Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
Había una posibilidad de rescatar a Aquasteed, Pheles y los demás del poder abrumador del Cielo Estrellado. Dándose cuenta de esta posibilidad, y con este propósito en mente, Tiararose corrió con todas sus fuerzas.
—¡Hey, Tiararose! ¡¡Espera!!
—¡Por favor, no me persiga, Lord Grail!
Los dos estaban corriendo a máxima velocidad a través del corredor de cristal.
Sin embargo, ella no podía permitirse detenerse. Tenía un límite de tres horas para unir los anillos. Podría explicarle la situación a Grail, pero la velocidad era esencial.
El método para unir los anillos de los Reyes Hada requería que Tiararose los envolviera con su poder mágico y los recreara en uno. Esa manera era buena por sí sola, pero el problema recaía en la ubicación donde tendría que hacerlo.
¿Podría ser que este era el evento del juego para la protagonista? Al parecer, la unificación debía realizarse en un lugar sagrado llamado Cuarto de Oración.
No sólo no tenía ninguna pista sobre cuán lejos estaba, sino que el camino podría no ser directo.
Con estas incertidumbres, Tiararose nunca había caminado tan rápido antes. Por cierto, la magia de transferencia no podía usarse para moverse en los lugares hechos con el cristal. Aunque le pidiera ayuda a Grail, no iría más rápido.
—Le di a Aquasteed el anillo del Rey Hada del Cielo. ¡¿Cómo es posible que hayas podido usarlo y forzar el comienzo del robo de bases…?!
Grail lo había pensado, y se estaba preguntando si, al final, no había tenido sentido el darle su anillo a Aquasteed.
—Como esperaba, Lord Grail lo sabe.
Por fin pudo alcanzar a la princesa, que estaba jadeando por aire mientras corría. Ella bajó la velocidad, pero no se detuvo.
Viéndola en tal estado, Grail suspiró.
—No sé todo. Creo que tú y Olivia Ariadel son existencias misteriosas, en particular. ¿Cómo es posible que poseas información que sólo nosotros deberíamos saber?
—E-Eso es…
—Ni siquiera sé a dónde te estás yendo ahora, Tiararose.
Percibió que la voz de Grail mostraba su irritación.
¿Un lugar del que ni siquiera los Reyes Hada saben su existencia?
Tiararose había asumido que sería el lugar más importante hasta ahora. Originalmente, debería ser donde la heroína de la secuela, Aishira, se habría dirigido en lugar de la villana.
—El príncipe Aqua dijo que se convertirá en el rey. Si él dirige Marineforest, me gustaría apoyarlo a su lado.
—¿El lugar al que te diriges es necesario para eso?
—Sí. Ayudaré al príncipe Aqua, a Su Alteza Pheles y Lady Lilia. ¡Esta es la voluntad de la villana!
—En efecto… —respondió Grail al escuchar la determinación de la joven—. En efecto, eres muy fuerte.
—Porque el príncipe Aqua estuvo ahí para mí… Fui exiliada por el príncipe heredero de mi tierra natal, que era mi prometido. En ese momento, el príncipe Aqua me apoyó.
¡Así que esta vez, yo voy a ayudarlo!
Desde entonces, ella siempre quiso ser la aliada del príncipe Aqua a cualquier costo.
—En verdad, no puedo competir contigo.
—¿Huh?
—Desearía poder caminar al lado de Pearl.
El rostro de Grail lucía solitario desde donde lo veía, caminando a su lado.
Pearl había estado durmiendo por un largo tiempo, desde que le dio su bendición a Tiararose y Aquasteed. Incluso ahora, Grail pasaba la mayor parte de su tiempo en el palacio de Pearl en lugar de su propio templo.
Pero Lady Pearl debe amar a Lord Grail.
Pasaría mucho tiempo hasta que ella pudiera despertar, pero Tiararose pensaba que sería la más feliz de todas cuando eso sucediera.
De repente, se dio cuenta de lo que significaba que Grail siguiera acompañándola.
—Lord Grail, ¿está bien que no participe en el robo de las bases?
Lo más probable era que Aquasteed y Keith ya hubieran comenzado la competencia.
Grail dejó de caminar tan pronto como escuchó sus preocupaciones. Sin pensarlo, Tiararose también se detuvo. Vio que el Rey Hada dio unos pasos detrás suyo, formando una sonrisa que decía que lo había olvidado por completo.
—Tienes razón. Tendré que participar también… Tiararose, en caso de que no puedas soportar tanto poder, intenta verterlo.
—Dice que lo vierta, ¿pero dónde?
—Esa es la única pista que puedo darte. No puedo decirte la respuesta.
Tiararose escuchó obedientemente, pensando que el consejo de Grail era irrelevante por ahora, pero que podía dirigirla a algo importante. Por ahora, no poseía un poder inmenso que no pudiera soportar…
Pensando en lo que podría ocurrirle a su cuerpo, comenzó a preocuparse.
—Bueno, entonces te veré más tarde.
—Bien.
Después de ver a Grail retirarse, Tiararose volvió a caminar hacia el interior. Mientras pensaba que el corredor de cristal continuaría para siempre, una puerta esmeralda apareció frente a ella. Se sintió aliviada de poder avanzar finalmente.
Pensó que le sería difícil si continuaba caminando por el mismo corredor.
—Bueno, sería genial que este fuera el Cuarto de Oración… ¿Huh?
Al abrir la puerta, se encontró con un tranquilo palacio marino.
El suelo estaba inundado con unos centímetros de agua marina. Pearl dormía en el centro de la habitación. Aunque la imagen de la cama ubicada sobre el agua era milagrosa, no era el momento adecuado para preocuparse por esto.
—¿Cómo es posible que esté en el palacio de Lady Pearl…?
Caminó hacia el centro del cuarto y miró la cama.
La Reina de las Hadas del Mar, Pearl, estaba dormida con la misma apariencia que recordaba.
Su hermoso cabello plateado liso estaba cortado a la altura del hombro. No tenía ninguno de los accesorios que siempre usa, pero su cabello brillante era hermoso por sí solo. Su ropa de noche era un cómodo kimono de un color radiante.
—Luce tan cómoda en su sueño…
No la había visto desde que recibió su bendición. Podría haber usado todo su poder mágico, pero no había muerto. Observándola dormir, a salvo, Tiararose se sintió aliviada.
—¿Pero por qué terminé aquí? Quería ir al Cuarto de Oración…
Quizás está conectado con este palacio. Mientras pensaba y comenzaba a escanear el cuarto, un repentino aumento de fuerza la golpeó, vertiéndose en su interior.
Debido al impacto repentino, perdió el equilibrio y cayó de rodillas. El agua de mar mojó sus piernas, pero no pudo siquiera preocuparse por ello.
—¡Argh! ¡Aaargh!
¡Duele!
Se preguntaba si este era el enorme poder que Grail mencionó antes, Sintiéndose confundida, adolorida y a punto de perder la conciencia, una gran lágrima se derramó por su mejilla.
¿Qué hacer? ¿Qué debería hacer?
—En caso de que no puedas soportar tanto poder, intenta verterlo.
—¿Verterlo…?
¿En dónde?
Por supuesto, la respuesta era natural.
—Deja que fluya en Pearl, que ha estado durmiendo debido a la pérdida de su poder mágico.
—Por eso Lord Grail dijo que era una pista, ¿verdad?
A pesar de que este era el castigo de Pearl, ¿se salvaría si vertía su poder en ella? Sin embargo, le dieron este consejo anticipando su sufrimiento.
Como Tiararose fue bendecida por la Reina de las Hadas del Mar, transferir ese poder mágico sería sencillo. Si no fuera por su bien, Grail nunca le hubiera sugerido verter la magia, ¿verdad?
Tiararose se arrastró hacia la cama. Entonces vertió el poder abrumándola a la Reina.
—Huff, huff… Lady Pearl.
Sin saber si era suficiente, siguió vertiendo su poder mágico.
—Uh…
—¡Lady Pearl!
Pearl gimió y tosió mientras se levantaba.
—Tiararose —sonó su voz clara como una campana—. ¿Qué estás haciendo…? ¿Estamos en mi palacio?
—Huff, huff…
—Luces extremadamente agotada.
El poder abrumador se ha calmado de alguna manera.
Viendo a Pearl despierta frente a ella, Tiararose comenzó a sentirse aliviada. Después de todo, Pearl había estado en un sueño constante porque perdió todo su poder mágico luego de darle su bendición. Tiararose reconoció que quizás sería confuso para ella comprender la situación, así que le dio una descripción breve de todo lo que había sucedido hasta ahora.
—Al parecer la situación se volvió bastante complicada mientras dormía… Honestamente, los hombres siempre han sido idiotas sin importar el tiempo.
Pearl se levantó, tomó el abanico que estaba sobre una mesita al lado de su cama, y lo abrió. Poniéndose de pie en un solo movimiento elegante, su ropa se transformó en un vestido brillante.
Capas y capas de fibra de color escarlata profundo acentúan el cabello plateado de Pearl, el cual está arreglado en un hermoso peinado con un accesorio que está decorado con trenzas y flores.
—Nunca hubiera pensado que el poder del Cielo Estrellado pudiera guardarse en mi cuerpo.
—¿Del Cielo Estrellado…?
—Oh, no lo entiendes. El gran poder que fluye en tu cuerpo probablemente es de Aquasteed. En su mayor parte, creo que aumentó debido a la facilidad con la que adquiere las bases.
Pearl estaba diciendo que le sería difícil a Aquasteed controlar ese poder, así que fue canalizado a través del anillo del Cielo Estrellado y fluyó en Tiararose.
—Santo Cielo. Creí que la próxima vez que despertara, ninguno de ustedes estaría aquí. Parece que me desperté muy temprano —dijo Pearl, hablando para sí mismo—. Así que tomaste mi anillo sin permiso mientras estaba dormida. Y ahora estás intentando recrearlo.
—S-Sí. Me disculpo profundamente por tomar el anillo mientras usted dormía.
Tanto Keith como Grail le habían confiado sus anillos a Tiararose y Aquasteed por su cuenta, pero Tiararose no obtuvo el permiso de Pearl para sacarlo del pasadizo secreto.
Viendo a la sonrojada Tiararose inclinándose, Pearl cubrió su boca con el abanico.
—Bien. Tiararose, ¡cooperaré contigo!
—¿Eh? ¿Eso está bien?
—No hay problema. Quiero hacer algo por Marineforest también.
Aunque Pearl había planeado dormir por un largo tiempo debido a su pérdida de magia, eso no significa que su habilidad para bendecir a otros no hubiera sido restaurada ya. Ahora, por lo menos, podía cuidar del mar de Marineforest.
—Además, soy la tercera generación de la Reina de las Hadas del Mar. A diferencia de Grail y Keith, sólo tengo una relación superficial con este país.
—No, sé que has estado protegiendo el mar. Por favor no diga algo tan solitario.
—Hmph. Está bien, me esforzaré para ayudar a este país a mi manera.
Lo siguiente que necesitaban hacer era encontrar el Cuarto de Oración. Sin embargo, como Grail, Pearl no sabía de su existencia.
—El Cuarto de Oración es un lugar místico. Durante el juramento, luego de tomar las bases de los Reyes Hada, está conectado a los territorios de los reyes. Por ello, se necesita del anillo del rey para acceder.
—¿Es así…?
—¿Algo cambió mientras estaba dormida?
—Um…
Tiararose bajó la cabeza cuando escuchó la pregunta de Pearl.
El rey actual se encuentra en reposo. Tiararose le contó la situación explicándole que tenía la misma enfermedad que Liliarge tuvo una vez hace mucho tiempo y que todavía no se había recuperado. Los ciudadanos no habían sido notificados tampoco.
Escuchando sus palabras, Pearl asintió, comprendiendo.
—Oh, ¿es por eso que me despertaste?
—¿Eh?
—¿Qué, no lo escuchaste? Hablando de eso, tengo que observarlo con mis propios ojos, pero… Dicen que hay una flor que florece durante la coronación del rey del Cielo Estrellado. Eso es…
Un repentino estruendo hizo eco, interrumpiendo la explicación de Pearl.
—¿Huh? ¡¿Qué está pasando?!
—Tal parece que finalmente han llegado a la etapa final del juego.
—¡¿Ya?! ¡Es cierto, tengo que encontrar el Cuarto de Oración tan pronto como pueda!
Habían pasado dos horas y media mientras corría por el corredor de cristal y conversaba con Pearl. Tiararose abandonó el palacio frenética y regresó al pasillo. Pearl la acompañó, pero como no sabían a qué lugar ir, no tuvieron más opción que correr.
Tenía que apresurarse para vencer al tiempo límite.
Una puerta por fin apareció en su vista después de correr hasta quedarse sin aliento. Rogando porque esta vez las dirigiera al Cuarto de Oración, Tiararose la abrió con muchas expectativas.
—Huff, huff… Este es el Cuarto de Oración… ¡¿Huh?! ¡¿Señorita Akari?!
—¡Señorita Tiara! ¡Y Lady Pearl también!
Parecían haber vuelto a la habitación original donde estaba el pedestal. Sus hombros cayeron por la decepción, y Tiararose fue golpeada por la desesperación al no haber logrado su tarea a tiempo.
Akari mostraba una reacción completamente opuesta, viendo emocionada a Pearl, la Reina de las Hadas del Mar, haciendo una aparición repentina.
—¿Qué sucedió? —Le preguntó a Tiararose, confundida, al ver su estado.
—Tengo que encontrar el Cuarto de Oración, pero de alguna forma terminé donde comencé.
—Cuarto de Oración… ¿no es el espacio creado por el poder de la Oración Sagrada?
—¿Huh? ¡¡Oh, es cierto, es eso…!!
¡¿Cómo pude olvidarlo?!
El Cuarto de Oración era la magia de manipulación del espacio que usaba la heroína. Tiararose había usado esta magia ortodoxa en el juego conocido como “El anillo de Lapis Lazuli” muchas veces.
Era un desastre que no lo hubiera recordado.
Sin embargo, la única que podía usar esa magia era la heroína del juego. En otras palabras, sólo había dos personas que podían hacerlo: Akari y Aishira.
Bueno, ¿esto significa que, desde el principio, este evento sólo podía completarse usando la magia que una villana como yo no puede usar?
A pesar de haber llegado tan lejos, la noción de cuán impotente era la abrumó.
—¡Hazlo rápido! —Gritó Pearl, apretando su puño en frustración. Su voz hizo eco a través del cuarto—. Esta persona, Akari, puede usar el Cuarto de Oración, ¿verdad? Si ese es el caso, apresúrate y hazlo ahora mismo.
—Eh, pero…
Tiararose estaba pensando si funcionaría cuando el Cuarto de Oración fue creado por el poder de alguien más, pero Akari ya estaba comenzando a usar su magia, por lo que no tuvo tiempo de especular.
La atmósfera de la habitación que Akari creó era muy serena. Sentía que era fácil respirar, y que su cuerpo era liviano como una pluma.
El Cuarto de Oración creado, coincidentemente, estaba ubicado en el pedestal. Era similar al que Tiararose usó para realizar el juramento al comienzo del partido. Juntó sus manos y comenzó a orar de inmediato.
Todo lo que necesitaba hacer era combinar los anillos de todos los Reyes Hada.
Lentamente, Tiararose envolvió los tres anillos con su poder mágico. El poder ardiente podría quemar si cualquier otra persona que no fuera Tiararose lo tocaba.
Mientras oraba, se sacó los anillos de su dedo y los sostuvo en la palma de su mano. Luego puso esa mano en su frente y oró por la paz que los anillos le otorgaban a Marineforet.
Habían pasado cinco minutos desde que comenzó a orar con los anillos envueltos en su poder mágico. Una luz delgada salía del cuerpo de Tiararose, y en su mano sólo había un anillo.
Había logrado unificarlos con éxito.
El anillo plateado que tenía en su mano tenía una flor de Tiararose grabada. Los tres anillos unificados podrían controlar el poder del rey del Cielo Estrellado.
Por su esfuerzo, Tiararose había agotado casi todo su poder. Sin embargo, su agotamiento valía la pena si Aquasteed y los demás ahora podían controlar el poder del Cielo Estrellado.
—Es un anillo hermoso, ¿verdad?
—Señorita Akari… Muchas gracias.
—Hmm, ¡lo hiciste muy bien!
—Muchísimas gracias, Lady Pearl.
Mientras las tres apreciaban el anillo unificado, la atmósfera tembló y Aquasteed y los demás fueron transferidos de nuevo al cuarto de cristal.
La toma de las bases de los reyes había concluido.
—¡Príncipe Aqua, Su Majestad Pheles, Lord Keith, Lord Grail!
—También estoy feliz de que estés bien, Tiara.
Aquasteed parecía estar sonriendo feliz, pero su expresión era más dolorosa de lo usual. No estaba acostumbrado al aumento de su territorio y al poder que ser el rey del Cielo Estrellado le daba.
—Por favor, dime qué estuviste haciendo, Tiara…
—Aquasteed, ¿no hay algo que necesitas hacer antes de eso?
—Su Majestad Pheles… Tienes razón.
Pheles le dio una sonrisa sarcástica al verlo priorizar a Tiararose sobre todo lo demás.
—Gracias a Dios —dijo Pheles cuando su mirada se encontró con Pearl—. Eres la Reina de las Hadas del Mar, ¿verdad? Soy Pheles. Es un placer poder conocerte.
—Soy Pearl, la Tercera Reina de las Hadas del Mar. Estoy honrada de poder conocer al primer rey de este país.
Las dos personas que se conocían por primera vez intercambiaron saludos. Poco a poco, un cuadrado mágico en el suelo comenzó a brillar: era la luz de la bendición que Aquasteed y los demás habían ganado durante el evento.
La luz se reunió en el pedestal y se transformó en una corona. Esta estaba hecha de cristales con decoraciones de plantas, similar al pedestal, y su diseño era acentuado por corales. La parte superior, que apareció gradualmente, lucía como el cielo.
—Esta es la corona del rey del Cielo Estrellado. Ven, Tiararose.
—Sí.
Tiararose, que había realizado el juramento al comienzo del evento, debía darle la corona al ganador.
No había escuchado quién era, pero creía desde el principio que sería aquel que amaba a este país profundamente y que había jurado ganar para convertirse en el rey.
Mientras Tiararose tomaba la corona en sus manos, Keith y Grail se movieron a un lado para hacerle lugar.
Quien estaba de pie en el medio era Aquasteed.