Traducido por Kiara
Editado por Ayanami
Ella fue desterrada. Y de manera gloriosa, nada menos. Frente a sus dos hijos, Orelly fue desterrada de la Casa Iphelleta.
—No. Es una mentira…
Su padre, Tes, siguió a Orelly desde atrás y la observó caminar desesperada. Una ola de arrepentimiento se apoderó de su mente. Su actitud malcriada había vuelto para morderlos en la espalda.
—Retirada.
Tes envió el mensaje mental con una expresión triste en su rostro.
Había ordenado un retiro completo para todos los asesinos que habían invadido la mansión.
—Debe…debe…ser un sueño. Cuando vuelva a abrir los ojos, estaré en mi cama. Sí… ¡Sí!
Tes se mordió los labios y observó a su hija escapar de la realidad. De repente, un pensamiento lo golpeó. Si hubiera decidido no visitar la mansión hoy, ¿podrían haber evitado todo esto?
Lo consideró…al final del pensamiento, sacudió la cabeza y rechazó la idea.
—Incluso si no fuera hoy, seguramente, sucedería tarde o temprano.
No hay nada que pueda ocultarse para siempre. Tes lo sabía bien. El destierro de su hija fue igual. La verdad estaba destinada a filtrarse en el mundo, eventualmente.
—Esto, es algo bueno.
Era mejor ser castigado antes. Si pudieran aprender de esto, podrían superar bien la situación. Tes era un hombre que tenía el dinero y el poder para hacerlo realidad.
—No difundirán la noticia en todas partes, ya que también implica manchar su honor. Tes, que había terminado de organizar sus próximos movimientos, puso su mano sobre el hombro de su hija.
—Padre, esto no es cierto, ¿verdad? No hay forma. ¡Mi esposo nunca me abandonaría así! ¡Nunca haría tal cosa cuando también están Ryan y Lloyd!
—Está bien, Orelly. Todavía podemos salvar la situación.
Tes trató de razonar con ella, pero parecía haber perdido la razón.
—Esto…esto es todo culpa suya.
Las palabras de su padre no la alcanzaron, cuando ella juró venganza con sus ojos ardiendo de ira.
—Iris… ¡Es porque esa perra Iris lo sedujo!
Los pensamientos de Orelly continuaron más allá de la certeza, hasta el punto de la celosa convicción. La concubina de Lord Stein Finn Iphelleta, Iris, Orelly estaba convencida de que ella misma no había hecho nada para merecerlo.
—Si está muerta… ¡Eso es! ¡Solo necesita morir!
Orelly comenzó a emitir sed de sangre a su alrededor. Una sombra apareció en el rostro de Tes cuando presenció la mirada amenazante de su hija.
—Ella va a tener dificultades.
Para recuperar su cordura, debía reeducarla desde cero, para cambiar su mente. Tes suspiró al juzgar que ninguna de esas cosas será fácil de hacer.
—Ah.
— ¿Por cuánto tiempo se alejaron de la mansión?
La voz de un niño vino abruptamente frente a ellos. Tanto Orelly, que había caminado con una cara furiosa, como Tes, que la seguía por detrás, se detuvieron.
— ¿Qué sucede? ¿Ya terminaron todas las cosas divertidas?
Fuera de su vista, la voz preguntó. Fue dirigido a Orelly y Tes.
— ¿Quién es?
El sol se había puesto y era difícil ver alrededor del área. Tes, con los nervios de punta, envió una pregunta con el ceño fruncido.
Los arbustos susurran con un sonido diferente, cuando una persona los atraviesa. Dentro de la paz y la tranquilidad, un ruido sonó como si buscara algo.
No fue duro, pero tampoco suave.
—Parece gustarle.
La voz llegó desde el frente, saturada de sentimientos de remordimiento por perderse el incidente. Y, una vez más, los pasos siguieron. El que estaba en la oscuridad parecía estar comiendo algo.
—Espera, esta voz… ¿Dónde la he escuchado antes?
Tes frunció el ceño, cuando se paró frente a su hija. Recordaba haber escuchado esta voz muy recientemente. ¿Dónde fue?
Donde…
El cuerpo de Tes se congeló como una piedra, cuando recordó. La voz era idéntica a la del mensaje mental que había escuchado antes de que comenzara la invasión esta tarde.
—Oh, padre…tiene un lado sorprendentemente suave dentro él. Qué molesto.
Los pasos se acercaron. Mientras el ruido continuaba, un niño, que tenía una bolsa llena de algodón blanco apareció frente a ellos.
— ¡¿Eres tú?!
Orelly, que estaba detrás de Tes, señaló con el dedo y con los ojos bien abiertos, cuando descubrió quién era el niño. Era alguien que ella conocía demasiado bien.
— ¡¿Por qué estás aquí?!
Era Riley. En toda la historia de Iphelleta, es el descendiente más inútil, el más perezoso y el más ocioso que ha existido, Espada perezosa. Era el tercer hijo de la casa. Un niño que ni siquiera podía balancear una espada de madera correctamente.
—Hmm…
Un puñado de ‘bolas de algodón’ quedaron dentro de la bolsa. Riley terminó las ‘bolas de algodón’ restantes y respondió después de tragar.
Orelly le dirigió una mirada incrédula. ¿Desea, desesperadamente, encontrar su fin aquí? Orelly quería preguntar eso, pero la pregunta no pudo salir de su boca.
Tes sacó su daga, totalmente decidido a matar al niño. La misma intención se podía sentir en toda el área. Eran los asesinos bajo el mando de Tes.
—Queria resolver mi problema personal. —Riley movió su mano, mientras continuaba.
Riley arrojó la bolsa detrás de él y estiró el cuello hacia la izquierda y hacia la derecha, y su mirada aumentó en intensidad.
Les advirtió.
—Chicos…puedo perdonarlos, ya que no vinieron aquí para molestarme. Los dejaré ir esta vez, por escuchar mi advertencia anteriormente.
La verdad era que el propio Riley había matado a algunos de los hombres encapuchados que intentaban usarlo como rehén, pero ese hecho no era tan importante.
—También es molesto.
Riley abrió y cerró los puños mientras continuaba.
—Pero…no a Lady Orelly —Añadió al final. Lady Orelly no podía quedar impune.
— ¡Ah! Espera, ya no eres Lady Orelly.
Riley, rápidamente, notó su error. Él creía que era de mala educación llamarla Lady ya que fue desterrada hoy.
— ¿Qué debo decir? Hm…
Incluso en esta situación grave, Riley reflexionó y luego preguntó en un tono relajado, con una sonrisa,
— ¿Señorita Orelly?
— ¡Tú!
En un ataque de rabia, como si ella hubiera heredado su talento como asesina de su padre, la daga fue directamente hacia los labios de Riley.
Fue para partir esa boca engreída por la mitad.
—Sí, no puedo dejar que la señorita Orelly se vaya tan fácilmente.
Riley continuó, mientras esquivaba la daga inclinando la cabeza.
— ¿Cómo él…?
¿Para que ese niño perezoso esquive la daga, tan fácilmente? Orelly abrió mucho la boca, ya que no podía ocultar su sorpresa. Mientras tanto, a pesar de estar rodeado de asesinos, Riley parecía completamente relajado.
—Tú…necesitas pagar un alto precio por lastimar a mi madre. Ya que puedes volver para vengarte también.
La voz de Riley se hundió de repente. La atmósfera pausada a su alrededor cambió, y los vientos fríos comenzaron a arremolinarse. Como dagas afiladas, el aire parecía cortar a su alrededor.
— ¿Qué…?
Orelly y Tes se quedaron quietos, incapaces de creer lo que estaban viendo. De repente, el niño sostenía una espada de madera en su mano derecha.
Muchas gracias por esta novela, está realmente genial y me muero de ganas por el próximo capítulo, espero la sigan traduciendo en el futuro