Dinero de consolación – Capítulo 51: Mi primer amor (POV del Caballero Escolta Bärg)

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné

---

Mi nombre es Bärg. Soy un caballero, así como el tercer hijo de una familia de comerciantes.

Dado que me veía femenino, normalmente las demás personas me confundían por una mujer y, a pesar de haber entrenado mi cuerpo incansablemente todos los días, esos varoniles músculos aún estaban muy lejos de aparecer.

Aun así, hay una mujer que me gusta. Es la señorita Julia, de la casa del Conde Knocker.

Cuando la conocí, ella tenía diez años y se convirtió en una historia divertida donde todos mis hermanos y yo nos enamoramos de su hermoso rostro y de su inteligencia.

Cuando escuché que la señorita Julia se había comprometido, sentí seriamente que mi mundo había llegado a su fin e incluso mis lágrimas aún manchaban mi almohada cada noche.

Se decía que todos aquellos comerciantes habían estado refiriéndose al prometido de la señorita Julia como un Invitado de Honor. Por supuesto, el significado detrás de ese apodo es que era como un mal cliente.

Además de mí, muchos otros hijos de comerciantes derramaron sus lágrimas con desesperación cuando se enteraron de su compromiso con la casa del Marqués, quienes no sólo estaban locos por los ornamentos sospechosos y los muebles para el hogar, sino que también carecían de la inteligencia para ser capaces de emitir un buen juicio cuando alguien intentaba forzarles una venta.

Por lo tanto, cuando se enteraron de la anulación del acuerdo matrimonial de la señorita Julia, todos los hijos de comerciantes de la ciudad rápidamente enviaron un regalo a su casa. Yo incluido. Más tarde, una nota de agradecimiento vino de la señorita Julia.

Gracias por darme a mí, que paso por un mal momento, un regalo tan encantador. Mi corazón se reconfortó con su sincera consideración. Espero que en el futuro continúe llevándose bien con la Casa de los Knocker.

Era una carta breve, pero se convirtió en mi tesoro. De esta manera, podría comenzar mi plan para volverme más cercano con la señorita Julia y, tal vez, algún día tenerla como mi prometida…

Mientras me encontraba reflexionando sobre tales ideas, oí que la señorita Julia se había comprometido nuevamente y esta vez con la persona más importante de este reino, el Príncipe Rudnik.

Además, me nombraron Caballero Escolta para esta futura Reina. Me encontraba luchando contra el sentimiento de felicidad que venía de la oportunidad de proteger a mi amada y la desesperación que surgió de la brecha entre nuestras existencias.

Más tarde, supe que la razón por la que fui nombrado Caballero Escolta de la señorita Julia se debía a mi apariencia femenina y, que por lo tanto, no sería considerado como un hombre por ella. No pude evitar sentirme bastante triste por tal motivo.

La señorita Julia realmente amaba a Su Alteza. Probablemente.

Antes… en la oficina de Su Alteza… ellos… parecía que se estaban be-besando… Hic… Mis-Mis lágrimas…

De todos modos, ¡no me importa ni un poco su Alteza! De ahora en adelante, dedicaré mi vida a proteger a la señorita Julia.

Además de eso, Su Alteza viajó a la nación de las bestias para ayudar con el reciente incidente de secuestro ocurrido en ese reino y no había regresado a casa durante los últimos tres meses. Esta podría ser mi oportunidad.

Mientras la señorita Julia no deseara estar con Su Alteza, huiría con ella de este lugar. Sin embargo, si la señorita Julia amaba a Su Alteza…

—Joven Bärg.

— ¿Sí, qué sucede señorita?

—Bueno, hay algo que deseo preguntarle… ¿Le parece bien?

—Por supuesto. ¿De qué se trata?

El rostro de la señorita Julia comenzó a teñirse de rojo mientras lanzaba una mirada furtiva para después mirar hacia otro lado.

¡Qué linda!

Ver una expresión tan linda en la señorita Julia hacía que me dieran ganas de ocultarla de la vista de los demás.

El otro caballero, Richard, era un gran obstáculo en este plan.

—Con respecto a este asunto, ¿desea solo preguntarle a Bärg?

—No, bueno… También está bien que el joven Richard escuche al respecto. Bueno, Su Majestad me dijo que le dijera a Su Alteza cuando regresara a casa que lo había extrañado… ¿Les disgustaría que alguien confesara que se siente sola sin ustedes?

¿Qué pasa con esta cruel pregunta?

— ¡Por supuesto que sería feliz! ¿No es cierto, Bärg?

—S-Sí…

—Bueno, aparte de eso, Su Majestad también me dijo que Su Alteza se sentiría más complacido si lo llamaba Rudy, ¿es realmente verdad?

Richard sonrió antes de contestar.

—Bueno, parece que a Su Alteza rara vez lo llaman por su nombre, así que creo que se sentiría especial si usted se dirige a él como tal.

La señorita Julia se me quedó mirando, como pidiendo una confirmación.

—Creo que él se sentiría complacido…

Con el rostro sonrojado, la señorita Julia sostuvo el dobladillo de mi chaqueta de caballero mientras hablaba.

—Necesito practicar, así que, ¿puedo hacerlo con ustedes?

¡¡Es tan adorable!!

Me lo pidió mientras me miraba hacia arriba con el rostro completamente rojo.

¿Puedo abrazarla un poco? ¿Debería llevármela a casa?

— ¡Señorita Julia, estoy más que dispuesto a ayudarla a practicar!

— ¡Muchas gracias, joven Richard! Siento que sería muy embarazoso no poder decir esas palabras correctamente.

La señorita Julia agarró ambas manos de Richard mientras se alejaba de mí.

Eso es malvado de tu parte, Richard.

Richard respondió con una sonrisa a mi mirada fulminante.

¡Qué irritante!

—Bärg, justo ahora deseabas matarme, ¿no?

—Nunca deseé tal cosa.

— ¿Entonces fue inconscientemente?

La mirada de la señorita Julia se quedó en blanco mientras continuaba apretando la mano de Richard sin preocuparse por nada más a la vez que murmuraba repetidamente: cuando Su Alteza no está aquí, me siento tan sola.

De hecho, tenía la extraña sensación de que la señorita Julia podría haber estado auto hipnotizándose al pronunciar esas palabras.

---