Apaga las Luces – Capítulo 18 (I)

Traducido por Shiro

Editado por Sakuya

 Todos los miembros del equipo miraban a Mason mientras contenían el aliento.

Él, quien acababa de entrar en las instalaciones de almacenamiento, se veía diferente por completo: traje negro, cabello y ojos oscuros y expresión indiferente y aterrorizante. No sería descabellado considerarlo un verdadero agente trabajando para una organización secreta.

En el interior se escuchaba un crujido, y los agudos ojos de Mason observaron con detenimiento el área. Chase se estaba escondiendo en el depósito, conteniendo el aliento, cuando escuchó el sonido de pasos acercándose.

El sonido que hacían las suelas de los zapatos contra el suelo, era particularmente alto, haciendo eco en el pasillo aledaño de donde Chase se escondía.

En ese momento, un pitido reverberó en el silencioso depósito. Mason frunció el ceño y sacó el móvil para contestar la llamada.

—No, espera afuera un poco más. Creo que se metió una rata —dijo en voz baja mientras daba un par de pasos más—. No sé dónde está, pero sé que sigue adentro.

Chase se puso rígido y tragó saliva. Los pasos se escuchaban muy cerca de él.

La voz de una mujer podía escucharse a través del móvil de Mason:

—¿Necesitas refuerzos?

Mason rió por lo bajo.

—No.

Chase cerró los ojos mientras pensaba: ¿Debería salir y atacarlo?

De pronto, sus ojos se agrandaron, y un chasquido metálico hizo eco a través del aire. Volvió su cabeza con lentitud y vio a Mason bajando la mirada para observarlo desde lo alto con expresión gélida.

—¿Alguna vez me has visto dejar escapar a un roedor? —contestó Mason con indiferencia y colgó la llamada.

Chase clavó sus ojos en él, su respiración deteniéndose.

⧫ ⧫ ⧫

—¡Corte! —gritó Vick con expresión satisfecha.

Mason alzó su cabeza y Chase limpió el sudor de su frente y tomó una bocanada de aire. Entonces, el primero le ofreció una mano para que se le hiciera más fácil ponerse de pie al otro.

—¡Prepárense para la siguiente escena de inmediato! ¡Comenzamos en cinco minutos!

Gloria y el equipo comenzaron a prepararse para la siguiente escena.

—Ah, de verdad sentí como si me hubieses descubierto mientras me escondía. —Chase le mostró cómo sus brazos tenían la piel de gallina y Mason se rió de manera acorde—. Ayer… De verdad lo siento —añadió mientras bebía algo que Tony le había ofrecido—. No sabía que irías a casa del Sr. Raycarlton y me comporté de forma imprudente.

—Ah, no. Gracias… incluso por decir eso.

Si no hubiese sugerido ver Duro de matar, las cuatro películas seguidas, probablemente habría ido a su casa. De hecho, Mason se arrepentía un poco por no haberlo hecho.

⧫ ⧫ ⧫

—¿Qué harías si te dijera… que sé quién eres?

Cuando Noah le susurró esta frase al oído, los pensamientos de Mason se detuvieron por un segundo. No había esperado recibir una respuesta como esa cuando le preguntó inicialmente por qué estaba haciéndole esto.

—¿Estás loco? —Mason ocultó sus caóticos pensamientos e inquirió. Noah ladeó su cabeza como si estuviera confundido, retrocedió un paso y sonrió.

—Hablas como si no supieras de lo que te estoy hablando. ¿No me viste temblando en el elevador? —le dijo a modo de chiste. Mason lo había llamado «Sr. Raycarlton».

—No lo dice en serio, ¿cierto? ¿Cómo podría no ser Haley Lusk? —Se apuntó a sí mismo con un dedo. Como fuera que se viera, él era Haley Lusk; no había manera de negarlo. Su cabello podría ya no ser rubio porque se lo había teñido, pero el rostro pálido, las cejas redondeadas, la apariencia delgada y alta y, las manos hermosas; no había nada que no le perteneciera a Haley Lusk.

—¿Por qué? —respondió Noah como si ponderara su pregunta—. No pensarás que te estás escondiendo bien. Ni siquiera lo estás intentando, ¿cierto?

Mason no sabía qué decir. Noah no estaba equivocado. Él también pensaba que su comportamiento era totalmente distinto al de Haley. No iba a clubes, no consumía drogas ni bebía alcohol. Usaba prendas de ropa que Haley jamás miraría dos veces, echó a sus parientes y cortó lazos con sus amigos drogadictos.

De hecho, no tenía planeado vivir como Haley Lusk. Desde el inicio, Mason había pensado que iniciaría una nueva vida. Habrá terminado filmando una película por accidente, pero aún conservaba su sueño de tener su propio café y vivir con comodidad.

—¿Esconderme? No sé de qué está hablando —contestó Mason con algo de molestia—. Usualmente, las personas dirían que mi personalidad fue lo que cambió. Tiene una gran imaginación. ¿Está diciendo que maté a Haley, me hice cirugía plástica y tomé su lugar? ¿Cómo en una película?

Cuando Mason hizo esta serie de preguntas, Noah sonrió de manera extraña en lugar de responderle.

—Ayer y hoy, ¿ha actuado de esta forma debido a esa razón? ¿Porque le pareció que era alguien más? —Mason se rascó la cabeza y continuó diciendo—: No entiendo nada. No puedo creer que esa haya sido la razón. Solo tengo amnesia.

»Desde que morí y volví a la vida, he tratado de vivir correctamente. —Se podía palpar el desconcierto en el tono de Mason, y Noah sonrió como si hubiera esperado esa respuesta.

—Hablas mucho. Aunque no había necesidad. —Se volvió y caminó hacia el helicóptero—. No tengas miedo. No dije eso para asustarte. Solo contesté porque tenías curiosidad acerca de por qué hacía todo esto —dijo con ligereza, como si nada hubiese pasado—. No lo pienses mucho. En realidad, sería agradable que siguieras fingiendo que no sabes nada.

Mason clavó su mirada en la espalda de Noah. Varias docenas de pasos más adelante, Phil los estaba esperando en el interior del helicóptero. Noah caminó hasta donde su asistente se encontraba y se giró para mirar a Mason, quien seguía de pie en el mismo lugar.

Él le devolvió la mirada sin decir nada. El brillo del atardecer se había tornado más opaco. Entonces Mason miró hacia atrás, en dirección al set de filmación.

Estaba seguro de que Noah sabía algo. No sabía qué tanto, pero no sería extraño que lo supiera todo. Se encontró con él cuando fue a su casa, y han habido otras ocasiones en las que también la ha cagado en grande.

Habiendo trabajado como mercenario, en varias oportunidades Mason se vio obligado a enfrentar crisis de vida o muerte y de ellas aprendió que, cuando sentía que algo no iba bien, lo mejor era salir corriendo de inmediato.

Lógicamente hablando, no había nada que pudiera salir mal, pero en ese momento sintió que esa podría ser la última oportunidad que tendría de darse la vuelta y huir para llevar la vida pacífica que tanto anhelaba.

Cuando se giró de nuevo, vio que Noah seguía observándolo. Sin embargo, no lo llamó ni lo apresuró, solo apretó sus labios sin apartar su mirada.

Era la misma mirada que le había dedicado cuando renunció a su trabajo como guardaespaldas diez años atrás.

⧫ ⧫ ⧫

—No debí ir con él… —murmuró.

—¿Perdón? —preguntó Chase.

Mason agitó su mano para indicar que no era nada.

El día anterior había pensado que sería peligroso seguir a Noah, pero se subió al helicóptero de igual forma. Aún no estaba seguro de nada, y no era sencillo echarse para atrás y huir en una situación como esa. Especialmente cuando era casi imposible atravesar el mar de paparazzis que rodeaba el área. No era como si no pudiera hacerlo si quisiera, pero no sería sencillo.

Y… sus pies no se movieron por un segundo. Justo como en el pasado, cuando dejó atrás a Noah y la mansión.

Diez años atrás, Mason no estaba en sus cabales. Fue justo después de perder a su esposa e hija y cortar en pedazos al asesino que las había matado a ambas. Lo había perdido todo, pero la venganza terminó demasiado rápido. Lo único que podía hacer en ese entonces era destruirse a sí mismo o a alguien más.

En ese momento estaba a punto de irse a Afganistán cuando se le presentó la oportunidad de trabajar como guardaespaldas por un mes. Así fue como se encontró de nuevo con Noah; el niño pequeño que había salvado en un baño inmundo.

El mes pasó muy rápido. Ziii y los padres de Noah le ofrecieron una extensión, pero él la rechazó con determinación. Porque durante el mes que había estado cuidando de Noah, se había olvidado de su difunta esposa e hija.

Mason era débil para con este hermoso chico. No era su familia ni su amante, pero quería cuidar de él y darle palmadas. Cuando lo veía sudar a causa de las pesadillas que tenía, su mano se estiraba en su dirección de manera inconsciente. Cuando limpiaba su sudor y peinaba su cabello, Noah abría sus ojos en silencio y pronto volvía a quedarse dormido, aliviado. Eso lo había hecho sentir bien. El hecho de que él pudiera ser el consuelo de otra persona, lo reconfortaba, pero ese sentimiento pronto se convirtió en culpa. Si seguía así, se olvidaría de su esposa e hija y seguiría con su vida, pero aún era demasiado temprano para él. Sentía que debía estar más triste y sentir más dolor.

Fue sencillo decidir abandonar su trabajo como guardaespaldas, pero lo que no fue fácil fue decirle adiós a Noah cuando el momento llegó. Cuando se despidió de él, salió de la habitación, bajó las escaleras hacia el primer piso y luego a la planta baja hasta que salió de la mansión. Entonces, mientras pasaba por el jardín, sintió cómo sus pasos se hacían cada vez más difíciles y pesados.

No era la única persona que podía cuidar de Noah, probablemente había muchas personas que querían protegerlo. Aunque su mente racional le decía eso, Mason sentía que, aunque el chico tuviese ya diecisiete años, seguía siendo aquel niño de siete años que le pedía que no se fuera mientras se aferraba a su ropa.

Una existencia que podría morir si me iba.

Bueno, aunque eso era lo que pensaba, si Noah llegara a saberlo, en lugar de reírse podría enfurecerse. Sin embargo, eso era lo que sentía en ese entonces.

Y ahora Noah no tenía diecisiete, sino veintisiete años, y no solo era adinerado, sino que estaba amenazando su alegría y su vida pacífica. Pero el día anterior, frente al helicóptero, Mason sintió como si hubiese viajado diez, veinte años atrás.

—Esa mirada probablemente no tenía un significado tan profundo —murmuró Mason con suavidad. No estaba seguro de veinte años atrás, pero Noah no lo había detenido diez años atrás ni el día de ayer. No había una razón plausible y no era una situación delicada. Pero algo le dio la certidumbre, y sintió pena por Noah. No podía entender por qué en ese momento había pensado algo tan absurdo.

—¿Haley? ¿Estás bien?

Chase probablemente encontró extraño que estuviera murmurando cosas inteligibles.

—Ah, no me siento bien hoy. Pienso que estaré bien si tomo un breve descanso.

Mason solo quería tener un momento para pensar en soledad, pero Chase lucía preocupado.

—¿Acaso… estás pasando un mal momento debido a esas personas? —preguntó con gentileza después de observar los alrededores.

—¿Eh?

—Esos antifanes o personas prejuiciosas a quienes les gusta el Sr. Raycarlton… Todo el mundo está haciendo un alboroto, es obvio que la estás pasando mal. Pero ten la seguridad, pronto se calmará.

»La verdad, siempre funciona así, —proclamó Chase con seriedad.

Mason lo miró como si no entendiera de lo que estaba hablando, y en se momento su móvil repicó.

            [Muere, perra. -666]

Cuando revisó, un mensaje rencoroso de un número anónimo lo esperaba en su bandeja de entrada.

            [Rompe con Noah de inmediato.]

[Una perra como tú se acostaría hasta con su papá.]

Los mensajes seguían llegando tan rápido que no podía seguirlos.

—Oh, Dios mío. ¡Cómo puede suceder esto! ¡Haley, elimínalos inmediatamente! ¡No, hagámosle un seguimiento de los números y reportémoslos!

Chase, quien había leído los mensajes también, se enfureció. Mason, por otro lado, solo rió por lo bajo y apagó el móvil con un movimiento de su dedo. «666», era tan lindo que rayaba en la idiotez. El que decía que se acostaría hasta con su papá había hasta analizado su orientación sexual, muy considerado de su parte.

—No le des importancia. ¿Por qué ir tan lejos solo por mensajes como estos?

No había problema en cambiar de número de teléfono o no tener móvil por un tiempo. De igual forma, estaba recibiendo la información de las películas a través de Tony y no era como si tuviera amigos.

Entonces, Mason miró a su alrededor y vio a Tony agachado en una esquina del set de filmación mientras sostenía su móvil. No había logrado adaptarse a la cómoda vida que ahora llevaba debido a la amnesia de Haley, por lo que se había estado ofreciendo a ayudar al equipo. Incluso hoy, parecía estar cargando con una caja que ahora descansaba frente a sus rodillas.

Sin embargo, a medida que se acercaba notó que su expresión era extraña, tras lo que comenzó a hipar con rostro pálido. Insultos provenientes del móvil que sostenía podían escucharse.

Mason tomó el equipo de sus manos y presionó el botón para finalizar a llamada.

—¿Li-Liz?

—¿Por qué te quedaste escuchando? Pudiste haber colgado. —Mason lo miró con exasperación.

—¡E-Estoy bien! —Se limpió el sudor frío.

—Por supuesto que estás bien. No estás herido.

Mason sonaba normal, por lo que Tony se terminó de limpiar el sudor frío y dijo:

—¿Ah? C-Cierto. —Forzó una sonrisa. Se encontraba tan asustado que estaba a punto de sufrir un ataque al corazón, pero como Haley actuó con indiferencia, ahora se sentía avergonzado, aunque también aliviado.

Mason le entregó una bebida que llevaba con él y Tony la aceptó y comenzó a beberla. Tenía mucha sed.

—¿Has recibido muchas llamadas como esta?

Mason señaló el móvil en sus manos, el cual repicaba de nuevo. Tony sintió como si el líquido que bebía se hubiese atascado en su garganta.

—Ah, desde ayer de pronto… —contestó con cautela después de observar a Haley por un momento—. Antes tenías muchos antifanes, pero nunca habían arremetido en tu contra de forma tan directa; con insultos y amenazas. Uh, ¿qué deberíamos hacer? ¿Llamamos a la policía?

»Liz, seguían diciendo que te amedrentarían… —Tony bebió otro trago, sus labios estaban resecos.

—Una amenaza terrorista, ¿no sería mejor reportarla? —dijo Chase con expresión seria.

Mason también lo pensó por un momento. Este no era un campo de batalla donde volaban balas y bombas, pero una persona podía ser fácilmente asesinada con solo un cuchillo. Muchas celebridades habían sido asesinadas en el pasado por antifanes o acosadores.

—¿Es el acosador una sola persona? ¿Sospechas de alguien que haya podido filtrar el número?

—No estoy seguro, estamos usando el número como número de contacto de la compañía… Lo publicamos en Facebook… —dijo Tony, vacilante, y Mason frunció ligeramente el ceño cuando clavó la mirada en el móvil. Entonces contestó la llamada que seguía en espera y Tony soltó:

—¡Liz!

—¿Le dijiste? Puedo enterrar a una perra como Haley en cualquier momento.

Mason frunció aún más el entrecejo cuando escuchó la voz. Era joven, parecía pertenecer a un estudiante de secundaria. Colgó y contestó otra llamada entrante.

—¿Es esta la compañía de Haley? Soy la amante de Noah. Por culpa de Haley ahora estoy en una situación complicada, ¿lo sabían?

Mason no tenía nada que decir. La siguiente llamada era la de un padre quejándose porque el escándalo de Noah y Haley no era bueno para los niños.

Mason colgó la tercera llamada y miró a Tony.

—Primero, cambia el número.

—¿Cambiar el número? ¿Y si nos llega una oferta de trabajo publicitario? ¿Qué pasa si perdemos la oportunidad porque no pudieron contactarnos?

—Quién sabe. ¿Crees que nos puedan hacer una oferta de trabajo en esta situación? No lo creo —lo interrumpió Mason.

Cada vez que iba al set de filmación, había una multitud de reporteros y paparazzi. Ir al trabajo y regresar a casa era solo posible en un helicóptero. Ni se diga de conseguir un trabajo nuevo, ser una celebridad repudiada y que además recibe amenazas terroristas, podría hacer que incluso lo despidan de su trabajo actual.

—P-Pero también me llaman reporteros. Si no contesto, podrían enfurecerse y escribir artículos extraños.

—No te preocupes. Escribirán artículos extraños así no contestes las llamadas. —Mason agitó su mano, restándole importancia. Tony aún parecía nervioso, por lo que además le dio una palmada mientras le decía—: Envíame un mensaje de texto cuando cambies de número. No busques en internet para que no te lastimes. Y si escuchas una maldición, no le prestes atención. No es como si los oídos fueran a dolerte por escuchar palabrotas.

Parecía ser un hombre tímido, si llegara a importarle en exceso cada pequeño suceso, el día de mañana habría un artículo titulado: «El agente de Haley Lusk fue trasladado de urgencia al hospital debido a un ataque cardíaco siguiendo los pasos del actor…».

—Sí, lo haré… —contestó Tony con expresión sombría y apática.

—Eso es lo que mi agente siempre dice —dijo Chase, sonriendo con amargura.

Tony, quien era uno de sus grandes admiradores, preguntó sorprendido:

—Oh, Dios. Sr Chase Viller, ¿usted también tiene antifanes?

—Pues… Sí. Mi sonrisa no les agrada.

¿Será cierto?, se preguntó para sus adentros.

—¡No puede ser! —exclamó Tony dando un salto. Mason, quien en principio había encontrado a Chase un poco desagradable, evadió hacer contacto visual de manera disimulada.

—De cualquier manera, no creo que las amenazas sean preocupantes en este momento, así que no es necesario que nos precipitemos en reportarlas o contratando a un guardaespaldas.

Como se estaba desplazando en helicóptero con Noah, no necesitaba más guardias. Y reportar el asunto con la policía era equivalente a decirle a los medios de comunicación que estaba recibiendo amenazas terroristas, cosa que no traería nada positivo.

—¿Estás bien, Liz? —inquirió Tony, preguntándose cómo podía Haley lucir tan indiferente cuando antes hacía un berrinche y lloraba por cada comentario negativo que recibía, sin importar lo pequeño que fuera. A Chase también se le veía preocupado.

—Bueno… —Mason miró a su alrededor. Sin duda, las miradas de las personas aparte de Vick, Gloria y Chase no eran agradables. Era similar a cuando fue arrastrado al set de filmación de Pista. Por supuesto, en comparación a esa ocasión, ahora percibía emociones más complicadas y sutiles, aunque peligrosas, como celos y envidia—. Estoy bien. De todas formas, no es como si pudiera hacer algo al respecto.

El que empezó el juego fue Noah, y quien movía las piezas también era él. No sabía lo que quería, pero lo que Mason podía hacer, era filmar la película lo mejor que podía. Sobrevivir de la manera más eficiente en un juego que alguien más había empezado era similar a lo que hacía en el pasado.

—Eres muy valiente, de verdad —dijo Chase con asombro, y Mason se encogió de hombros. En lugar de ser fuerte, era que era demasiado perezoso como para pensar a profundidad, pero no lo dijo en voz alta.

—Pero, Haley, ¿también cambiarás tu número? ¿Cuál será tu nuevo número? —preguntó Chase con nerviosismo, como si estuviera esperando que Mason le dijera de inmediato el que iba a ser su nuevo número.

—Ah. No. Pienso cambiarlo, pero estoy esperando una llamada, así que… Ahora que recuerdo… —dijo Mason sacando el móvil de su bolsillo y encendiéndolo. Mensajes y llamadas perdidas entraron a raudales.

Siento que ahora soy popular, pensó inútilmente mientras miraba los números.

 666, 0000, 13…

Finalmente vio el número entre los insultos anónimos. Era el de su antiguo colega y ahora detective privado, Pitzroy.

2 respuestas a “Apaga las Luces – Capítulo 18 (I)”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido