Liang Yuan. Dijeron que alguien en esta casa les había ordenado cosas. Probablemente sea la señorita Qing quien lo hizo.

¿Cosas que Qing Mo compró?

Su Ling, que quería entrar, rápidamente se dio vuelta.

—¿Qué es? —les preguntó.

La fría voz era clara pero no tan aterradora. Sin embargo, hizo que los otros no pudiera evitar asustarse. El empleado tragó su saliva y respondió respetuosamente.

—Un par de peines de jade blanco. La señorita dijo que es para un regalo de bodas.

¿Boda?

En ese momento, Su Ling recordó que la boda de su hermana se celebraría en pocos días. No era de extrañar que haya salido a comprar un regalo.

—Dámelo —dijo, estirando la mano.

—Sí.

El personal presentó cuidadosamente la caja a Su Ling, quien la abrió para ver. Dentro había un par de peines de jade blanco, del tamaño de una palma. Estaban colocados sobre un fondo rojo, enfatizando su color blanco.

—Llévalo al contador para que les de su dinero —le ordenó a un soldado, sin pedir el precio, luego de cerrar la caja.

—Sí —asintió. Los estaba llevando por una puerta lateral, cuando Su Ling volvió a hablar.

—Espera. ¿Había algo que a ella le gustara?

El empleado pensó por un momento antes de responder.

—En ese momento, la señorita estuvo sosteniendo un buyao [6] de jade esmeralda por mucho tiempo.

—Envía ese buyao más tarde también.

Después de eso, Su Ling entró en el tribunal interno.

—Sí.

El vendedor secretamente estaba aliviado. Por fortuna, habían tenido una buena conversación y no había ofendido a la señorita.

♦ ♦ ♦

Después de comer afuera, Gu Yun regresó por la tarde. Apretó sus mejillas y se apoyó en la mesa. Pensó burlonamente que ser una noble señorita no era una posición adecuada para ella. Antes, cuando estaba investigando un caso, los días pasaban rápido. Se preguntaba si había 48 horas en un día en lugar de 24. ¡Ahora, un día se sentía como un año entero! Justo cuando estaba pensando en esto, el tío Ming le trajo algo.

—Señorita, los artículos que ha pedido han llegado.

—Bien —respondió perezosamente.

Cuando le presentó los artículos, se dio cuenta de que además del estuche rojo cuadrado, había otro estuche verde. Lo abrió y vio un buyao verde esmeralda. Era elegante y hermoso, además de hacer sonidos refinados cuando lo agitaba suavemente. Todo era precioso.

Lo puso con cuidado en su estuche de nuevo y sonrió.

—Acabo de pedir dos peines. Este buyao no es mío.

La horquilla era hermosa y algo familiar, pero ella no la compró. En ese momento, Gu Yun había olvidado por completo que lo había estado sosteniendo mientras escuchaba los chismes.

—Esto es lo que el General ordenó a este sirviente mayor que trajera aquí. Aparte de eso, este sirviente mayor no lo sabe —respondió el mayordomo.

—Ve y haz tus cosas. Lo encontraré yo mismo —lo despidió, sin insistir.

Con el mal temperamento de Su Ling, era mejor para ella hablar directamente con él. No debería hacer las cosas difíciles para una persona mayor.

—Sí.

El tío Ming se sintió aliviado y se retiró.

Gu Yun miró dos cajas en su mesa y pensó… Hace unos meses, no compraba nada porque básicamente no le gustaba gastar dinero y estaba ocupada entrenando soldados e investigando casos. Por lo tanto, no tenía tiempo para pensar en el dinero. No sabía cuándo encontraría la bagua de oro, así que se quedaría aquí por tiempo indefinido. No podía usar el dinero de la familia Su de esta manera. Debería pensar con atención en formas de ganar dinero.

♦ ♦ ♦

Sala de estudio.

Con la próxima celebración, un gran número de enviados extranjeros, nobles y comerciantes venían a la Capital para ofrecer sus felicitaciones. Para garantizar la seguridad, se debían emplear muchos guardias de patrulla. Sin embargo, para mostrar la paz y la prosperidad, los soldados no podían simplemente caminar por la calle. Este despliegue le daba a uno dolor de cabeza. Su Ling miró el mapa de las tropas imperiales, analizando en silencio. En ese momento, una ligera pisada llegó a la sala de estudio.

Su Ling miró hacia arriba, y un simple papel blanco apareció ante sus ojos. Tomándolo, lo leyó rápido. Miró fijo la cara de Gu Yun que tenía una expresión que parecía decirle “por supuesto”.

—¿Qué es esto?

—Un pagaré —respondió muy seriamente—. Escuché que me ayudaste a pagar el saldo restante que debía. Este es el pagaré por ciento sesenta libras. Hoy, también pedí ciento cincuenta liangs a Su Yu. Le daré un pagaré también. Cuando tenga el dinero, se lo devolveré. Sin embargo, puede que no sea muy pronto, así que ponle un interés.

—¿Quién te dijo que hicieras un pagaré?

Su Ling, que había estado de humor irritable por el diagrama de despliegue, luchaba por reprimir sus emociones. Su tono denotaba un poco de enfado.

Gu Yun se sintió extraña y también respondió con impaciencia.

—No tengo el dinero, así que solo puedo hacer un pagaré. Si no estás de acuerdo, iré a pedirle un préstamo a Su Yu para pagarte primero. Luego, le pagaré más tarde.

Se dio la vuelta, lista para ir a encontrarse a Su Yu.

—Detente. —Escuchando que ella iría a pedirle dinero a Su Yu para devolvérselo a él, Su Ling se enfadó más. Empujó el pagaré y dijo fríamente—. Devuélvelo.

—Espera a que le pida prestado dinero a Su Yu para devolvérselo, entonces lo haré.

Una mano dio el dinero, otra mano recibió el pagaré. Eso era lo justo.

La justicia en los ojos de la muchacha lo enfureció.

—¡Qing Mo! Ahora vives en la Mansión del General, así que eres una persona de este lugar. Utilizar el dinero de aquí es algo natural. No necesitas hacer pagarés, ¿entiendes?

Bajo esta situación anormal, la lenta Gu Yun, por supuesto, no entendía lo que implicaban las palabras de Su Ling y siguió insistiendo.

—He vivido y comido aquí gratis. Esto ya es bastante embarazoso. No puedo aceptar también su dinero. Solo toma este pagaré por ahora, y yo lo pagaré después.

¡Maldita sea!

El noble hombre arrogante rugió por la terquedad de Gu Yun.

—¡Dije que no necesitabas pagarlo!

¿Qué estaba pasando en verdad por su mente? ¡¿Por qué no podía vivir como una mujer normal por un día?! ¡¿Usar su dinero era algo tan difícil?!

¿Por qué estaba tan molesto?

Gu Yun no lo entendía.

¿Pagar la deuda de uno no era algo correcto y apropiado? 

Sabiendo que ambos estaban enojados, Gu Yun se sentía demasiado perezosa como para discutir con él.

—Pondré el pagaré aquí. No importa si lo rompes. En cuanto al dinero, si lo quieres o no es tu problema, y si lo pago o no lo hago es el mío —respondió indiferente.

Gu Yun no tuvo tiempo de darse la vuelta, debido a que el hombre volvió a gritar.

—¡Alto!

Ella maldijo. ¿Por qué este hombre era tan sentimental? Mirando fríamente a Su Ling, pensó que si él decía una cosa más sobre el pagaré, se volvería loca. Inesperadamente, Su Ling preguntó algo más.

—¿Compraste esos peines para la boda de Qing Liang y Luo Xi Yan?

—Sí —respondió, sorprendida por la pregunta.

Su Ling bajó de repente su cabeza y movió el diagrama a un lado, diciendo de manera despectiva.

—Coincidentemente, no he comprado nada y tampoco sabía qué regalarles. La celebración me mantuvo ocupado. Sólo haz los peines como nuestro regalo y toma este pagaré de vuelta.

—Yo…

¿Nuestro regalo?

No importaba cómo lo escuchara, todavía se sentía raro, pero no sabía por qué.

Quiso abrir la boca de nuevo, pero Su Ling levantó la vista y la miró.

—¡No seas tan mezquina! Soy un hombre grande. No sé cómo elegir un regalo para ellos.

Antes, cuando una amiga se casó, ella también había comprado un regalo junto con sus colegas. Enviarlo juntos no sería un problema, ¿verdad? Gu Yun lo pensó de nuevo. Al final, asintió con la cabeza.

—Está bien, sólo pensaré en ello como tu contribución.

Su Ling suspiró en secreto. Esta mujer era de verdad difícil de tratar. Si se enfrentara a ella, ciertamente no funcionaría. Mientras él se ablande un poco y ella no siga mencionando el pagaré, debería de estar bien. Después de todo, en la guerra, todo era justo.

—Oh, cierto —comentó, recordando su segundo objetivo al venir aquí. Sacó una caja verde pálido de su manga, colocándola de manera suave en la mesa de Su Ling y sonrió—. Te la devuelvo.

—Es tuyo —tosió Su Ling, incómodo.

Gu Yun miró desconcertada al General, quien ahora miraba el diagrama.

—Te lo di.

Ella levantó la frente y sonrió.

—¿Por qué me das un regalo sin razón aparente?

Poniendo la caja frente a Gu Yun, Su Ling fingió estar tranquilo mientras respondía.

—Esta expedición usó muchas de tus estrategias. Este buyao es mi regalo de agradecimiento para ti. Ahora, ¿podrías aceptarlo?

Oh, era de esa manera.

Gu Yun rio.

—Gracias, aceptaré tu intención pero no el regalo. De todos modos, no es adecuado para mí —rechazó.

Qué joyas tan hermosas, enviármelas fue un desperdicio. 

¡El cielo sabía que era la primera vez que le daba algo a una mujer, ¿y ella no lo quería?! ¡Debió estar loco cuando pensó en darle un regalo a una mujer tan desagradecida! Su Ling la miró fijamente.

—¡Te lo he dado, así que es tuyo! ¡Si no lo quieres, solo tíralo! —dijo con frialdad.

Sus labios dijeron eso, pero “no sabes lo que te pasara si te atreves a tirarlo” estaba escrito claramente en su rostro. Gu Yin se rió, ¿este hombre estaba enviándole un regalo? ¿Y no amenazando a alguien? Agarrando la caja, pudo evitar burlarse, ya que era muy raro que fuera tan torpe.

—Bueno, entonces lo tiraré.

Por supuesto, ¡sus ojos afilados como cuchillos la observaron! Gu Yun se retiró feliz.

Viendo la delgada figura salir al patio y poner la caja en su manga, los labios rígidos de Su Ling de repente formaron una sonrisa. Desafortunadamente, Gu Yun se dio la vuelta y gritó:

—Oh, sí, escribiré otro pagaré para ti por los noventa restantes.

Los labios de Su Ling se congelaron en ese instante.

¡Maldición, esta mujer todavía estaba hablando de pagarés!

♦ ♦ ♦

Salón Hua.

—Devuélvelo, devuélvelo. ¿Por qué escribirías un pagaré por esta pequeña suma de dinero? No lo quiero.

Su Yu tiró su pagaré lejos como si fuera una cosa asquerosa. Gu Yin se quedó atónita.

—¿Siempre han sido tan generosos? Si tu familia aún no se ha quedado en la indigencia, probablemente sea porque el cielo aún los protege.

Su Yu la miró fijamente.

¡Pensaba que el dinero de la Mansión del General era muy fácil de gastar! Si el que lo gastaba no era ella, ¿cómo no podía ser tan generoso! ¡Ella realmente trataba las buenas intenciones como basura!

Su Yu no lo aceptó. Gu Yun tampoco lo recogió, y dejó que el pagaré cayera sobre sus pies. Ella sonrió.

—Si quieres aceptarlo o no depende de ti. Después de todo, mientras lo recuerde, debería estar bien.

Ella quería salir. La mejor manera de tratar con los hombres de la familia Su era no intentar razonar con ellos y simplemente hacer las cosas.

La cara de Gu Yun era firme. Su Yu no pudo evitar maldecir.

—¿Podrías no ser tan torpe? Si querías el dinero de la Mansión del General, sólo ve al contador y tómalo. ¡¿Por qué inventas problemas cuando no hay ninguno?!

—En tu Qiong Yue, ¿cómo podría una mujer ganar dinero? —preguntó en su lugar.

Para ser honesta, aún no tenía claro lo que las mujeres de esta época podían hacer.

—¿Por qué eres tan terca? ¡¿No entendiste mis palabras?!

Se levantó y le dio la espalda. No volvió a hablarle.

Abriendo suavemente sus labios, Gu Yun suspiró de manera deliberada.

—Si no quieres decirlo, se lo preguntaré a Luo Xi Yan más tarde.

—¡¿Por qué quieres preguntarle?!

Su Yu estaba muy enfadado. Si realmente fuera a preguntarle a Luo Xi Yan, la gente pensaría que su Mansión del General no podría ni siquiera alimentar a una mujer. ¡Sería realmente embarazoso! Sabiendo que no se rendiría hasta que tuviera una respuesta, sólo podía responder.

—Una mujer puede ganar dinero convirtiéndose en la criada personal de alguien, sirvienta o vendiendo trabajo bordado a mano. Nada de eso es apropiado para ti.

Gu Yun frunció el ceño y sacudió la cabeza.

—Parece que no soy realmente adecuada para hacer las cosas que hacen las mujeres.

—¡Claro que sí!

Él finalmente se sintió aliviado y bebió un sorbo de té.

En ese momento, sus oídos escucharon una voz excitada.

—Debería intentar hacer el trabajo de los hombres.

El té salió disparado. Su Yun casi se asfixia hasta morir, pero ella lo ignoró.

Sonrió a su lado y continuó.

—Convertirse en un cazador de recompensas no debería ser tan malo. Es rentable y también adecuado para mí.

Recordó a una chica llamada Ye Mei que también era cazarrecompensa. Su reputación tampoco era mala. Podría intentarlo. Después de todo, investigar los casos era su punto fuerte. Sin embargo, su habilidad para perseguir criminales era un poco más débil que su habilidad de investigación. Debería intentarlo y verlo.

Finalmente, cuando pudo dejar de toser, Su Yu se lamentó.

—¡Adecuado tu trasero! ¡Tía abuela [7], por favor no atormentes a la gente otra vez!

Viendo su lamentable estado, Gu Yun se rió a carcajadas.

Había constantes sonidos de risa en el interior del salón Hua. Afuera de este, un hombre que estaba a punto de entrar, se detuvo. Sus cejas derechas estaban arrugadas, su rostro lleno de frustración. ¿Cómo podía ella no atormentar a las personas? Su Ling se frotó la cabeza, que le dolía. Bueno, ya que quería ganar dinero, él debería encontrar algo que le sirviera.

¡En cualquier caso, no puedo dejar que se convierta en cazarrecompensas!


[6] Es una especie de horquilla que se agita al caminar.

[7] Es una expresión exagerada a una mujer para indicar que es poderosa.

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