Vida feliz – Capítulo 72 – Historia extra 2: Deseo de proteger (POV Cecil)

Traducido por Soyokaze

Editado por Ayanami


¿Cómo es Liz? Bueno, para empezar, ella sería como una mujer delicada, frágil y linda si tan solo mantuviera la boca cerrada.

De inicio no me queda de otra más que negar el hecho de que es alguien delicada y frágil, esto tomando en cuenta que he estado a su lado por un tiempo considerable.

Sin embargo, en términos de belleza y fealdad, objetivamente hablando, la balanza se inclinaría a que, sin duda, es una belleza; con su cabello color marfil pálido, sus ojos de un profundo escarlata y su piel blanca. Sus facciones por sí mismas son simétricas, las cuales fueron heredadas por la sangre de sus padres, y su estatura es baja y de complexión delicada.

¿Y su pecho…? Me tendrán que perdonar, pero no tengo la más mínima idea, así que por favor, ¡no me obliguen a pensar en eso! Si tanta curiosidad tienen, tendrán que preguntarle a Gilles.

En fin, la impresión que ella da en general, es que es linda y te dan ganas de protegerla.

♦ ♦ ♦

Sin embargo, la impresión sobre ella cambia tan pronto uno llegas a conocerla mejor.

Ella es una mujer bastante fuerte, tanto física como mentalmente. Bien, lo pude adivinar desde el instante mismo en que me dio un cabezazo, dejando su cabeza ensangrentada cuando se lanzó de lleno en medio del torbellino de magia incontrolable que había salido de mi cuerpo en ese entonces. Su cuerpo no es particularmente fuerte, pero sin duda es una mujer un poco rara por cómo se comporta.

Además, ella no duda en gastarme bromas, se asocia con otros si es conviene a sus intereses, y en ocasiones, de ser necesario actúa sin pensarlo dos veces. Si eso no es fortaleza, ¿entonces qué es?

“Crea fama y échate a dormir”, esa es la imagen diabólica que representa a Liz. Sin embargo, la verdad es que ella es una mujer más despreocupada de lo que parece, ya que suele hacer las cosas a su manera; aunque como usualmente las hace sin pensar también suele ser muy molesta.

Extrañamente, es inteligente y perspicaz, pero a la vez es infantil y torpe. Está loca por su hermanito, se comporta como una tonta con todo lo relacionado a él, y no le importa que todos se enteren.

Y, aunque suene extraño, también es débil.

Usualmente no suele deprimirse inútilmente, no importa que tan dura sea la situación; a pesar de eso, hubo un instante en que mostró debilidad. La primera vez que la ví en ese estado fue, quizás, durante la rebelión.

Liz me dijo que en ese entonces fue atacada por un pedófilo. ¡Incluso lloró cuando me lo contó! ¡Yo nunca la había visto llorar ni una sola vez!

Fue en ese momento cuando ella hizo que me diera cuenta de que sólo era una niña. Fuerte, pero a la vez débil, lo que una niña es en realidad.

Yo… creo que debo tratarla como lo que realmente es: una mujer. Liz es alguien delicada que, aunque parezca fuerte, se puede derrumbar si ocurre algo que esté fuera de su alcance.

Ahora entiendo porque Ruby y Gilles dicen que quieren protegerla… Ella despierta en quien la trata, un deseo de protección. Esa es la impresión que da: un deseo de querer proteger esa sonrisa despreocupada tan característica de ella.

♦ ♦ ♦

—Lizbeth-sama casi no viene a fiestas…

—Quisiera poder conocerla más…

Escuché tal conversación en una fiesta nocturna a la que no tuve más remedio que asistir debido a mi padre.

Estaba apoyado en la pared con una copa en la mano, ya que no soy muy sociable que digamos, me mantenía debidamente alejado… y dicha conversación me llegó como un susurro. Tal parece que eran los hijos de algunos nobles que, al igual que yo, tuvieron que asistir a la fiesta.

—¿No va seguido al instituto de magia? ¿Qué tal si tratas de hablarle en ese momento?

—Es imposible, ya que su valet siempre tiene un ojo puesto en ella.

—Ah, ese hombre que era el hijo menor de los Savan…

Hablaban con una voz baja, pero lo suficientemente alta como para ser escuchada. Aparentemente, era algo que no debía estar escuchando.

Gilles era famoso, tanto para bien como para mal. Es el hijo más joven de una familia que fue sancionada por causar disturbios, además es el hombre que decapitó a la mente maestra de la rebelión, y por si no fuera poco, es el valet de Liz quien rara vez asiste a fiestas. Él es un obstáculo para aquellos que quieren ganarse el favor de la familia Adelcian.

—Su apariencia es mi tipo y su actitud parece ser obediente y sumisa, es más que perfecta…

—¿A qué te refieres con perfecta?

—Porque sería conveniente, mira: si fuera mi prometida, ¿no se dedicaría a servirme? Parece alguien que haría todo lo que yo le pidiera. Sabes a lo que me refiero.

Soyokaze
Por si no se entendió, ese tipo se refiere a servirle en el sentido sexual = 皿 =

—Ja, ja. No podría haberlo dicho mejor.

—¿Por qué dicen tales incoherencias? —Dije, interviniendo en su conversación, sin poder contenerme.

No hay forma de que le puedan ordenar nada, ni que les sirva, ella no es de esas. ¿Así que cómo se atreven siquiera a pensar en usarla para hacer tales actos viles? Se me revolvió el estómago de sólo escucharlos.

Ante mi intervención, ambos abrieron los ojos como platos al finalmente notar mi presencia. Al menos quisiera decirles que deberían estar atentos a su entorno, nadie sabe quién puede estar escuchando.

—¡Pero mira nada más a quien tenemos aquí! Ni más ni menos que a Cecil-dono. ¿Ha estado bien de salud?

—Ha de ser difícil para la escoria de su familia salir a divertirse.

Era de esperarse que me dijeran palabras malintencionadas y groseras con una sonrisa de burla; así suelen ser las conversaciones de los nobles que se creen superiores, siempre tratan de comerse vivos a los demás. ¡Pero para lo que me importa! Aunque me traten como a un plebeyo que es menospreciado por los nobles.

Aunque no sea un noble radical, trabajo en el instituto de magia y eso es lo que importa. Y la verdad es que no estoy para nada orgulloso de ser un noble de todas formas. Estoy acostumbrado a escuchar esas estúpidas conversaciones de luchas por el poder, así que por mí pueden comer mierda.

—Tienen razón, no he tenido tiempo para salir. He estado muy ocupado lidiando con los rebeldes traidores para erradicarlos, a diferencia de otros incompetentes que no pueden hacer nada.

Soyokaze
En su cara

Por supuesto que por incompetentes me refiero a estas personas que están frente mío.

No es bueno volverse enemigo de cualquiera que se te ponga enfrente, pero en verdad no creo que ellos sean de los que puedan hacer algo útil. Para empezar, es un hecho que son incompetentes: su capacidad de maná es débil y posiblemente nunca pusieron un paso afuera cuando fue la rebelión.

No dije exactamente quién, pero posiblemente les quedó el saco, ya que sus caras se pusieron rojas y sus hombros temblaron. Y la verdad no me importa, pues no tengo la más mínima intención de retractarme.

—No deberían decir tales cosas de ella, si ni siquiera la conocen.

—Cecil-dono, ¿está diciendo que usted sí la conoce?

—Yo voy y vengo seguido de la casa de Liz, así que sí.

Eso es algo de lo que puedo estar orgulloso, pues soy un amigo cercano y nos llevamos bastante bien. No se lo he dicho a ella, pero es mi mejor amiga. Para mí es única y no hay nadie que se le compare.

Es por eso que no puedo permitir que nadie que no la conozca se burle de ella.  Me irrita y al mismo tiempo me frustra.

No crean que ella es de aquellos que se rebajan ante nadie, ni mucho menos sigue órdenes. Ese no es su carácter.

Ella es tenaz y sólo permitiré que se acerquen a ella aquellos que considere que lo valen.  No tiene caso que, a tipos como estos, Liz siquiera los voltee a ver.

—Dicho sea de paso, ¡ni siquiera piensen en meterse con ella! Si tratan de forzarla a hacer algo que no quiera, tanto Welf-sama, como Gilles, incluyéndome, no lo pasaremos por alto.

Bueno, antes de que eso pasara, supongo que Liz se encargaría de ellos, inmovilizándolos con magia y los haría perder el conocimiento antes de que intentarán algo. Lo sé muy bien, pero quiero evitar que intenten violarla de nuevo. ¿Acaso es una ambición trivial querer su seguridad? ¡Por supuesto que no!

Ella debería estar en un lugar soleado y agradable, libre de preocupaciones. Debería estar riendo felizmente.

Yo fui el que una vez la lastimó sin querer y no bastaría toda mi vida para pagarle todo lo que hizo por mí. Siempre estaré en deuda con ella.

Lo que más deseo es quedarme al lado de Liz como buenos amigos.

 —Si se acercan a ella con malas intenciones, no nos quedaremos de brazos cruzados. ¡Quedan advertidos!

Es un secreto para ella, pero la hemos estado protegiendo a escondidas, al menos yo lo he hecho así y lo seguiré haciendo. Pero de ninguna manera se lo diré.

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