Vida feliz – Capítulo 71 – Historia extra 1: Vacaciones no deseadas (POV Gilles)

Traducido por Soyokaze

Editado por Ayanami


—Gilles, alégrate: ¡tienes tres días de vacaciones!

Fue mi ama la que me dio esa noticia con una expresión de plena autoconfianza, como si hubiera hecho una gran hazaña.

—¿Eh? —Respondí inadvertidamente. Después de escuchar algo inesperado, no pude evitarlo.

Algunas veces, Liz-sama suele hacer declaraciones inesperadas que simplemente no puedo comprender. Y esto que dijo entra en esa categoría: ¿por qué, de repente, me quiere dar vacaciones?

Aunque me le quedé viendo con un poco de recelo, dudando si debía preguntarle cuáles eran sus verdaderas intenciones, ella seguía sonriendo mientras mantenía sus brazos cruzados. Despreocupada, linda… Más bien, ella me estaba sonriendo como si fuera un gran girasol en plena floración.

—Ehh… ¿Por qué?

—Porque tienes mucho trabajo y siempre das lo mejor de ti, así que me gustaría que te tomaras un descanso de vez en cuando. ¡Ah! ¡Hablé con mi Padre y le pedí que tus vacaciones fueran pagadas!

Liz-sama se había hecho cargo hasta del más mínimo detalle. En otras palabras, era un hecho; seguramente se decidió en el instante mismo en que fue a hablar con Welf-sama.

Pero, para ser honesto… no quiero tomar vacaciones.

Estoy agradecido de que Liz-sama se preocupe por mí, pero no me siento cansado al grado de querer tomar vacaciones. Al contrario, si me tomo, aunque sea un día libre, eso significaría que me alejaría de ella, y eso es lo que quiero evitar lo más que pueda.

—¡Ah, no tienes que preocuparte por mí! Trataré de quedarme en casa tanto como sea posible.

—¿Entonces, puedo quedarme contigo?

—Si haces eso, no serían vacaciones… —Dijo Liz-sama frunciendo el ceño.

Aparentemente, estaba insatisfecha ante mi renuencia de tomar las vacaciones que ella, con entusiasmo, había conseguido para mí. Se veía tan adorable que acaricié su cabeza sin poder evitarlo, a lo cual, ella infló sus mejillas. Ese gesto la hacía parecer una ardilla bebé, lo cual la hacía aún más adorable.

«Hum… Dudo mucho que ella misma sepa que se vuelve más y más encantadora cuando se comporta de esa manera», pensé mientras seguía acariciando su cabeza.

—Bueno, de todos modos, como tus vacaciones ya han sido asignadas, aprovéchalas y descansa bien.

Liz-sama estaba algo molesta y, a pesar de que mostré insatisfacción, no parecía tener la más mínima intención de revocar mis vacaciones.

Y fue así como conseguí, sin yo solicitarlo, un largo periodo de tres días de vacaciones.

♦ ♦ ♦

Aunque es algo bueno que me hayan dado vacaciones, la verdad es que no tengo nada que hacer. No tengo pasatiempos, tampoco tengo ganas de ir a algún lugar en particular. Tengo mucho dinero, pero no tengo ganas de gastarlo; primero tendría que hacer algo con mi tacañería para poder derrocharlo a gusto.

Es muy raro que gaste dinero en mí, si acaso, lo más que he llegado a comprar son libros.   Aquí me proveen la comida, y como hombre que soy, no necesito comprarme ningún adorno ni joyería. En cuanto a mi vestimenta, me basta con una túnicas, pantalones y camisas, en sí, nada extravagante ni caro. Si lo pienso, soy muy afortunado de tener este tipo de trabajo.

Si cuenta como pasatiempo, el mío sería consentir a Liz-sama… pero ahora, debido a que me está obligando a tomar vacaciones, ni eso puedo hacer.

Para mí, hacer eso es suficiente para recobrar fuerzas, pero tal parece que ella no puede comprenderlo.

♦ ♦ ♦

Es demasiado molesto y aburrido, pero estoy obligado a hacer cosas que usualmente no hago.

No hay nada que quiera hacer, pero voy a aprovechar y estudiar libros de técnicas mágicas; es necesario para hacerme más fuerte, por Liz-sama y por mí también.

Entonces, me dediqué a leer libros para matar el tiempo, pero fue en vano, ya que apenas era el primer día y ya había leído los libros más destacados que había en el estudio.

Cuando suspiraba de lo infructuoso de mi intento por matar el tiempo, note que Liz-sama me estaba mirando en secreto por una rendija de la puerta y, al parecer, ella no se había dado cuenta que la había descubierto.

Me parece adorable que lo haga… pero desearía que saliera y viniera a mí. Quizás, no lo hace porque teme molestarme en medio de mis vacaciones.

—¿Qué ocurre, Liz-sama? —Pregunté y ella se sorprendió un poco al ser descubierta.

—No es… nada. Sólo me preguntaba qué estabas haciendo.

—Nada en particular, ahora tengo tiempo.

Cuando le hice señas para que se acercara, sus ojos se iluminaron y se acercó corriendo.    Al parecer eso la alegró. ¡Oh, bien! Por lo que se ve, es más efectivo que no le preste tanta atención para que ella quiera estar a mi lado.

Siento que Liz-sama es algo dependiente de mí. Por mi parte, puedo decir, con toda honestidad, que siento un gran apego hacia ella.

Si fuera ella la que dejara de prestarme atención, me sentiría enojado y solo, de sólo pensarlo hace que me deprima. Su afecto hacía mí todavía no ha escalado a un sentimiento mayor, pero sé que Liz-sama, siendo Liz-sama, también siente apego por mí.

Y ese hecho hace que me sienta muy feliz.

Liz-sama me abrazó, dudosa, cuando le extendí mis brazos. Entonces, sentí como una sensación suave se extendía a lo largo de mi cuerpo y la calidez de un afecto sincero fue recorriéndolo, poco a poco; eso hizo que mi raciocinio quedara atrapado en mi pecho. Un simple abrazo me hace perder la razón, pero, de alguna forma, debo contenerme.

Si me fuera posible, quisiera mimarla todo el tiempo, rodearla de un sentimiento sofocante de felicidad en el cual ella tuviera ojos sólo para mí, como si yo fuera su mundo, su única razón de ser; sin embargo, si hiciera tal cosa, no podría permanecer a su lado y es por eso que me contengo.

—¿De verdad no te estoy molestando…?

—Te digo que tengo tiempo. Se me hace más divertido prestarte atención ahora que te estás sintiendo sola.

—¡Pero qué cosas dices…! —Respondió Liz-sama haciendo un puchero, como si estuviera enfadada.

Pero sé que no lo está, ya que si toco sus mejillas con la punta de mis dedos y muevo su cabello hacia atrás, su expresión cambia al instante por una sonrisa.

De algún modo, Liz-sama, cuyo semblante se relajó en una sonrisa apenada, se subió a mi regazo y permaneció abrazada a mí. Si Welf-sama nos viera ahora mismo, ¡seguro me dejaría medio muerto!

Posiblemente, este tipo de comportamiento podría no verse mal, porque Liz-sama todavía es una niña; pero ya no podré hacer lo mismo cuando ella crezca. Y, aunque todavía no tiene edad para ser considerada una adulta, Liz-sama está creciendo a pasos agigantados.

Cuando la veo, su cuerpo todavía es menudo, apropiado para la edad que tiene. Sin embargo, algunas partes de su cuerpo están más desarrolladas, ¿será debido a la herencia genética de sus padres?

Me invade un sentimiento de desconcierto cuando ella me abraza con tanta inocencia, lo cual me hace sentir feliz y afligido a la vez, y quiera o no, me atormenta. Por supuesto, no voy a permitir que esos sentimientos se desborden sin control, así que mantengo la calma y me comporto como habitualmente lo hago.

—¿Soy pesada?

—No, al contrario, me preocupa que no estés comiendo apropiadamente. No estás siendo exigente con la comida, ¿verdad?

—¡Claro que no!

Eso dice, pero siempre deja para el final lo que más le desagrada y se esfuerza en comerlo con una expresión lastimera. Le desagradan especialmente las hortalizas rojas, ya que cada que se las sirven en ensaladas, su rostro se endurece.

No comprendo bien el criterio de sus gustos, ya que las come perfectamente cuando son preparadas en platos cocinados. Sin embargo, se molesta cada que se lo señalo, así que me limito a acariciar a Liz-sama, quien permanece con una sonrisa amarga.

En resumen, Liz-sama, a veces, se comporta de forma infantil, otras de forma madura; y es precisamente esa variación en su comportamiento, lo que me parece fascinante en ella.

♦ ♦ ♦

Cuando la veo entre mis brazos de esta manera, veo a una chica tranquila y dulce. Pero cuando actúa por ella misma, es capaz de lograr varias cosas con acciones arriesgadas, sin medir las consecuencias.

En cierto sentido, quizás, se comporte como un marimacho, pero ese lado de ella también se me hace adorable.

—Oye… Gilles.

—¿Dime?

—¿No es doloroso para ti permanecer a mi lado?

Si pienso el porque sacó ese tema, posiblemente se debe a que hay muchos peligros a su alrededor, ya que tiende a decir muchas cosas egoístas y depende demasiado de mí, a lo cual Liz-sama se veía algo apenada.

Para empezar, si realmente fuera doloroso para mí, no estaría a su lado. ¡Y pensar que la quiero tanto! ¿Debería hacérselo saber? Pero… Es un hecho que no puedo transmitirle mis sentimientos debido a nuestra diferencia de estatus.

Comparado al “yo” de ese entonces, estoy más que satisfecho con el “yo” de ahora.

—Estoy contigo porque quiero, no es necesario que te preocupes por eso.

—Pero…

—Soy yo el que quiere estar a tu lado, sólo eso. Tú eres… alguien muy importante para mí.

Cuando lo pienso, Liz-sama me ha salvado en muchas ocasiones. Me rescató de esa sombría y opresiva familia, me perdonó el que intentara asesinarla y además me dió un lugar donde quedarme.

Estoy tan agradecido con Liz-sama, que mi único deseo es protegerla. Y sostenerla gentilmente en mis brazos. Sé que es un deseo loco, pero aun así, estamos lo suficientemente cerca como para resignarme, y me enamoro cada vez más y más de ella sin poder evitarlo.

♦ ♦ ♦

Cuando le sonreí a Liz-sama mientras abrazaba su delicado cuerpo, de repente abrió los ojos como platos y poco después sus mejillas se sonrojaron; y, aunque desvió su mirada, apenada, de vez en cuando me dirigía una pequeña mirada para al instante volver a bajar su vista. ¡En serio! ¡Ese comportamiento suyo la hace ver tan adorable!

Para mí, eso la hace ver más hermosa y pienso que es poseedora de un encanto avasallador.

Cuando dos de sus cualidades, inocencia y encanto, se manifiestan tan de repente, hacen ver a Liz-sama más atractiva, y las dos juntas combinan muy bien con ella.

Este es el caso ahora. Sus húmedos ojos escarlata son tan profundos que me hacen contener la respiración, sin contar con sus seductores labios rosados junto con sus mejillas ligeramente sonrojadas bajo su blanca piel, hacen que sus encantos se acrecenten todavía más.

Aunque soy el causante de que se me quedara mirando de esa forma, que me hace perder mis sentidos, y que sé que no lo hace a propósito, en cierto sentido, no puedo evitar pensar que su mirada es diabólicamente seductora.

Soyokaze
Que lo tiene hechizado pues

No pude evitar desear tocarla, e ignorando nuestra diferencia de estatus y sabiendo que no debería, me puse a desenredar su cabello con mis dedos, y después de eso, puse mis labios en su frente.

El beso solo fue en la punta de su flequillo, pero tal parece que eso ocasionó un gran impacto en Liz-sama, pues sus rosadas mejillas se pusieron al rojo vivo… ¡En verdad es demasiado adorable!

—Todo mi ser es tuyo hasta que tu ya no lo quieras…

—¿E-e- es así?

Liz-sama tartamudeó y se cubrió la boca con su mano, como si estuviera apenada y yo… suavemente, tomé su mano y dirigí su palma hacia la comisura de mis labios y deposité un beso.

Sólo fue un toque ligero, pero el rostro de Liz-sama se puso todavía más rojo y empezó a forcejear tratando de liberarse de mis brazos.

La reacción de Liz-sama fue fácil de comprender, así que le pregunté:

—¿Te disgusta tanto que te toque?

Liz-sama se tranquilizó cuando le pregunté con una expresión triste. Quizás, para ella, le era imposible rechazarme. ¡Pero lo más triste es que soy yo el que no puedo rechazarla!

A pesar de sentir que era despreciable, volví a atraer a Liz-sama a mi pecho y acaricié su cabello. Esto que hice, fue como un acto premeditado y después liberé su rostro de mi pecho al escuchar un murmullo de insatisfacción, entonces, ella me dió una respuesta tardía a mi pregunta:

—¿Crees que te odiaría a estas alturas?

Mantendré en secreto que Liz-sama también actúa premeditadamente; ya que parece como si estuviera consciente de mis sentimientos y sólo actúa como si no lo supiera.

«Siento un enorme anhelo por ella…», pensé para mí y volví a abrazarla, quien se veía avergonzada sin saber qué hacer.

Una respuesta en “Vida feliz – Capítulo 71 – Historia extra 1: Vacaciones no deseadas (POV Gilles)”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido