—¡Su Majestad!
—¿Se siente bien?
Cuando Johannev III abrió los ojos, oyó una voz desesperada. Aunque al principio se sintió desorientado, pronto comprendió lo que sucedía. Examinó su cuerpo. Seguí leyendo “Una doncella competente – Capítulo 1: Un milagro increíble (7)”
Estudiar con Violette, sentados uno al lado del otro mientras participaban en ligeras bromas, era una absoluta felicidad para Yulan.
Las orientaciones se daban sin ningún tipo de reparo; la mirada de Violette rozaba con gracia el papel mientras hacía su habitual gesto de colocar la punta de la pluma en sus labios. Las arrugas en su entrecejo y sus mejillas ligeramente hinchadas se transformaban en una sonrisa radiante cada vez que resolvía un problema. En estos momentos, su belleza era firme, como la inocencia de un niño que desafía un rompecabezas. Seguí leyendo “¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 50: Una sola norma”