Una generación de militares – Capítulo 31: La ira que crece es reprimida (1)

Traducido por Selena

Editado por Sharon


—¡¡¡Yu Shijun!!!

El grito de Gu Yun despertó a la mayoría de los oficiales y hombres que tenían los ojos profundamente cerrados y los pies adormecidos. Mirando hacia su dirección, se encontraron con la figura imponente del General Su observándolos, y el rostro de todos los soldados se transformó en pánico y miedo.

Se levantaron con rapidez del suelo y se pararon rectos. Sintiéndolos moverse, sus compañeros los imitaron y al ver a Su Ling, intentaron saltar para imitarlos, pero una ola de agotamiento los arrasó.

Yu Shijun estaba sentado y apoyado en un árbol para descansar, desde donde vio las figuras de Su Ling y Qing Mo. Cuando escuchó el rugido de la leona, corrió hacia donde estaba parada.

—¡Sí! —gritó. Emocionado de ver a Gu Yun y Su Ling, Yu Shijun saludó respetuosamente—. ¡General!

Él era un Teniente de Su y no tenía muchas oportunidades de entrar en contacto con el General. Además, para que fuera a ver el entrenamiento directamente, significaba que consideraba al grupo importante.

Su Ling asintió ligeramente con la cabeza manteniendo su expresión seria de siempre. Nadie sabía si estaba feliz o enfadado.

—¿Qué están haciendo?

Yu Shijun solo se ocupó de observar a Su Ling, sin prestar atención a Gu Yun, cuyo rostro no podía describirse simplemente como sombrío. Por ello, contestó con sinceridad.

—Descansando.

¿Descansando? 

Le dio una mirada igual a la de un cuchillo afilado, y Yu Shijun se giró con lentitud hacia ella.

—¡Todavía no es Weishi! [1] —respondió con su corazón temblando y sintiendo frío.

—¿Quieres decir que te tomaste el descanso del almuerzo para llegar aquí y descansar, y luego comenzar a entrenar en Weishi? —preguntó, frunciendo el ceño. Si regresaron al campamento para comer, podrían descansar media hora antes de volver a reunirse, en lugar de verse como holgazanes tirados en el suelo.

—No regresaron al campamento para almorzar —explicó él.

—¿Por qué no comieron? —Ya habían tenido un desayuno pobre, ¿pero ahora tampoco querían almorzar?

—Hemos estado practicando con las armas toda la mañana. Los soldados estaban demasiado agotados para moverse aunque fuera para comer, por lo que no les forcé a regresar al campamento. Los encargados de la comida enviaron dos canastas con pan y agua para que pudieran descansar mientras almorzaban. —Yu Shijun resumió sus acciones de las últimas horas, pero añadió rápidamente—: Desde la mañana hasta ahora, durante las horas de entrenamiento, no tuve ninguna piedad con ellos.

Tal vez piensen que la hora de la comida es tiempo libre, que pueden hacer todo lo que quieran, ¿incluyendo comer todo lo que quieran o nada! 

—Te gusta el pan al vapor, ¿verdad? ¡Muy bien! —rió Gu Yun. Sus labios sonreían, pero Yu Shijun no pudo evitar temblar. Incluso Su Ling sintió una extraña frialdad en su espalda, en especial cuando dijo “muy bien”. Mirando hacia el cielo, la fría voz de Gu Yun exclamó—: ¡Ahora es weishi, a la fila!

—Sí. —Yu Shijun se giró y caminó hacia los soldados que ya se habían levantado, ubicándose en el medio—. ¡Pelotón!

Rápido y ágiles, más de cien personas se alinearon para completar la formación. Sus espíritus estaban elevados, como aves de presa, pero sus ropas estaban sucias y sus cabellos llenos de polvo. Por un momento, Gu Yun imaginó algunos patrones fantasiosos.

—¿Hay un río cerca de aquí? —le preguntó a Su Ling a su lado.

—A cinco millas al norte hay un río de agua clara. —Los ojos de águila de Su Ling se entrecerraron, observando su expresión en silencio. Por desgracia, su ira se había calmado y no estaba mostrando sus emociones de nuevo. Ahora no podía averiguar lo que tramaba por su rostro.

—Yu Shijun —gritó Gu Yun.

—Sí. —Se acercó él al trote. Gu Yun le susurró algunas palabras al oído, y la cara de Yu Shijun pareció desconcertado por un momento, dudando, pero pronto volvió a la normalidad y respondió—. Estoy listo para ir y prepararme de inmediato.

La moral de los soldados se elevó de repente.

—Si no saben nadar, salgan de la fila —dijo Gu Yun con frialdad.

En Qiong Yue, la tierra era amplia, llena de valles y solo una frontera estaba frente al mar. No sería extraño si no pudieran nadar, pero ninguno de los élite se movió. Gu Yun asintió satisfecha.

—Cada uno es responsable de llevar sacos de arena de 20 kg. Luego corran cinco millas al norte del río de agua clara.

—Sí.

El majestuoso clamor sacudió a los pájaros en los árboles, dispersándolos. Gu Yun se sintió extraña mientras veía a los soldados atándose las bolsas.

—Comiencen.

La procesión avanzó unos pocos pasos. Detrás de todos estaban Gu Yun y Su Ling.

—¿Quieres venir, o quieres ocuparte de tus asuntos? —le preguntó ella. Su Ling no tenía intención de ver el entrenamiento, pero no pudo resistirse a la invitación.

—Está bien, quiero ver tus métodos.

—No olvides lo que me prometiste —dijo con cautela, recordándole que durante el entrenamiento, ella estaba a cargo y él no podía interferir. Yu Shujin entonces acudiría a ella primero.

—¿No tienes prestigio militar? —bromeó Su Ling. Después de ver a los soldados agotados por practicar toda la mañana, era claro que Qing Mo no era débil.

—Mucho peor que tú, yo solo soy un zorro —respondió Gu Yun, mirándolo de reojo. Nadie superaba la posición de Su Ling en el ejército, y ella no planeaba discutir su autoridad.

—No eres como alguien que no tiene confianza —sonrió Su Ling, viéndola tan tranquila.

—Soy segura, pero no soy engreída —respondió con un tono generoso—. Vamos.

Los dos caminaron lado a lado afuera del campo de entrenamiento. Su Ling se subió a un caballo negro, tiró de las riendas y lo hizo girar. Gu Yun extendió su mano. El sol de la tarde todavía era muy brillante, justo sobre sus cabezas. Cuando ella miró hacia arriba, sus ojos casi se cegaron por el resplandor. No podía ver su hermoso rostro al sol, solo una gran mano frente a ella. En el sol, la palma y los dedos toscos eran más claros. De repente su mente se distrajo recordando una escena similar en Yi Tian Yuan hace unas horas, cuando agarró esa mano que era poderosa y cálida al tacto.

Con tal recuerdo, permaneció quieta, su mente concentrada en el pasado. No pensó en buscar otro caballo, y tampoco se subió al animal, hasta escuchar su voz:

—Sube.

Al escuchar esa profunda voz masculina, salió del trance. Estaba molesta consigo misma, al pensar que con solo ver una mano podría volverse tan sensible como para separarse de su entorno. Al no ver más caballos disponibles alrededor, Gu Yun no tuvo otra opción y tomó la mano.

Su Ling era muy fuerte, pudo sentirlo cuando la levantó, y esos mismos brazos rodearon su cintura con fuerza.

—Siéntate bien —dijo él, quitando sus manos de ella. Luego se alejaron.

El caballo corría tan rápido que el viento emitía un sonido agudo en su oído. Los árboles pasaban sin descanso, pero Gu Yun no los vio por mantener su cabeza baja. Era consciente de su propio cambio psicológico al enfrentarlo, por lo que sus acciones ya no eran tan naturales. Por ejemplo, ahora mismo estaba sentada con la espalda recta porque detrás suyo había un pecho cálido y firme.

Comenzó a despreciarse a sí misma. Siempre se consideró como alguien libre, y que no hacía algo que odiara sin arrastrar los pies. Era obvio que le gustaba a Su Ling, podía verlo, lo que no entendía eran sus propios sentimientos.

Entonces, ¿me gusta o no? ¡Dale un poco de felicidad y sálvanos de la vergüenza!

Seguía cuestionándose a sí misma, cuando de repente sintió que Su Ling tiraba de las riendas con fuerza para detener al caballo. Llegaron a su destino.

Lanzó un suspiro, pero no sabía si era de alivio o de irritación por no tener una respuesta. Al final, se apresuró a bajar para escapar por ahora. De pie en el camino, los ojos de Su Ling la seguían como la sombra de un águila sobre la presa. Sus labios se elevaron mientras ella se escabullía.

Yu Shijun ya los estaba esperando en la orilla del río. Bajo sus pies había largas redes de pesca. Aparcados detrás de él había dos pequeños botes de madera con cuatro jóvenes fuertes en el costado del bote navegando en las olas.

Gu Yun entrecerró los ojos. Este río era más ancho de lo que pensaba, tenía entre unos setenta u ochenta metros y el agua fluía rápidamente. Sus ondulaciones a la luz del sol causaban un inusual resplandor.

—Tiren de la red y póngala al final de la corriente descendente.

Siempre y cuando no se tratase de la compleja relación entre hombres y mujeres, su mente era tan aguda como siempre. Los otros dos hombres sin embargo la miraban confundidos. Ella los ignoró, ordenándole a la tripulación de los dos barcos que tirasen de las redes a través de la corriente, río abajo.

Las redes de pesca habían estado preparadas por un largo tiempo antes de que los soldados comenzaran a llegar uno por uno a orillas del río. Gu Yun no les dio una nueva orden porque estaba ocupada instruyendo a los cuatro jóvenes que manejaban los botes

—Ustedes, naveguen hasta el centro del río y luego recojan a los hombres que no puedan aguantar.

—¡Sí! —Los cuatro jóvenes asintieron con la cabeza pero no entendieron su significado. Detrás de ellos había soldados con un físico fuerte llevando pesados sacos de arena, y que llegaban de muy lejos. Los sacos eran pesados, así que ellos respiraban con dificultad, sus caras estaban enrojecidas. En esta condición, debían nadar de un lado a otro una o dos veces.

Los cuatro barqueros se miraron consternados pero no se atrevieron a retroceder y remaron dirigiendo las barcas hasta el centro del río.

Cuando Gu Yun se dio la vuelta, los soldados estaban en formación. Quizás debido a la presencia de Su Ling, se mostraban muy emocionados. Gu Yun todavía no les había ordenado moverse hasta explicar su intención.

—El entrenamiento físico de esta tarde es para la resistencia, técnica de natación y velocidad. Desde la orilla del río, deben nadar hasta el lado opuesto y luego regresar. El nado de ida y vuelta se contará como una sola vuelta. Estarán en un grupo de veinte personas, y cada equipo hará un total de diez vueltas de ida y vuelta. En cada viaje, al último que llegue se le descontarán diez puntos y dará un salto. Cuando los diez viajes se completen, aquellos que tengan reducción de puntos deberán hacer el salto de rana en la orilla hasta que todos los nadadores del grupo hayan terminado las pruebas. Solo quedarán dos o tres hombres para el décimo recorrido. Esta prueba, sin embargo, no da puntos extras a los restantes.

Después de que estableciera las reglas, los rostros de los soldados se hundieron. Qing Mo estaba diciendo que esta tarde, más de la mitad de los soldados estaban destinados a restar puntos, y no solo eso, el castigo era peor para quienes seguían nadando. Si se dividían en veinte personas, se formarían siete grupos, pero el perdedor del primer grupo tendría que hacer dos veces más saltos de rana ya que tendrían que esperara a que todos terminaran para detenerse…

Las frentes de todos se cubrieron de sudor frío, rezando no pertenecer al primer grupo. Sus rostros se volvieron más y más sombríos, sin embargo el tono de Gu Yun era alegre

—¿Lo entendieron?

—¡Entendido! —respondió el pelotón, inhalando profundamente. Comenzaron a quitarse los sacos de arena para comenzar, pero la voz fría de Gu Yun los reprendió.

—¿Quién les dejó quitarse los sacos de arena?

¿Debemos nadar transportando los sacos de arena? ¡Pesan 20 kilos! 

En el agua se volverán mucho más pesados. Si tenían sacos en la cintura y pies, ¿cómo podrían cruzar?

Al escuchar las palabras de Gu Yun, aunque Su Ling no mostró ningún cambio, comenzó a sentirse preocupado. El ejército Su no pertenecía a la marina; la única flota estaba ubicada en el Mar del Este, por lo que aunque los soldados sabían nadar, no tenían ninguna técnica. Además, tendrían bolsas de arena, era claro que no lograrían hacer las diez vueltas con tanto peso.

Los corazones de los soldados temblaban. Su Ling no intervino, ni siquiera para compartir sus dudas o sospechas. Por lo menos ahora entendía el propósito de la red de pesca río abajo.

—¡Amárrense los sacos de arena, preparen la primera columna! —ordenó Gu Yun con voz severa, sin darles oportunidad de refutar o quejarse. Luego reorganizó las formaciones por orden de estatura: el primer grupo era gente relativamente delgada, con personas como Liu Xing, Leng Xiao, Shi Hu.

—Comiencen. —El corazón de los soldados gemía como las corrientes de agua, pero no dudaron porque no querían quedarse atrás, perder puntos y encima tener que saltar durante horas.

Gu Yun había declarado que las reglas eran crueles, y nadie deseaba quedarse último. Después de la primera vuelta, el primero en ser eliminado fue Liu Xing, quien salió abatido.

¡Liu Xing quedó fuera de inmediato!, pensó Gu Yun, sin decir nada mientras lo veía comenzar a saltar. En silencio, sacudió su cabeza: Astucia y trabajo de equipo le permitieron entrar al equipo, pero con su estado físico, temo que en diez días llegue al fin de sus 100 puntos.

A su espalda, la segunda vuelta ya había terminado. Después de unas cuantas rondas en el enorme río, la distancia entre cada persona aumentaba cada vez más.

—¡Deprisa! ¡No se rindan! —gritó al verlos nadar más despacio. Liu Xing tenía miedo de mirar el río.

—Parece que alguien se está ahogando —susurró Yu Shijun. Gu Yun entrecerró los ojos al ver una sombra alborotándose, al parecer con un calambre.

—Rescátenlo —le dijo a los hombres en el barco.

Los jóvenes se apresuraron para el rescate. Por fin entendían por qué estaban esperado en el centro, resultó que era para rescatar a los hombres que tenían que nadar diez vueltas con sacos de arena atados al cuerpo.

¡Oh, Dios mío! ¡Esta es una forma loca de entrenar! 

El hombre que se ahogaba parecía muy joven, de unos 20 años, y fue rescatado justo a tiempo. Había tragado mucha agua, y sostenía su pierna con una expresión dolorosa. Cuando el bote llegó a la orilla, otros soldados se apresuraron a masajearle la pierna. Los calambres al nadar eran normales, y en general se debía frotar el lugar para aliviarle. Sin embargo, como los oficiales masajearon por mucho tiempo, sus piernas siguieron sintiéndose como piedras, y lucía aun más doloroso. El joven se mordió el labio inferior para no gritar, pero su rostro estaba distorsionado por el dolor.

—Abran paso —les dijo Yu Shijun al ver a Gu Yun acercarse. Cuando ella estuvo a su lado, dio un paso atrás.

—Mano sobre su hombro —dijo Qing Mo. Yu Shijun le obedeció, y ella se movió hacia su pie, masajeando bajo cada músculo con fuerza. Luego extendió el pie, y lo dobló hast su cabeza. El soldado se veía cada vez más azul.

Los soldados en la orilla miraban fijamente a Gu Yun. Al principio pensaron que iba a relajar los músculos tensos del joven, pero no estaban seguros ahora y creyeron que le iba a destrozar los pies.

Sus músculos habían estado tensos todo el día y al repetir la acción de patalear, junto con el agua fría del río, sentía sus pies como piedras. El masaje y la fricción no aflojaron el calambre, por lo que cuando Gu Yun no vio ningún cambio después de estirar la pierna y doblar los pies, se agachó y dobló sus pies hacia su cuerpo, donde los sostuvo por unos momentos.

Su Ling, al ver su cara arrugada, frunció el ceño. Al acercarse, el joven contuvo nerviosamente la respiración, y sus músculos rígidos se relajaron lentamente.

—¿Cómo estás? —preguntó Gu Yun en voz baja.

La poderosa aura de Su Ling asustó a los jóvenes y el lesionado se recuperó de inmediato, moviendo los pies adoloridos.

—Estoy bien —respondió tímido. La esposa del General podía parecer severa, pero después de todo era una mujer con un corazón blando.

Sin embargo, este sentimiento en su corazón fue destruido por las siguientes palabras de Gu Yun.

—Bien, salto de rana.

¿Tengo que saltar? ¡Aún me duele el pie! 

Gu Yun lo miró fríamente y el joven solo pudo maldecir en secreto en su corazón.

—Sí. —Retiro mis palabras, ¡esta mujer tiene un corazón de piedra! 

El joven soldado se frotó la pierna adolorida y se puso al frente de los otros que habían estado saltando por un largo rato.

En esta soleada tarde en los hermosos ríos de agua clara, hombres delgados empapados se alineaban en la orilla luchando por dar saltos. En el río con ondas, las figuras mortales se ven particularmente feas en las redes del fondo. Los barcos también recogían de vez en cuando a varios hombres exhaustos. La imagen era muy trágica de mirar.

—¿Estás segura que te quedarán personas antes de que termine el mes? —preguntó Su Ling solemne, cruzando sus manos frente a su pecho. Al ver el menú de la tarde, sumado a la práctica de armas por la mañana, era un entrenamiento duro para hacer sin un descanso. Con el primer día siendo así, temía que en un mes estas cien personas ni siquiera llegaran a los cincuenta.

—Si no pueden aguantar hasta el final, completar la tarea, o no queda nadie, entonces el equipo se disolverá. ¡No quiero convertirlos en cadáveres! —dijo Qing Mo de forma despiadada.

Su Ling se sobresaltó, sacudió la cabeza y miró sus ojos que estaban enfocados en el río con una fuerte determinación.

Finalmente, después del décimo recorrido nadando de ida y vuelta en el primer grupo, se quedaron con menos de seis personas. Tan pronto se desplomaron en la orilla, incapaz de moverse, Gu Yun dio su orden.

—¡El segundo grupo! Vamos.

Después de que varios grupos pasaran, la situación no era mucho mejor. Pocas personas pudieron completar los diez viajes. En la orilla, el equipo que saltaba era cada vez más largo. Era aún más difícil para Liu Xing, que lloraba por dentro mientras saltaba con sus manos en el suelo. Su cara estaba enrojecida casi del color del hígado y tenía manchas de agua en la cara, no sé sabían si provenían del sudor o de sus lágrimas…

—¡No se detengan, continúen! —gritó Gu Yun, dándoles una mirada penetrante. Su voz era como un ruido en sus oídos.

Los soldados maldecían con cada salto. Esta era la única razón por la que aún podían seguir adelante.

El sol comenzó a ocultarse cuando los siete grupos pudieron terminar.

—De acuerdo. ¡Deténganse! —ordenó Gu Yun. La orilla del río era un largo tramo, por lo que todos los hombres estaban descansando. El último grupo estaba agradecido por dentro, pero por desgracia, Gu Yun no iba a dejarlos ir—. Los hombres que fallaron en los dos últimos grupos saltarán de nuevo en el campamento. Si no pueden, perderán 100% de sus puntos. —E ignorando los ojos feroces de todo el grupo, gritó—: Reúnanse.

Hicieron el peor tiempo de la historia en regresar al campamento. Algunas personas incluso retrocedían un paso por cada tres que daban al subir la colina. Sus posturas siempre erguidas se vio afectada, y los hombres estaban encorvados. Sin embargo, Gu Yun no les culpó.

Era el tiempo más lento que se había establecido y algunas personas incluso dieron tres pasos para subir, un paso atrás en la fila. La postura que siempre se mantenía erguida se vio afectada y ahora estaba encorvada. Gu Yun no culpó su postura.

—Recuerda quién fue detenido, y reduce los puntos adecuados. Luego déjalos ir —le dijo a Yu Shijun a su lado. Este respondió de mala gana.

—Sí. —Dudo que esta gente pueda practicar mañana…

—Regresemos al campamento. Después de media hora espérenme en el cuartel.

¿Qué es lo que quiere? 

Todos se habían desmoronado. Gu Yun podía ver caras con expresiones tanto de sorpresa como de odio. Parecía que querían llorar pero no había lágrimas.

—Si quieren retirarse, no sirve de nada.

Si en el primer día de entrenamiento renunciaban, ¿cómo se unirán al recinto militar más tarde? Deseaban poder encargarse de Gu Yun y desmembrar su cuerpo, pero tenían que escuchar todas sus órdenes. Estos hombres una vez galoparon en las llanuras arenosas y fueron grandes soldados, ¡pero ahora sus corazones estaban muy afligidos y molestos!

—¿No se irán? Media hora no es mucho tiempo —dijo Gu Yun, levantando una ceja.

¡Esta mujer es demasiado agresiva! 

Querían ir, pero tienen un pie “roto” en este momento. Incluso con la presencia del General Su, estaban extremadamente cansados y no tenían la fuerza para parecer imparables. Antes, marcharon orgullosos pero ahora con las dos piernas cansadas, se dirigían lentamente al campamento..

Los ojos de águila se estrecharon un poco al ver a las llamadas tropas de élite caminar más despacio que una anciana.

—Han Shu está equivocado, después de un mes, no te llamarán bruja. ¡Dirán que no eres una mujer! —dijo Su Ling, mirándola de repente. Él pensó que era fría, pero en el entrenamiento, ella era más cruel y despiadada de lo que creía.

Sabiendo desde el principio que no diría nada agradable, Gu Yun le dio una mirada inexpresiva.

—¡Eres molesto! ¿No puedes hacer algo mejor?

Decidió no montar el caballo de Su Ling, inspirada por el paseo crepuscular hacia la Mansión del General. Eran cinco millas, media hora, para llegar, pero no quería a Su Ling cerca, y necesitaba algo de tiempo para pensar.


[1] Weishi: Entre 1 a 3 pm.

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