El Perseguido – Capítulo 87: Quedan 3 días

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Eran las diez de la noche cuando el autobús llegó al estacionamiento en el centro de la ciudad de Sophus. La calle estaba tranquila y casi no había peatones ni vehículos a la vista. La temperatura estaba un poco baja. Sopló una ráfaga de viento y Chi Yan se cubrió con fuerza. Pensó que no hacía tanto frío antes de dejar Sophus hace dos días.

Salió del estacionamiento con Jiang Tian y ​​sacó su teléfono. El coche que había reservado llegaría pronto.

—Da Jiang, no volveré contigo al dormitorio. Le conté al amigo de mi papá lo que sucedió mientras regresábamos. Ese tío se quedó preocupado y me pidió que fuera a su casa hoy. —Chi Yan se detuvo y le dijo a Jiang Tian. Pensó por un momento y luego agregó—: Mañana está de licencia y quería llevarme a jugar. No tengo ninguna clase, por lo que es posible que no regrese durante los próximos tres días. Por favor, no te preocupes por mí.

Este ‘tío’ era un personaje que inventó para usar como excusa cada vez que iba a ver al príncipe vampiro, aunque no esperaba volver a usarlo.

—Entonces ten cuidado y envíame un mensaje cuando llegues. Diviértete mañana. —Efectivamente, Jiang Tian no sospechó nada. Después de hablar, hizo un gesto con la mano y caminó solo hacia la estación de autobuses. Le sería difícil imaginar que su amigo se encontraría con un vampiro.

Chi Yan recordó el camino a la mansión del príncipe Eymer. Incluso podría instruir al conductor fácilmente para que lo enviara a la puerta principal del edificio en medio de la noche.

Gray se sorprendió por su visita nocturna, pero igualmente abrió la puerta para dejar entrar al humano quien ya estaba helado.

—¿Por qué estás aquí a esta hora?

El calor de la casa calentó rápidamente su cuerpo. Incluso entonces, Chi Yan todavía caminó unos pasos hacia la chimenea. Sacó su celular y le envió un mensaje a Jiang Tian para informarle que estaba a salvo. Había previsto que no podría ver nada en los próximos días, incluido su teléfono.

—Me gustaría ver al príncipe Eymer. Tengo algo que decirle. ¿Podrías ayudarme a informarle?

Gray lo dejó sentarse en el sofá y le trajo una taza de té negro caliente.

—Por favor, espere un minuto, le informaré a Su Alteza Real.

Chi Yan asintió y tomó un sorbo de la exquisita taza de té. En ese momento de espera, se dio cuenta de lo extraño y presuntuoso que era su comportamiento, presentándose tan abruptamente.

Poco tiempo después, Gray salió de la habitación en el segundo piso y le hizo un gesto.

La cinta negra todavía estaba colgada en la manija frente a la puerta. Chi Yan extendió la mano para tomarla, se vendó los ojos y luego abrió lentamente la pesada puerta de madera frente a él.

Esta vez se paró en la entrada y no siguió avanzando. No esperó a que la puerta del dormitorio se cerrará automáticamente como solía hacer. En cambio, se dio la vuelta, extendió la mano, buscó a tientas la manija de la puerta y la cerró. Luego se apoyó contra la puerta, revelando la fina y blanca parte posterior de su cuello en un gesto de sacrificio tentador. Era como un pequeño ciervo que voluntariamente se colocaba sobre el altar y mostraba su fatal debilidad para que los espectadores lo disfrutaran. No sabía qué decir, pero sabía que el Príncipe lo habría visto en el momento en que entró por la puerta.

Efectivamente, escuchó los pasos del Príncipe moviéndose rápidamente hacia él. Inmediatamente antes de darse cuenta, el vampiro colocó su mano izquierda alrededor de su cintura y su mano derecha acarició la parte posterior de su cuello, presionando con fuerza contra la puerta.

Los colmillos perforaron. Chi Yan puso su brazo derecho sobre su boca para evitar hacer un sonido, pero aun así dejó escapar un gemido de dolor. La sensación de ser succionado esta vez parecía ser mucho más fuerte que antes.

Pensó que se estaba volviendo loco. No había ninguna razón para que él hiciera esto, pero sólo quería encontrar una excusa para dejar que este vampiro le chupara la sangre.

Estaba seguro de que esto no era una señal de que fuera adicto a que le chuparan la sangre como había dicho Ye Ying Zhi. Solo quería encontrar una manera de estar con el Príncipe, de quien se rumoreaba que era hostil y difícil de acercarse. No importaba si era solo para dejarle beber su sangre. No estaba disgustado. Le dio la bienvenida e incluso lo haría voluntariamente.

Quería tener más intimidad con el príncipe vampiro antes de olvidarlo.

El Príncipe tardó mucho en sacar sus colmillos, y mientras curaba la herida con el pulgar empapado de saliva, preguntó con indiferencia: —Es tan tarde… ¿Por qué viniste a dejarme beber tu sangre tan obedientemente? ¿Hay algún asunto que te preocupa?

Chi Yan no respondió, se dio la vuelta y extendió los brazos para abrazar al vampiro. Levantó levemente la cabeza y lo besó en la mejilla, como un animalito ansioso por complacer a la gente.

El Príncipe soltó un suave suspiro, y pudo notar que no estaba insatisfecho. De hecho, el vampiro disfrutó mucho de este comportamiento.

—Su Alteza, —Chi Yan se relajó y susurró mientras descansaba su cabeza en el hombro del Príncipe—, conocí a un grupo de vampiros que atacan a personas mientras regresaba esta noche. ¿Puedes ayudarme a castigarlos?

El Príncipe se rió entre dientes y de repente lo levantó como una novia, caminó unos pasos hacia el sofá y se sentó abrazándolo.

—¿Es solo eso? —susurró suavemente, acariciándole la nuca—. ¿Es solo por este asunto? ¿Mmm? —Repitió de nuevo, aún en voz baja. —No lo creo. ¿Viniste tan voluntaria y obedientemente a ofrecerme tu sangre y tus besos solo por esto? No lo creo.

Chi Yan no supo cómo responder por un tiempo. Abrió la boca y estaba a punto de decir algo cuando el príncipe levantó la mano izquierda y acarició suavemente el anillo del dedo anular.

—¿No tienes todavía un amigo cazador de vampiros? Tienes su anillo, así que ¿por qué vendrías a verme por un asunto así?

El joven no habló y el príncipe Eymer se quedó en silencio por un segundo. Luego, de repente, dijo: —Acabo de recordar… te dio el anillo, ¿te propuso matrimonio? ¿Lo has aceptado? Viniste aquí para abrazarme y besarme, pequeño mocoso, ¿lo sabe tu novio? ¿Estará molesto? ¿Entonces sabes que no puede hacer nada, aunque lo sepa? Después de todo, no puede vencerme.

Chi Yan rara vez escuchó al Príncipe Eymer decir una cadena tan larga de palabras que fueran malas y burlonas. Su conmovedora muestra de besos y abrazos se convirtió en motivo de burla.

—No, me trata solo como a un amigo. Y lo trato como a un amigo también. Sólo somos amigos. Me dio el anillo para protegerme. Como esta vez, si no fuera por el anillo que me dio, probablemente nunca volverías a beber mi sangre —argumentó.

—Entonces realmente debo agradecerle —La voz del vampiro era fría y elegante, con un toque de descuido que empapó los huesos—. ¿Sólo amigos? ¿El amigo que te puso el anillo? ¿No soñaste con ese amigo tuyo y lo llamaste esposo en tus sueños?

Tomó al humano en sus brazos cariñosamente, pero lo que salió de su boca no fue cariñoso en absoluto. Era como si quisiera obtener más información de Chi Yan.

—Pequeño mocoso, ¿crees que no escuché las palabras que dijiste en tus sueños cuando estabas dormido? ¿Olvidaste quién te abrazó y te cubrió con una colcha cuando pasaste la noche aquí? ¿Entonces están enamorados el uno del otro? Y ahora te has encontrado con algunas situaciones difíciles, pero viniste a buscarme a mí. ¿Por qué, eh? Sé bueno, dime ¿por qué?

Chi Yan apartó la cara. Sintió frío y calor en su corazón al mismo tiempo. Supuso que tampoco podía explicarlo con claridad. No pudo explicar sus sueños. En realidad, trataba a Ye Ying Zhi cortésmente como a un amigo, pero en sus sueños, ese hombre que se parecía exactamente al cazador de vampiros, actuaba tan íntimamente con él, como su amante. Entonces, naturalmente, aceptó esas escenas en sus sueños.

Estaba equivocado. Ye Ying Zhi siempre había sido un amigo confiable y considerado. Lo había rescatado muchas veces antes. Se sintió particularmente culpable al soñar con su amigo de esta manera. Estuvo realmente mal por su parte. Todo fue obra suya y dijo esas cosas en sus sueños. Sería una mentira decir que no sintió nada por Ye Ying Zhi. Incluso él mismo no lo creería. Así que realmente no había excusa.

Recordó el propósito más importante de venir aquí, y de repente sintió que ya no era importante. No importaba lo que pensara Eymer de que le gustara Ye Ying Zhi o no. De todos modos, no quedaba mucho tiempo entre ellos. En lugar de discutir y explicar, era mejor apreciar el tiempo restante.

Se levantó del abrazo del Príncipe, se sentó a su lado y abrazó al vampiro por detrás. Luego, lentamente, apoyó la cabeza en la espalda del otro.

—… Su Alteza, vine a decir que solo quedan tres días antes de que termine nuestro acuerdo. Dijiste que cuando terminara el acuerdo, me dejarías ir por completo.

Si no fuera por la repentina comprensión de que este acuerdo estaba a punto de terminar, aún podría engañarse a sí mismo y a la otra parte. Tal vez nunca admitiera que era reacio a dejar a este vampiro, quien era conocido por todos por ser frío, despiadado y astuto; de quien, hasta el día de hoy, ni siquiera había visto su rostro.

El cuerpo del vampiro se puso rígido y luego sonrió.

—Oh, esto. Efectivamente, sólo estás preocupado por esto. No te preocupes, cumpliré el acuerdo y te dejaré ir de forma segura y completa.

Se dio la vuelta, empujó al humano hacia el sofá, presionó su cuerpo sobre él y volvió a chupar su sangre sin sentido.

Esta vez el vampiro mordió muy fuerte. Chi Yan tomó el dolor de frente, sin gemir como solía hacerlo. Sabía que una vez que mostrara cierta incomodidad, el Príncipe relajaría sus fuerzas.

El sofá era pequeño. Después de que el vampiro sacó sus colmillos, se acostó junto al humano y lo abrazó.

—Eymer, cuando el acuerdo termine, ¿se borrarán mis recuerdos? ¿Mis recuerdos sobre el clan de sangre, el acuerdo y sobre… ti?

Estaba de espaldas al sofá cuando el Príncipe lo abrazó por detrás. Siempre era fácil hablar con él luego de que bebiese sangre.

—¿Tú qué tal? ¿Quieres olvidar? Cariño, te lo prometo, depende de ti decidir —Su voz era suave y gentil.

Chi Yan guardó silencio durante mucho tiempo. Luego respondió suavemente: —Quiero olvidarlo. Eymer, déjame olvidarlo.

El Príncipe frotó sus dientes en la parte posterior del cuello de Chi Yan, se acercó más a sus oídos, sonrió y dijo: —Lo sabía, me odias.

Sonreía, pero no había alegría ni enojo en su voz. No estaba ni uno ni otro, como si fuera un asunto natural y trivial.

Chi Yan sintió que su corazón dolía de repente.

No te odio… al contrario… me gustas. Me gusta el vampiro que ni siquiera debería gustarme. Me enamoré y este amor nunca podrá ser correspondido.

No se atrevió a demostrarlo y no se atrevió a ser honesto consigo mismo.

—Entiendo, dejaré que me olvides —Escuchó al vampiro decir casualmente.

De todos modos, aún está Ye Ying Zhi. De todos modos, hay un ser humano que te gusta. De todos modos, ambos no pueden ser ‘amigos’ de por vida. Primero sean amigos, luego amantes, y vayan lentamente… En cualquier caso, el futuro sigue siendo brillante. No importa si me olvidas temporalmente. Todavía me amarás, sólo puedes amarme a mí.

El príncipe levantó la mano para acariciar los labios de su amante, con una mirada profunda.

Los ojos de Chi Yan se oscurecieron bajo la cinta negra. Una amargura indescriptible se extendió por su corazón de repente. Efectivamente, al Príncipe no le importaría si lo olvidaba o no. No era más que un delicioso bocadillo. En el pasado, no consumía sangre directamente del cuerpo humano, pero como hay una primera vez, habrá una segunda y una tercera vez. Quizás tenga cada vez más bocadillos deliciosos en el futuro, hasta que se olvide del sabor de su primer bocado.

No te recordaré, no me recordarás, es justo.

Ni siquiera tenía derecho a quejarse. La otra parte le dio generosamente la opción de elegir. Fue él quien pidió el olvido. Como no podía tenerlo, no podía monopolizarlo, entonces es mejor olvidarlo y volverse extraños.

Chi Yan cerró los ojos, presionó su mano con fuerza sobre el patrón del sofá debajo de él y contuvo sus emociones. Se dio la vuelta, rodeó el cuello del príncipe con los brazos, levantó la cabeza y besó suavemente la nuez de Adán. Él mostró una sonrisa superficial y dijo: —Su Alteza, durante estos tres días, soy suyo… Le pertenezco por completo…

Shisai
Me quedó un sabor triste, waaaaa
Sakuya
Hablando se entiende la gente T_T

3 respuestas a “El Perseguido – Capítulo 87: Quedan 3 días”

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