El Perezoso maestro espadachín – Capítulo 14: Palomitas de Maíz (5)

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


En el camino que conecta la mansión Iphelleta y el pueblo de Iffa, existe un bosque. Si,  en este momento, alguien preguntara por el estado del bosque…

—Uh…uuuh…

Estaba lleno de hedor a sangre. Los charcos de sangre, hechos por los cuerpos sin cabeza de los asesinos, harían que cualquiera estuviera horrorizado.

¿Estoy soñando ahora?

El chico que caminaba hacia él, mientras balanceaba la espada en el aire…era una visión que hizo que Tes estuviera convencido de que estaba soñando.

Era Riley. El chico perezoso y tranquilo, como maestro del gremio comercial, nunca había tenido interés en el chico y, ahora, se estaba acercando después de matar a innumerables asesinos como un demonio.

—Sólo quedan dos —Murmuró Riley.

Les estaba diciendo que eran los siguientes. Tes y Lady Orelly fueron los últimos que quedaron.

Los ojos de Tes comenzaron a cambiar, mientras recuperaba su conciencia.

Tal como había dicho Riley, no quedaban asesinos a su alrededor.

—No puedo morir así.

Parecía que Riley nunca tuvo la intención de dejar vivir a ningún testigo. Eso era lo que Tes creía. Ni siquiera como asesino, sino como comerciante, debería haberse dado cuenta de eso. También era consciente de que necesitaba poner todo lo que tenía en juego, para poder salir con vida.

Si no podía, al menos su hija…

—R…

¿Los dioses le enviaron ayuda?

Los labios de Tes, lentamente, comenzaron a mostrar movimiento. Comenzó a tartamudear con sus palabras. Riley, que estaba parado frente a ellos, con su espada en alto, se detuvo ante la voz de Tes.

—P-por favor.

Los ojos de Riley se entrecerraron. Tes tragó saliva, ante su mirada. Como el maestro del gremio comercial, había visto a muchas personas, pero no podía leer los pensamientos del niño frente a él.

En contraste con la corta edad de Riley, Tes podía ver la madurez y la experiencia detrás de esos ojos.

—Tú, puedes matarme.

Los ojos de Tes se movieron hacia un lado. Lo que buscaban sus ojos era la salvación de su hija, que está detrás de él, Orelly. Ella pudo haber crecido un poco retorcida, pero era su única hija.

—Puedes matarme, pero mi hija…deja que Orelly viva.

Tes miró a Riley, convencido de su propia muerte, mientras que su hija, cuyos labios temblaban de miedo, tenía el cuerpo paralizado.

—El límite de mi moderación fue de 5 minutos…no, ¿4 minutos?

Riley murmuró para sí mismo, en respuesta a la súplica de Tes. Tes parpadeó, incapaz de escuchar esas palabras, luego, una vez más, comenzó a rogar.

—Es cierto que la niña ha hecho mal, pero no siempre fue tan mala como ahora. Era una buena chica. ¡Solo, solo…!  Deja que mi hija viva. Por favor, déjala vivir.

—Es como esperaba —respondió Riley.

Los ojos de Tes temblaron ligeramente después de escuchar su respuesta.

— ¿Como esperaba? ¿Qué esperaba él?

Antes de que pudiera responder, la espada de madera de Riley cortó el viento.

Era la mayor misericordia que Riley podía darles. Riley había decidido quitarles la vida al mismo tiempo, para no dejar que se vieran morir.

—Listo.

El padre y la hija cayeron de rodillas hacia adelante. La cara de Riley comenzó a oscurecerse, cuando vio que los cuerpos se enfriaban en el suelo.

Riley miraba los dos cuerpos, como si contemplara algo, luego, volvió la cabeza. A diferencia de hace 5 minutos, había cuerpos por todas partes.

—Haah… —suspiro.

Riley presionó sus sienes, como si tuviera dolor de cabeza, luego, se inclinó hacia adelante y se cubrió la boca con la mano.

— ¡Uuub! —Como si sintiera náuseas, Riley comenzó a vomitar.

No fue por culpa por sus acciones. Fue porque liberó su maná para evitar que todos los asesinos, incluidos Tes y Orelly se movieran. Fue el efecto secundario de ‘Restricción’, lo que hizo que su ki fluyera erráticamente.

Riley, que acababa de vomitar en el suelo todas las palomitas de maíz que había comido recientemente, detuvo la mano que estaba a punto de limpiarse la boca.

Pensó que podría generar alguna sospecha si dejara alguna marca extraña en su ropa.

—Puedo decir que estos cortes se hicieron en la cocina, pero esto es diferente.

Aparte de los cortes en su ropa, no tenía sangre sobre él. Para no dejar ninguna evidencia, se aseguró de tener cuidado con cada golpe que le dió a los asesinos.

Después de todos los problemas por los que había pasado, tomando todas las precauciones más difíciles, sería bastante injusto que se descubrieran sus capacidades debido al vómito.

—No, ¿podría decir que me enfermé por comer demasiado rápido? No es nada tan impactante como la sangre.

Cuando comenzó a pensar, determinó que esto era lo suficientemente aceptable y comenzó a limpiarse la boca con las mangas.

—Bueno, este cuerpo es diferente al anterior. Y este cuerpo es demasiado joven para almacenar, ni de cerca, la cantidad del poder que tenía antes…supongo que no hay nada que pueda hacer.

Las manos de Riley temblaban por el efecto adverso de usar demasiado su poder.

Riley comenzó a hablar consigo mismo nuevamente, mientras apretaba y soltaba su mano.

—Esto fue algo así como una prueba…pero no creo que pueda usar maná por un tiempo. Si me muevo, debería usar la espada.

Esta vez, sus oponentes eran asesinos. No cualquier asesino, sino las élites que eran maestros en escape, a los cuales, no podía dejar atrás para mantener su secreto.

Fue bastante violento, pero la elección de Riley, ahora, era la más eficiente que podría haber elegido.

—Entonces, ¿debo volver?

Él ya tenía un plan para limpiar los cuerpos. Así que revisó su apariencia, una vez más, y comenzó a caminar.

—En este punto, Ian se habrá vuelto loco.

Riley hizo una sonrisa amarga, cuando decidió que una disculpa estaba bien. El aire frio de la noche comenzó a soplar en los cadáveres del bosque.

♦ ♦ ♦

El incidente de la desaparición de Riley, finalmente, había llegado a oídos del conde Stein. Sera e Ian, que trataban de no enojar a Stein, que había explotado antes por Lady Orelly, jadearon fuertemente y luego comenzaron a tener hipo.

—Dime otra vez, cuidadosamente, Ian. ¿Riley ha desaparecido?

—Eso es…

Riley ya estaba siendo tratado como basura en la mansión.

¿Qué pasaría si las palabras, “probablemente, fue secuestrado por los asesinos”, fueran dichas cuando el conde Stein ya estaba completamente furioso?

Ian y Sera, que no querían considerar las consecuencias, cerraron la boca y se miraron. Hipotéticamente, el conde Stein, probablemente, diría estas palabras:

— ¿Qué? ¿Ha sido secuestrado por los asesinos? Patético, no hay necesidad de buscarlo. La Casa Iphelleta no necesita tal fracaso.

Entonces, Riley estaría en una situación similar a Orelly y acabaría siendo desterrado. Lo que significa que no se les permitiría salvar al joven maestro.

—Eso es…

Ian, que tenía poco talento para las palabras, comenzó a apretar su cerebro en busca de ideas.

— ¿Cómo puedo superar esta crisis? ¿Qué excusa debo decir?

Justo cuando sus labios secos estaban a punto de abrirse…

— ¿Me llamaste?

Una voz familiar sonó detrás de Ian.

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