El Perezoso maestro espadachín – Capítulo 13: Palomitas de Maíz (4)

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


¿Ésta, será la primera vez en esta vida? —Riley pensó para sí mismo, mientras inspeccionaba el área.

Lo había hecho innumerables veces antes, en su vida anterior, pero esta era la primera vez en esta vida. Usando una espada, eso es.

—Me pregunto cuánto puedo hacer.

Los dedos de Riley se movieron alrededor de la espada de madera. Como si estuviera revisando todos sus dedos, los movió, uno por uno, hasta que estuvo satisfecho y arregló su postura. El aire estaba tan cargado con intención asesina que podría explotar en cualquier momento.

—Mátalo.

Orelly, que había estado mirando inexpresivamente a Riley, abrió la boca. Se desconoce si la conmoción provocó odio o miedo.

— ¡Dije que lo maten!

Ella bramó, había ordenado a sus subordinados que mataran a Riley, que estaba parado frente a ellos. Aunque fue expulsada de la mansión, todavía era la hija de su amo, por lo que, rápidamente, se movieron para seguir sus órdenes.

Su primer curso de acción fue lanzar sus dagas.

— ¡Esperen, no! —Tes, que recordaba el incidente del Mensaje mental, antes del ataque, intentó gritar, pero ya era demasiado tarde. Se lanzaron unos diez cuchillos, y la lucha había comenzado.

—Ah…

Los pensamientos de aquel momento vinieron a su mente, mientras veía las dagas volar hacia él. Riley se mordió el labio en silencio, mientras recordaba su vida anterior.

No fueron los recuerdos más agradables.

—Hacer esto, me está trayendo de vuelta.

En su vida pasada, una vez había perdido a sus seres queridos por culpa de unos asesinos. Esto se debió a la creencia de que un héroe que salva al mundo debería evitar quitar vidas. Pensando en ellos como personas con familias en lugar de criminales, había mostrado misericordia y había dejado en libertad a los asesinos que había capturado. Luego…la tragedia golpeó.

Lo que vino después fue una traición a su confianza, y a los cuerpos sin vida de sus seres queridos.

—Esta situación…

En la oscuridad, los cuchillos que habían sido arrojados a su alrededor por los hombres encapuchados, y la situación en la que se encontraba ahora, le recordó todos los incidentes que ocurrieron porque él también era débil en ese entonces.

—Bueno, no puedo repetir el mismo error.

Riley avanzó lentamente. Rápidamente, giró sus ojos, contando la cantidad de cuchillos y analizando los ángulos en los que volaban, luego, giró el torso moviendo el hombro en ángulo diagonal.

— ¿Qué está haciendo?

Todos los ojos estaban centrados en él, ya que, en lugar de reflejar los cuchillos con su hoja de madera, la mantuvo apuntando hacia el suelo.

— ¿Eh?

Parecía que Riley, que estaba indefenso, pronto, se convertiría en un alfiletero humano con innumerables dagas en él, pero, ni un solo cuchillo logró perforarlo. Todas las dagas habían logrado pasar indescriptiblemente por un pelo.

— ¿Qué?

Debido a que arrojaron tantas dagas a la vez, parece que algunas habían logrado rasgar la ropa que lleva puesta…pero lo importante, es que ni una sola daga logró herirlo.

—Ustedes recuerden ahora, que fue en defensa propia —dijo Riley.

Fueron ellos quienes atacaron primero. Aunque, desde el principio, nunca tuvo la intención de dejar que ninguno de ellos viviera, pero…quería tener una excusa para los posibles sentimientos de culpa que puedan surgir después.

—No anden difundiendo rumores en el infierno.

Con su fuerza centrada en los dedos de los pies, pateó el suelo en el que estaba parado. Riley desapareció y se hizo un pequeño agujero donde se encontraba anteriormente.

Entonces, él que había desaparecido, apareció en un instante frente al hombre encapuchado que estaba más cerca de él. El hombre encapuchado hizo contacto visual con el chico de cabello negro, y sintió escalofríos subiendo por su columna vertebral.

— ¿Huh? —Y cuando estaba a punto de estremecerse… — ¿Por qué…está mi vista…? Dentro de la noche fría…

El hombre encapuchado, que quería temblar, tal vez, debido a la intención asesina, se dio cuenta de que no podía mover su cuerpo. Entonces, su visión, simplemente, se elevó en el aire.

El mundo giró. Cuando la vista del hombre encapuchado cayó al suelo, su conciencia ya no estaba allí. Su cabeza rodaba por el suelo, con sus ojos desprovistos de vida.

— ¿Qué? ¿Qué acaba de pasar…?

Nadie había notado sus movimientos. En un instante, uno de los asesinos había perdido la cabeza ante el niño. No con una espada afilada de metal, sino con una espada de entrenamiento que, normalmente, se usa contra un muñeco.

No estaban seguros de lo que había sucedido, pero sabían que había una clara disparidad en la habilidad.

— ¡Esto no tiene sentido!

La vista que acababan de presenciar era tan impactante que todos los hombres encapuchados pensaron lo mismo.

Entonces, el deseo de escapar…inundó sus mentes. Sus ojos se llenaron de miedo, al perder toda voluntad de luchar.

—Espera, mi cuerpo…

La capacidad de huir de la ubicación actual es, sin duda, una de las habilidades más importantes que debe tener un asesino. Otra emoción comenzó a surgir en sus ojos cuando priorizaron su supervivencia.

Confusión. Sus cuerpos simplemente no se movieron.

¿Qué pasa con mi cuerpo?

— ¿Dios está jugando con el tiempo?

Mientras que algunos de los asesinos, que estaban enraizados, comenzaron a pensar excusas, Riley continuó moviéndose.

— ¡No me puedo mover!

Los hombres encapuchados ni siquiera podían mover sus dedos de manos y pies. Estaban indefensos, esa era la palabra que mejor los describiría ahora.

—Esto…esto no puede estar sucediendo.

En medio de los hombres encapuchados, que estaban congelados como estatuas, Riley saltó de una persona a otra, balanceándose sin piedad sobre su espada de madera. Con cada corte, otra cabeza aterrizaba en el suelo. Eran increíbles para ser golpes provenientes de una mera espada de madera.

—Realmente, no estoy interesado en este tipo de cosas…pero prefiero no mostrar misericordia por ustedes, ¿de acuerdo?

Riley habló, mientras recordaba sus errores en el pasado.

—No se lo tomen personal.

Uno por uno, los asesinos cayeron. Riley habló en voz baja para sí mismo, mientras los veía caer con el ceño fruncido.

—Lo siento, pero ya no viviré como mi pasado. Evitaré las tragedias nacidas en el futuro, al evitar dejar atrás cualquier problema.

Ya no era el héroe con la espada sagrada, y no necesitaba ninguna de las responsabilidades que conlleva eso.

—Dejar atrás cualquier semilla terminará como una molestia.

Haré lo que quiera. Descansaré tanto como quiera. Esta es mi vida. En esta vida, ese será mi camino. Eso había decidido Riley.

—Para que no pase nada molesto.

Sólo había una excepción por la que abandonaría su perezosa vida.

—Para nunca perder a los que amo.

Si hubiera sido asi en el pasado. Si hubiera sido de está manera entonces, se habría encadenado a un camino con el menor número de muertes para otras personas. Como héroe elegido, no podía soportar el peso de las vidas a la ligera. Pero, él vivía como ‘Riley’ en este mundo.

Entonces…

—Entonces, déjame…

Riley continuó, mientras deseaba acostarse en su cama suave en casa.

—Déjame vivir una vida fácil.

Riley balanceó su espada una vez más.

— ¿Cómo, cómo?  —Tes estaba mirando con sorpresa, por la capacidad de Riley de derrotar a todos los asesinos sin esfuerzo.

Afortunadamente, aunque sus manos y pies estaban paralizados como sus subordinados, aún podía mover los ojos. ¿Cómo puede no dudar en matar a alguien? ¿Es eso realmente algo que puede hacer un chico que no ha sostenido una espada en 19 años?

La espada de Riley no contenía ni una pizca de vacilación. Era difícil de creer, incluso después de verlo con sus propios ojos. Puede que Tes no lo sepa, pero, esta no era la primera vez que…Riley había cortado a otra persona.

Si incluyeses su “pasado”…de hecho, si tuvieras que comparar entre los dos, el número de asesinos que estaba atravesando como mantequilla, ahora mismo, era drásticamente más bajo que en aquel entonces.

♦ ♦ ♦

— ¡Joven maestro! Hah… ¿a dónde fuiste?

Después de la tormenta, que fue el destierro de Lady Orelly, la mansión Iphelleta se había vuelto ruidosa, una vez más. Riley, que hasta ahora tenía una charla ociosa en la habitación de Iris, había desaparecido repentinamente.

— ¿Los asesinos, realmente, secuestraron al joven maestro? ¿Fue para usarlo como rehén? No hay forma de que estuviera jugando a las escondidas en este momento.

Ian estaba especulando que Orelly, quien fue arrinconada, se había llevado a Riley para planear un plan. Luego, sacudió la cabeza. No quería considerar el peor de los casos. Cuando Ian se mordió los labios, buscando en cada rincón y grieta de la mansión, una voz llegó desde atrás.

Era la sirvienta Sera, que había estado defendiendo la habitación de Iris junto con él.

— ¡Señor Ian!

—Sera.

— ¿Has encontrado al joven maestro?

—Yo…

Ian que había respondido, miró a Sera con atención.

Los ojos de Ian le preguntaban.

— ¿Lo has encontrado?

Una sombra apareció en la cara de Sera, mientras leía los ojos de Ian.

—No, tampoco.

— ¡Maldición!

—Él no está aquí. No importa dónde miremos. Quizás el joven maestro ya esté…ya no esté en la mansión…

Había sucedido, a pesar de que estaban en alerta. La cara de Ian se desmoronó ante el hecho de que había perdido al joven maestro, a pesar de que había estado justo a su lado. Fue lo mismo para Sera. No podía ocultar la culpa y la impotencia, por no poder defender al joven Riley, en su rostro.

—Ahora, no es el momento de ser sombrío.

— ¿Señor Ian?

Ian giró su cuerpo y comenzó a caminar. Si no podía ser encontrado en la mansión, entonces, no había otra opción. Mirarán fuera de la mansión.

— ¡Señor Ian! ¡Espera! ¿Qué planeas hacer fuera de la mansión? ¡Son asesinos! ¡Son los asesinos de élite que lograron convertir el gremio de comerciantes en algo importante, en el famoso gremio que todos conocen, en solo 30 años! Asesinos de tal habilidad…nunca dejarían ninguna evidencia de secuestro, además, es de noche. Si salieras sin preparación…

—Entonces…

La voz de Sera, que estaba ganando volumen, se cortó. Fue porque Ian volvió su furiosa cara hacia ella.

— ¡¿Se supone que debemos esperar con los pulgares arriba?! —Ian le rugió.

Los hombros de Sera se encogieron, ante el viejo, cuyo rostro se parecía al de un demonio.

—Me…me disculpo. Eso fue diferente a mí —Ian se disculpó por el desliz de lengua.

Su puño había estado temblando durante mucho tiempo.

—No, entiendo —Justo como Ian. Sera, que se había estado mordiendo el labio, enojada por el hecho de que no podía hacer nada, se dio cuenta de algo y llamó a Ian con los ojos muy abiertos.

—Espere…señor Ian.

Ian miró a Sera con un signo de interrogación sobre su cabeza. Lo que pasó por su mente fue cómo se veía la cocina.

—Había algo…que me molestó en la cocina.

— ¿Algo que te molestó?

—Lo pasé por alto antes, pero la caja llena de maíz…estaba abierta. Solo esa caja, nada más.

— ¿Solo la caja de maíz?

Las cejas de Ian se torcieron.

— ¿Maíz? ¿Por qué el maíz? ¿Qué hay con eso?

—Oh, sí, usted no estaba aquí. Justo antes, Riley había hablado de “maíz” en la habitación de Iris. Es algo así como un bocadillo…lo haces con un poco de mantequilla y maíz.

Había dicho esas palabras indiferentes, que no se adaptaban a la grave situación.

— ¿Supongo que es la intuición de una mujer? ¡Deberíamos buscar allí de nuevo!

Al informar todo lo que había sucedido antes, Sera comenzó a instar a Ian a buscar en la cocina una vez más.

—Tal vez, podamos encontrar alguna evidencia de la desaparición del joven maestro…

— ¿Qué sucede?

Tanto Ian como Sera se estremecieron.

— ¿Riley desapareció?

Detrás de ellos…

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