Traducido por Kavaalin
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La forma más fácil para mí de proteger a Su Alteza, era haciendo que se quedara junto a mi hermano todo el tiempo.
El personaje de mi hermano en la novela era alguien sumamente posesivo.
Mi corazón se rompe cada vez que te veo hablando con otro hombre, ¿quién sería capaz de decir colosal frase?
Esa es la razón por la que para Banach, quien también tenía en la mira a mi hermano, le sería impensable acercarse a Su Alteza estando mi hermano en los alrededores. Además, por hoy, yo estaba almorzando con ellos. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 12: Protegeré a Su Alteza (1)”
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Me sentí triste cuando leí la nueva trama de la novela que escribía la señora Mathilda. Y la razón es porque tengo plena confianza en que Julia, nunca en su vida, tendría tan linda reacción en el hipotético caso de que estuviera enamorada de alguien.
No, la real Julia era alguien que siempre pensaba en dinero.
A veces me hacía sentir desorientado porque, a pesar de su adorable rostro, sería realmente difícil que alguien se enamorara de ella si tomamos en consideración su defectuosa personalidad.
— ¡Eso es! ¡Esto venderá! Fufujajajajajaja. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 11: ¿Puedes comprar ayuda con dinero? (POV del Príncipe)”
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Vi a la hija del Conde llorando en la glorieta, que estaba rodeada de flores en plena floración. Al principio, pensé que alguien había invadido mi lugar para tomar la siesta. En esos momentos, me sentía un poco enfadado dado a que no importó cuánto me esforcé, comparado a lo afectuosa que era mi persona amada con ese hombre, todo había sido para nada.
Coincidentemente en ese tiempo me enteré de que la hija del Conde, quien se encontraba llorando con un rostro inexpresivo en la glorieta, era la ex prometida del hombre que mantenía una afectuosa relación con la persona en lo profundo de mi corazón. Ella estaba pasando por las mismas circunstancias que yo. Y por un capricho, decidí hablarle.
En esa normal glorieta, sentí como si hubiese olvidado cómo hablar, mientras me dirigía a esa chica que lloraba con un rostro inexpresivo. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 10: Un poco de la novela”
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En ese instante en el que señor Olga estaba arrastrando a Michael, otro vendedor apareció rápidamente y continuó atendiendo a los clientes. Nuestros empleados son verdaderamente maravillosos.
Me volteé para mirar al Príncipe.
— ¿Qué? Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 9: Gracias por su compra”
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Durante el feriado, llevé conmigo el nuevo diseño de zapatos y ropas mientras me dirigía a la fábrica, la cual se ubicaba en la parte posterior de nuestra tienda. Al mismo tiempo, sería capaz de ver cómo les iba.
Después de que despaché silenciosamente al mayordomo y al carruaje, estaba llegando a la tienda a pie cuando divisé a dos personas de la cafetería de la Academia, que previamente me habían dado sugerencias sobre el color de los zapatos, paradas frente a esta.
—Buenos días. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 8: Bienvenidos a mi tienda”
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Mientras observaba como el Príncipe leía el libro profético, mi hermano me entregó una taza con té.
—Si me hubieses preguntado, podría haberlo hecho por ti.
—Puedo moverme libremente por esta habitación. Aun así, ¿qué es eso? Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 7: No es una trampa”
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Julia me seguía desde detrás. La guié hacia una oficina temporal que había sido preparada para mí. Roland ya se encontraba allí y me saludó sorprendido al ver que la traía conmigo.
—La escena en donde conoce al Príncipe ocurre en el segundo volumen.
Cuando esa chica sacó la novela con ese estúpido título, comencé a pasar las páginas rápidamente. Empecé a temblar a medida que leía. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 6: Es una profecía, creo (POV del Príncipe)”
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En la Academia a la que iba, había un edificio especialmente para los plebeyos. Por supuesto, los aristócratas estaban ubicados en un ala del edificio completamente diferente. El único lugar que compartíamos era la cafetería del colegio.
Y aun así, un gran espacio estaba dedicada para los nobles, mientras una pequeña e insignificante parte era dejada para los plebeyos.
Ya que las mesas redondas colocadas para los aristócratas estaban arregladas con espacios individuales, ocupaban bastante espacio inútil. Mientras que los plebeyos tenían una gran mesa, arreglada eficientemente como una mesa de comedor. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 5: El estudio de mercado es mi momento de felicidad”
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Ella apareció súbitamente bajo las sombras de los rosales, los cuales habían sido desde siempre mi lugar favorito para tomar la siesta.
Una hermosa mujer con cabello liso de color azul plateado, que estaba acomodado en un peinado medio alto, y grandes ojos grises rodeados de largas pestañas curvadas hacia arriba. Me tomó un par de segundos darme cuenta de que se trataba de la hermanita de mi amigo Roland.
Ella me ignoró e instaló la herramienta mágica entre los rosales. Era un artefacto para grabar. Aparentemente, estaba posicionado en dirección al área de la fuente. Ese era mi pensamiento inicial. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 4: La hermanita de Roland (POV del Príncipe)”
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Fue cuando vi a Banach de nuevo, que mis sospechas parecieron confirmarse.
Ah, esta situación era similar a la de la novela.
Quiero decir, ¿no estaba la villana de la novela basada en mí? Debido a eso, ¿había cometido un error en la creación del mundo de la historia?
Sentía como la sangre se drenaba de mi rostro. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 3: No interrumpiré su siesta”
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La estudiante transferida llegó cuando entré en mi segundo año en la Academia. Ella era la hija de un Conde con linaje plebeyo. Ambas tenemos estatus similares como hijas de la casa de un Conde, aunque con su cabello largo y ondulado, sus grandes y redondos ojos azules, envueltos en un pequeño cuerpo, me sentí un poco perpleja al momento de mirarla. Se sentía como si la hubiese visto en otra parte.
Esa chica se llamaba Julie Banach. Con una apariencia linda y una personalidad encantadora, mi prometido se enamoró inmediatamente de ella. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 2: ¿La estudiante transferida es la Heroína?”
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Yo, quien soy buena en el comercio, nací en la casa de un conde. Mi nombre es Julia Knocker y tengo diecisiete años. Estoy actualmente asistiendo a la academia.
Mi padre, madre y hermano mayor también son personas capaces e inteligentes que tienen montones de planes de negocios. Por lo tanto, nuestra familia puede ser considerada como de aristócratas ricos. Rodeada de tales personas, yo también comencé a amar el dinero.
Naturalmente crecí para convertirme en una mujer de negocios quien odiaba el mero pensamiento de perder algo. Desde la explotación de los productos básicos, como libros y más, hasta la selección de las publicaciones, la compra y venta de bienes, etc. Puedo hacerlo todo. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 1: Tengo un prometido”

Escritor: Soy.
Género: Comedia, Fantasía, Romance, Vida cotidiana.
Estado: Pausada.
Sinopsis: Soy la hija de convicción férrea del Duque Knocker, Julia, quien ama hacer dinero y aborrece perderlo debido a mi espíritu emprendedor.
Sabía que mi prometido era un idiota, pero nunca pensé que hasta este extremo. Si planea anular nuestro compromiso, ¡estaré más que feliz de recibir el dinero de consolación! ¡Vamos a anular este compromiso! Seguí leyendo “¡Obviamente te cobraré el dinero de consolación!”