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Después de eso, comencé a dirigirme hacía el este para investigar. No en carruaje, sino a caballo. Es más rápido, después de todo.
No sé si fue por la prisa que tenía cuando me dirigía a la capital o simplemente porque me había acostumbrado, esta vez mi trasero no me dolió tanto.
No hace falta decir que me había disfrazado con las habilidades de Tanya. Incluso la gente de la ciudad inicialmente no me reconoció. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 130: Infiltración e investigación”
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—… ¿Has recibido alguna noticia de Dida?
Habían pasado dos semanas desde que Dida se había ido, pero no habíamos sabido nada de él.
A medida que pasaba el tiempo, no podíamos evitar empezar a preocuparnos.
—No. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 129: Saliendo de nuevo”
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Quería otra cerveza, así que bajé a pedir una.
El primer piso era un restaurante. En esta ciudad, esto probablemente contaba como un albergue de clase media.
Todos los otros hoteles estaban llenos, y este también. Mi cuarto había sido el último vacío.
Por eso, la zona del restaurante estaba llena de gente. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 128: El viaje de Dorsen (2)”
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Finalmente llegamos a la tierra del Duque de Armelia.
Al ver las calles tan ocupadas como lo estaban en la capital, no pude evitar estar aturdido.
No… debo decir que he estado sorprendido desde que pisé este territorio.
La larga cola frente a la aduana ya era bastante sorprendente. Ver las calles ordenadas después de entrar, fue igualmente sorprendente.
Especialmente este último. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 127: El viaje de Dorsen (1)”
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—Espera, Tanya.
Era la mitad de la noche. Estaba a punto de irme, pero alguien me pidió que me detenga.
— ¿Qué es, Dida? Estoy ocupada.
Lo fulminé con la mirada, pero Dida mantuvo su habitual sonrisa casual.
—Lo sé. Recibiste una orden de Milady para investigar la región este, ¿correcto? Y también hay que cuidar al joven maestro. Estás trabajando bastante duro. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 126: Las preocupaciones de Tanya”
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—…Los números son extraños. En comparación con lo que eran en el pasado, las importaciones y exportaciones han disminuido.
Mirando el archivo, señalé las partes que me molestaban.
—Por qué es que… no es un producto de uso común, sino ¿importaciones que se denominaron artículos de lujo? Además, la disminución es solo en el este.
—…Ha notado los patrones. —Uno de los miembros de la división financiera habló con los ojos abiertos. —Aunque es un poco embarazoso, no me di cuenta en absoluto antes de que Dean lo señalara. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 125: Nubes oscuras”
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—No me preguntes algo así. No la he conocido, y mucho menos he hablado con ella.
Esto fue lo que me dijo uno de mis superiores en el cuerpo de caballeros.
En el momento en que escuché esas palabras, una hoja invisible pareció perforar mi pecho. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 124: El viaje de Dorsen”
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Después de que Tanya me preparó la cama, me acosté un momento. Y luego, cuando se fue, salí al balcón.
Aunque fue un poco indecoroso, debería estar bien por la noche… al menos eso es lo que me dije a mí misma.
Contemplé el cielo nocturno y miré la calle. Estaba bastante oscuro. No pude hacer mucho. Era la oscuridad de un mundo sin electricidad. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 123: El monólogo de Iris”
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—…Señorita. Dorsen ha entrado en el área de Armenia.
Dejé escapar un suspiro, escuchando el informe de Tanya en la noche.
Estaba nerviosa cuando lo escuché de Dean, pero ahora estoy tranquila gracias a eso. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 122: Reporte”
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…¿Debo decir que fue inevitable, o indescriptible?
Después de que Dean llegó, todo el trabajo avanzó a una velocidad vertiginosa.
Sentí que había dos de mí. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 121: Cita en la ciudad”
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—Señorita Tanya, ¿podemos hablar?
Fue después de que había guardado todos los suministros de té y estaba caminando por el pasillo.
No estaba segura de cuándo Dean se puso delante de mí, pero me llamó. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 120: El trabajo de Tanya”
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—Está bien, finalmente he terminado…
Scratch, scratch… el bolígrafo en mi mano se movió rápidamente sobre el papel, firmando mi nombre en los documentos.
Mi trabajo de hoy finalmente estaba terminado. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 119: Reunión con Dean”
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No mucho después de eso, nos mudamos del palacio principal al palacio de la Reina Viuda.
Aun así, la Reina Ellia siguió enviando asesinos a por nuestras vidas.
No tenía mucha práctica en una batalla real, así que seguí entrenando en artes marciales. Incluso el Duque Anderson se sorprendió de lo rápido que progresé. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 118: El soliloquio de Dean (2)”
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[Nota: Soliloquio = Discurso que mantiene una persona consigo misma, como si pensase en voz alta]
—…Rudy, ya terminé.
Al verme dejar mi pluma, Rudy sonrió suavemente.
—Gracias por tu duro trabajo. Los enviaré a los departamentos correspondientes.
—Si no es demasiado trabajo. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 117: El soliloquio de Dean”
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—Deuban… ¿Por qué tienes que acercarte tan silenciosamente?
Aunque debe haber notado el ligero disgusto en mi tono, el hombre que se me acercaba desde atrás retenía su sonrisa.
—Ah, ja, ¡por favor, acepta mis disculpas! Es realmente una segunda naturaleza para mí. Por favor, perdóname. Seguí leyendo “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 116: Verdadera naturaleza”
