Traducido por Lugiia
Editado por Sharon
El grupo de Gu Yun se llevó diez soldados Su vestidos como civiles y pasaron por la tienda de ropa de Cheng Nan. Al llegar allí, Leng Xiao informó de sus hallazgos iniciales a Gu Yun.
—En este almacén, hay cantidades masivas de petardos listos para usar, pero los pedernales son menos. Sin embargo, la ubicación y los alrededores son mucho más complejos; hay muchas tiendas de telas y bordados por aquí.
Después de escuchar su informe, Gu Yun no reflexionó mucho sobre ello y rápidamente dio sus órdenes.
—Empieza por el centro del almacén. Leng Xiao, trae a varios soldados ágiles y busca en el área de la residencia. No despierten sospechas, observen en silencio. Si encuentran algo fuera de lo normal, informen de inmediato. Ge Jing Yun, lleva algunos soldados a buscar en las tiendas. Al entrar, asegúrense de identificarse.
—Sí. —Los dos salieron rápidamente para hacer sus tareas asignadas. Ge Jing Yun no podía entender por qué no registraban las tiendas en silencio, pero como Gu Yun siguió a su equipo, no preguntó.
Ao Tian y Mo Bai eligieron seguir a Gu Yun y al equipo para examinar las tiendas. Dos horas habían pasado y el cielo se oscureció gradualmente. La mitad de las tiendas habían sido revisadas, pero no se habían encontrado pistas. Algunos soldados se estaban cansando, mientras que Ao Tian y Mo Bai se habían vuelto cada vez más impacientes.
Al llegar a una pequeña tienda de bordados, el salón era tan pequeño que, con esa cantidad de gente, estaba un poco abarrotado. El dueño era un hombre delgado de unos cincuenta años. Viéndoles entrar, se acercó rápidamente.
—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué es lo que quieren?
—Somos funcionarios del gobierno en medio de una investigación. En estos momentos, estamos buscando a un fugitivo —reveló Ge Jing Yun inexpresivamente.
—Somos una pequeña tienda de bordados —explicó el dueño rápidamente con una sonrisa—. En el patio trasero solo están mi esposa y mi hija haciendo el bordado. ¡No hay otras personas! ¿Cómo podría haber un fugitivo?
Ge Jing Yun levantó la cortina de la parte trasera de la tienda que conducía a un pequeño jardín con dos simples viviendas temporales de madera. La puerta aún estaba abierta, por lo que podía verse todo a simple vista, y no había ningún lugar donde esconderse. Ge Jing Yun estaba analizando todo con cautela. Justo cuando planeaba llevar a algunas personas al patio trasero para una inspección más minuciosa, Gu Yun exclamó con una leve sonrisa:
—Parece que la tienda no va muy bien.
Se apoyó en el gabinete de madera que se utilizaba para mostrar los bordados y sus dedos frotaron suavemente el polvo del gabinete. Una leve sonrisa apareció en su rostro y sus ojos gatunos miraron directamente al dueño de la tienda.
El dueño estaba un poco aturdido por sus acciones.
—Sí, los bordados no son tan buenos así que no hay muchas ventas —respondió, con una pizca de vergüenza.
—¿Es así? —Gu Yun enderezó su cuerpo y caminó lentamente hacia un gabinete idéntico al que estaba enfrente del primero. Tomó un trozo de bordado y sonrió—. Los bordados de este gabinete deben ser muy especiales. Mucha gente debe haberlos mirado, hay menos polvo y suciedad aquí.
El rostro del dueño se puso tieso. Gu Yun sonrió fríamente. Su actuación fue buena; desafortunadamente no pudo escapar de sus ojos. Al ver el cabello plateado de Ao Tian y los ojos azules de Mo Bai, el dueño de la pequeña tienda no mostró el menor signo de miedo.
Debe estar bien informado.
Gu Yun levantó la seda del armario de madera y su delicada mano acarició suavemente su tabique.
Los ojos del dueño revelaron un aura asesina, y sacando de repente una daga de su manga, se dirigió hacia la espalda de Gu Yun.
Ao Tian y Mo Bai habían estado alerta desde el momento en que la señorita Mo comenzó a hablar. La daga apenas había visto la luz cuando las manos del dueño se giraron hacia su espalda y el arma cayó al suelo.
Gu Yun no podía ver lo que estaba pasando a sus espaldas, pero creía que mientras Ao Tian y Mo Bai estuvieran allí, nadie sería capaz de cometer un acto criminal bajo sus narices. Estaba segura de que el armario tenía un truco, pero no podía encontrarlo.
—¿Cómo se abre esto? —preguntó Ao Tian, presionando al dueño sobre el gabinete.
El dueño luchó un poco cuando de repente un gruñido salió de su garganta y todo su cuerpo convulsionó.
—¿Qué está haciendo? —preguntó Gu Yun, frunciendo el ceño. Los ojos negros de Ao Tian mostraban oscuridad.
—Se envenenó a sí mismo —respondió enojado, dejando ir al hombre.
Confirmando sus palabras, el dueño se agarró fuertemente a su garganta mientras caía al suelo, escupiendo continuamente sangre negra. Su tez pasó de estar azul a volverse negra. En ese momento, dejó de respirar. Gu Yun frunció el ceño.
¡¿Bebió veneno después de ser atrapado?! ¡¿Qué clase de lugar es Ju Ling Dao?!
—Déjame intentarlo —dijo Ge Jing Yun, al observar que Gu Yun no descifraba el truco del gabinete.
Las grandes manos agarraron firmemente ambos lados del armario de madera, tratando de separarlo con fuerza. Lo intentó varias veces hasta que su cara se puso roja, pero aun así no pudo abrirlo.
—No puedes usar la fuerza. —Gu Yun tocó ligeramente el hombro de Ge Jing Yun y lo sacó del camino—. Ve al patio trasero y agarra un poco de tierra fina.
Ge Jing Yun no preguntó por qué necesitaba eso y solo fue directamente al patio trasero. Con la tierra en su mano, regresó a su lado.
Agarrando un puñado de tierra, Gu Yun la sopló suavemente hacia el armario de madera. No solo los soldados que ocupaban la habitación estaban curiosos, sino que incluso Ao Tian y Mo Bai se preguntaban qué demonios estaba haciendo.
Después de soplar, la tierra cubrió ligeramente el armario, dejando un rastro en algunas áreas. Gu Yun frunció el ceño frente al mueble durante mucho tiempo, hasta que finalmente, una ligera sonrisa apareció en su rostro. La vieron usar sus manos para golpear el lateral del armario y entonces, el gabinete que Ge Jing Yun había estado tratando de abrir se abrió de repente, revelando un pasaje que llevaba bajo tierra.
Ninguno de ellos entendió cómo había resuelto el mecanismo, pero lo más importante ahora era rescatar a Ye Mei. Ao Tian y Mo Bai fueron los primeros en entrar. El túnel no era muy profundo. Después de un momento, pudieron ver una luz tenue. Aparentemente, bajo la tienda de bordados, alguien había cavado un agujero tan grande como la tienda que llevaba a un destino desconocido.
Al lado del agujero, había un juego de mesa destrozado y un par de sillas. En un rincón, había paja esparcida por todo el lugar. Gu Yun fue allí y rápidamente descubrió un rastro de material rojo debajo. Después de hurgar a través de la paja descubrió… ¡el látigo Yan Hong de Ye Mei!
—¡Ao Tian! —gritó, levantando lentamente el látigo.
Después de ver con detalle el objeto en la mano de Gu Yun, todo el cuerpo de Ao Tian se tensó. Rápidamente tomó el látigo y sin pensarlo, corrió hacia el pasaje.
La habitación estaba todavía bien iluminada con lámparas de aceite y la paja se sentía caliente.
¡No deberían haber ido muy lejos!
Siguiendo de cerca a Ao Tian, Mo Bai también entró en el túnel.
No estaba cómoda tomando un riesgo así cuando no sabían a dónde se dirigían, pero no pudo detenerlos. En su lugar, envió a Ge Jing Yun y su equipo a informar de la situación a Xing Bu mientras ella misma entraba.
Este túnel era mucho más largo que el anterior. Gu Yun tuvo que arrastrarse durante media hora antes de poder ver el final. El camino conducía a una pequeña cueva en la montaña. La entrada estaba cubierta de hojas, así que, aunque la gente estuviera cerca, no se darían cuenta de que había una cueva aquí a menos que observaran atentamente. Al salir de ella, el cielo ya estaba oscuro. A su alrededor solo había oscuridad. No había voces humanas y no podía ver a Ao Tian y Mo Bai.
El corazón de Gu Yun se inquietó. Mo Bai podía volver solo, pero Ao Tian… Si no podía encontrar a Ye Mei, ¿a dónde iría?
Gu Yun gritó y buscó en los alrededores durante mucho tiempo, pero no hubo ninguna respuesta. Justo cuando estaba a punto de darse por vencida y pensó que no podría encontrar a Ao Tian, una figura indiferente apareció en una ladera no muy lejos.
Ella corrió rápidamente hacia allí, encontrándose con la arrogante espalda de Ao Tian en contra del viento. Esto causó que Gu Yun, que quería acercarse, detuviera sus pasos. Su cabello plateado volaba desenfrenadamente a causa del viento. Estaba agarrando con tanta fuerza el látigo rojo en su mano, que parecía incrustarse en su piel. Aunque solo podía ver su espalda, Gu Yun podía sentir su dolor. Había estado tan cerca de Ye Mei, ¡pero aun así no podía rescatarla!
—Volvamos a ver si Cheng Hang encontró algo. ¡Deben tener más de una guarida! —susurró Gu Yun después de pasar un largo tiempo mirando su espalda, al punto en que la luz la luna había comenzado a aparecer.
Así, regresaron al Departamento Ti Xing.
♦ ♦ ♦
—¿Cómo fue? —preguntó Dan Yu Lan, tan pronto como entraron en la oficina.
Gu Yun miró a su alrededor. Su Ling no estaba allí y Cheng Hang tampoco había regresado. Mientras tanto, Lou Xi Yan y Zhuo Qing seguían sentados allí. El vapor de las tazas de té en la mesa era visible. Ligeramente molesta, Gu Yun negó con la cabeza como respuesta. Dan Yu Lan miró el látigo rojo que Ao Tian estaba agarrando con fuerza. Entendió que habían encontrado el lugar, pero que el asaltante escapó.
Lou Xi Yan y Zhuo Qing también vieron el látigo en la mano de Ao Tian, y entendieron la situación. Ya que nadie habló después de eso, el estudio se volvió muy silencioso. Afortunadamente, oyeron unos pasos que se precipitaban hacia el estudio. Al unísono, todos dirigieron la mirada hacia Cheng Hang y Lu Jin, que estaban entrando. Lo extraño era que Mo Bai estaba con ellos.
—¿Encontraron algo? —preguntó Gu Yun.
—¡Registramos el área de diez millas que rodeaba el almacén del oeste y no encontramos nada! —respondió Cheng Hang, con su rostro cubierto de sudor.
Dan Yu Lan pudo ver la decepción en los ojos de Gu Yun y la fría expresión de Ao Tian. Rápidamente dio algunas palabras de consuelo.
—Una persona astuta tendrá más de un plan. Ju Ling Dao ha estado en el negocio de los asesinatos por mucho tiempo. Deben conocer los agujeros en los Seis Países, así que son muy cuidadosos y prestan atención a los detalles. Aunque la capital es bastante grande, todavía quedan cinco días. No es que no tengamos más oportunidades…
—¡Deténganlo! —gritó Gu Yun antes de que Dan Yu pudiera terminar de hablar.
Mo Bai, que estaba al lado de Ao Tian, fue el primero en moverse. Leng Xiao y Ge Jing Yun también fueron rápidos, y Cheng Hang y Lu Jin no se quedaron mirando. De esa manera, Ao Tian fue rodeado incluso antes de poder moverse.
Los fríos ojos de Ao Tian miraban fijamente a Gu Yun y ella no dudó en devolverle la mirada.
¡¿Por qué piensa que salir corriendo le dejará salvar a alguien?!
En ese momento Zhuo Qing se dio cuenta que había algo malo con Yun. La arruga entre sus cejas no había desaparecido desde el momento en que regresó con Ao Tian, y tenía una expresión irritada en su rostro. En el otro mundo, aún cuando se encontraba con un caso difícil, nunca le había visto con una expresión como esta.
—¿Estás escondiendo algo? —preguntó Zhuo Qing con cierto aire de sospecha mientras se acercaba a Gu Yun. Frente a los brillantes y agudos ojos de Zhuo Qing, Gu Yun negó levemente con la cabeza, pero ella estaba segura de que algo estaba mal, así que tomó su brazo e insistió—: ¡No me mientas!
—No tenemos cinco días —respondió Gu Yun finalmente, suspirando—. Esta noche a la hora de la rata, Ye Mei o yo moriremos.
Zhuo Qing se sorprendió. Antes de que tuviera tiempo de preguntar por los detalles, una profunda y molesta voz masculina resonó afuera de la puerta.
—¡Repite eso con claridad!
[1] Qinggong: es una técnica de las artes marciales chinas que, visualmente, parece parkour, a pesar de tener diferentes métodos de entrenamiento.
[2] La hora de la rata es de 11:00 p.m. a 01:00 a.m., les dejaré un link con la hora de cada animal del zodiaco chino ^^
https://www.viaje-a-china.com/guia-china/zodiacos-chinos/horas.asp
[3] Hora del buey: 01:00 a.m. a 03:00 a.m.
[4] Hora del tigre: 03:00 a.m. a 05:00 a.m.
[5] Yamen: oficina del gobierno feudal en la China imperial.
Ya rugió su esposito 🫢😬