Cenicienta – Capítulo 12: Delgada vs Elegante (2)

Traducida por Den

Editada por Sakuya

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Nuestro paseo en carruaje duró mucho tiempo. Pasamos el centro de la ciudad, después a través de los suburbios, después más y más lejos de la civilización. ¿A dónde íbamos? ¿Íbamos de picnic? ¿Vamos a comer afuera? Pero no siento que el escenario aquí sea bueno.

Mientras miraba por la ventana, nos estábamos alejando más de la ciudad. ¿Realmente estaba viajando en carruaje con padre o era un impostor? ¡Estoy siendo vendida! Siento como si fuese a llorar.

¿Por qué padre no me está diciendo nada hoy?

Me volví a mirarlo, pero sus ojos estaban cerrados y estaba quieto. ¿Estaba pensando? Debería guardar silencio y no molestarlo.

Después de un tiempo, el carruaje se detuvo. Se escuchaban voces masculinas y los relinchos y bufidos de los caballos. Miré por la ventana para ver a mucha gente vestida con armadura llevando diferentes armas. Parecía un campo de entrenamiento.

¿Qué estaba sucediendo?

Nuestro mayordomo abrió la puerta del carruaje, y padre y yo bajamos del carruaje con la cesta en mis manos.

Caminamos a lo largo de una cerca hecha de árboles talados. En el campo, una tienda de campaña grande dominaba el paisaje rodeada de tiendas más pequeñas. Había un grupo de soldados fuera de la gran tienda.

—Padre, ¿qué estamos haciendo aquí? —le pregunté nerviosa. Pero solo me guiñó el ojo y se acercó al grupo.

— ¡Oye, estoy aquí! —gritó y el grupo se volvió a la voz de mi padre. El miembro más alto del grupo pareció sorprendido.

— ¿Vizconde Castley?

—Parece que estás trabajando duro —respondió Padre.

¿¡Hmm?!

¿Soy solo yo o padre era demasiado familiar? Era extraño ver a padre de esta manera.

—Hola, General Brennan —saludé con una reverencia. Pero el General Brennan arrugó la frente, frunció el ceño y se inclinó.

Al ver que el General no quería verme, de repente sentí ganas de llorar. Pero, en cambio, puse una sonrisa en mi cara.

—Estaré por ahí. Por favor, no se preocupe por mí —dije mientras iba en una dirección lejos de él.

— ¡Fre-Fredericka! —llamó.

No miré hacia atrás a su voz agónica. Pude escuchar a mi padre reírse.

Debemos estar aquí debido a un trabajo importante.

Padre normalmente me hablaba sobre su trabajo y su horario cuando no estaba ocupado. También solía pedirme mi opinión y me escuchaba apropiadamente. Había una crítica constructiva cuando me equivocaba y no pensaba las cosas correctamente y cuando tenía una buena idea, me elogiaría y utilizaría mi idea. Pero no me habló sobre esto…

—Señorita…

Debe ser sobre algo que no podía estar al tanto.

¿Pero por qué me trajo? ¿Era una prueba? ¿Para entender la diferencia entre la verdad y la ficción?

Cuando lo pienso, él podría haber dicho “baja” pero no “ven”. ¿Era algo así? Mientras caminaba con todos estos pensamientos rondando por mi cabeza, no estaba viendo hacia dónde iba, me tropecé y me caí de ¿ca…ra?

— ¡Fuuu…! —mi grito es como si estuviera en mi lecho de muerte. No sé cómo gritar de forma linda…

En el momento de la caída, fui atrapada por un fuerte abrazo armado. Me giré para mirar la armadura que acababa de ver antes.

—Estás bien… —escuché un susurro por encima de mi cabeza.