Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 164: Personaje oculto

Traducido por Herijo

Editado por Sakuya


A diferencia de la escuela noble, cuya asistencia es obligatoria para todos los niños de nobleza, la sección de nivel superior está diseñada para aquellos que desean ampliar sus estudios. En ella, encontramos tres tipos de estudiantes: aquellos enfocados en convertirse en instructores o altos funcionarios civiles; estudiantes dedicados a la investigación y desarrollo en diversas áreas; y, finalmente, aquellos a quienes se les ha concedido permiso especial para extender su estancia en la institución, usualmente debido a la falta de un rumbo definido en su rol nobiliario.

Los dos primeros grupos de estudiantes están sujetos a exámenes, a diferencia del último grupo y es importante destacar que, a diferencia de la escuela nobiliaria, no existe un límite temporal para la permanencia en la sección superior.

Si bien algunos individuos buscan activamente empleo, especialmente dentro del palacio, el éxito en la sociedad noble se basa en gran medida en las conexiones personales y logros alcanzados. Esto implica que el tercer grupo de estudiantes de la sección superior generalmente está compuesto por aquellos marginados por sus familias, considerados problemáticos y dejados en la escuela como una solución intermedia.

Estos estudiantes, sin embargo, no han sido completamente abandonados, ya que en tal caso serían relegados al monasterio. Por lo tanto, la mayoría pertenece a la nobleza con títulos de conde o superiores, conservando aún cierta esperanza.

La sección de nivel superior alberga a un colectivo de estudiantes insatisfechos con sus circunstancias de vida, a menudo etiquetados como problemáticos. Incluso la Cámara de los Lores ha debatido sobre ellos debido a incidentes violentos perpetrados contra sirvientes de nobles de rango inferior.

La interacción entre los estudiantes de la escuela nobiliaria y aquellos de la sección superior es mínima, dado lo vasto de los terrenos escolares que separan ambas secciones. No obstante, puede haber interacciones ocasionales entre sus respectivos sirvientes.

Los nobles de menor rango enfrentan dificultades para presentar quejas contra aquellos de mayor rango, especialmente en casos que se perciben menores, como agresiones a sirvientes plebeyos.

—¡Reka!

Finalmente, localicé a Reka en una senda poco transitada del bosque situada entre los dormitorios y la sección superior. Mi habilidad para captar sonidos sutiles me guió a través del laberinto arbóreo hasta su ubicación.

Rodeado por adolescentes que parecían ser sirvientes y yaciendo en el suelo con signos evidentes de agresión, Reka luchaba por respirar mientras sangre salía de una herida en su cabeza. La robustez de los adolescentes, claramente oriundos del norte, se hacía palpable no solo en su físico sino también en el desdén que mostraban al notar mi presencia.

Dentro del grupo, solo uno parecía asumir un papel protector hacia Reka, enfrentándome con una mirada desprovista de cualquier emoción.

Sus ojos eran de un púrpura intenso, un color tan singular como el de una gema preciosa. Me parecía haberlos visto antes…

—Humph, vámonos.

Cuando reaccioné, ya era tarde. Los adolescentes se habían dado a la fuga hacia el bosque. Perseguirlos a caballo sería complicado, y no tendría mucho sentido capturar solo a uno o dos de ellos.

En ese momento, Reka, tendido boca abajo en el suelo, requería toda mi atención. Bajé de mi caballo y me arrodillé a su lado, junto al joven de ojos púrpura. Lo llamé por su nombre, pero no hubo respuesta; estaba inconsciente.

—Espera, es mejor no moverlo. Creo que podría tener una conmoción cerebral por los golpes recibidos en la cabeza.

La voz del joven a mi lado resonó, y coincidí con su evaluación. Examiné las heridas de Reka, verifiqué su respiración y me concentré en evaluar su estado.

—Eh, ¿qué está pasando?

—Reka, vas a estar bien. No te muevas aún.

Por fortuna, Reka recuperó la conciencia. Su reacción ante lo sucedido fue más calmada de lo esperado, y aunque manifestaba dolor, no parecía confundido. Le indiqué que permaneciera recostado y descansara un poco más.

Las mejillas de Reka estaban rojas e hinchadas, y, tal como mencionó el joven de ojos púrpura, los golpes en su rostro sugerían una posible conmoción cerebral.

—Solo quédate tranquilo por un momento. Si el dolor de cabeza persiste, puedo llamar a alguien para que nos asista.

—Nn, está bien.

Aceptó quedarse tumbado, asintiendo levemente. Utilicé mi abrigo como almohada para él. Pronto cambiaría de abrigo, así que no me importaba si se ensuciaba. Aunque había ascendido a conde, la idea de modificar el diseño de mi abrigo me resultaba tediosa. Al final, el Conde Terejia me reprendió por ello…

Al levantarme, el distinguido joven de ojos púrpura, que había esperado pacientemente, intervino suavemente.

—Nunca imaginé que nos encontraríamos de nuevo.

Aunque su expresión destilaba una melancolía sutil, sonrió levemente.

—Ahh —respondí asintiendo.

Entonces lo comprendí; él era Alb, el personaje oculto del juego otome, cuyos detalles y trasfondo desconocía, probablemente un estudiante de la sección superior.

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