Crié a un dragón negro – Capítulo 47: La estrategia

Traducido por Den

Editado por Hime


—Espera aquí un momento. Vuelvo enseguida —Kyle entregó al magistrado [1] a la mujer que capturó en secreto, y sobre la marcha compró billetes de tren en la ventanilla.

Mientras tanto, Noah se sentó en una silla frente a la estación, disfrutando de un helado de vainilla junto con Muell, que estaba en su regazo.

—¿Qué ves, Mu?

—No veo nada ahora —respondió él, lamiendo su helado con deleite.

Aunque Muell parecía un niño de tres años, era un dragón. Mientras él estuviera presente, Noah se sentiría cómoda, porque las probabilidades de morir en manos de sus enemigos eran menores. A menos que el pequeñín absorbiera todo su maná y ella muriera.

—Noah, Noah.

Sin embargo, no era el momento para descuidos. Para cuando casi había terminado con su helado, Muell se dio la vuelta y le rodeó el cuello con los brazos. Entonces, le susurró al oído:

—Veo humanos sospechosos.

—¿Cuántos…?

—Uno a las dos en punto, dos a las siete en punto y dos a las diez en punto. No nos están observando, pero tienen los brazos cruzados y han estado de pie en el mismo lugar desde que llegamos.

Cinco hombres vigilaban las puertas del tren, quizás en busca de una mujer pelirroja.

Noah miró en su dirección y vio a dos hombres barbudos, sorprendentemente feos, conversando con seriedad. Uno de ellos sacudió la cabeza y el otro se dio la vuelta de inmediato, dirigiéndose hacia ellos.

Su corazón palpitó al ver al hombre que se aproximaba. En ese momento, mientras él seguía avanzando, agarró a Muell con fuerza.

Pero el individuo pasó junto a ellos.

—Parece que estás tratando de monitorear ambos andenes, ¿no es así? —le preguntó al niño, suspirando aliviada.

—Ahá. Estoy mirando el B ahora mismo.

Un único tren arribaba en la capital, Tezeba, pero había dos locomotoras: una precedía ocho vagones, y la segunda estaba situada en medio de toda la serie de dieciséis vagones. Por consiguiente, el destino de los primeros ocho era diferente del de los últimos ocho.

La primera locomotora descansaba en el andén A, con dirección a Tezeba a través de Edman Central —la ruta que originalmente los tres viajeros planeaban tomar—. Por otro lado, la segunda máquina de la plataforma B se dirigía a la capital a través de Battuanu, la región costera al oeste.

El tren viaja a lo largo de la frontera entre Lunazel y Cezanne, y se bifurca en dos caminos: Edman Central y Battuanu.

En ese momento, dos hombres vigilaban la plataforma A, y tres la B.

—Ya sea que vayamos a Edman o Battuanu, creo que uno o más irán en el mismo tren —murmuró para sí misma.

Lunazel era la ciudad más grande de la provincia, por lo que era inevitable que la estación estuviera siempre llena de viajeros. Algo desafortunado causaría una gran conmoción.

Oh, siento que estoy en un juego de persecución… ¿Deberíamos quedarnos en Lunazel por una noche?

Mientras ella estaba ocupada en sus pensamientos, vio a Kyle regresar. Rápidamente le hizo señas y le preguntó:

—Lord, quizás deberíamos pasar la noche aquí…

Kyle se inclinó hacia adelante, interrumpiéndola. Su rostro a centímetros del de ella.

—Lord… ¿Lord? —Un jadeo escapó de sus labios cuando sintió los de él rozando su mejilla; su respiración le hizo cosquillas en la oreja. Desde lejos, parecería un hombre besando a su amada en la mejilla.

—Una noche de sueño no cambiará nada. —Al susurro del investigador, Noah volvió en sí. Él prosiguió de inmediato: —El guardia de seguridad me informó que ayer una mujer pelirroja fue atacada.

—Entonces, ¿qué vamos a hacer?

—Debemos atraerlos.

—Atraerlos… ¿Cómo?

Los dedos de Kyle acariciaron su cabello color albaricoque que estaba escondido bajo la capa, mirándola intensamente. Noah comprendió al instante el significado de su mirada, y tomó su mano. En ella había dos billetes: uno para Edman y el otro para Battuanu.

Estaba previsto que el tren partiera dentro de diez minutos. Al ver  los boletos, se dio cuenta de para qué eran.

—Mu, ¿cuánto tiempo puedes utilizar la magia de invisibilidad sin quitarle demasiado maná a Noah? —le susurró el investigador al niño en su regazo.

El pequeño permaneció en silencio por un momento, como si contara mentalmente. Luego, murmuró:

—Unos treinta minutos. No logro hacerlo por más tiempo con este cuerpo. Podría extenderlo si volviera a mi tamaño original, pero eso le complicaría las cosas a Noah.

—¿Treinta minutos? —El nerviosismo comenzó a invadirla mientras pensaba en las numerosas posibilidades que podrían ocurrir.

Kyle giró un poco la cabeza, su barbilla tocándole la piel.

—Empieza tan pronto como subas al tren. Inmediatamente después de que te quites la capa y las gafas, te mezcles con la multitud y abordes el tren hacia Edman Central, Mu te lanzará el hechizo de invisibilidad. Cuando te vean, enviarán una señal. Es ahí cuando te dirigirás al tren hacia Battuanu. ¿Vas a estar bien?

—De acuerdo. Estaré bien. ¡Debería estar bien! —exclamó Noah, a pesar de sus piernas temblorosas.

—Genial.

El investigador enderezó su postura y le tendió la mano.

—Vamos, señorita Noah.


[1] Un magistrado es una persona que tiene el oficio o el cargo de juez.

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