Yeho – Capítulo 3

Traducido por Allison

Editado por Ayanami


El Imperio del Norte era especialmente frío y brumoso. No había muchos días soleados, de modo que tenía que lidiar con el aire frío alrededor de mí. En secreto, monté el carruaje desde mi casa y entré al palacio por la puerta trasera. El clima era bueno, hasta que subí al carruaje que el Imperio del Norte envió para la Princesa Sooyoung. Pero, poco a poco, yendo hacia el norte, el aire se volvió frío y lloviznaba más a menudo. Una criada que cuidaba de mí dijo que usualmente nieva mucho, pero que como aún estaba cálido, llovía en lugar de nevar.

Así que cuando es cálido llueve y cuando el día se torna frío, nieva. Cuando nieva, el viento sopla mucho por lo que no llueve por días. Después de un par de meses sin lluvia o nieve, sólo llueve y empieza la primavera. La lluvia dura a menudo hasta que la primavera termina, así que las cosechas crecen bien, y comienza el verano. Cosechan justo antes de que empiece el otoño, entonces de nuevo empieza a llover y nevar, y el invierno empieza otra vez.

La primavera es la más húmeda y caliente. Después de una corta primavera, generalmente se vuelve helado. La criada bromeó con como en el verano se está bastante bien, pero para gente del sur como yo pensarían que el verano es como el otoño, y el otoño es como el invierno. Le sonreí usando el velo y, tranquilamente, me senté en el carruaje.

Las personas no pensarán mal de mí por no quitarme el velo o no lavarme bien. Siempre tosí, así que, probablemente, piensan que tengo un resfrío. Y no se equivocaban. No solamente no me sacaba el vestido para que no descubrieran que soy un hombre, sino también hacía mucho frío para mí y poder moverme alrededor.  Podía sentir un poco de fiebre y sudor frío pero, no podía perder la consciencia aquí. Agarre, firmemente, la capa de pelo de animal.

El palacio del Imperio del Norte me hizo sentir mareado, porque era muy hermoso. Incluso si estaba tosiendo, podía ver la gran vista, claramente. Era como el nuestro levantando la teja, pero más grande y elegante. Pienso que este es un gran país. Me enferme porque es muy grande. La manija de la puerta de entrada era demasiado grande para que yo la levantara.

Fui a mi palacio y antes de quitarme el vestido blanco, me incliné tres veces hacia el lado noroeste, donde el Emperador salió a mirar alrededor y bebí dos copas de vino. La criada me dijo que eso es todo para las nupcias de una concubina y fui a mi habitación. Iba a desmayarme inmediatamente, pero no podía dejar de estar alerta, porque la criada trataba de ayudarme a quitarme el vestido. Le dije que preparara agua tibia, una fragancia y una toalla, y yo haría el resto, pero la criada no se fue de mi lado. Le grite copiando como mi madre solía hacerlo, se asustó y se fue. Suspire y me quite el vestido. Con fuerza, moví mi mano para lavar mi cuerpo, que no pude limpiar apropiadamente durante el viaje. Ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que use agua tibia. Mi cuerpo se relajó, así que después de lavarme me puse ropas normales. Me dormí de inmediato, escuché a las sirvientas llevarse el agua. Escuche lo que decían acerca de que el Emperador estaba patrullando, así que le tomaría unos meses volver y, para entonces habría olvidado a su concubina. Suspire. En esos pocos meses, mi hermana probablemente huirá lo más lejos que pueda y se olvidara de mi madre y yo moriré por enfermedad. Mire al techo con mis ojos borrosos, pensando que estaba preparado para no vivir más en este frío lugar. Por la fiebre provocada por el aire frío, casi pierdo la conciencia un par de veces. Trate de no toser, pero no podía retenerlo por mucho, tosía demasiado, algunas veces con sangre en la mucosidad pronto, este débil cuerpo colapsaría. Sonreí tristemente.

—Cof, cof…cof, cof…

Tosí con una toalla cubriendo mi boca y vi a la criada alejándose de mí. Se veía un poco tensa, cada vez que tosía ella se movía más lejos, como si tuviese una enfermedad infecciosa. Bueno, no me estoy quejando. Me sentía incómodo siendo atendido, porque estaba asustado de ser descubierto. Tranquilamente, controlé la tos que trataba de salir. Había sangre en la toalla, otra vez. Sonreí amargamente, escondí la mancha y llamé a la criada.

—Tráeme una taza de té

Mi voz estaba quebrada, no sonaba como una mujer. Pero la criada nunca pensó que fuera sospechoso, probablemente, pensó que era por la tos. Empujó una taza de té de jade y una tetera, desde lo más lejos que pudo. No me enojé. Solo serví el té. Sonreí al mirar el líquido verde llenando la taza. Bebí el té, solo porque mi garganta estaba seca por la tos.

A mi hermana y a su amante, realmente, les gustaba el té, a mí no. Ellos, probablemente, sonreirían felices si vieran este hermoso té colorido de alta calidad. Reí sosteniendo la taza. Sentí que la criada se alejaba, pero no me importó. Mi hermana y su amante, probablemente, estén bien ahora. Teniendo un hijo y una hija. Ellos, quizás, quieran muchos niños, porque no tuvieron muchos hermanos. Tendrán, al menos, 12 hijos. Realmente, extraño a mi hermana, aunque solo hayan sido dos meses desde que los envíe lejos. Mi madre es una mujer viciosa, así que sobrevivirá a donde sea que vaya. Por lo que hizo en el pasado, no estaba preocupado ni la extrañaba. Sólo extrañaba y me preocupaba por mi hermana, quien siempre trabajó duro y finalmente fue capaz de conocer a su otra mitad.

La extrañaba más, porque con cada día que pasaba, perdía mi fuerza y, ni siquiera, puedo mostrarle mis sentimientos a nadie. Todos piensan que soy la Princesa Sooyoung. Es divertido. Pero no lo soy, soy un hombre. Sonreí y baje la taza de té. Está lloviendo afuera.

—…Está lloviendo.

Quizás debido a que bebí té, mi voz mejoró mucho. La pequeña criada respondió.

—Está lluvia será la última. Será invierno pronto, Su Alteza.

Ah, el invierno donde sopla un viento frío y seco. Sonreí con amargura y me senté.

—La última lluvia. Eso es muy malo.

Murmuré y abrí la ventana completamente. A la criada no le gustó la idea y dijo, —toserás más si haces eso, Su Alteza.

—¿A quién le importa? Solo moriré si toso más. Moriré de esta forma, moriré de esa forma. Si voy a morir de todos modos, quiero morir haciendo lo que me gusta.

Sonreí y le respondí. Tenía cara de que no le gusto lo que dije, dobló ligeramente sus rodillas, se inclinó y dejó la habitación. Descanse la barbilla en mi mano y mire la lluvia caer. Este viento frío era diferente de cuando venía. Un doloroso viento helado golpeaba mi pecho, pero no lo evité. Levanté mi mano para sentir la lluvia. Las frías gotas de lluvia mojaban mi mano y bajaban por mi manga. Toque mis labios con esa mano. El agua mojó mis labios secos donde aplique el labial para pretender ser mujer. Probablemente, olía a agua y polvos, porque algo de polvo quedó en mi mano cuando la puse en mí cara. Sentí que el polvo olía como mi hermana. ¿No es gracioso, hermana? Nunca tuviste la oportunidad de ponerte polvos. Este maquillaje de alta calidad huele como tú. Tal vez, ahora puedes ponerte polvos. Incluso si no es caro, quizás tu amante te compre polvos y labial. Quizás, no los uses porque te da vergüenza y tu amante haga un mohín por eso.

Baje mi mano y mire de nuevo a través de la ventana y pensé.

Si mi hermana es capaz de vivir así…si ella es capaz de vivir de esa manera, entonces, yo moriré como estoy. Terminaré con la vida que me diste. No siento que sea una pérdida. Lo que era una pérdida es que no puedo verte siendo feliz. Eso es una pérdida.

Cerré mis ojos y escuché el sonido de la lluvia. Acomode la suave manta sobre mis hombros y sentí al viento frío en mi cara…nunca estuve así, como el mes pasado, porque me enfermé una y otra vez. No tosí más y pensé en mi hermana. Quiero irme así, como si estuviera durmiendo.

Tarareé silenciosamente. Cuando era pequeño y mi madre estaba demasiado ocupada saliendo, dejando a su hijo olvidado, mi hermana siempre cantaba este arrullo para mí, mientras estaba enfermo. Ella tampoco sabía la letra, así que tarareaba para mí. Yo descansaba mi cabeza en su regazo, ella palmeaba mi espalda y yo sentía su calidez. De esa manera, me dormía escuchando su arrullo.

Entonces, sentí como alguien entraba a la habitación. Pasos silenciosos. Creo que es la sirvienta Soa, que es más amable conmigo que la otra. Creo que ella va a cerrar la ventana, así que le dije con mi ojos cerrados.

—Déjalo, Soa. El viento es agradable. Está limpio por la lluvia. La cerraré después, así que puedes ir a hacer tu trabajo.

—¿Acaso no morirás antes de poder cerrar la ventana con esa pálida cara tuya?

Abrí mis ojos de inmediato. Cerrando la ventana, había un hombre alto y guapo. Solo lo mire fijamente. Lo mire hasta que cerró la venta y se volteó hacia mí.

—Oí que la Princesa Sooyoung era una belleza pero, parece que estaba equivocado. Cara pálida y un cuerpo delgado que está en los huesos. No sería raro que murieses ahora mismo.

—¿Quién eres?

—¿Quién puedo ser? El único hombre que puede entrar al palacio de una concubina solo.

Le sonreí débilmente, antes de responder fríamente.

—Es mi placer conocerlo, Su Majestad. Majestad, me disculpo por saludarlo sentada así.

—Detente. Vine aquí, inmediatamente, después de la patrulla para ver a la famosa Princesa Sooyoung pero, en cambio hay un cuerpo moribundo.

Sus despiadadas palabras me hicieron sonreír más. Yo mismo me sorprendí. Pensé que sería un viejo Emperador, no sabía que era un hombre joven. Si la Princesa Sooyoung se entera de esto, tendrá un dolor de estómago (envidia). Murmuré para mí mismo. Me paré lentamente.

—Lamento ser un cadáver, Su Majestad. Puede arrepentirse ahora mismo. Pida otra princesa.

Frunció el ceño, un poco, por mis rudas palabras. Hizo una mueca como si estuviera sonriendo.

—Una lengua afilada. Deberías esconderla bien. Puedo ser perezoso para sacarla, así que puedo solo cortar la cabeza.

—Oh vaya. No sacarás nada cortándole la cabeza a un cadáver, Su Majestad.

Respondí calladamente y, arrullado en la manta, me senté en la mesa de té. El Emperador me miró y se sentó frente a mí.

—Eres grosera.

—Mis disculpas, Su Majestad.

Incline mi cabeza y el Emperador me miró con calma. Serenamente, mire sus ojos negros. Algo de ellos lucía como los de mi hermana. Esos ojos como una perla negra. Pero, eran más fríos que los de mi hermana. Un carácter frío y cruel se veía en sus ojos.

Yo reí. Él frunció el ceño ante mi risa.

— ¿Pasará la noche, Su Majestad?

—No tengo por hobby estar con un cadáver.

Silenciosamente, ante sus palabras, suspiré. Hoy no será el día que muera. Él, probablemente, leyó mi cara de alivio. Frunció el ceño, pero cambió de vuelta a su expresión severa y dijo:

—No tengo, pero estoy pensando en hacerlo desde ahora.

Por sus palabras, sonreí amargamente. Tome una respiración profunda y dije:

—No pensé que le diría esto.

Después de mis palabras, me miró sospechosamente. Su mirada decía ‘que estas tratando de decir’. Abrí mi boca con una cara distante.

—Escuche que estaba afuera en la patrulla y pensé que moriría antes de que llegara. Nunca pensé que querría pasar la noche conmigo, quien luce como un cadáver. Así que no tengo nada para decir…

Detuve mis palabras y tomé una respiración profunda.

—Incluso si vuelve su pasatiempo el estar con un cadáver, ¿no haría un hobby de pasar la noche con un hombre?

Él, se congeló por lo que dije.

Ayanami
Fuertes declaraciones...bueno era mejor hablar con la verdad, más aún si nuestro protagonista no le teme a la muerte, bueno aunque se encuentra resignado, espero que tenga un final no muy triste, me presento, seré la nueva editora de esta hermosa novela.

3 respuestas a “Yeho – Capítulo 3”

  1. esse ukesito é um completo macho de peito peludo, com bolas de ouro, domador de dragões, destruidor de maçãs com as mãos nuas, chutador de filhotinhos! Todo valente! Lo amo *u*

  2. WOOOOOWWW, este es el protagonista más valiente que he visto en mi vida. Eso es estar en buenos términos con la huesuda y no chingaderas

  3. Jajajaja va a ser un cadaver, por enfermedad o por ser tememrario, no crei que iba a ser tan directo! Se que a veces suma puntos ser honesto pero el hombre pide a gritos que lo maten

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