Jamás imaginó que regresaría dispuesto a declarar su amor, solo para presenciar cómo el doctor tomaba la iniciativa de besar a Zhao Lingfeng. Los celos ardientes lo consumían, corroían su interior como si se tratara de ácido sulfúrico.
Cuando abrió la puerta del laboratorio y se encontró con la familiar escena de celebración, de inmediato comprendió que el doctor había logrado su objetivo. Quería encontrarlo con desesperación, ser el primero en abrazarlo, el primero en compartir su victoria. Pero la persona que merecía ese abrazo más que nadie se había retirado en silencio, alejándose del bullicio para refugiarse en la soledad. Seguí leyendo “Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 9: Capítulo 12 (2)”
En los ojos de Marianne, Roxanne parecía vacilar antes de decir algo. Sus ojos verdes temblorosos, bajo su rubio cabello peinado con esmero, se movían de arriba abajo repetidamente. Sus dos manos, entrelazadas de manera natural, también parecían temblar.
Tras un momento de indecisión, Roxanne susurró con voz baja: Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 170”
Lo que habrían considerado como simples hábitos excéntricos no era sino la tiranía que decidía entre la vida y la muerte, o el destino de las personas. Ese “alguien” podría haber incluido a los propios padres de Marianne, quizás incluso a la difunta madre del emperador, la emperatriz Blair. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 169”
—Shelley aún no ha llegado, pero me apetece llevarme algo a la boca, así que ¿por qué no preparo un té?
—Muchas gracias. Pero, antes de eso… Aunque hubiera sido urgente, siento haber desaparecido así de repente.
—No pasa nada. Me sorprendí cuando me di cuenta de que ambos se habían ido, pero recibí tu mensaje del caballero. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 51: Falsas buenas acciones y diligencia sincera (3)”
Tal y como esperaba Tang Feng, no ganaron nada en el Festival de Berlín. Aunque «El cazador de demonios» no ganó ningún premio en su primera parada en el circuito de premios, esto no desanimó al equipo ni a los ejecutivos de la empresa. Tang Feng pensaba que los buenos resultados de taquilla de la película ya eran suficientes para hacer feliz a mucha gente.
¿Por qué hacer películas? Para ser francos, aparte de algunas películas hechas específicamente para ganar premios, la mayoría de los inversores quieren que sus inversiones sean rentables. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 22: Disfraz”
Sin querer, dejé escapar una exclamación que hizo que Serira se girara hacia mí.
¡Ay! ¡Uy! Je, jeje. Sonreí con torpeza, sorprendida, y Serira me devolvió la sonrisa. Tras observarme un momento para asegurarse de que todo estaba bien, volvió a lo suyo. Seguí leyendo “La hija del Emperador – Capítulo 28”
Shiro
Aunque quizás literal en este capítulo, el significado no literal de este título es realizar una acción tan brutal, desproporcionada y contraproduente que, para obtener algo, se destruye irremediablemente la fuente de donde proviene. Una alternativa sería: matar a la gallina de los huevos de oro.
Vincent miró con sombría frialdad a la mujer que se retiraba. ¿Qué era lo que pretendía en realidad? ¿Acaso de veras ignoraba que la flor lunar era venenosa?
—Oculta tu expresión. —La voz de Shao Qian resonó en su conciencia—. Observa qué intenta hacer. Seguí leyendo “Ningún mundo parece el adecuado – Capítulo 34: Destripar el vientre para conseguir el fruto”
El cargo del rey se adaptaba perfectamente a Ishakan. Todo estaba construido a su medida y parecía reflejar su naturaleza, estando compuesto de colores oscuros, tranquilos y fríos, con pequeños puntos de adornos de colores. Una persona normal se sentiría algo incómoda sentada allí.
Pero hoy había un pequeño jarrón en su escritorio, incongruente en el imponente espacio. De vez en cuando, Ishakan miraba la peonía en el jarrón y sonreía para sí mismo. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 105: Planes de Gyeongbaek”
Max ayudó no porque quisiera ser reconocida por sus buenas obras, sino porque ayudar en el asilo la mantenía ocupada y prefería eso a holgazanear en el monasterio. El agotamiento físico que le causaba también la ayudaba a dormir por la noche. Recientemente, sufrió de insomnio severo. A lo largo de las oscuras noches, mientras yacía sola en su cama, los rostros horriblemente distorsionados de los caballeros caídos atormentaban su mente. Seguí leyendo “Bajo el roble – Capítulo 108”
La terminación unilateral e inesperada del contrato de representación artística de Su Quan por parte de Total Entertainment cayó como una bomba, sacudiendo los cimientos de la industria del entretenimiento. Y dado que Luo Zhenan —el representante a cargo de Su Quan— había sido incorporado a la compañía precisamente por él, la rescisión arrastró consigo su propia expulsión. Seguí leyendo “El renacimiento de una estrella de cine – Capítulo 39: «Calle caótica» comienza su filmación”
Lo que Liu Wansheng había deducido, Tang Mo ya lo había pensado.
Si los jugadores avanzaban siguiendo el «orden de prioridad», el único que realmente controlaría el desenlace del juego sería Tang Mo. Antes de eso, sin importar en qué casillas estuvieran Bai Ruoyao o Lin Qian —incluso si ocupaban las casillas con libros—, mientras Tang Mo apagara la casilla del Mosaico al final, ellos no podrían completar el nivel. Seguí leyendo “La Tierra está en línea – Capítulo 139: Oh, esta es la justicia del juego~”
Un año pasó en un abrir y cerrar de ojos en el ciclo de primavera y verano.
—Gloria y bendiciones al sol de Obelia.
Claude entrecerró los ojos mientras miraba a Lillian York, que estaba de pie frente a él. Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Epílogo – Capítulo 47”
Poco después, la niña volvió a hablar con valentía y luego, en secreto, retiró su mano de la de Félix y la escondió detrás de su espalda. Luego, rió como si todo estuviera bien. Ni Claude ni Félix dijeron nada por un momento.
Era evidente que un niño normal habría llorado o gimoteado por el dolor de ver sus manos heridas. Sin embargo, la niña permanecía fuerte y actuaba como si nada estuviera mal, a pesar de que las heridas de sus manos sangraban. Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Epílogo – Capítulo 46”
Eckart estaba dispuesto a pagar cualquier precio que tuviera que pagar, y nunca quiso que nadie entendiera sus sentimientos complicados. Para soportar esta terrible vida, tomó muchos bienes y vidas, y al mismo tiempo, mientras recordaba un pasaje de la disciplina real que afirmaba: “No hay vergüenza para el monarca”, empujó aquel abominable sentimiento de culpa a lo más profundo de su corazón, convencido de que era su responsabilidad cargar solo con todo el peso. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 168”
—Si no me siento tan triste por la muerte del duque Hubble, ¿no soy igual que Ober?
Por supuesto, había una respuesta estándar a esta pregunta. Estaba decidida a seguir adelante. Era una guerrera que ya había decidido no soltar su arma, incluso si el arma en su mano le hacía un poco de daño. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 167”