Cenicienta – Capítulo 11: Delgada vs Elegante (1)

Traducida por Den

Editada por Sakuya


Habían pasado cuatro días desde que el mensajero vino con el contrato de disolución.

Mi padre me informó que los documentos habían sido presentados a la Cámara de los Lores y la disolución de nuestro compromiso había sido aceptada. Oficialmente era una mujer abandonada. De ahora en adelante, somos personas sin relación alguna.

Parecía que todo había sido completado sin ningún problema, pero inmediatamente después, Eugene apeló a comprometerse con su mujer predestinada. El Duque de Cajés parecía haber sido tomado por sorpresa; según padre, su mandíbula cayó y se puso rojo, después azul, después de un rojo oscuro de la rabia. Realmente me hubiera gustado ser una mosca en la pared cuando sucedió. Hubiera sido un espectáculo para ver.

De acuerdo a padre, la persona profética de Eugene se llamaba Julia. Era rica, y más importante, era delgada, muy linda, con cabello naranja y ojos dorados. Sé muy bien que Eugene prefería a mujeres muy delgadas. No le había gustado cuando mi amplio busto tocó su brazo cuando estábamos juntos. Dijo que una mujer como yo era sucia y común.

Había sido preocupante en ese momento. Nada de lo hacía funcionó. Intenté aplastar mis pechos, no funcionó. Traté de cubrirlos usando ropa de cuello alto. Intenté usar pañuelos para compensar. A pesar de que no le había gustado, intenté no ser totalmente desagradable.

Pero había sido en vano.

Y en todas esas tonterías, mis pechos cambiaron un poco de forma.

Hice cosas inútiles para cambiarme a mí misma de acuerdo con el gusto de un hombre que ni siquiera me quería.

Suspiré.

Marie me miró y preguntó:

— ¿Milady, es doloroso?

Relajó las cuerdas de mi corsé.

— ¿Estoy engordando? —pregunté.

Me pellizqué la cintura; ciertamente había un poco de grasa extra. Pero la comida ha sido realmente deliciosa últimamente, y he estado teniendo competiciones de aperitivos con Marie.

—Creo que se ha vuelto más femenina que gorda. Sus senos son más grandes y sus caderas son un poco más redondas. Se había estado volviendo muy delgada.

¡Estaba muy delgada antes! Incluso ahora soy más delgada de lo normal.

Le sonreí vagamente a Marie mientras continuaba vistiéndome.

Hoy, mi ropa era servicial y de negocios. Iba a salir con mi padre. Después de llevar a cabo su asunto de negocios, podríamos pasar por la joyería que me gusta. No he ido recientemente.

♦ ♦ ♦

—Vamos a ver una obra con el General hoy —anunció padre de repente en el carruaje.

— ¿Eh? ¿Por qué?

—Porque todavía estoy preparando el terreno —murmuró padre, sin mirarme a los ojos por alguna razón. Miró fijamente por la ventana. ¿Qué? ¿Preparando el terreno para qué? ¿Era necesario preparar el terreno para ver una obra de teatro?

—Sí, eso está bien, pero…

Cuando lo pensé después, decidí que la invitación del General a la obra de teatro solo había sido por cortesía. No había ninguna razón para que él me invitara. En el momento en que estábamos tomando el té juntos, me preguntó qué hacía en mi tiempo libre. Le dije que no podía salir en estos días, pero que me gusta ir a ver obras de teatro. Después dijo que a él también le gustaba ver obras de teatro cuando estaba libre. Me pregunto si solo dijo eso para hacer sentir a gusto a mi yo infantil, y era casi igual de mayor que mi padre.

Pero, me gusta… no.

Quizás no importaba.

Ausente, acaricié el dorso de mi mano.

—Has estado haciendo mucho eso últimamente —oí a mi padre decir. Levanté la mirada para encontrarlo mirándome. Miré mis manos.

—No me di cuenta —estreché mis manos. Estaba avergonzada de que padre lo notara, por alguna razón.

Este hábito era infantil.

— ¿Qué tipo de sándwiches hiciste hoy? —preguntó cambiando de tema.

Le di una palmadita a la gran cesta de picnic junto a mí.

—Queso crema y salmón, gruesas rodajas de tocino y ensalada de patata, gamba y aguacate.

Padre me había pedido que hiciera muchos sándwiches para hoy por alguna misteriosa razón. Sin embargo, no era para el trabajo. Me preguntaba si había hecho demasiados. Normalmente una dama noble como yo no ponía un pie en la cocina, pero no importaba si era normal o no. Era agradable poder hacer algo para mí misma si estaba hambrienta. Mientras no moleste a nadie, está bien. ¿Verdad?

— ¿Hiciste de carne asada?

—Sí padre, porque dijiste que te gusta.

Pero padre me dio una respuesta vaga y volvió a mirar por la ventana otra vez.

¿Qué le sucedía hoy? ¿Estaba deprimido? ¿Menopausia masculina?

18 respuestas a “Cenicienta – Capítulo 11: Delgada vs Elegante (1)”

  1. Jajaja.. menopausia masculina.. eso estuvo bueno!!!! … ahora como bien dice la comida atrapa el estómago de un hombre… así es !??

    O lo dije mal.. que alguien me corrija por favor 😂

  2. Me encanta su padre, es tan manipulador y agradable a la vez xD… sus padres son unos loquillos …jajajjaja y eso de menopausia masculina me matoooo! xDDDD

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido