Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 189: Pieza de ajedrez descartada

Traducido por Herijo

Editado por Sakuya


Tras atar los brazos y piernas de Mefuri, vendarle los ojos y amordazarla, finalmente nos alejamos del pasadizo subterráneo. Aún desconocíamos las condiciones precisas para activar su magia, por lo que solo podíamos basarnos en el ejemplo de Diferis, quien necesitaba gestos con los brazos y su voz para ejecutar su magia.

Respecto a las explosiones de Mefuri, aunque deduje que debían requerirse preparativos previos para que pudiera hacer explotar a los niños, todavía no conocía los detalles. Dado que había tocado accidentalmente a Mefuri, además de que debíamos mantener una prudente distancia con los niños restantes mientras regresábamos por el oscuro y estrecho túnel, Claudia, Rashiok y yo nos encontrábamos agotados al volver al fuerte.

Aunque no conocíamos los pormenores, parecía que Mefuri podía identificar la ubicación de sus “bombas” incluso sin depender de su visión, lo cual ejercía una gran presión sobre nosotros. Sospecho que su sentido no es perfecto, ya que no se percató de que tomamos a Vanita en la oscuridad y lo dejamos inconsciente… suponiendo que Vanita también sea una de sus bombas vivientes.

—Entonces, ¿qué vas a hacer? —preguntó Claudia, no ocultando la fatiga en su rostro, mientras señalaba a Mefuri.

Verifiqué que los niños todavía no habían salido de los túneles, y coloqué mi mano en mi cuello en silencio. En caso de que Mefuri intentara hacer explotar a los niños restantes, les habíamos ordenado mantenerse a cierta distancia.

—Persuadirla será complicado… —Claudia parecía renuente tanto a perdonar a esta chica como a matarla si era posible—. Probablemente no es una de las esclavas de Nazric. Su apariencia podría indicar que es de Epadena… o quizás sea alguien de Rindarl.

Quizás Claudia no estaba segura de si lo que decía era exacto o no, frunció el ceño mientras miraba a la atada Mefuri que arrastraba detrás de ella. Mefuri parecía retroceder por miedo a nuestras voces mientras respiraba con dificultad a través de la mordaza de tela que estaba apretada en su boca. Aunque es la agente del enemigo, con su corta edad, Rindarl probablemente solo le enseñó a usar su habilidad. Ahora que ha sido derrotada y se ha convertido en nuestra prisionera de verdad, parece haber perdido completamente la calma.

Aunque todavía es joven y su comportamiento sería típico para su edad, aún podría ser alguna especie de trampa para que bajemos la guardia.

—Qué lástima —comentó Claudia de repente.

Su tono de voz sombrío claramente era porque anticipaba que esto terminaría en la ejecución de Mefuri, pero Mefuri no lo sabría. Mefuri finalmente dejó de hacer una rabieta e intentó arrastrarse más cerca de Claudia.

La visión de ella era desoladora. Probablemente tendría unos once años, cubierta de sangre y atada con cuerdas, retorciéndose como un insecto agonizante para acercarse a las personas que probablemente acabarían con su vida. Su cuerpo y rodillas temblorosas revelaban su miedo hacia nosotros, aunque no podía imaginar que pudiera estar fingiendo.

Probablemente tenía una mirada extraordinariamente fría y despiadada mientras la observaba.

—De hecho, es realmente lamentable. Independientemente del tipo de poder mágico más allá de la comprensión humana que posee, dada su corta edad, es obvio que es simplemente un peón destinado a ser usado y desechado.

—¿Eliza?— Claudia pareció sorprendida al mirarme. Mefuri, que parecía estar al borde de la muerte, también escuchó mi declaración. Tal vez recibió un gran shock ya que su cuerpo se movió violentamente.

—Esta niña ha sido traicionada y abandonada. Si la capturan, es normal que sea ejecutada. Para quienquiera que haya enviado a estos niños aquí, a la persona a cargo probablemente no le importaría si esta niña muriera.

Mefuri continuó sacudiendo la cabeza como si no quisiera escuchar lo que decía. Su lenguaje corporal gritaba que no quería escuchar esto. Sin embargo, no es como si tuviera opciones. Como ella fue la causante de todo, ya no tiene la libertad de elegir.

—Quienquiera que haya enviado a esta niña aquí, ciertamente no sabe planificar de manera racional. Desperdiciando y permitiendo que alguien con tal poder mágico sea asesinado de esta manera… Bueno, si esta niña hubiera sido mi soldado, jamás habría hecho algo tan atroz.

El sonido de algo líquido escapando de los ojos de Mefuri y goteando en el suelo de piedra, incluso a través de su venda podía escucharse.

A pesar de que esta niña inmensamente lamentable intentaba arrastrarse hacia mis pies, todavía la miraba con una expresión de fría crueldad.

Soy plenamente consciente de que lo que estoy haciendo es intentar lavarle el cerebro. Parece el tipo de persona que no respondería obedientemente a mis preguntas, así que primero debo usar ataques psicológicos para quebrantar su espíritu.

Como no es de Arxia, definitivamente no puedo confiar en ella, ya que desconozco cuál es la moral con la que se ha criado.

Si no puedo confiar en ella, no puedo usarla, por lo que quebrantar su espíritu es el mejor método que conozco.

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