El Perseguido – Capítulo 129: Pesadilla

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Al escuchar las palabras de Li Fengkai y recordar la escena, tanto Chi Yan como Wang Sheng quedaron atónitos. Estuvieron en un dilema por un tiempo.

Regresaron siguiendo sus pasos a pesar de que eran reacios a hacerlo, hasta la extraña piscina donde habían logrado escapar. A medida que avanzaban, no sabían qué les esperaba y si podían salir.

Wang Sheng seguía en pánico y dolor por perder a Liu Yu. Se quedó quieto y usó su linterna para buscar el camino de donde venían. Vagamente vio una figura mojada que arrastraba su pesado cuerpo y se tambaleaba hacia ellos. Mientras miraban la figura, ¡resultó ser ese ‘Cheng Tao’!

Chi Yan y Li Fengkai también lo vieron y el miedo se reflejó en sus ojos.

Sin perder un segundo para pensar, Wang Sheng gritó y fue el primero en correr hacia adelante.

Después de atravesar dos caminos de bifurcación, llegaron a una cueva relativamente vacía. Suponiendo que ya habían escapado de esa cosa, los tres se detuvieron a descansar.

El más joven se enderezó y vio a Li Fengkai fruncir el ceño, mirando la cámara en su mano. Chi Yan no era tan profesional como los demás, pero también podía ver que la estructura interna y las paredes de roca de esta cueva eran bastante especiales. Tanto más Li Fengkai no lo dejaría ir. Antes del accidente de Cheng Tao y Liu Yu, había estado sosteniendo su cámara y había tomado muchas fotos de las paredes.

Sus manos seguían temblando. Si no fuera por una correa atada a la cámara que cuelga de su cuello, podría haberla dejado caer al suelo.

Chi Yan y Wang Sheng se dieron cuenta de que algo andaba mal. Fueron a mirar la foto. Debido al flash de la cámara, vieron algunas sombras negras vagamente con forma humana en cada pared que no habían visto antes a simple vista.

Wang Sheng tragó saliva y extendió la mano para apagar la cámara.

—No mires más, apurémonos y sigamos adelante.

De hecho, después de la muerte de Liu Yu y Cheng Tao, se dieron cuenta de que había espíritus malignos en esta cueva. No ayudaría sin importar cuán asustados estuvieran. Tenían una pequeña posibilidad de sobrevivir si hacían todo lo posible por salir del lugar.

Una luz tenue apareció frente a la cueva, y tras una inspección más cercana, descubrieron que era la luz de la roca mineral en la parte superior de la pared. Si hubieran descubierto esta escena en un momento y situación diferente, Chi Yan se habría sorprendido con las maravillas de la naturaleza. Nunca había visto este tipo de roca en ningún otro lugar. Emitía una luz de color amarillo oscuro como si fuera una vela encendida cubierta con una capa de velo gris. Pero ahora, la repentina aparición de la luz solo les trajo consuelo a corto plazo, luego se asustaron aún más.

Con esta luz tenue, podían ver claramente las densas sombras negras en las rocas a ambos lados, al igual que esos contornos borrosos en las fotos de Li Fengkai. Las sombras más cercanas a ellos tenían claras siluetas con forma humana, mientras que las sombras más lejanas eran más borrosas.

Wang Sheng reaccionó primero y rugió: —¡Vamos, podrían moverse!

Tenía razón. Era difícil de detectar de un vistazo ya que los movimientos de esas sombras eran tan sutiles que eran casi imperceptibles a simple vista. Mientras prestaban atención a la distancia entre esas cosas y sus propias sombras, se dieron cuenta de que la distancia entre ellos se acortaba cada vez más.

Los tres corrieron por sus vidas y no se atrevieron a mirar atrás. Como alarmados por sus movimientos, esas sombras comenzaron a moverse rápidamente. De repente, Chi Yan sintió una mano fría agarrándolo y no pudo correr más.

—Pequeño Yan, ¿qué pasa? —preguntó Wang Sheng, deteniéndose cuando notó que su primo no los seguía.

Chi Yan volvió la cabeza y vio a Li Fengkai mirándolo con dolor y tristeza.

—No me dejes, sálvame, por favor sálvame. —dijo agarrándole la muñeca con fuerza.

La mirada del joven se dirigió al suelo y vio innumerables sombras negras que cubrían la de Li Fengkai, agarrándola firmemente.

La sombra de Li Fengkai también se movió en ese momento, extendiéndose tentativamente hacia la sombra de Chi Yan.

Un pensamiento cruzó por la mente de Chi Yan, ya había sido asimilado en algo como esas sombras oscuras. Entró en pánico, pero Li Fengkai tiró de su mano y no pudo liberarse. Generalmente se veía débil, pero esta vez, lo estaba tirando con una gran fuerza maligna.

Justo cuando la mano de la sombra de Li Fengkai tocó la de Chi Yan, pareció escaldarse y retraerse rápidamente.

El joven logró liberarse en ese momento.

Wang Sheng vio la oportunidad, rápidamente lo apartó y corrieron hacia adelante.

Ambos no se atrevieron a detenerse esta vez, solo sabían que tenían que seguir corriendo hacia adelante.

Lo único que quedó en la memoria de Chi Yan fue el sonido de los rápidos latidos de su corazón, el sonido de los dos pares de pasos corriendo y los susurros.

—Se va a despertar… Va a despertar…

Los primos lograron escapar de muchos fantasmas malvados, manos blancas y sombras negras, finalmente encontraron una salida al mundo exterior. Sin embargo, a menos de diez metros de la salida, los dos fueron detenidos por un cadáver viviente ensangrentado.

Los dos volvieron a correr unos pasos hacia adelante. Justo cuando estaban a punto de salir corriendo de la cueva, la abertura de la cueva comenzó a vibrar y cayeron muchos escombros. En ese momento, esa cosa mordió el hombro de Wang Sheng, lo agarró y no lo soltó. El hombre miró la entrada de la cueva que estaba a un paso y luego a su primo.

—¡Corre! —gritó y empujó a Chi Yan fuera de la cueva con decisión.

Inmediatamente después de que fue empujado fuera de la cueva, cayeron rocas grandes y pequeñas, sellando por completo la abertura de la cueva por donde escapó.

El cielo exterior se estaba volviendo gradualmente más brillante. Habían estado atrapados dentro de la cueva toda la noche. Hizo una marca en la entrada de la cueva y salió por el camino. Después de caminar unos diez minutos, vio a algunas personas que los habían estado buscando.

Resultó que el dueño de la posada donde vivían sabía que se habían ido a las montañas por la mañana, pero no habían regresado en toda la noche. Sabía que no estaban equipados con suficiente equipo y no habían planeado pasar la noche afuera. Llamó a la policía, temiendo que hubieran tenido un accidente. Muchos aldeanos jóvenes y de mediana edad de Villa Hongtu también vinieron a ayudar cuando se enteraron de su desaparición.

Chi Yan condujo a las personas que vinieron a ayudar a volver a encontrar la abertura de la cueva, pero ya no pudo encontrarla, ni pudo encontrar la marca que hizo.

Fue devuelto por la gente y les contó sus experiencias a las personas que acudieron al rescate y luego a su familia que acudió a toda prisa. Habló de la extraña cueva, pero nadie creyó en sus palabras. Los aldeanos de Villa Hongtu tampoco sabían sobre Liu Shun. Incluso el dueño de la posada dijo que nunca había visto a Liu Shun, quien vino por la mañana y los trajo a las montañas como Chi Yan lo había descrito.

El dueño de la posada comentó que solo vio a los cinco salir con sus maletas a la espalda. Recordó haberle preguntado a Wang Sheng cuándo volvería y que este respondiese que deberían estar de regreso a las cinco o seis de la tarde, pero no tenía ninguna impresión de Liu Shun, quien había estado de pie en la puerta en ese momento.

Al final, según la descripción de Chi Yan, el accidente fue identificado como “cuatro estudiantes de la Universidad XX que salieron para un estudio de viaje de campo murieron en la naturaleza cuando se derrumbó parte de la montaña”. Las tonterías de Chi Yan fueron consideradas como un trastorno de la memoria causado por presenciar el desastre, y como un problema psicológico causado por un trauma. Después de llevarlo a casa, sus padres incluso lo llevaron a ver a un psiquiatra durante un mes.

Solo una persona creyó lo que dijo Chi Yan. Ese día, cuando fue rescatado, le contó ansiosamente a la gente lo que había sucedido en la cueva y les rogó que rescataran a su primo, aunque él mismo sabía que la esperanza de salvar a Wang Sheng era muy escasa. La primera ola de personas que conoció ya había caminado con él una ronda en el cañón, pero no vieron la cueva que describió. En ese momento, esa gente pensó que estaba traumatizado y lo persuadieron para que descansara. Ya nadie creía en sus extrañas palabras.

Había una anciana en la entrada del pueblo a quien otros tildaban de loca, que lo detuvo silenciosamente después de que la multitud se dispersó.

—Has conocido a un fantasma. Hay fantasmas en este lugar que atraen a personas vivas para alimentar a los espíritus malignos en las montañas —susurró suavemente.

Chi Yan quiso preguntarle más sobre el tema, pero la anciana se negó a decir más. Hizo un gesto con la mano y regresó a su cabaña.

Después de ese incidente, regresó a casa. Posteriormente, fue a la universidad, se graduó y empezó a trabajar. Aparte de su primo que había desaparecido y que sus tíos siempre mostraban un poco de tristeza cada vez que lo veían en reuniones familiares, nada más parecía haber cambiado.

Durante el período de psicoterapia, incluso se preguntó si sus memorias realmente eran falsas, como dijo el psicólogo. Si fue una alucinación. Su primo y los demás murieron por el derrumbe de la montaña mientras él lograba escapar de la muerte por casualidad. Como no podía aceptar esta realidad, inventó una historia tan extraña en su mente subconsciente.

Pero esos vívidos detalles le recordaron una y otra vez que todo esto era cierto. Incluso después de tantos años, esa experiencia solía repetirse en sus sueños.

Después de que Chi Yan despertó de una pesadilla relacionada a lo sucedido, no pudo volver a dormirse. Cuando cerraba los ojos sentía que podía escuchar esos sonidos débiles y espeluznantes. Seguía sintiendo que había muchas figuras negras impresas en las paredes de su dormitorio.

Cuanto más pensaba en ello, más asustado se volvía. Abrazó al hombre que estaba a su lado y lo besó suavemente en la mejilla y los labios como un animalito asustado.

—Cariño, deja de crear problemas, tenemos que ir a trabajar mañana —comentó su amante, sonriendo en la oscuridad.

—No me importa —Chi Yan se dio la vuelta y presionó al otro—. Ying Zhi, hazme compañía, ¿de acuerdo? Tengo miedo y no puedo dormir —al ver que el hombre no respondió de inmediato, su voz se volvió más agraviada—: No te tenté intencionalmente, estoy realmente asustado.

Cada vez que tenía una pesadilla relacionada con esa cueva, sentía frío en los huesos después de despertarse.

—¿Cuántos años tienes? Es solo un sueño y estás tan asustado —Ye Ying Zhi extendió la mano y encendió la lámpara de la mesilla de noche. Le dio la vuelta a su amante y lo presionó debajo de él para besarlo—. Ya que me pediste que te hiciera compañía, entonces no pienses en dormir más esta noche. No te arrepientas.

Pero incluso si Chi Yan insistió en querer dormir más tarde, no había nada que pudiera hacer.

Cuando encontró a Ah Yan por primera vez, la otra parte no era tan irrazonable y pegajosa. Siempre que tuviera miedo o se sintiera agraviado, lo soportaría por sí mismo. Ahora depende tanto de él. Para decirlo sin rodeos, él era quien lo había mimado, por lo que no puede culpar a otros.

A Chi Yan le gustó la sensación de estar íntimamente conectado con Ye Ying Zhi. Se sentía particularmente a gusto, como si la otra parte lo protegiera firmemente y no hubiera nada que temer. Estaba eufórico cuando aceptó quedarse despierto con él, así que, por supuesto, no se arrepentiría. Asintió y puso sus brazos alrededor del cuello de su amante.

Los dos se besaron hasta el amanecer. Chi Yan se sintió cansado y tan mareado que estuvo a punto de quedarse dormido. En su tenue conciencia, sintió a su amado abrazándolo y dejando escapar un suspiro de satisfacción. Se inclinó y presionó sus labios contra su pecho izquierdo donde estaba su corazón y lo besó suavemente.

Chi Yan sintió que sus venas sanguíneas temblaban por todas partes, y había un latido desconocido en su corazón.

Escuchó a su amante susurrar algo contra su corazón, algo como: —¿Te duele?

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