Crié a un sirviente obsesivo – Capítulo 10: Un niño herido (10)

Traducido por Melin Ithil

Editado por Lugiia


Con esas palabras, el llanto de Raynard se hizo más ligero y le permitió levantar su cabeza, reprimiendo a la vez sus intensas emociones.

Yurina lo miró y secó sus ojos rojos con mucho cuidado usando la manga de su vestido.

—Es la verdad, son tan hermosos como un par de rubíes brillantes. ¿Sabes qué es un rubí? Son minerales rojos parecidos a tus ojos. Me gustaría mostrarte alguno, pero no poseo en estos momentos joyas de rubí.

Siendo honesta, sus ojos no se veían tan hermosos, e incluso, Yurina se sorprendía ocasionalmente cuando se encontraba en la oscuridad con aquel rojo poco familiar.

Sin embargo, a ella le gustaban sus ojos.

¿Será porque sabía que eran un símbolo de una diosa? ¿O porque él era el personaje que la salvaría?

Por supuesto, no era solo eso…

A Yurina también le gustaba la mirada que le dirigía, sin una pizca de vacilación.

Desde que llegó a este mundo, fueron pocas las veces que tuvo una conversación sincera con alguien. Incluso las que tenía con su familia, con quienes hablaba en ocasiones, se sentían incómodas.

Siempre la miraban con ojos cálidos, pero lo que veían era una hija y una hermana menor que había estado con ellos durante diez años, no la Yurina que se convirtió en una persona diferente de la noche a la mañana.

Sin embargo, Raynard era diferente. Él no conoció a la Yurina del pasado. Frente a él, ella no tenía que fingir ser aquella «Yurina Carthia» y podía ser simplemente Senna.

—Me gustan tus ojos, Ray.

Los comentarios de la joven eran tan directos, que colorearon las mejillas de Raynard de un tinte rojizo un tanto oscuro. Él articuló con su boca en silencio como un pez y luego escapó de sus brazos.

—V-Vete, ¿qué estás diciendo de repente? ¿Cómo puedes declararle a un hombre que sus ojos son hermosos? ¡Eso es muy raro!

Rápidamente se alejó de ella y cruzó sus brazos en forma de X, de la misma manera que cuando las doncellas intentaron ayudarlo en el baño.

Eso no es lo importante ahora, pensó Yurina con un suspiro interno.

Además, ¿por qué le estaba dirigiendo una mirada como si estuviera alerta? ¿Qué estuvo mal en su comentario? ¿Decirle que sus ojos eran hermosos?

No esperaba que lo tomara como una especie de declaración, así que se sintió avergonzada por un momento al ni siquiera haber podido anticipar tal reacción.

Parecía que la situación iba en una dirección diferente a la prevista, pero, ya que Raynard se había recuperado un poco de los insultos, todo había terminado bien.

—¿Qué tiene de malo decirle «hermoso» a algo que lo es? Si no te gusta, entonces, ¿qué te parece «excepcional»? Tus ojos son excepcionales, Ray.

Raynard la miró en silencio. Mientras Yurina se encogía de hombros casualmente, él apartó la mirada de su figura y limpió su rostro lleno de lágrimas con el dorso de su mano.

Se sorprendió cuando ella tomó su mano.

—No puedes limpiarlo de esa manera, las heridas están abiertas.

—Oh, sí.

Yurina secó el rostro del niño suavemente con su pañuelo. Él aceptó con calma que tomara su mano y luego, mientras bajaba la mirada, murmuró:

—Oye…

—¿Sí?

—Tus ojos son hermosos…

Míralo ahora.

Ante sus palabras, Yurina se sintió como una maestra de preescolar cuando un niño decía: «¡Me gusta la maestra!».

Pensé que solo sabía quejarse, pero también tiene un lado lindo.

De alguna manera, quería bromear con él un poco más, así que inclinó la cabeza para verlo a los ojos.

—¿Es eso cierto? ¿Cómo son mis ojos?

—Bueno… —Raynard miró los ojos de Yurina, pero de repente abrió mucho los suyos ante la sorpresa—. Eso… ¿qué es?

—¿Eh? ¿qué?

Es muy obvio que estás cambiando de tema, pensó Yurina pero él tocó su herida.

—Esto no estaba aquí antes… —murmuró Raynard mientras pensaba en algo. De inmediato, hizo un sonido como si estuviera ahogándose—. ¿Esto lo hice yo…? ¿Fuiste tú la que golpeé con el jarrón que tiré?

La niña rápidamente cubrió la herida con su mano y rió.

—No.

—Mientes.

—¿Por qué mentiría?

Aunque sabía que era una mentira que ni siquiera un niño creería, ella de verdad quería engañarlo. No quería que cargara con la culpa de algo más cuando ya estaba sufriendo lo suficiente.

—Me preocupan tus heridas, no las mías. Podrían dejar una cicatriz —respondió ella y presionó la frente de Raynard con fuerza.

¿A quién le importa un rasguño cuando tiene una herida mucho peor en su rostro?

—Resulta que puedo pedirle a Dave que lo cure con magia. ¿Te parece bien? Estoy segura de que puede hacerlo sin dejar cicatrices.

No pensó que lo dejaría pasar, pero, aun así, trató de cambiar el tema y se rió de forma agradable. En otra situación, le pellizcaría un poco y le preguntaría por qué se preocupaba tanto por el rostro de Yurina en lugar del suyo, pero, en estos momentos, no podía hacerlo.

Raynard se mordió los labios durante un rato y después tocó la mano de Yurina que estaba sobre su mejilla.

—Quita tu mano.

—No quiero.

—Rápido.

En contra de los deseos de la niña, él quitó su mano y miró la herida. Mientras ladeaba su cabeza para observar de cerca, su expresión parecía más consternada que antes.

—¿Duele? —preguntó, tanteando alrededor de la herida con sus dedos.

—No duele —respondió ella, negando con la cabeza.

No podía decir que no hubiera dolor en absoluto, pero tampoco era tan doloroso. Cuando era consciente de la herida, sentía un poco de ardor, y cuando no pensaba en ella, ni siquiera recordaba que estaba allí.

Las doncellas habían hecho un escándalo por la herida en el rostro de la preciosa niña, pero este corte no era tan impactante.

—Sí duele.

—Realmente no.

—A mí me parece que sí.

Raynard se acercó a ella y se sentó, soplando con su aliento la herida. Cuando ella tiró de su torso hacia atrás por una sensación de dolor instantánea, él sostuvo sus mejillas con sus manos para evitar que huyera.

Como estaba tan cerca de él, pudo percibir un olor dulce proveniente del joven: el aroma de las flores de primavera, del que él había presumido tanto antes, era el mismo olor de su jabón.

Otro aliento frío se posó sobre su mejilla. Aunque era helado, las mejillas de Yurina parecían estar calientes por alguna razón. Desconocía si era porque sus ojos rojos como el fuego estaban fijos en su rostro o si era por algo más.

—Lo siento, no debí haber tirado el jarrón…

Cada vez que frotaba suavemente su herida con el pulgar, sentía un cosquilleo. Era una sensación de picazón que le provocaba la necesidad de rascar la herida, al igual que cuando aparece la costra en una lesión.

Mientras Yurina se rascaba la otra mejilla sin ningún motivo, Raynard, quien estaba constantemente tocando la herida, abrió mucho los ojos.

—¿Uh? ¿Eh?

Entrecerró sus ojos lentamente y miró su pulgar, manchado de sangre pegajosa.

—¿Qué sucede?

El niño observó a Yurina tocar su mejilla con una expresión de desconcierto y luego dio un paso atrás. No podía decir nada y su boca estaba blanca, como si hubiera visto un fantasma en medio de la noche.

—¡L-La herida se ha ido! ¡Estaba ahí justo hace un momento!

—¿Qué quieres decir?

—Definitivamente había una herida aquí, ¡pero ya no está! ¡¿Qué demonios es esto?! —exclamó pinchando la mejilla de Yurina que, hasta hace un momento, tenía una herida.

—¿Q-Qué cosas dices de repente…? —tartamudeó ella, tocando la sección de su mejilla que Raynard había pellizcado y dándose cuenta que ya no podía sentir dolor viniendo de ese lugar.

¿De verdad la herida desapareció?

Yurina rápidamente comprobó su rostro con el espejo de mano sobre la mesa. Justo como dijo el niño, su rostro, que debería tener una marca, no contenía ni un rastro de que un rasguño hubiera estado antes en ese lugar. Era una situación que carecía de sentido común.

—¿Cómo lo hiciste, Ray?

—No lo sé, solo deseaba que no estuvieras lastimada…

—Fue magia.

No sabía cómo él, que no había aprendido magia, acaba de usar magia curativa que era especialmente difícil entre los magos, pero era la única forma de explicar aquel extraño fenómeno.

—¡Es magia, Ray! ¡Me curaste con magia! —gritó Yurina, emocionada. Sabía que Raynard tenía talento, pero simplemente conocer ese hecho y verlo en persona era diferente. Siguió riendo como si la adrenalina se estuviera disparando por todo su cuerpo.

—¿Yo? De ninguna manera.

—Es magia, te lo dije, eres talentoso.

—¿Soy realmente talentoso? —preguntó, alternando su mirada entre sus manos y el rostro lleno de alegría de Yurina.

—¡Así es! —Ella lo tomó de las manos y lo sacudió como si realmente se hubiera convertido en una niña de diez años—. Ray, intenta tratar tus heridas ahora. Con eso, estarás más convencido.

—¿Cómo?

—Como hiciste conmigo… —Ella tomó su dedo y lo movió alrededor de su ojo herido—. ¿No lo frotaste suavemente de esta manera?

Sin embargo, contrario a sus expectativas, sin importar lo mucho que tocó la herida, no pudo usar magia curativa en ella.

♦ ♦ ♦

—Escuché que Raynard fue un poco grosero mientras no estaba presente. ¿Se encuentran bien sus manos? —preguntó Yurina, bajando su taza y sonriéndole amablemente a la señora Lauren.

La señora, quien la miraba con los ojos angustiados, relajó sus hombros después de haber estado tensos todo el rato. Puso las manos sobre la mesa y se frotó el dorso de la mano vendada.

Yurina respiró hondo para evitar arrugar su rostro… La señora parecía querer decirle con sus gestos que mirara sus heridas.

—Ray no es un mal chico, pero todavía no se ha adaptado a la vida en la mansión. Me disculpo en su nombre, me preocupa que la haya lastimado.

Lauren movió sus manos de un lado a otro y sacudió su cuerpo como si se quisiera levantar de la silla.

—No, no es necesario que la señorita se disculpe. No es para tanto. Después de todo, cuando hago ropa, muchas veces suelo pincharme con las agujas o cortarme un poco con las tijeras. No tiene que preocuparse demasiado.

—Oh, no sabía que era una persona tan considerada.

Yurina abrió el abanico en sus manos; con ello, podía manejar sus expresiones faciales y cubrir la mitad de su rostro.

Es aborrecible. ¿Esta mujer cree que, solo porque luzco más joven que su propia hija, la protegeré después de causar una escena con Raynard?

De hecho, desde la perspectiva de la nobleza, esto podría no haber sido un gran problema. Aunque era la esposa de un barón insignificante, la señora Lauren era una noble. En cambio, aunque Raynard era apoyado por la familia Carthia, era un niño común que aún no había aprendido los modales correctamente.

Si Yurina fuera una noble normal, simplemente habría ocultado todo esto, ya que la señora Lauren no insultó como tal a Raynard ni lo tocó.

Sin embargo, nunca podría dejar pasar tal acto. A diferencia de todos aquellos que eran nobles hasta los huesos, Raynard era más importante para ella que una noble como la señora Lauren.

Yurina quería agarrar el cabello de la mujer que estaba escondiendo su oscuridad interior, pero decidió no hacerlo.

Si quisiera, podría, tenía razones suficientes para hacerlo.

Se atrevió a ignorar las palabras de Robert de no mencionar los ojos de Ray.

No importa que lo haya dicho por la familia Carthia, el solo hecho de haberle dicho todas esas cosas a Raynard también ofendía a su familia.

Incluso si no hubiera habido una buena razón, sería lo mismo.

Aunque Yurina dijera, por una razón ridícula, que no le gustaba el rostro de la señora Lauren y, por ende, la abofeteara, la señora no podría hacer nada.

Al marqués de Carthia se le ocurriría una buena razón para convencer a los demás y daría a sus empleados una orden para proteger a su hija.

Pero ¿por qué debería ensuciarse las manos para enseñarle una lección? Ella conocía otra forma de dejarla en estado de shock.

—No logro entender. ¿Por qué una mujer tan considerada como usted ignoró el consejo dado de antemano por el mayordomo de esta mansión?

—¿Disculpe?

La señora Lauren no pudo entender de inmediato lo que Yurina estaba diciendo con una sonrisa y solo parpadeó. La joven la miró por un momento e hizo un gesto a la doncella que estaba detrás de ella.

—Tráelos.

Pronto, llegaron las doncellas con algunos de los vestidos de Yurina, hechos por la señora Lauren. Esta última miró los vestidos y tragó con una expresión de confusión en su rostro.

—¿Por qué…?

Yurina respiró hondo por la nariz, necesitaba preparar su corazón para lo que haría a continuación.

No quería ir tan lejos.

Desde que reencarnó en una noble de una familia con gran estatus, se dijo a sí misma que no se aprovecharía de su poder ni se atrevería a ignorar a sus subordinados.

Pero solo esta vez, quería hacerle lo mismo a la señora Lauren por haber humillado a Raynard. Quería hacerla sufrir todo el dolor que había sentido.

Mientras mantenía su mirada en los ojos de la señora Lauren, Yurina le dijo claramente a las doncellas:

—Rásgalo.

Cada vez que la doncella cortaba sin vacilar, se escuchaba un sonido de tela rasgándose. Después de cortar los hilos, las perlas decorativas rodaron por el suelo.

La señora Lauren soltó un pequeño gemido, pero a Yurina no le importó y le hizo un gesto a la doncella que estaba a su lado.

—Rásgalo.

De nuevo, la doncella rasgó otro vestido sin dudarlo. Y así, ordenó rasgar uno a uno todos los vestidos que habían traído. La señora Lauren, con la cara pálida, sacudía su cuerpo mientras la miraba rasgar cada uno de ellos.

—¿Le has dicho a Raynard que tu consejo era en favor de la familia Cathia? De verdad lo aprecio, pero si realmente lo hubiera hecho por mi familia, ¿no debería haber prestado atención a la advertencia de no mencionar sus ojos? Ignoraste mis órdenes y aun asi dijiste aquello en nombre de los Carthia. —Yurina miró el rostro de la señora Lauren teñido de asombro y sonrió como una niña inocente—. No creo que haya dicho esas cosas sin haberlas pensado antes, ¿verdad?

De ahora en adelante, la señora Lauren nunca más volverá a hacer ropa para la nobleza.

3 respuestas a “Crié a un sirviente obsesivo – Capítulo 10: Un niño herido (10)”

  1. Estuve buscando esta historia por mucho tiempo :’), me alegra ver que esta siendo traducida. Muchas gracias por el cap!, se les quiere :3

  2. No puedo creer que diga esto pero me dio un poco de lástima con la señora Lauren jaja 🙁
    Pero bueno, era necesario para que no hubieran más problemas adelante. Amo a Ray, quiero protegerlo😭😭

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