Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 02: ¿Una tonta hija y niña? (2)

Traducido por Lucy

Editado por Meli


La noche que dije: “¿Puedo casarme con mi papá cuando tenga un millón de años?”, di patadas altas en la manta unas cuatro veces antes de irme a dormir, pero ese incidente me llevó a tener la oportunidad de comer a menudo con el perro.

—Estoy tan orgullosa de ti. —Kang Seoyoung me besó en la mejilla.

—¿Huh? ¿Estás orgullosa de mí?

—Es muy significativo tener una comida con él.

¡Madre! ¿Estás diciendo que es más gratificante comer con un perro que no sabe bailar que ser elogiada como una genia por el mejor matemático y académico?

Kim Hwansung y Kang Seoyoung son similares, él me obliga a ladrar y ella me hace llamarla madre todos los días.

En este universo lejano, los hombres entran en la escuela primaria cuando tienen ocho años, en cambio, las niñas hacen “la ceremonia de las niñas”. Y todo lo que tienes que hacer es visitar a los ancianos y tomar el té con las mujeres de tu familia.

Abracé a Kang Seoyoung y sus ojos se abrieron por la sorpresa. Ella, al igual que las demás mujeres aquí, están abrumadas por la soledad… No, están viviendo con la soledad. Aquí no hay quien les demuestre amor.

—¡Bienvenida!

Kim Hwansung, la atmósfera era tan linda, pero algún día te mataré por obligarme a hacer algo tan vergonzoso como correr detrás de esa muñeca de trapo.

—Oh, hay una madre.

—¿Está el príncipe aquí?

—Sí, voy a jugar con el perro.

Él me llamó perro, pero a ella no le importó, incluso parecía complacida. Estoy segura que piensa que es un honor que el príncipe, que es un noble de alta estima, juegue con la vulgar princesa.

—¡Hermano!

Quiero asesinarte… pero no todavía. Maldita sea.

—Oh, dios mío, tú de verdad…

Corrí con mi muñeca de trapo en la mano, sosteniéndome de la cintura de Kim Hwansung y saltando, él sonrió.

—De verdad luces como un perro de mierda. Que fea que eres.

—Por favor, di que soy bonita. —Me alejé un paso de él.

—Te diría que eres bonita si lo fueras.

—La niña sería muy feliz si su hermano dijera que es bonita.

Muy bien. Parece que esta noche volveré a patear mi sábana. ¿Qué pasó acerca de la chica? ¿Qué pasó con tu hermano? Suhee, no, Sanghee. Se ha ido por un largo tiempo.

—¿Quieres que yo te diga hermosa?

—¡Sí!

Él sonrió dulcemente.

—Eres hermosamente horrible.

Nunca te rindes en ser desagradable.

—Oh, vamos, ven a comer.

Kang Seoyung, quién nos había estado mirando con una mirada satisfecha, lucía horrible. Tal vez estaba en shock qué el príncipe por su cuenta se hubiera acercado a invitarme a comer.

—¡Wow! ¿La niña va a comer con su hermano?

—Sí, tú, yo, y mi papá. Oh, y mi madre vendrá, también.

Kang Seoyung estaba sorprendida y sacudió su mano.

—Oh, ¿cómo podría yo?

Esa era una reacción normal en una mujer en este mundo. Pero es algo que cambiaré cuando sea mayor. Por supuesto, tengo que trabajar duro para hacerlo.

—Está bien. Mi padre dijo que sí.

—Bueno, bueno, si lo hace, espera un segundo… maquillaje, no, no, no, no, es solo… Sí, volveré en seguida.

Kang Seoyoung lloraba de felicidad. Era una pena que su alegría fuera porque su esposo comería con ella una vez. Él era un hombre terrible.

Gachaban, Kang Seoyoung, Kim Hwansung y yo. Había solo cuatro personas sentadas en esta gran mesa rectangular.

—¿Qué camina en cuatro pies por la mañana, dos en el almuerzo, y tres pies en la noche? —habló Gachaban con una voz seria.

Dejé de comer sopa de carne e incliné la cabeza.

—Dunggae —respondió Kim Hwansung.

—Estás equivocado.

Era ridículo que estuvieran tan serios ante un problema que era de tercer grado de la escuela elemental. Bueno, no es la Tierra aquí.

—Cariño, tú dime.

Las palabras de Kang Seoyoung me sorprendieron un poco.

Los ojos del perro me señalaron. Lucía ansioso y preocupado, al final, en este mundo las mujeres no tienen derechos, los hombres siempre las miran hacia abajo y las intimidan, y justo en ese momento estaba un poco asustada.

¿Qué debería decir?

—Dame un poco más de tiempo. La chica lo pensará bien.

Dejé la cuchara y fingí que lo pensaba bien, como si fuera un problema complicado, sería contraproducente contestar rápido.

Maldición, estoy tan triste.

Para el tiempo en que la comida estaba a punto de acabarse, abrí mi boca muy cuidadosamente.

—La respuesta es… ¿No sería una persona?

Gachaban me miró.

—Eres una buena chica. Está muy bien.

Me levanté y corrí hasta Gachaban.

—Señor, obtuve el resultado de una pregunta, muy, muy difícil. Deme un obsequio.

Las manos de Kang Seoyoung temblaban, su grito interno resonó en mi mente, era como si me dijera:  “No, Sanghee. ¿Cómo puedes decir algo tan ridículo como que te den un obsequio? ¡Una mujer nunca debería decirle eso a un hombre!”

Gachaban sonrió.

—¿Un regalo?

—¡Sí! Tengo un deseo muy, muy grande.

—¡Diez barras de chocolate! —añadió Kim Hwansung por mí.

Yo no necesito eso. Tú comes demasiado.

—¿Qué es lo que quieres?

—¡Dame una palmadita!

Me agaché y froté mi cabeza contra la mano grande y pesada que estaba debajo de la silla.

Oh, esto es patético.

Es tan patético. Oh, no puedo decir nada, pero siento mucha lástima de mí misma ahora.

Me reí para afuera, Kang Seoyung estaba ansiosa y giró sus ojos hacia otro lado.

—¡Es una palmada! Me está dando una palmada. ¡Palmada, palmada, palmada!

Quiero golpear en el rostro a Kim Hwansung, quien se está riendo muy fuertemente.

De todas maneras, para una chica, Gachaban fue muy arrogante y me acarició el pelo después de pensar que mi deseo era demasiado grande. Estoy tan orgulloso de ti al acariciar mi cabello una vez. Lo miré con una sonrisa feliz que parecía contener al mundo entero.

—¡Papi!

Kang Seoyoung está a punto de llorar. Tiene la cara llena de miedo. Escuché que los príncipes nunca han llamado a sus padres desde que tenían siete años. Ser padre aquí está más allá de la imaginación. Al menos para Kang Seoyoung.

—¿Qué hay de Sanghee? Quiero mucho a mi padre.

Para soportar las náuseas por mis actos, me repetí muchas veces que era solo una niña de siete años.

Observé a Kang Seoyoung que parecía estar gritándome: “Por favor para, Sanghee. Por favor.” Aunque su sonrisa nunca se desvaneció.

El perro dejó de reírse.

—Definitivamente hay algo inusual acerca del comportamiento de esta chica.

—¡Porque es caca! —contestó Kim Hwansung.

—Pero me siento muy bien. Alguien dijo que si fuera niño, habría sido una gran ayuda para el país. Sería un héroe  —dijo con una mirada amarga en su rostro y apretó los puños.

—¡Hubiera sido un héroe y me hubiera casado con mi padre!

No puedo creer que frenara al rey antes de desmayarme. Pero la verdad es que no quiero comer con esta persona una o dos veces. Por supuesto, esta cuerda floja no era fácil.

Ni siquiera lo obligué a que lo hiciera, pero él acarició mi cabeza.

—Visitaré tu habitación hoy. Estate preparada.

Kang Seoyoung asintió con un rostro tímido.

♦ ♦ ♦

Hay muchas mucamas en este palacio. Para doce reinas y treinta princesas, están muy ocupadas todos los días, pero aun así, no dejaron de hablar del extraño rumor de que  Kim Sanghee había acompañado a comer al rey.

—¿De qué estás hablando?

—No, piensa acerca de eso. ¡El rey ha llamado a la princesa por su cuenta! —gritó Song Soojin.

—Podrías envenenar a una niña inútil.

—¡No digas nada extraño! ¿No sabes que las palabras pueden ser cultivadas? ¡Mi princesa es tan hermosa y amable!

—No, ¿por qué estás tan emocionada? ¿Sabes que es raro, verdad? Estás así por qué piensas que es posible, ¿no es así?

No, no puede ser, pensó Song y se mordió su labio.

Sin embargo, en los libros, se contaban historias de mujeres que habían sido asesinadas de esta manera, sobre todo aquellas princesas que intentaron quedarse con un príncipe.

El rumor de que Kim Sanghee, la princesa que servía Song, era amada por el rey y muy cercana al príncipe se extendió hasta las 33 princesas. Sin embargo, este rumor incluso llegó a las princesas.

—La ceremonia de chicas será celebrada pronto —susurró Kim Seohee.

—Voy a darle un buen tiempo. No sé si estás pensando en pasar el tiempo con princesas nobles.

—Sí, hermana. Ella es fea. No tiene modales, y pienso que las demás hermanas deberían dar un paso adelante y amonestarla. Ella podría ser una chica abominable cuando cumpla ocho años. ¿No deberían las hermanas mayores mostrarle el camino correcto?

—La princesa Seohee está en lo correcto. Tendremos que hacerlo.

—Es verdad. Pienso que me ayudaron a despertar cuando era una niña. Ese es el rol de nuestras princesas.

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