Crié a un dragón negre – Capítulo 50: Escape por los pelos

Traducido por Den

Editado por Hime


A la señal del investigador, y después de que Noah le rodeara el brazo con sus dedos, Muell se apresuró a lanzar el hechizo sobre sí mismo y se volvió invisible.

Para subir al tren, debían trepar por el conducto de ventilación o por el empalme del tren con la locomotora. Tras sopesar ambas opciones, Kyle se decidió por la primera y condujo a Noah y al niño a una habitación privada situada en el compartimento más alejado de primera clase. Luego, cerró la puerta con seguro por dentro.

—Por favor, dame la llave mágica que has traído.

Noah rebuscó en su maleta y le entregó el objeto que se adaptaba a cualquier forma. Tan pronto como abandonó la palma de su mano, la llave se materializó como si el hechizo fuera una pintura que se disolvía.

El investigador corrió hacia la rejilla de ventilación y la abrió. En el borde había una hélice que giraba a gran velocidad y, más allá del túnel de conductos, se veía el cielo pintado de azul.

—¿No está bloqueado? Creo que me voy a quedar atascada —murmuró Noah, haciendo una mueca al ver las aspas rotatorias de la hélice.

Pero, en ese momento, escucharon un chasquido. Los tres, al mismo tiempo, volvieron la cabeza hacia la puerta. Alguien estaba girando el pomo, intentando abrirla. Pronto, un silencio sospechoso se cernió sobre el trío que quedó paralizado en suspenso.

A continuación, Kyle metió de inmediato a Muell en el respiradero, seguido de Noah.

—Señorita Noah.

La susodicha colocó los brazos del investigador alrededor de su cintura y, con facilidad, Leonard la levantó hacia el tubo como si fuera una muñeca de papel. Ella introdujo su cuerpo en los estrechos conductos e, inmediatamente después de inhalar, el polvo irrumpió en sus fosas nasales. Pero no tenía tiempo que perder tosiendo, así que concentró su fuerza en los brazos y trepó por el respiradero que apenas era lo suficientemente ancho para que su cuerpo cupiera. Si hubiera sido un poquito más estrecho, la habría aplastado.

Había cables pegados a los conductos que conducían la electricidad. Por consiguiente, se arrastraban con extrema precaución para no electrocutarse.

—Detén la hélice —Kyle deslizó la daga dentro, Noah apenas pudo atraparla. A continuación, observó las aspas frente a ella. Por suerte, no giraban muy rápido. Entonces, tras murmurar una oración, insertó con cuidado el puñal entre las palas, y la hélice se detuvo con un chirrido. Luego, tiró de ella con sus últimas fuerzas, pero fue en vano.

—Mu, arráncala —murmuró tras varios intentos fallidos.

Una pequeña llama negra emergió del aire y avanzó hacia las álabes [1], cuyas uniones comenzaron a agrietarse. Poco después, las láminas de acero iniciaron a romperse. Al mismo tiempo, el traqueteo de la puerta se intensificó con cada segundo. Detrás de ella, pudo oír cómo Kyle cargaba su revólver.

—El ejercicio adecuado te ayuda a mejorar tu fuerza física. Ahora solo tienes que subir cinco escalones más —La voz del investigador resonó en el interior del respiradero.

—Si sigues diciendo estupideces, ¡realmente voy a presentar una denuncia civil en tu contra!

De repente, un estruendo estalló fuera de la habitación. Todo el compartimento se sacudió y los pasajeros de los alrededores comenzaron a murmurar como si sintieran algo extraño. Kyle apuntó hacia la puerta con su arma.

El primer disparo penetró en sus oídos y, en ese mismo instante, el techo del conducto de ventilación se desenganchó.

El cielo azul cubrió a Noah cuando las barras de hierro se zarandearon hacia afuera, y sus ondas de color albaricoque enseguida se albortaron por la fuerte brisa. Entonces, venciendo su miedo, salió del respiradero, con Muell detrás suyo.

—¡Mami!

Noah luchó contra las poderosas ráfagas de viento, tropezando constantemente.  Si el dragón no se hubiera sujetado a ella, se habría ido volando.

El viento silbaba en sus oídos, abrumándolos continuamente. Debido al hechizo de invisibilidad, la bruja aún tenía que localizar con exactitud dónde se encontraba Muell. Estaba preocupada por el niño, pero al sentir un gran peso, pensó que el pequeño debía haberse aferrado firmemente a ella .

—¡Ah!

O quizás no…

Muell, que se agarraba a Noah con todas sus fuerzas, fue arrastrado por el fuerte viento.


Den
¿Muell dijo mami…? ¡Oh, Dios mío, qué lindooo TwT! Pero… ¡noo! Espero que Kyle aparezca en ese momento y logré atraparlo

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