Traducido por Herijo
Editado por Sakuya
Los soldados de Rindarl, que sitiaban el Fuerte Droyan, parecen haber notado finalmente que el amanecer en Eris lucía inusualmente distinto hoy. Hacia el amanecer, recibimos un informe que nos indicaba que el ejército enemigo al otro lado del río Tave estaba en caos.
Algo completamente natural, por supuesto.
Después de todo, el ejército de Rindarl estaba integrado en gran medida por soldados esclavos. También usaban a estos esclavos como escudos humanos, llenando el foso con ellos e incluso obligándolos a ser los primeros en escalar las murallas del fuerte usando escaleras. Los soldados esclavos, por ende, no tendrían moral alguna desde el principio, y si los soldados de Rindarl que los supervisaban caían en el desorden, toda la cadena de mando de su ejército sufriría una gran conmoción.
Ya parece haber un gran número de soldados esclavos escapando y rindiéndose a Arxia, por lo que romper el cerco enemigo al Fuerte Droyan es solo cuestión de tiempo.
Es evidente que los ejércitos enemigos al otro lado del río Tave están siendo comandados por nobles de Densel para el caso del ejército y de Parmigran para la marina. Aunque nuestras fuerzas en el Fuerte Droyan son inferiores en número, destacan en arquería y esgrima, y han estado resistiendo lo mejor que pueden, beneficiándose de las ventajas del terreno en una batalla defensiva.
La estrategia principal de Rindarl parece enfocarse en mantener al Fuerte Droyan bajo control para poder trasladar la mayor parte de sus fuerzas principales al otro lado del río Tave, utilizando a Eris como su base principal para lanzar ataques.
Wiegraf dedujo que su intención probablemente era trasladar suficientes soldados para su asalto al Fuerte Droyan y mantener un ataque constante, día y noche, desgastando a nuestros soldados ahí y manteniéndolos bajo constante presión. También debería ser evidente para el enemigo que la moral de los soldados de Arxia ha disminuido por tener que estar en un constante estado de guerra en el frente durante los últimos ocho meses.
Desde la perspectiva de desbaratar la estrategia del enemigo, el emboscar a Eris, que prácticamente servía como su base logística, tendría el máximo efecto. A continuación, pretendemos aprovechar la confusión del enemigo al recibir las noticias y aplastar su unidad naval en el río Tave. Si tenemos éxito, eso asestará un golpe mortal a las fuerzas de Densel.
Se requiere tiempo y dinero para construir barcos para la marina. También se necesita un considerable tiempo para entrenar al personal para tripular estos barcos. Y tanto los barcos como el personal pertenecen a Parmigran.
Antes de iniciar mi ataque, recibí un mensaje personal del Comandante General Rolentsor, estacionado en el Fuerte Drofy, a través de una paloma mensajera de color rojo.
El mensaje era bastante claro: “Aniquila al enemigo en el río Tave. Destruye todos sus barcos. Haz que el río Tave fluya rojo con su sangre.
No pude evitar exclamar en voz alta lo extremo que sonaba todo eso, lo que provocó que Mefuri, que estaba esperando a mi lado, me mirara.
Iniciamos nuestro ataque tan pronto como confirmamos que el enemigo estaba confundido por recibir las noticias sobre Eris, para no perder nuestra ventaja.
Una vez más, me estoy separando de mi ejército de Kaldia y dirigiéndome a las defensas del río Tave solo con Rashiok y Vedwoka. En esta batalla, mi rango será el de un oficial de comando invitado bajo la supervisión de Ergnade, quien también lidera a sus caballeros de Jugfena desde el Fuerte Droitros para unirse a este ataque.
Cuando resonó el cuerno para indicar el inicio de nuestro ataque, nuestros caballeros, organizados en formaciones, cargaron contra las tropas enemigas que nos aguardaban en las orillas del río Tave. Según informes de enfrentamientos previos con ellos, cada vez que nos acercábamos al río Tave, aparecían rápidamente tres barcos y comenzaban a disparar sus “flechas de fuego de tubo corto” (armas de fuego) y flechas convencionales contra nosotros.
Tan pronto como confirmamos la llegada de sus barcos y que estaban equipados con esas “flechas de fuego de tubo corto”, nuestros caballeros comenzaron a esquivar hacia los lados mientras se protegían.
—¡Rashiok, vamos! ¡Es nuestro turno!
Los caballeros de Jugfena me abrieron paso a mí y a mi draconis en su formación. Mientras Rashiok y Vedwoka se abrían camino y saltaban desde la primera línea, escuché un gran alboroto en el ejército enemigo.
Las balas y flechas que llovieron sobre nosotros casi de inmediato fueron todas desviadas por la magia de viento de los dos draconis. Las fuertes ráfagas, que soplaron desde el lado, parecían ser suficientemente potentes como para neutralizar incluso las balas de sus armas rudimentarias.
Parece que la magia de viento de Vedwoka es incluso más fuerte que la de Rashiok antes de que perdiera una de sus alas. Es un poco lamentable que Vedwoka no pueda entender órdenes complejas como Rashiok, ni permita que nadie más que yo la monte. Desafortunadamente, no tuve suficiente tiempo para criarla y entrenarla para tales fines.
—¡Es Kaldia! ¡Es Kaldia de los ojos carmesíes! ¡Es el monstruo que monta dragones, bebe sangre y come carne humana!
Un draconis naturalmente llamaría la atención en medio de nuestros caballos de guerra, especialmente aún más porque nos estábamos lanzando hacia ellos.
En lugar de acercarme a la densa formación de lanzas del ejército de Rindarl que me aguardaba, hice que los dos draconis cambiaran bruscamente de dirección. Dado que el enemigo aquí solo está compuesto por infantería y arqueros, es bastante fácil para nosotros flanquearlos y cargar contra ellos desde el flanco con la alta velocidad y maniobrabilidad de los draconis.
—¡Devóralos, Rashiok! ¡Es hora de cazar!
En respuesta a mi voz, ambos draconis aullaron. El enemigo, claramente tomado por sorpresa por nuestra velocidad y sin poder cambiar de dirección lo suficientemente rápido, colapsó bajo nuestro ataque mientras los gritos se alzaban a nuestro alrededor.
Rashiok evitó con habilidad las lanzas enemigas mientras se abría camino a través de su formación. Preparándome para el impacto, ni siquiera tuve que girar mi pesada alabarda ya que usé el impulso de la carga de Rashiok para cortar todo a mi paso.
El enorme cuerpo de Rashiok también era capaz de aplastar a varias personas debajo de él a la vez, y los gritos desesperados resonaban cada vez que saltaba y aplastaba a más soldados enemigos bajo él.
Ahora que el enemigo estaba en total caos, los caballeros de Jugfena aprovecharon esta oportunidad para renovar su ataque. Usaron la ventaja de montar a caballo para aplastar a los soldados de Rindarl con sus caballos de guerra, rompiendo huesos en el proceso. Otros enemigos serían atravesados por las lanzas hasta la muerte, y una montaña de cadáveres enemigos comenzó a acumularse instantáneamente.
—¡Ahhhhh!
Aun en una situación como esta, naturalmente todavía había enemigos que intentaban atacarme tranquilamente con sus lanzas o espadas. Pero la diferencia entre el alcance de mi alabarda y sus armas era abismal. Combinado con la velocidad de Rashiok, pude aplastar cráneos enemigos con una fuerza que no sería posible solo con la fuerza humana.
Salpicadura tras salpicadura, la sangre brotaba por todas partes casi como si fuera jugo de uva, provocando un frenesí aún más aterrador en los soldados enemigos más cercanos a mí.
Y así, de esta manera, los dos draconis y yo conseguimos abrirnos camino con éxito a través del ejército enemigo.