Traducido por Melin Ithil
Editado por Lugiia
Como doncella exclusiva de Yurina, Betsy, quien estaba a cargo de atender a Raynard esta vez, respiró hondo y comenzó a hablar sobre lo que pasó después de que la joven dejó la sala.
—Después de que usted se fue, señorita, el joven Raynard se mostró cauteloso con nosotros y con la señora Lauren, pero no dijo nada y se mantuvo en silencio. La señora tomó una tela diciendo que el color quedaba bien con el tono de piel del joven y nos mostró un diseño que está de moda en estos días. —Yurina pensó que todo parecía normal hasta ese momento; sin embargo, la doncella continuó con la raíz del problema—: Entonces, cuando estaba mirando el diseño de un sombrero para salir, la señora Lauren…
—¿Por qué dejaste de hablar? ¿Qué dijo la señora Lauren?
La doncella se puso más nerviosa y movió sus manos como si hubiera hecho algo mal.
—Dijo que los ojos rojos del joven Raynard parecían siniestros y que lo mejor sería cubrirlos cuando saliera.
—¿Qué? —En ese momento, Yurina creyó haber escuchado mal, por lo que preguntó bruscamente.
Al escuchar el tono de voz de su señorita, Betsy agarró el dobladillo de su falda.
—Ya le había advertido a Robert que cualquiera que mencionara sus ojos seria severamente castigado.
No había sido una sorpresa que eso sucediera. Para Yurina, sus ojos eran sinónimo de esperanza, pero no para los demás.
La gente temía sin motivo alguno a aquellos ojos rojos que por primera vez en sus vidas veían, como si sintieran un vago horror por algo desconocido.
Por eso es que trataban a quienes tenían los ojos color rubí como si estuvieran malditos en un imperio que no consideraba que ese color fuera una bendición.
Entonces, el día que llevó a Raynard a la mansión, le dijo a Robert que prestara mucha atención a los empleados y gracias a eso, no hubo muchos problemas hasta ahora.
Sin importar cuántas personas trajeran, Robert les habría advertido. No había forma en que no siguiera sus órdenes.
Betsy negó con la cabeza vigorosamente ante la acusación de por qué Robert dejó que la señora Lauren dijera esas cosas.
—El mayordomo ciertamente hizo la advertencia, pero incluso cuando se lo señaló, ella parecía tener prisa por decir esas cosas y no lo escuchó. —Según Betsy, la señora Lauren fingió no escuchar la advertencia del mayordomo y continuó señalando sus ojos—. Dijo que siempre deberá estar agradecido con la familia Carthia que decidió apoyar a un niño tan siniestro, que la señorita parecía tener un corazón realmente bueno. El joven Raynard inicialmente le gritó que se callara con el rostro completamente rojo; sin embargo, la señora continuó. Dijo que, si no fuera por la familia Carthia, jamás habría hecho su ropa, que el solo hecho de estar juntos le hacía sentir que su energía siniestra se extendía. Cuando él escuchó eso, se abalanzó hacia la señora. Robert y las doncellas trataron de quitárselo de inmediato, pero el joven ya había arañado el dorso de la mano de la señora Lauren.
»Mientras Robert se llevaba a la señora, la escuché diciendo que solo estaba tratando de enseñarle a ser amable con la familia Carthia, que apenas habían pasado unos días y el niño ya se sentía lo suficientemente superior como para referirse a ella como una «zorra malvada» y ordenarle que cerrara la boca. Después de eso, el joven hizo un alboroto para sacarnos a todos y fuimos echados al pasillo. No sabía qué pasaba adentro, así que traté de entrar, pero cada vez que abría la puerta, gritaba nerviosamente y tiraba cosas, así que no pude.
Mientras escuchaba la explicación, Yurina sintió que la habían insultado. Incluso cuando apretó los puños, sus dos manos temblaban y su furia ascendió hasta la parte superior de su cabeza, haciendo que su rostro se calentara.
Si la señora Lauren hubiera estado frente a ella, ahora mismo habría tenido su mano sobre su feo rostro.
¿Pensaste que me causaría una buena impresión?
Aquellos que son débiles aplastan imprudentemente a quienes están por debajo de ellos y a los que son más fuertes, se agachan y sacuden la cola suavemente. El propósito de Lauren parecía obvio y se sintió disgustada.
Se acababa de enterar de la situación y ya se sentía profundamente miserable y enojada. ¿Cómo se habrá sentido Raynard al haber escuchado esas palabras tan maliciosas en persona? Lo lamentaba… lo lamentaba tanto que no tenía confianza para mirarlo a los ojos.
Respiró hondo varias veces para controlar sus emociones, luego apretó sus dientes.
—Tan pronto como hayan atendido a la señora Lauren, tráiganla ante mí —dijo sin despegar los dientes, luego volvió a agarrar el pomo de la puerta. Los empleados estaban aterrorizados e intentaron detenerla, pero ella llamó sin prestarles atención—: Ray, soy yo. Voy a entrar.
Habló en voz alta a propósito y abrió la puerta. No escuchó un grito esta vez, así que procedió a entrar. Levantó la mano para contener a las doncellas que intentaban entrar y cerró la puerta.
El interior del salón ya era un desastre. La alfombra de color borgoña estaba empapada, con jarrones rotos y pétalos marchitos esparcidos sobre ella.
Yurina miró al suelo desordenado por un momento y luego se acercó lentamente al sofá donde estaba sentado el joven.
Raynard estaba encogido, abrazando sus rodillas con ambos brazos y hundiendo su cara entre ellas. Su cuerpo se estremeció, haciendo que se acurrucara aún más. La forma en que sostenía su cuerpo lo hacía parecer aún más pequeño.
Preferiría que estuviera enojado.
Si fuera como de costumbre, él se quejaría con ella y le diría: «¡Ella me ignoró!». Entonces podría contestarle: «Me aseguraré de que pague el precio por ignorarte». Habría sido más fácil aceptar su enojo. Incluso si la hubiera culpado diciendo: «Te dije que no me dejaras solo», se habría disculpado por haberlo hecho y lo habría recompensado pero, inesperadamente, estaba viendo una figura temblorosa como esa, por lo que su mente se quedó en blanco y no pudo averiguar qué decir.
—Ray. —Después de decidir lo que diría, se acercó a él y se sentó. El niño enterró aún más su cabeza, pero no le gritó que se fuera—. Lamento llegar tarde. —No hubo respuesta, así que continuó—: La señora Lauren va a pagar un alto precio por haberte insultado, así que Ray… —Los ojos de Yurina se abrieron en un instante mientras levantaba cuidadosamente su cabeza con ambas manos—. ¿Por qué estás así? —Tenía los ojos llenos de cicatrices que parecían ser rasguños al azar. Había muchos arañazos de color rojo brillante en los párpados transparentes, en las sienes y en los pómulos, y los alrededores estaban abultados de color rojizo—. Déjame ver. —Frunció el ceño mientras examinaba como su piel blanca tenía heridas rojas contrastantes.
—No, no mires. —El niño se tapó los ojos con una mano mientras con la otra la empujaba.
Al escuchar su voz temblorosa, Yurina sintió como si se hubiera tragado una piedra caliente; sentía una obstrucción y un ardor en la garganta.
Abrazó por impulso el cuerpo del niño. Objetivamente, aunque su cuerpo era similar al de ella, lo sentía tan pequeño en sus brazos.
Yurina abrazó su cuerpo tembloroso un poco más fuerte, acariciando suavemente su espalda con las vértebras levantadas. Él la abrazó por el cuello y el sonido de su llanto tocó vívidamente su oído
—T-Tú me mentiste —tartamudeó—. Dijiste que mis ojos fueron bendecidos por algún tipo de diosa, dijiste que tengo talento… pero eres la única que piensa de esa manera. —Mientras murmuraba con resentimiento, se aferró a ella desesperadamente, pensando que las palabras de su benefactora eran excusas.
El que hayas nacido con la bendición de la diosa es un hecho, Ray, tus ojos rojos son la prueba. Además, Dave te demostró que tenías talento.
Yurina podría decir aquellas palabras con total confianza porque todo era verdad; sin embargo, ¿de qué serviría decirle eso? Tal como él había dicho, ella era la única que lo creía.
Todo esto es mi culpa, pensé que todo se aclararía algún día… pero ese día todavía está muy lejos.
No importaba cuánto intentara tomar medidas contra los empleados y evitar que los malos rumores llegaran a sus oídos, no podía cambiar las percepciones de las personas.
Esa herida no se curaría solo cubriéndola con un vendaje y ocultándola. Algún día, se abriría de nuevo.
Para Raynard, sus ojos de rubí eran una cicatriz. Todo esto iba a pasar tarde o temprano.
—Lo siento. —Al final, todo lo que podía decirle era que la perdonara.
El delicado cuerpo de Raynard en los brazos de Yurina tembló.
—Te dije que no me sentía cómodo con ella, que la forma en que me miraba era extraña.
—Lo siento, todo es mi culpa.
—Por eso… te dije que no te fueras.
Cuando Yurina sintió que sus hombros se mojaban, se mordió los dientes con fuerza para contener sus lágrimas.
No sabía que sería tan difícil.
Ya sabía que la vida de Raynard no había sido tranquila, que esto era lo que sufría por ser diferente de los demás.
¿Como es que había logrado crecer bajo tantas críticas de haber nacido con ojos rojos cuando él no había hecho nada?
Además, no tenía a nadie que protegiera su delicado cuerpo y mente de las fuertes oleadas del mundo.
Estaba tan desesperado que tomó la mano de Yurina por primera vez, pensando que era la única que estaba de su lado. Sin embargo, para ella, la idea de estar de su lado y ganar su corazón había sido todo, no se había sentido particularmente compasiva por él.
No era fácil darle simpatía a alguien cuando ella apenas intentaba acostumbrarse a este extraño lugar.
Quizás, si no hubiera dudado y hecho más por él, Raynard no se hubiera sentido tan intimidado.
Ahora, mientras lo veía llorar con tanta tristeza como un niño de su edad, se dio cuenta demasiado tarde que debería haberlo cuidado mucho más, al menos mientras solo la tuviera a ella en este mundo.
—Lo siento. —Finalmente, hundió la cara en su cuello, sacudió los hombros y dejó caer lágrimas—. Lo siento mucho, Ray.
Cualquiera podría reírse de ella por ser hipócrita. Otros podrían descartar su acción por ser solo una simple simpatía. En realidad, ella no se sentía digna de culpar a la señora Lauren.
Después de todo, la única razón por la que Raynard estaba aquí era porque lo trajo para ganarse su favor y que quisiera protegerla más tarde.
En cuanto a ser puro, se podría decir que el corazón del marqués Defron en la novela, quien decidió reconocer su talento y apoyarlo, era más puro que el de ella. Fue así desde un principio. Incluso si lo había comprado, en lugar de simple caridad, sus intenciones eran sinceras.
En cambio, Yurina lo había estado usando para vivir y si estaba molesta con el comportamiento de la señora Lauren, sería una hipócrita.
Aun así…
Incluso si alguien señalaba su hipocresía, ella quería proteger no solo las heridas en el cuerpo de este niño, sino también el daño en su corazón.
—Ray, ignora a esa estúpida mujer. No sé dónde está en estos momentos, pero voy a hacerle pagar un alto precio por burlarse de ti. Ahora que lo pienso, no me gustó el diseño que trajo. La próxima vez, traeré a alguien más talentoso. —Antes de esperar que él dijera algo, continuó—: Y, si alguien vuelve a ignorarte o decirte algo, diles con confianza: «La persona que me trajo es Yurina Carthia, insultarme es insultarla a ella y a toda la familia Carthia. ¿Está seguro que puede manejarlo?» Y… —Se acercó a su oído para susurrarle—: Tus ojos son muy hermosos.
ray cosita no 🙁
gracias x el cap:)
Hermoso episodio, la historia me esta interesando bastante. No puedo evitar envidiar un poco a Ray
Muchas gracias 💖👍
😭 pobre Ray 😭
Ahhh noo…T^T
Muchas gracias, excelente historia. 😊 Me da tristeza Ray y todo el maltrato físico y emocional que recibió y percibe ; pero ahora Yurina estará con él.
Gracias por este capítulo…está historia está súper buena ya quiero saber que pasará…😘😘
Buaaa 😭😭😭
Que hermoso capítulo 😢😢
Gracias por traer esta historia 😢😢
Buaaa 😭😭 Que capítulo más hermoso 😢😢
Gracias por traer esta historia 😢