El Perseguido – Capítulo 89: Ataúd

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Chi Yan notó al despertar que se encontraba en un espacio confinado y oscuro. No era grande y estaba completamente cerrado. Podía sentir el aire entrando y saliendo, no le costaba respirar. Dedujo entonces que el lugar no debería estar sellado, pero psicológicamente, todavía se sentía asfixiado.

Parecía estar… ¿encerrado en un ataúd?

De repente, le colocaron un brazo en la cintura.

Chi Yan sintió a una persona acostada sobre su lado izquierdo, una ‘persona’ con un cuerpo frío y sin latidos.

De repente pensó en el cuento popular, Barba Azul.

Shisai
Barba Azul cuenta la historia de un hombre que se casó varias veces. De repente, su esposa actual descubre que oculta en una habitación prohibida los cadáveres de sus anteriores esposas.

El vampiro parecía estar jugando con él. Mientras usaba la identidad de un cazador para proporcionarle información y ganarse su confianza, también usó la identidad del príncipe para obligarlo a caer en una trampa paso a paso. Si Chi Yan jugaba honestamente, entonces todo sería fácil: el juego terminaría y él podría escapar con éxito. Pero si era demasiado curioso y quería revelar la verdad del juego, entonces lo mataría.

¿Así que ahora fui atrapado en un ataúd por el príncipe Eymer y estoy esperando la muerte? ¿El que está a mi lado es la persona anterior que murió por la misma razón?

Con cuidado colocó su mano sobre ese brazo, tratando de sacárselo de encima. En cualquier caso, incluso si estaba en la misma situación que la otra parte, ser abrazado por una persona muerta en un ataúd, era realmente espeluznante.

Sin embargo, Chi Yan no logró empujar ese brazo. En cambio, el cadáver lo abrazó con más fuerza. Al mismo tiempo, bajó la cabeza y besó su cuello, murmurando con voz ronca: —Pórtate bien bebé, duerme conmigo un rato.

El joven se congeló. Ni siquiera sabía cómo llamar a la otra persona. Después de dudar por un momento, abrió la boca y preguntó tentativamente.

—… ¿Ye Ying Zhi?

De repente pensó en algo. El príncipe Eymer era Ye Ying Zhi, por lo que podía hablar chino, pero lo engañó para que hablara inglés con él durante un mes. El solo pensar en esto lo enojó tanto que incluso se olvidó de tener miedo.

Se sintió realmente estúpido. Cuando tuvo ese sueño por primera vez, fue porque accidentalmente vio la mano expuesta del vampiro. El objeto de su sueño era sólo la mano pálida y difusa; después de conocerlo, esa mano de aspecto borroso se volvió más clara, y cambió a ser la mano de Ye Ying Zhi. La persona en sus sueños también se convirtió en él. Su instinto ya había reconocido que estas dos personas eran básicamente la misma y le había dado la respuesta en forma de sueño desde el principio, pero él mismo no se había dado cuenta de esto.

Pensando en esto, no pudo evitar empujar a la persona a su lado.

—Ye Ying Zhi, tuve muchos sueños contigo antes. ¿Los hiciste tú?

Si todo esto fue planeado por él… cerró los ojos, sería demasiado aterrador. No sabría cuánto quería este príncipe vampiro ridiculizarlo.

—No fui yo. —El vampiro se levantó y le besó los ojos suavemente en la oscuridad—. Cariño, no sospeches tanto, esos fueron simplemente tus propios sueños —Después de pensarlo, agregó—: Pero lo que sucedió esa noche no fue un sueño. Lo que viste fue mi verdadero yo. Te abalanzaste sobre mí tan deliciosamente que no pude resistir. —Había una sonrisa en su voz.

Bastardo. Bastardo desvergonzado. Chi Yan sintió calor en su rostro y volvió la cabeza, no queriendo recordar el pasado.

Estaba obsesionado con el príncipe Emer, pero realmente confiaba en Ye Ying Zhi desde su corazón. Sin embargo, resultó que la existencia del cazador era una farsa desde el principio. No se atrevía a pedir nada más ahora y solo esperaba dejar a Su Alteza Real, sano y salvo.

—¿Qué es lo que quieres hacer? —preguntó sin rodeos—. Puedes hacer lo que quieras, incluso chuparme la sangre. Si tres días no son suficientes, treinta días. Puedo pertenecerte y satisfacer plenamente todas sus necesidades. Puedes hacer lo que quieras. —Luego su voz se ahogó levemente—. ¿Pero puedes dejar de mentirme y dejarme ir una vez que este acuerdo termine?

El Príncipe se quedó en silencio por un momento y dijo lentamente—: Ah Yan, ¿estás enojado conmigo? Lo juro por Dios, aparte de no decirte que no soy un cazador, nada de lo que te he dicho antes era falso.

Parecía que era útil para un vampiro jurar por Dios.

Le dio la vuelta al humano y lo abrazó por completo.

—De verdad. No quería mentirte al principio. Dijiste que me odiabas, que me odiabas por chupar tu sangre. No quiero que me tengas miedo y te escondas de mí. Así que me hice pasar por un cazador de vampiros. Me odiaste por chupar tu sangre, ¿entonces puedes venir y beber la mía? Te gustó beber mi sangre la última vez. Ah Yan, no te enojes conmigo, estaba equivocado. Puedes pedirme que haga lo que tú quieras, por favor no seas así —Suplicó, acercando su muñeca a la boca de Chi Yan, olvidando que este no podía perforar su piel.

—No la quiero —volvió la cabeza a un lado y dejó de hablar.

Ye Ying Zhi no podía entender sus pensamientos e intentó todos los medios para complacerlo, pero no sabía qué decir. Después de pensar por un momento, preguntó: —¿Te gusta este ataúd? ¿Se siente cómodo? Este es mi ataúd. Los otros vampiros son muy envidiosos, viviremos aquí juntos en el futuro.

Chi Yan no entendía lo que el príncipe vampiro estaba tratando de hacer después de usar tantos trucos con él, pero ya no quería quedarse en este ataúd, así que aprovechó la oportunidad para preguntar—: Está demasiado oscuro, quiero salir. ¿Me puedes dejar salir?

Seguía siendo un tono frío y respetuoso, el tono era incluso más frío que cuando se enfrentó por primera vez al príncipe Eymer.

Ye Ying Zhi estaba perdido. Preferiría que su amado lo regañe o lo castigue de alguna manera a que lo trate de manera tan distante. Un amante así lo hacía sentir muy impotente.

Quería ser más duro con Chi Yan, por ejemplo, decir cosas como: “Ni siquiera pienses en salir del ataúd si no prometes estar conmigo para siempre”, pero se mostró reacio y no se atrevió; solo podía obedecer los deseos del otro, no se atrevía a violar ninguna parte de ellos. Entonces, después de escuchar esas palabras, se apresuró a abrazarlo con cariño.

—Está bien, está bien mi pequeño amado, por favor no sigas enojado, tu esposo te sacará. Si no te gusta, seguiremos durmiendo en la cama.

De hecho, realmente no lo había dejado dormir con él en el ataúd para asustarlo. Era tradicional que un miembro del clan de sangre tuviera preferencia por los ataúdes. Al Príncipe le encantaba tener a su amante a su lado, encerrado dentro de su propio pequeño espacio. Solo de esa manera sentía que no había nada más que ellos dos en el mundo.

Sintió que dormir en el ataúd era muy cálido y cómodo, pero como a su amante no le gustaba, no había nada que pudiera hacer.

Pero todavía quedaba un largo camino por delante, por lo que quizás en el futuro haya una oportunidad para que Ah Yan aprecie la calidez y la belleza de permanecer dentro de un ataúd.

Ye Ying Zhi apartó la tabla superior y sacó a Chi Yan. Su ataúd era más alto de lo habitual y las paredes eran lisas. Le preocupaba que el otro tuviera problemas para salir.

El joven comenzó a mirar los alrededores después de ser colocado en el suelo. El piso y las paredes eran de piedra, había candelabros de hierro en los lados izquierdo y derecho de la pared con velas prendidas. El espacio lucía pequeño y vacío con solo un ataúd de madera oscuro y pesado colocado en el medio. A un lado había una escalera de piedra que serpenteaba hacia arriba.

Chi Yan volvió a mirar el solemne ataúd negro de nuevo. Ahí era donde había estado acostado.

—Ahora estamos bajo tierra. Desde aquí podemos ir directamente a mi dormitorio, pero tenemos que subir más de cien escalones —Ye Ying Zhi señaló los escalones de piedra que conducían hacia arriba. Miró a Chi Yan con cautela—. Ah Yan, ¿puedo llevarte? —A sus ojos, los humanos ordinarios eran realmente débiles y quebradizos, no quería perder ninguna oportunidad de complacer a su amante.

—No, gracias, puedo caminar solo —Aunque Chi Yan se sintió un poco débil después de despertarse, no sentía que fuese a tener problemas para subir escaleras.

Realmente no entendía para qué drama estaba actuando el príncipe vampiro. Se llamaba a sí mismo su esposo y estaba ansioso por complacerlo. ¿Podría ser que su actuación en el sueño había complacido al Príncipe y despertado su interés, de modo que después de haber actuado en el drama, ‘El Cazador de Vampiros amistoso e incompetente’, ahora estaba actuando en el nuevo drama, ‘Veinticuatro horas como el esposo filial de su pequeña esposa’? ¿Debería actuar junto con él? Si no cooperaba, ¿se enojaría y lo mataría?

La mente de Chi Yan estaba llena de esos pensamientos mientras subía los escalones de piedra hasta llegar a la salida, donde había un gran dormitorio. El diseño era muy similar al dormitorio que había visto en sus sueños. Había muy pocas decoraciones, solo mesitas de noche, una cama, un armario y una chimenea. Esto hizo que la habitación pareciera mucho más espaciosa. Había dos pequeñas ventanas en la pared, por lo que no entraba mucha luz, lo que hacía que la habitación pareciera particularmente fría.

Ye Ying Zhi lo sacó del dormitorio y caminó hacia otras partes del castillo.

—Ha estado aquí durante algunos años. El diseño interior y el modelo arquitectónico son relativamente antiguos. El dormitorio aquí fue ampliado por mí más tarde. No he cambiado ningún otro lugar. Este castillo se mantiene de forma rutinaria todos los años. Puedes renovarlo y decorarlo a tu gusto en el futuro.

Los dos recorrieron todo el castillo. Efectivamente, como menciona Ye Ying Zhi, muchas habitaciones en las otras partes del castillo eran muy pequeñas y todas estaban sin usar. Se pudo ver que el propietario no visitaba estos lugares con frecuencia, y había muy pocos visitantes en el castillo.

Finalmente, el príncipe lo sacó del castillo y lo llevó al patio.

En el macizo de flores, escondidos entre las capas de ramas y hojas de color verde oscuro, se podían ver algunos capullos de flores blancas meciéndose suavemente con la brisa.

Chi Yan caminó unos pasos más y miró hacia el edificio. Ya era de día y el castillo negro se veía muy solemne y majestuoso bajo el cielo azul. Las agujas de las torres este y oeste apuntaban hacia el cielo, como negros caballeros en un ajedrez. De un vistazo, reconoció que el edificio frente a él era el viejo castillo en la foto que Ye Ying Zhi le había mostrado antes. En ese momento, comentó con indiferencia que esperaba visitar este castillo algún día. No esperaba que sus deseos se hicieran realidad, el dueño del castillo realmente lo trajo aquí.

Presumiblemente, lo que dijo Ye Ying Zhi en ese momento, era de hecho, la verdad, y no exageró deliberadamente sus palabras. Después de todo… él era en realidad el Príncipe del clan de sangre.

—Vivo aquí la mayor parte del tiempo. Dijiste que te gustaba, así que te traje aquí. Si no te gusta, podemos probar con otros lugares —Ye Ying Zhi dio algunos pasos para alcanzarlo.

—Pero solo quiero volver ahora, tengo que volver a clase —Chi Yan levantó la cabeza y lo miró.

El vampiro tomó su mano y le devolvió la mirada.

—Lo siento, Ah Yan, eso es lo único que no funcionará por el momento. No soltaré tu mano fácilmente hasta que pueda estar seguro de que te he agarrado. Te pediré permiso de la escuela. Puedes ver videos de cursos en línea o puedes comunicarte con tus compañeros de clase y enviar tareas a través de Internet. Si todavía sientes que esto no es propicio para tus estudios, también puedo contratar profesores en las especialidades relacionadas y hacer que vengan directamente al castillo para enseñarte —El Príncipe agregó—: Haré todo lo posible para no establecer límites para ti, ni retrasar tu desarrollo.

Chi Yan se sorprendió. El tiempo de estos profesores de universidades reconocidas era tan precioso y era extremadamente difícil invitarlos, pero creía que eso no sería un problema para el príncipe.

Ser atrapado por un vampiro y encerrado en el castillo ya era lo suficientemente aterrador. No quería estar encerrado en el castillo tomando cursos profesionales todos los días.

—Gracias, esto no es necesario. Pero… ¿puedes pensar en una forma de deshacerte de todos mis cursos? —Chi Yan se negó sin siquiera pensar.


Shisai
Tengo unas tremendas ganas de aparecer ahí y aclararles las cosas a los dos

2 respuestas a “El Perseguido – Capítulo 89: Ataúd”

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