Crié a un dragón negro – Capítulo 55: El logro de una perezosa

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—¿Battuanu?

En el tren con destino a Battuanu solo había una persona para contactar a las fuerzas de seguridad de Lunazel. Kyle, cuyo rostro antes parecía perplejo por la oportuna llegada de la policía, se dio cuenta y abrió levemente la boca.

Esa mujer apática ha hecho algo bastante encomiable.  Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 55: El logro de una perezosa”

Crié a un dragón negro – Capítulo 54: El enemigo desprevenido

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—Continúe —ordenó Kyle mientras volvía a apuntar al operario con el revólver con su fría mirada. El hombre supo por instinto que él no dudaría en disparar.

—Uh, ¡fue un mago registrado en el Ministerio de Magia! ¡Vi con mis propios ojos una insignia del Departamento de Magia colgando bajo su capa!

—Del Departamento de Magia… Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 54: El enemigo desprevenido”

Crié a un dragón negro – Capítulo 53: Investigador audaz

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—Saque su identificación de empleado —le ordenó el investigador al operario, presionando el revólver contra su cabeza. Pero este no le respondió ni se movió—. No puede ser. No creo que trabaje en la Compañía Ferroviaria de Laurent —el hombre palideció de inmediato ante su comentario; gotas de sudor se formaron en su frente—. Si no quiere recibir una bala en los brazos y piernas como sus colegas, hágase a un lado y hable —amenazó Kyle.

Extrajo unas esposas de su uniforme y aprisionó rápidamente los brazos del hombre. Cuando el operario se negó a cooperar, sacudiendo la cabeza en respuesta, Kyle le golpeó la nuca con el arma. En un instante, el hombre perdió el conocimiento. Luego, el investigador empujó su cuerpo hacia la esquina y comenzó a examinar los controles en la cabina del conductor: parada automática del tren, velocímetro, manivela, suministro eléctrico, válvula de control de la caldera, válvula del freno. Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 53: Investigador audaz”

Crié a un dragón negro – Capítulo 52: La bestia

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Cuando las cadenas se rompieron, el tren se sacudió. Noah temió que pudiera volcarse, pero, afortunadamente, no descarriló.

—Creo que tendremos que arrestar a todos esos asesinos y entregarlos al centro de detención —dijo Kyle, incorporándose frente a ella.

El ferrocarril con destino a Battuanu, donde se encontraban actualmente Noah y Muell, comenzó a detenerse. Por otro lado, el tren con destino a Edman Central comenzó a acelerar a lo largo de la vía férrea. Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 52: La bestia”

Crié a un dragón negro – Capítulo 51: Dentro de tres días

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—¡Woah! —Noah logró agarrarse a las barras de hierro que colgaban y se estabilizó.

Ya fuera que Muell se desconcentrara o no, el hechizo de invisibilidad que envolvía su cuerpo desapareció.

La bruja trató de recuperar el equilibrio mientras murmuraba algunas blasfemias: Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 51: Dentro de tres días”

Crié a un dragón negre – Capítulo 50: Escape por los pelos

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A la señal del investigador, y después de que Noah le rodeara el brazo con sus dedos, Muell se apresuró a lanzar el hechizo sobre sí mismo y se volvió invisible.

Para subir al tren, debían trepar por el conducto de ventilación o por el empalme del tren con la locomotora. Tras sopesar ambas opciones, Kyle se decidió por la primera y condujo a Noah y al niño a una habitación privada situada en el compartimento más alejado de primera clase. Luego, cerró la puerta con seguro por dentro. Seguí leyendo “Crié a un dragón negre – Capítulo 50: Escape por los pelos”

Crié a un dragón negro – Capítulo 49: Un oponente formidable

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El cuerpo de Noah se precipitó hacia un lado, esquivando por un centímetro la afilada daga que pasó junto a su cuello. La hoja atravesó su capa, desgarrándola y cortando algunos mechones de su cabello.

Los pasajeros se tranquilizaron, quejándose ante la repentina perturbación. Pronto estallaron murmullos de confusión entre los pasajeros del tren cuando las hebras color albaricoque flotaron en el aire y cayeron sobre ellos. Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 49: Un oponente formidable”

Crié a un dragón negro – Capítulo 48: Hacia adelante

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Durante treinta minutos, el tren viajaría a lo largo de la frontera entre Lunazel y Cezanne. Luego, las dos locomotoras se separarían, bifurcándose hacia el norte y el oeste.

Noah se encontraba entre los viajeros. Sus frágiles manos agarraban con fuerza el dobladillo de su capa. Contuvo la respiración mientras esperaba su turno para abordar el tren.

—Creo que la vida humana es muy complicada —murmuró Muell, tomándola de las manos. Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 48: Hacia adelante”

Crié a un dragón negro – Capítulo 47: La estrategia

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—Espera aquí un momento. Vuelvo enseguida —Kyle entregó al magistrado [1] a la mujer que capturó en secreto, y sobre la marcha compró billetes de tren en la ventanilla.

Mientras tanto, Noah se sentó en una silla frente a la estación, disfrutando de un helado de vainilla junto con Muell, que estaba en su regazo.

—¿Qué ves, Mu? Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 47: La estrategia”

Crié a un dragón negro – Capítulo 46: Pareja encubierta

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Después de un momento de contemplación, Noah ordenó sus pensamientos.

—Dije todo lo que sé, pero pueden existir otras posibilidades. Quizás alguien que vivió aquí, escribió la novela por admiración a ti y a Lenia… Ni siquiera estoy completamente segura de si Lenia es o no la ladrona del huevo. Ella era la supuesta maestra del dragón en la novela, por eso traté de enviarle a Muell —dijo, vacilando. Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 46: Pareja encubierta”

Crié a un dragón negro – Capítulo 45: Descubriendo su origen

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El miedo de Noah se apaciguó cuando Muell apretó con una mano sus dedos temblorosos, mientras que con  la otra encendía una pequeña llama. Sus redondos ojos rojos estaban llenos de serenidad. En ese momento, la bruja respiró hondo y se tranquilizó. Luego, miró al niño en su regazo, con una sonrisa en sus labios.

Sí, estoy abrazando a la máquina de matar [1] número uno del mundo, ¿de qué diablos tengo miedo? Además, a mi lado hay un cruel investigador capaz de aplastar la cabeza de su oponente como una patata…  Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 45: Descubriendo su origen”

Crié a un dragón negro – Capítulo 44: Investigador de servicio

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Kyle sonrió, presionando un dedo contra sus propios labios.

—Shh. Hay una pareja de ancianos en la habitación contigua, por lo que será mejor que estemos callados. Ah, debería haberte dicho de antemano que tu sentencia se determinará de acuerdo a tus declaraciones —La mujer lo observó mientras guardaba silencio—. Yulem mata a los miembros capturados para evitar que hablen. Parece que estás al final de la escalera, dado que no eres buena camuflándote ni manejando un cuchillo. ¿Serás atrapada y asesinada por Yulem? O, ¿vas a estar bajo la protección de la Agencia de Seguridad e Investigación de Laurent, incluso si eso implica estar encerrada en prisión por el resto de tu vida? Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 44: Investigador de servicio”

Crié a un dragón negro – Capítulo 43: Yulem

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Kyle tiró de ella abruptamente, colocándola en el asiento más alejado de la puerta.

—Te daré media hora para pensar. Necesito respuestas a las tres en punto —dijo, revisando el reloj en su muñeca y acercándose a la puerta.

—Uh, ¿a dónde vas? —preguntó ella. Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 43: Yulem”

Crié a un dragón negro – Capítulo 42: El primer perseguidor

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—¿Cuántos minutos faltan hasta que lleguemos a Lunazel? —tosió Noah, intentando cambiar de tema.

—Ni siquiera estamos a mitad de camino. Ahora bien, ¿estás haciendo esto justamente tres segundos después de jurar que me contarías todo? Respóndeme: hace dos años, cuando transmigraste al cuerpo de Eleonora Asil, dijiste que fuiste inmediatamente a Sorrent. Entonces ¿cómo supiste de la existencia de Lenia Valtalere? ¿Y por qué crees que es la mente maestra detrás la desaparición del huevo? —Kyle la miró fijamente, bombardeándola con preguntas. Ella se estremeció ante su mirada penetrante. Seguí leyendo “Crié a un dragón negro – Capítulo 42: El primer perseguidor”

Crié a un dragón negro – Capítulo 41: Hacia Lunazel

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El Imperio Laurent estaba dividido en nueve provincias, las cuales se clasificaban en diferentes distritos. Cada uno era numerado según su importancia política, económica y social. Los números bajos indicaban la proximidad a la ciudad. Por otro lado, los números altos indicaban la cercanía al campo. Por ejemplo, el primer distrito de Tezeba, la capital, era Azet, donde se concentraban las casas de la alta aristocracia. Mientras que el segundo distrito, Rendia, era donde residía la clase media y baja. Por último, el duodécimo distrito era Hizen, un barrio marginal.

Sorrent estaba entre los diez distritos de la provincia de Lunazel, que era la más alejada de la capital y la que no había sido modernizada, por eso todos los rincones eran tranquilos. No obstante, también había una ciudad bulliciosa: el primer distrito con el mismo nombre, Lunazel. Además, era el destino de los tres viajeros. Para ir a la capital, Tezeba, debían cambiar de tren en ese distrito.

—Creo que me está engañando para que me quede en su cabaña desordenada en Sorrent, señorita Noah. Sé que, al igual que los últimos dos años, ha estado contenta durante los últimos días, pero tengo una investigación que terminar —Kyle la siguió desde atrás, quejándose profusamente. Desafortunadamente, Noah a duras penas entendía su discurso. Los comentarios que hacía, aunque eran incoherentes, ¿no implicaban acaso que no quería causarle problemas? Incluso si no era así, ella se aferró a su suposición. De todos modos, tenía el control de sus pensamientos.

—Entiendo tu preocupación por mí —respondió, pasando las páginas del periódico.

—¿Perdón?

—En realidad, me gustaría quedarme en Sorrent, pero creo que necesito presenciar los sucesos en persona. Para pasar al menos sesenta u ochenta años viviendo felizmente en el futuro, tengo que sacrificar al menos unos meses de descanso.

—No sabía que eras tan apasionada. ¿Por qué falta esa pasión al limpiar la casa? —murmuró en voz baja Kyle.

—No juzgue mis pasiones, Sir. No sabía que era un hombre tan recto. Como investigador, pensé que en cualquier momento recibiría de buena manera a una apasionada testigo como yo.

—Es molesto. Si sigues tambaleándote y colapsando, interferirás con la investigación. La forma en que la dirijo es bastante exhaustiva.

—Qué dulce de tu parte. Sé que estás preocupado por mí incluso si dices eso —Sonrió ante su réplica.

—¿De dónde diablos viene eso…?

—Realmente no tienes que preocuparte. Sigo siendo la maestra del dragón —Se había preparado para cualquier circunstancia complicada que puediera ocurrir mientras se encontraban en la capital; ya que su objetivo era conocer a la heroína, Lenia Valtalere, para completar la impronta sin revelar su verdadera identidad.

—¿Vas a ayudarme, Mu? —Acarició al niño sentado en su regazo. Él asintió con la cabeza varias veces. Pero Kyle frunció profundamente el ceño.

—Nada de matanzas indiscriminadas. Como ya estás en el tren, no puedo enviarte de regreso. Pero nunca permitiré que le enseñes al dragón a cometer crímenes inhumanos —le advirtió él, cediendo.

—No habrán matanzas indiscriminadas. Lo que siempre le pido a Mu es que actúe dentro de los límites de la defensa personal. Lo prometo —aseguró Noah, y volvió a concentrarse en su lectura del periódico, ignorando el profundo suspiro del investigador.

«¿Quién está tras la desaparición del huevo de dragón?»

«Un dragón nacido en esta época. ¿Qué efecto tendrá su presencia en el continente?»

«¿El ministro de magia sigue de vacaciones a pesar de la situación actual?»

Los dragones ocupaban la primera plana del periódico. Noah leyó todos los artículos en caso de que alguno mencionara el nombre de Eleonora Asil o el suyo.

«Hay diez sospechosos. En la lista también están incluidos: Eleonora Asil, 24; Kendrick Babeliona, 34; y James Carnell, 44. A cada sospechoso se le asignó un investigador para comenzar la investigación.» Reveló la agencia en el artículo.

En todo el imperio se publicitaba que “¡Eleonora Asil es la sospechosa número uno!”. Chasqueó la lengua y se volvió hacia Kyle.

—Si va a la capital, por favor informe que he sido investigada diligentemente, Sir.

—Cuando seas convocada, por favor responde sin demora… Incluso si te tratan como una sospechosa durante un tiempo, es mejor que estés bajo la protección de una agencia de investigación. Muchos estarán tras de ti.

—¿Porque soy la dueña del dragón?

—Además, porque estás en el cuerpo de Eleonora. No dejes que la presión te abrume. Pero, por supuesto, no espero que puedas hacer eso, así que simplemente quédate conmigo. Tienes que contarme todo lo que oigas y veas.

Noah asintió. No importaba lo cómodo que fuera tener un dragón con ella, la mejor manera de garantizar su seguridad era obedecer las órdenes del investigador.

—Prometo contarte todo, incluso el más mínimo detalle.

—Gracias por tu cooperación. Bueno, entonces ¿deberíamos empezar con tu relación con Lenia Valtalere?

—Oh, cielos. ¿Has leído el periódico? ¡El ministro de magia se va de vacaciones en medio de una crisis! —Noah enterró rápidamente su rostro en el periódico tan pronto como Kyle sacó su libreta.

—Lo está leyendo al revés, señorita Noah —dijo Kyle, bajando el diario con sus dedos.


Den
Ay, Dios, me encanta la relación entre ellos. Ha mejorado bastante (≧◡≦) ♡

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